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Bajo en Azúcar

Jazmín Vanessa Uribe Reséndiz · Alumna de la Licenciatura en Nutrición UNIVA Querétaro

 

El consumo de azúcar es algo que la gente hace todos los días y que tiene un gran impacto en nuestros cuerpos y nuestras vidas. Además, de acuerdo con los resultados obtenidos, se podrían tener en cuenta diferentes factores como el estado de ánimo, para corregir el aumento excesivo de este alimento antes de que se den las circunstancias que lo provocan.

El azúcar proporciona mayoritariamente energía y, por ello, algunos autores han sugerido que su elevado consumo podría desplazar a los diferentes nutrientes de la dieta, originando una dieta desequilibrada nutricionalmente. El consumo excesivo de bebidas azucaradas (que contienen sacarosa o una mezcla de glucosa fructosa), junto con estilos de vida poco activos y mayor consumo de grasa total, se asocia con un consumo elevado de energía, aumento de peso corporal, y la aparición de trastornos metabólicos y cardiovasculares, además de las implicaciones psicológicas que se pueden generar.

Decidimos realizar esta investigación para comprobar o desmentir la relación que existe entre la ansiedad y el consumo de azúcares debido a que aparentemente existe un vínculo neurológico que hace que tras un detonante emocional acompañado por ansiedad las personas se vean orilladas a consumir azúcares como un elemento reconfortante.

Para la realización de la investigación estudiamos a una población universitaria de con entre 18 y 26 años, donde buscamos encontrar el impacto del consumo de azúcares en las personas, además de las situaciones que llevan a las personas a su consumo. Para ello realizamos entrevistas inspiradas tanto en el recordatorio de 24 horas como en la escala de ansiedad ISRA.

En los resultados de la Tabla 1 se aprecia que todas las personas, sin excepción, incluyen el azúcar como parte de su dieta, proveniente comúnmente de jugos, refrescos y agua de sabor.

Con base a los resultados de la tabla 1 podemos observar que el consumo de alimentos dulces aumentó en más personas cuando presentan sentimientos de tristeza, los alimentos salados son mayormente aceptados por las personas cuando se encuentran estresados y cuando las personas se sienten felices, el mayor porcentaje opta por consumir tanto alimentos dulces como salados o solo salados. Un rasgo importante que encontramos y vale la pena destacar es que solo las mujeres ligaron el consumo de alimentos a algún tipo de sentimiento, si bien estos sentimientos no son prolongados, pudimos apreciar que los negativos se prolongan durante más tiempo, por otro lado, los hombres no presentaban dicha relación entre comida y sentimientos.

De acuerdo con estudios anteriores, Mikolajczyk et al. observaron, solo en universitarias, una relación significativa entre el estrés percibido, por un lado, y el consumo elevado de dulces y comida rápida, y bajo de frutas y verduras, por el otro Lazarevich et al. y Liu et al. detectaron mayores niveles de depresión en los universitarios con consumo más elevado de comida rápida y dulces. Sin embargo, nuestros resultados no concuerdan del todo con estos estudios, si bien puede aplicarse para los hombres no pasa lo mismo con los resultados obtenidos en las mujeres, ya que las mujeres tienden a comer más alimentos salados en situaciones de estrés y alimentos dulces cuando están tristes, además con base a las respuestas de su entrevista las participantes tienen especial cuidado en su alimentación.

El consumo de azúcares juega un papel importante en nuestras vidas, el artículo no se trata de satanizar este alimento, ni mucho menos de prohibir su consumo, el azúcar es una fuente de energía para nuestro cuerpo, pero su consumo elevado trae consecuencias negativas, tanto física como psicológicamente. Actualmente consumimos más de este producto de lo que en verdad necesitamos y creamos una cierta dependencia al sistema de recompensa que dispara al consumirlo, por el hecho de que decimos sentirnos mejor al consumir estos alimentos. Hemos convertido al azúcar como un escape y algo podemos decirlo fundamental en nuestra dieta, sin pensar en las consecuencias.

Considero que nos faltó tiempo para poder analizar y ahondar más sobre este tema, que es muy extenso e interesante. También creo que la población que elegimos es muy pequeña para arrojar datos más exactos o para que más confiable, sin embargo, creo que pudimos darnos cuenta del impacto que tiene el consumo de azúcar. Creo que hay mucho más que aprender y sacarle a este tema, proyectos así nos ayudan ampliar tanto nuestro conocimiento como panorama de las cosas, y yo, considero haber aprendido y querer conocer más.

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