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Comunicación Sistema UNIVA

Coronavirus COVID-19, ¿Lo único que debe preocuparnos?

Por Líderes de Opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Dra. Rocío Angélica Salinas Osornio •  Profesor Investigador

 

El coronavirus COVID-19 llegó al mundo entrando por China, mientras el resto del mundo veíamos padecer a los chinos e incluso morir a causa de él, como quien ve a los toros desde la barrera, sin embargo, no contábamos con que el virus como los toros podía saltar la barrera y propagarse en otros países.

La facilidad de algunos para poder salir de nuestro país ya sea por turismo o por motivos profesionales nos puso en riesgo y fue entonces cuando México, pese a encontrarse a miles de kilómetros de China, ya se veía con su primer caso, causando gran temor.

Las autoridades gubernamentales nos avisaban, nos alertaban de la posible propagación, y al mismo tiempo nos recomendaban qué hacer para evitarlo, exactamente de la misma manera en que nos alertan de la presencia de otras enfermedades de las cuales debemos cuidarnos como la obesidad y la diabetes mellitus, recomendándonos mantener un estilo de vida saludable, de la misma manera en que se ha insistido para evitar la propagación del COVID-19.

En México, la obesidad es un problema de salud severo, ocupa el primer lugar de casos de obesidad en el mundo, la cual es considerada una enfermedad inflamatoria que desencadena procesos bioquímicos y fisiológicos nada recomendables para la homeostasis celular, conduciendo al individuo que la padece a desencadenar otras patologías, afectando su esperanza de vida.

La presencia de obesidad está relacionada con malos hábitos dietético alimentarios y un estilo de vida sedentario, disminuyendo la funcionalidad de las personas, afecta el desempeño laboral y la estabilidad emocional de quien la sufre, por lo que, no puede sólo ser visto como un problema de salud, sino, también como un problema económico para nuestro país, ya que, además de afectar el gasto destinado a la salud pública, afecta la productividad y competitividad del mismo.

Una de las afecciones de la obesidad es la resistencia a la insulina, la cual conduce al desarrollo de diabetes mellitus, considerada como la epidemia dulce del mundo, la cual es silenciosa, lenta e indolora; un alto porcentaje de la población la padece, pero lo ignora, sin embargo, como todo enemigo, de un momento a otro es devastadora; ésta toma ventaja porque agarra al individuo en un estado de salud deprimido causando problemas aun más graves relacionados con el funcionamiento cardiovascular, renal, visual y músculo esquelético, entre otros; condicionándolo a una muerte prematura, no en vano, es considerada la segunda causa de muerte en nuestro país.

¿Y esto, no nos asusta? ¿Acaso el malinchismo se revive en una enfermedad viral que tuvo que venir de otro país para temerle, para creer que nos puede llevar hasta la muerte? El coronavirus COVID-19 por sí sola nos asusta tanto que somos capaces de olvidar incluso que dicha enfermedad viral se potencializa con mayor ahínco en los individuos que padecen obesidad y/o diabetes mellitus. ¿Seguiremos igual o debemos tomar cartas en el asunto respetando nuestra salud, cuidando cómo vivimos y para qué vivimos?

Entre las recomendaciones para prevenir la propagación del COVID-19 está el aislamiento, evitando la realización de actividades fuera de casa, y esto, nos ha costado, enfrentándonos a una resistencia por parte de las personas a mantenerse en casa, ahora resulta que hay una inquietud generalizada por salir a caminar, ir a un parque, pedalear la bicicleta o subir a la patineta, cuando, si así siempre se fuera, el sedentarismo no sería un problema de salud en nuestro país.

Hagamos frente a la obesidad, reconociendo que se padece, que se requiere ayuda profesional, teniendo un estilo de vida en ambientes saludables en todo sentido, con una conciencia de nuestra salud y nuestro futuro en edad avanzada, de tal manera que permitamos el establecimiento y el impulso de políticas públicas firmes dirigidas a un objetivo principal, la salud de los mexicanos.

Distanciamiento o división social ¿No se sufren ambas desde hace tiempo atrás?

Por Líderes de Opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Dra. Irma Livier de Regil Sánchez • Jefa de Investigación UNIVA Plantel Guadalajara

 

Para contextualizar, surge en China, a finales de diciembre del 2019, un nuevo virus denominado Covid-19 el cual presenta una tasa de contagio y propagación 20 veces más alta que el SARS ocasionando la muerte a grupos vulnerables como mujeres embarazadas, adultos mayores, niños menores de 5 años, y/o que presentan un sistema inmunológico previamente afectado por enfermedades crónicas y metabólicas como diabetes, obesidad y sobrepeso, hipertensión, insuficiencia renal y respiratorias (fumadores presentan alto riesgo). De acuerdo con datos publicados por la Universidad Johns Hopkins (27 de marzo de 2020), China presentó 81.897 casos y 3,296 defunciones, le tomó poco más de 60 días comenzar a erradicar los contagios, hasta el momento ha sido rebasado solo por EE.UU. que presentó más de 85,871 casos. Italia con 80,539 casos de contagio, fue el país en el mundo con la tasa de mortalidad más alta siendo esta aproximadamente del 10% con 8.165 decesos. De acuerdo con estos datos publicados por la Organización Mundial de la Salud, al 27 de marzo del 2020, en menos de tres meses se han contagiado 202 países, 509,164 personas y han muerto 23,335, de estos aproximadamente un 18% son adultos mayores (la información a cada momento se modifica). Siendo la población del mundo cerca de los 7,700 millones de personas, un 0.007% de esta ha sido contagiada con el COVID-19 y el 0.0003% ha muerto.

En México, se manifestó el 27 de febrero del año en curso, desde entonces han surgido 585 casos y 8 decesos (Gobierno de México, 26 de marzo de 2020), 90% considerados no graves y 10% han requerido hospitalización. La población ha dado seguimiento a las comunicaciones diarias e instrucciones del Gobierno Federal y Estatal para evitar que el país se vea afectado de la misma forma que algunos países europeos como España, Francia e Italia, los cuales, tras pasar los 30 días a partir de la detección de su primer caso, incrementaron drásticamente la cantidad de contagiados. Ante la ventaja que ofrece la oportunidad de observar y estudiar la curva de aprendizaje de otros continentes como Asia y Europa, el Gobierno de México y las instancias correspondientes en los diferentes niveles, han tomado decisiones tratando de adelantarse a los efectos de las inminentes etapas iniciales de la contingencia sanitaria. Ante el anuncio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 11 de marzo, en el cual reconoció la pandemia, las autoridades de salud del país empiezan a sugerir una serie de acciones, entre estas, la solicitud de mantener el aislamiento social, o bien, una sana distancia, medida juzgada como “insuficiente” por los medios, la sociedad y los propios gobiernos locales, que esperaban la instrucción de cierre de fronteras con bloqueo de puertos, aeropuertos y aduanas, de la proclamación de un toque de queda (tal como lo hicieron en otros países) y la cancelación de eventos masivos; lo cual generó una serie de malos entendidos, inconformidades, incluso disputas entre usuarios de redes sociales, políticos, periodistas, empresarios, por mencionar algunos.

De inicio ¿Qué significan Aislamiento Social y Distanciamiento Social? ¿Cuáles son sus diferencias? De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE) distanciamiento es la “acción y efecto de distanciar o distanciarse”, que a su vez es “separar, apartar, poner a distancia;… desunir o separar moralmente a las personas por desafecto, diferencias de opinión u otros motivos”. Durante la contingencia sanitaria por el COVID-19, un recurso informativo de la Johns Hopkins University define el distanciamiento social como “una práctica de salud pública que tiene como objetivo evitar que las personas enfermas entren en contacto cercano con personas sanas para reducir las oportunidades de transmisión de enfermedades. Puede incluir medidas a gran escala como cancelar eventos grupales o cerrar espacios públicos, así como decisiones individuales como evitar las multitudes” (Pearce, 2020). Ahora bien, la RAE define aislamiento como “incomunicación, desamparo;… acción y efecto de aislar”, que a su vez es “dejar algo solo y separado de otras cosas… apartar a alguien de la comunicación y trato con los demás… es un estado objetivo de tener contacto social mínimo con otros individuos” por ello se utiliza como sinónimo de soledad; Fernández, Muratori y Zubieta (citados por Escuder Andreu, 2018) definen aislamiento social como “carencia de afiliaciones de relación que, cuando existe, genera un sentimiento de marginalidad, la sensación de no ser aceptado por los otros, aislamiento y aburrimiento, y la falta de pertenencia a un grupo o red social”. Desde esta conceptualización, la palabra compuesta adecuada para definir hoy día lo que las autoridades solicitan a la población para mitigar la propagación del COVID-19 es el distanciamiento social, ya que se refiere a mantener distancia física entre las personas y no a evitar cualquier contacto (comunicación) entre ellas. Quizás en otros tiempos, en los que no existían los recursos tecnológicos de la información y la comunicación (TIC) con los que se cuentan hoy día, pudo haberse dado el aislamiento social, pero al contar con internet, comunicación satelital y herramientas como aplicaciones en celulares, computadoras, tabletas u otros dispositivos, las personas mantienen, de modo virtual, la comunicación con el otro, sus redes sociales y, por ende, su conexión y sentido de pertenencia a estas. Cabe destacar el uso de estos medios por empresas para motivar el consumo en línea, por IES para continuar su labor mediante aulas virtuales y plataformas educativas, por instancias de gobierno para facilitar trámites y pagos, así como por el Gobierno Federal, Estatal y sus representantes, con el fin de comunicarse con la población para mantenerlos informados sobre la situación. Twitter se ha convertido en las últimas semanas, en ese espacio público en el cual, día a día se congrega la población, no solo para prestar atención a la información, sino para expresarse y viralizar sus comentarios generando tendencias y debates sobre temas de actualidad con diversos hashtags como ejemplo #COVID19, #COVID-19, #Covid-19mx, #covid_19mexico, #QuédateEnTuCasa, #SanaDistancia, entre otros.

La estrategia del gobierno federal fue comunicada por diversos medios de comunicación, mediante transmisión directa; pero no fue correctamente expresada ni comprendida hasta la mañana del día 25 del tercer mes. El pasado día 14 de marzo del año en curso, en su cotidiana conferencia de prensa vespertina, el Dr. Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, explicó la importancia de considerar la “utilidad” de una intervención durante la toma de decisiones, en específico sobre intensificar las pruebas médicas y la declaración de un “toque de queda” o bloqueo del país al detectar el primer caso, esto por las repercusiones que conlleva, sobre todo dadas las características y condiciones sociales y económicas de nuestro país.

Retomando lo que quiso ser una analogía del país con una escuela, sobre lo que sucedía en la Fase 1 de la pandemia, el subsecretario explicó que ante la detección del primer caso, no resulta adecuado cerrar la escuela totalmente por las repercusiones educativas, sociales y económicas que pueden generarse, ni aplicar pruebas a toda la comunidad escolar porque solo serviría para detectar los casos inminentemente existentes cuya trazabilidad es relativamente sencilla dado el contacto con el primer caso, aun cuando estos no presenten síntomas (tal como sucedió con la influenza y el dengue donde aplicar la prueba solo fue para confirmar el padecimiento y formar parte de la estadística). Pero si aquellos que convivieron en el aula con el primer caso, y/o están conscientes de quizás haber sido contagiados, se distancian voluntariamente, el resto de la población educativa no se ve afectada en el progreso de sus clases, ni la economía de la escuela, ni el trabajo de las personas; no evita el contagio, pero si disminuye su velocidad considerablemente, sin paralizar la actividad de la escuela. Por otro lado, si existen profesores adultos mayores, personal y alumnos con padecimientos que los hacen vulnerables, también debieran distanciarse completamente, pero el resto sigue asistiendo a sus clases y actividades normales, porque si llegaron a ser contagiados, al presentar algún síntoma, se deben confinar en casa, vivir su proceso y curarse (como ha sucedido en la mayoría de las personas no vulnerables). De llegar a requerirlo, se les hospitaliza, pero gracias a las medidas tomadas, existirán los servicios suficientes y de calidad para atender a cada caso grave. Aplanar la curva de contagio (de acuerdo a la estadística) asegura no colapsar los servicios de salud públicos y privados, como lamentablemente ocurrió en China, en Italia y otros países cuya población no atendió las instrucciones a tiempo, responsablemente y en solidaridad con su comunidad.

Contra opiniones, preguntas, incluso ataques de la sociedad y de algunos medios, el gobierno federal comunicó que hasta no pasar a la fase 2, las medidas seguirían siendo relativamente “flexibles”; incluso, en la Ciudad de México se llevó a cabo un evento con la asistencia de más de 70 mil personas que al ingreso “sufrieron” una revisión de temperatura y cuestionamiento sobre síntomas, y el presidente de la República mantenía sus giras y eventos por diversas comunidades del país. Fue hasta el día 19 de marzo que el presidente anunció la conformación de un Consejo de Salubridad General, mediante el cual acordaron que a partir del lunes 23 de marzo iniciaría oficialmente el distanciamiento social por parte de quienes participan en el sector educativo, así como todas aquellas personas que pudieran implementar de inmediato el trabajo a distancia desde el hogar. Ante estas decisiones, algunos gobiernos estatales, siguiendo la iniciativa del gobernador del Estado de Jalisco (cuya preocupación se enfatizó al detectar la posibilidad de un gran número de casos contagiados a raíz de un par de vuelos llegados al aeropuerto de Guadalajara procedentes de la ciudad de Vail, Colorado) iniciaron con la implementación temprana de estas acciones desde el martes 17 de marzo contando con el apoyo de organizaciones e instituciones educativas.

Para el inicio de esa semana de distanciamiento social y extensa campaña de #QuédateEnTuCasa, el Gobierno federal anunció el inicio de la “Jornada Nacional de Sana Distancia” que, a reserva de los resultados obtenidos de la estrategia, tiene como fecha de término el 19 de abril, y presenta un caricaturesco personaje llamado “Susana Distancia” que invita a las personas a mantenerse lejos unas de otras. A penas pasaron 2 días de inicio del confinamiento en casa, suspensión de eventos masivos y cierre de restaurantes, bares y espacios públicos como parques, plazas; cuando al cumplir casi un mes, después de haber detectado el primer caso, los mexicanos observaron, durante su mensaje matutino, al presidente y a su Consejo de Salubridad General declarar oficialmente el inicio de la fase 2 de la pandemia (Gobierno de México, 25 de marzo del 2020). Entonces ¿Qué implica esta nueva etapa para la población?

La fase 2 se identifica cuando aparece el primer caso de contagio que no resultó del contacto con un caso de importación, es decir, que no recuerda haber tenido contacto con alguna persona que durante un viaje al exterior hubiese contraído el virus. En este momento inicia la estrategia de “Mitigación Comunitaria” cuyo objetivo es disminuir la curva de contagio de COVID-19, prolongándola en el tiempo, estableciendo como actividad la sana distancia mediante el #QuédateEnTuCasa #NoSonVacaciones como un mecanismo para lograrlo. Esto es, las personas tendrán que mantenerse en distanciamiento social, evitar su movilidad entre un lugar y otro, principalmente aquellas con factores de riesgo, por lo menos hasta el día 20 de abril, sin embargo, dichas instrucciones pueden cambiar dado que, al aplastar la curva de contagio, ésta inevitablemente provocará un proceso largo durante la esperada fase 3 de la pandemia, de acuerdo a lo informado por Hugo López-Gatell, la cual podría extenderse hasta agosto o septiembre de este año.

Pero en términos prácticos ¿Qué significa esto? Un inminente golpe a la economía del país, aunado al recibido en el campo de la macroeconomía con la reducción en el precio del petróleo y la cotización del dólar frente al peso que llegó a alcanzar casi los $26.00, lo que conduce al encarecimiento de productos importados. Más allá de abrir paso a la estrategia de distanciamiento social para mitigar la pandemia, inicia una inminente división social, surgida entre los que “pueden distanciarse” y aquellos que no pueden hacerlo o se ven afectados por dicho distanciamiento.

Entonces incrementará la tasa de desempleo, considerando que más del 90% de las empresas en el país son NanoMiPyMes que dependen de sus ventas diarias, al reducir o no haber consumo, en algunos casos, se verán en la necesidad de prescindir de sus trabajadores o de solicitarles mantener el trabajo sin goce de sueldo. Sólo algunas grandes y consolidadas empresas han anunciado medidas para soportar y ayudar a sus empleados; otras se han reinventado y ofrecen nuevos servicios o nuevas formas de hacer llegar sus productos a los clientes; plataformas de choferes han experimentado un incremento en compra y entrega de alimentos a domicilio, pero un decremento en la contratación de servicios de movilidad; bancos ofrecen apoyo a sus cuentahabientes, instituciones educativas particulares ofrecen seguimiento al alumno en línea, y muchos otros negocios que, de un modo u otro, se rehúsan a no intentar subsistir.

En este tenor ¿Qué sucederá con el autoempleado, con aquel que está en la informalidad, con el cilindrero de la plaza, con el que vende globos, fruta afuera de una escuela u oficina o algodones de azúcar, si no hay gente que le compre? ¿Qué pasará con los que venden en el mercado o en el tianguis? ¿Con aquel del puesto de tacos, de gorditas, de verdura picada, la de los tamales, la señora del aseo? ¿Qué sucederá con esos que para lograr desplazarse de su vivienda a su sitio de trabajo tienen que tomar tres camiones repletos de gente y no cuentan con recursos para prevenir?

En la sociedad actual se presentan dos grupos de personas, aquel donde la población, consciente de la importancia del distanciamiento social, con involucramiento de empresas y organizaciones que apoyan en lo posible la medida para no paralizar la actividad económica, logran trabajar en línea, atender a distancia sus compromisos laborales y logran disminuir el riesgo de contagio, pero se sumerge en una serie de acciones que suponen cambios en su cotidianidad y condición de vida al visualizarse encerrado por 30 o 40 días; realiza compras de pánico y hace compras de despensa para un mes entero, porque quiere y puede. Pero por otro lado, existe una población que no ve con “buenos ojos” la medida; ante su situación de por sí precaria, no ve viable confinarse en su vivienda pues depende de su actividad diaria para proveerse del recurso para la propia subsistencia y de su familia; o bien, por el tipo de negocio que atiende o labor dentro de alguna empresa, no cuenta con estabilidad y seguridad económica durante la llamada cuarentena o ve condicionado su pago permitiéndole la ausencia sin goce de sueldo; por tanto, se rehúsan a no continuar su actividad económica habitual o simplemente, “los de arriba” no se lo permiten. Aunque a nivel estatal se ha anunciado un programa de apoyo, no parece haber dinero suficiente para evitar a ese alto porcentaje de personas que viven al día (no solo aquellos en condición de pobreza, sino también algunos que pertenecen a un nivel socioeconómico superior), colapsarse en la desesperación al verse rebasado por los gastos y pagos, o simplemente por no tener para comer y proveer a los suyos de lo más básico; lo que puede, en el extremo, desencadenar delincuencia, inseguridad, un problema social y estructural.

Ante este escenario de división social por las condiciones de vida, la pandemia brinda una oportunidad para fortalecer los actos de generosidad, unos haciendo por los otros, donde en lugar de unos hacerse de una vasta despensa, ayuden a los otros a abastecerse con parte de ella; o adelantarle el sueldo o parte de este a quienes ayudan en la limpieza; o bien, pedirle a un chofer que compre y lleve el “mandado” a casa, o al menos hacer el pedido de productos a un establecimiento vía telefónica y ofrecerse a pasar por ellos en auto, porque seguramente su repartidor no da abasto; o donde los unos consumen el producto de los otros en los changarros de la localidad… hay dos alternativas, reñir unos con otros ante la desesperación de los primeros por estar encerrados y de los segundos porque el encierro para ellos no es opción, o bien, aprovechar las circunstancias para sanar la fracturada cohesión social de nuestra comunidad, a partir de la adaptabilidad a la situación existente logrando fortalecer redes de cooperación y solidaridad.

Por tanto ¿Cómo se reconfigura la sociedad en medio de la pandemia del COVID-19? En específico ¿Cuál es la actitud de la población ante el distanciamiento social? ¿Cómo percibe su afectación? ¿Cómo se relaciona con sus emociones, con sus hábitos y acciones? Frente a la situación anteriormente descrita, surgen estos y otros cuestionamientos, y desde una perspectiva pragmática, UNIVA ha iniciado un estudio para explicar el fenómeno… ¿Nos ayudarás a comprenderlo mejor?

 

 

REFERENCIAS

Aislamiento (s.f.). Diccionario de la lengua española. Recuperado del sitio de la Real Academia Española https://dle.rae.es/distanciamiento?m=form

Aislar (s.f.). Diccionario de la lengua española. Recuperado del sitio de la Real Academia Española https://dle.rae.es/distanciamiento?m=form

Distancia (s.f.). Diccionario de la lengua española. Recuperado del sitio de la Real Academia Española https://dle.rae.es/distanciamiento?m=form

Distanciar (s.f.). Diccionario de la lengua española. Recuperado del sitio de la Real Academia Española https://dle.rae.es/distanciamiento?m=form

Escuder Andreu, S. (2018). El abordaje de trabajo social sanitario ante la soledad no deseada en la gente mayor en el ámbito de atención primaria [Tesis][PDF]. España: Universitat Oberta de Catalunya. Recuperado de http://openaccess.uoc.edu/webapps/o2/bitstream/10609/84029/6/sescuderTFM0618memoria.pdf

Gobierno de México. (s.f.). Conferencia de prensa: COVID-19. Recuperado de cuenta de twitter del Gobierno de México https://twitter.com/GobiernoMX?ref_src=twsrc%5Egoogle%7Ctwcamp%5Eserp%7Ctwgr%5Eauthor

Gobierno de México. (s.f.). Conferencia de prensa: Resumen de Actividades. Recuperado de cuenta de twitter del Gobierno de México https://twitter.com/GobiernoMX?ref_src=twsrc%5Egoogle%7Ctwcamp%5Eserp%7Ctwgr%5Eauthor

Instituto Nacional de Estadística de España. (22 octubre 2019). Indicadores de calidad de vida. Recuperado de https://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INEPublicacion_C&cid=1259937499084&p=1254735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout&param1=PYSDetalleGratuitas&param2=1259944627885&param4=Mostrar

Millán Valencia, A. (21 de marzo de 2020). Coronavirus: ¿Por qué Alemania tiene un número tan bajo de muertos por covid-19 en comparación con otros países? En BBC Mundo. Recuperado de https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-51980118

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Organización Mundial de la Salud. (s.f.). Coronavirus disease (COVID-19) Situation Dashboard [Mapa interactivo] Recuperado de https://experience.arcgis.com/experience/685d0ace521648f8a5beeeee1b9125cd

Pearce K. (13 de marzo de 2020). What is social distancing and how can it slow the spread of covid-19?. Johns Hopkins University. Recuperado de https://hub.jhu.edu/2020/03/13/what-is-social-distancing/

Ser Sostenible y Humano: Lo que ha dejado el coronavirus

Por Líderes de Opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Mtra. Julia P. Samperio Casco • Profesora líder del Centro de Competitividad y Emprendimiento Sostenible CCES·UNIVA plantel Guadalajara

 

Las personas son la verdadera riqueza de las naciones

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo

 

El desarrollo sostenible, ha intentado ser, desde 2015 el eje rector del mundo, queriendo permear en diferentes entornos como el económico, empresarial, social, ecológico, tecnológico, pero sobre todo humano; sin embargo a pesar de los esfuerzos de la quíntuple hélice conformada por gobierno, empresa, organizaciones no gubernamentales, academia y sociedad civil, bajo la premisa de necesitar lograr un cambio de comportamiento en la sociedad, no se había tenido impacto.

La famosa Agenda 2030 de la ONU, con sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, llamó al mundo a generar un cambio en problemáticas de índole social y medioambiental a través de acciones concretas como la utilización de energía limpia, la reducción del hambre, de los residuos y la desigualdad, el cuidado de los recursos, más estrategias de salud y educación para todos, así como, el beneficio para los sectores de la población más vulnerables. Sin embargo, no ha existido presupuesto, publicidad ni personas que alcancen, para generar un verdadero cambio.

Hoy, ante la crisis de salud presentada por el COVID-19, mejor conocido como coronavirus, el mundo se ha volcado de nuevo hacia la generación de los lazos afectivos, el cuidado de las personas, de los recursos y, en general hacia una campaña de corresponsabilidad con el otro y los medios de comunicación tradicionales, así como las redes sociales han sido fundamentales para lograr permear dicha campaña.

El mundo se ha movido y conmovido por la fragilidad de la vida, la fragilidad de la grandeza económica, el temporal cierre de fronteras entre países, la modificación de vuelos y el libre tránsito entre personas. Todas las negociaciones de los tratados y acuerdos internacionales, han pasado a segundo término ante la protección de la población y, entonces, la soberanía nacional vuelve a ser imperativa.

Hoy, la aldea global con todo y su tecnología, su poderío económico y los grandes avances científicos, regresa a lo básico, quizás, porque la humanidad ha entendido que a pesar de haber existido por millones de años, hoy, lo que parecía lejano, imposible o parte de una película de ciencia ficción, para muchos, es una realidad; la continuidad de la vida humana corre peligro.

Sin duda alguna, este será un parteaguas para las economías, para los bloques comerciales y las integraciones económicas, para las grandes y pequeñas empresas, los emprendimientos, el gobierno y la sociedad civil. Todos deberán acudir al llamado de la naturaleza y poner como prioridad al ser humano, al uso responsable de la tecnología, al cuidado de los recursos naturales y materiales; reflexionando acerca del propósito por el cual ha sido creada cada empresa, cada organización, cada gobierno, cada vida.

De hoy en adelante, muchas cosas cambiarán porque, no sólo es el paso de la pandemia lo que nos tiene preocupados, es un alto en el camino en el que la sociedad dejó de lado la productividad para dar a la familia el tiempo que necesita, para aprender, para extrañar: el trabajo colaborativo, la comunicación sincrónica, las reuniones familiares, los conciertos, los museos, los eventos deportivos, los viajes y todas las expresiones de esparcimiento que generan valor en la experiencia de vida.

Nuestro planeta demanda un nuevo orden mundial en el que las potencias, las economías emergentes y los organismos internacionales sean los que guíen y busquen el bienestar de la población; en el que el ser humano sea el centro y justo ese, sea el objetivo del desarrollo sostenible inspirado en el desarrollo humano que según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2015) busca que cada uno de los habitantes tenga una vida en la que puedan realizar a plenitud su potencial con responsabilidad, para permitir que las generaciones futuras cuenten con los recursos necesarios y puedan de igual manera, ejercer dicho derecho.

Sin humanos, no hay mundo.

 

 

PNUD. Desarrollo Humano. (2017). Recuperado de: https://www.mx.undp.org/content/mexico/es/home/ourwork/povertyreduction/in_depth/desarrollo-humano.html

Cuando romper se convierte en una forma legítima de solucionar

Por Líderes Universitarios, Voces UNIVA Sin comentarios

Danna Nicolle Alcaraz Martínez • Alumna de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación

 

No, yo no pinté, ni rompí, ni anduve con la cara tapada durante todo el transitar en la marcha del 8 de marzo. No, yo no “vandalicé” las calles, ni señalé a los hombres que se habían mezclado entre los primeros contingentes (pese a que se les solicitó con más de 15 días de antelación que se ubicaran hasta el final de todas nosotras). Y aunque no fui partícipe de nada de esto, eso no significa que esté en contra de lo que simboliza el destrozo, porque sé que el romper y acabar con el muro, la ventana o la estatua no es producto de un capricho, sino un síntoma de un país al que no le preocupa el dar una solución a toda la oleada de violencia la cual a diario cobra la vida de diez mujeres.

No, esta forma de manifestarse no me representa, pero sí representa a las más de 6 millones de mujeres mexicanas que en los últimos 6 meses del año pasado sufrieron de violencia sexual o al 33% de mujeres violadas por los propios elementos de corporaciones policíacas durante un arresto, sin olvidar, a las más de 3 mil madres que en el último año han perdido a una hija como resultado de un feminicidio. Para ellas la violencia sirve de catarsis, una manera de hacer notar sus pérdidas; les da la posibilidad de mostrar su dolor y convertirlo en algo más que noches en vela y días en silencio, que por un día se vuelva evidente para todo el mundo que esa herida sigue latente, que esa herida no está remotamente cerca de cerrarse, pues la violencia contra la mujer no es un hecho aislado, tristemente, es un problema estructural minimizado e incluso, silenciado por la gran mayoría de las agendas políticas.

Las mujeres que pintan no lo hacen porque carezcan de valores o de empatía, por el contrario, lo hacen porque, como todas nosotras, se reconocen vulnerables y vulneradas por este entorno de violencia. A diferencia de quienes hemos sido lo suficientemente privilegiadas como para no vivir ningún tipo de agresión de género severa, a estas mujeres no les basta con transitar las calles usando la pañoleta morada en el cuello y llevando el cartel con la reflexión en la mano, simplemente porque su paz interior ha sido pisoteada y ya no les queda empatía por la propiedad pública de una nación en donde tan solo el 3% de las denuncias por violación y/o agresión sexual son resueltas y llegan a recibir condena.

Que no se nos olvide que no existe como tal cosa una forma “correcta” de manifestarse, que la naturaleza de este tipo de eventos busca convertirse en una llamada de atención para todos los actores sociales los cuales tienen el poder de intervenir y cambiar esta situación. Sin embargo, cada mujer que marcha tiene su propia historia y esta variedad de vidas ha propiciado una gran multiplicidad de tonos y formas de protesta; desde las marchas de siempre, pasando por el glitter rosa y los performance, hasta llegar a las pintas; cada una de estas manifestaciones de inconformidad sólo nos hablan acerca de cómo cada una de nosotras ha tenido que desarrollar formas más combativas con el fin de asegurarnos de que nuestra voz se escuche.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Soberanía alimentaria en crisis

Por Líderes Universitarios, Voces UNIVA Sin comentarios

Mtro. Pedro I. Godínez Martínez • Docente de Ciencias de la Salud UNIVA Plantel Vallarta

 

En septiembre 2019, escribí sobre “la crisis ambiental y su relación con la inseguridad alimentaria”, pues ambos fenómenos van íntimamente relacionados, aunque poco se hable de ello; y acordé con los lectores de ‘Voces UNIVA’ que daría continuidad a las problemáticas alimentarias ahí descritas, pero con mayor detalle, desde el plantel Puerto Vallarta.

Comenzaré por la (escandalosa) pérdida de soberanía alimentaria que ha padecido México en los últimos 30 años. Según la FAO, en la década de 1980 nuestro país contaba con una soberanía alimentaria estimada en un 85%; actualmente, ésta no sobrepasa del (vergonzoso) 40%, siendo 75% el límite mínimo recomendado. ¿Qué ocurrió en tres decenios para depender de las importaciones que alimentan a la población mexicana hoy? Un Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ahora devenido en un Tratado México-EE.UU.-Canadá (T-MEC).

La soberanía alimentaria es un concepto que implica independencia o capacidad de alimentarse de manera autosuficiente y sostenible en el tiempo a pesar de las adversidades. Además, engloba un movimiento que protege los derechos de los pueblos indígenas, de los campesinos, agricultores de pequeña escala, los cuales subsisten de la silvicultura y tienen un irreductible respeto por el medio ambiente. Estos grupos velan y luchan por el patrimonio cultural inmaterial de la humanidad y por el derecho de sembrar sus semillas nativas; por el reconocimiento a la idiosincrasia rural que, tristemente, lejos de reivindicarse, se ha denostado, menospreciado y olvidado. Siendo muchos de estos campesinos, quienes han tenido que migrar a los EE.UU. o desplazarse a las ciudades en búsqueda de mejores oportunidades, intensificando la pérdida de conocimiento empírico en agricultura, heredado durante siglos de generación en generación.

Tal vez esto pueda parecernos una situación sin mayor importancia, sobre todo si nos dejamos deslumbrar con una tienda de mayoreo, grandes centros comerciales, supermercados con alimentos importados o con restaurantes ‘europeizados’ y ‘norteamericanizados’. Pero no olvidemos, que al dar entrada a la ‘globalización económico-financiera neoliberal’ sin protecciones o contenciones elementales para los sectores de la población más vulnerable, se condena al consumidor mexicano a volverse más dependiente de los servicios de cadenas multinacionales, que a través de la externalización de costos y competencia desleal; se atenta contra todo aquello que simboliza el movimiento de soberanía alimentaria, tanto en términos ambientales como de Salud Pública.

Lo más interesante es que en las cunas de la globalización neoliberal, Inglaterra y EE.UU., haya resurgido en 2016 un ‘proteccionismo económico’, muestra de ello es el caso Brexit y las nuevas políticas del presidente Donald Trump, respectivamente. Mientras tanto, nos encontramos a un México cuyo campo se ha desmantelado y donde las nuevas generaciones (Millenials y Generación Z) no han aprendido a cultivar ni siquiera sus hortalizas y hierbas aromáticas de traspatio, comprando alimentos de mayor densidad energética y menor aporte nutrimental, así como de una mayor cantidad de conservadores, transgénicos y agroquímicos generadores de múltiples enfermedades crónico-degenerativas, prevenibles por medio de una alimentación saludable y un estilo de vida que promueva la actividad física, ejercicio físico, reducción del consumo de sustancias (tabaco, alcohol, drogas), y fortalecimiento del tejido social.

No olvidemos, que Mesoamérica es cuna de una gran cantidad de alimentos de nuestro planeta y que México es considerado un país ‘megadiverso’, rico en historia y sistemas agropecuarios sostenibles (al menos, hasta no hace mucho). Como académicos y miembros de la comunidad universitaria, debemos recordar esto y velar por su mantenimiento. Los nutriólogos y otros profesionistas relacionados con el tema, debemos empaparnos de esta problemática para (procurar) dar solución a ella.

Aprendizajes del 9M ¿Qué nos dejó un día sin mujeres?

Por Líderes de Opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Dra. María Cristina Martínez Arrona • Jefa de UNIVA Online

 

“Nos ganamos la vida con lo que recibimos,

pero hacemos la vida con lo que damos”

(John Maxwell)

 

El Paro Nacional El 9 nadie se mueve buscó visibilizar la ausencia de las mujeres, y con ello, el aporte que hacen en los diferentes ámbitos de la vida social, económica, cultural y política del país. Ese día diversos espacios se vieron en la necesidad de cerrar al no contar con el personal masculino suficiente para cubrirlas, y los que hicieron el esfuerzo, se notó la pobreza y el vacío de su ausencia.

La trascendencia de “un día sin mujeres” es que propició el diálogo, desde diversos actores, en la búsqueda de una cultura que promueva la equidad, el respeto y la paz. Se hace necesaria una actitud crítica ante la sociedad que hemos creado y revisar conductas al interno de nuestras familias, analizar las relaciones sociales y laborales que tenemos para preguntarnos como sociedad ¿qué tipo de valores construyo, fomento y difundo? De ello dependerá los ciudadanos que generemos o sigamos produciendo.

Fuimos testigos de la poca de capacidad de dialogo en algunas personas y sectores; de una variedad de actitudes y posturas, desde quienes consideraron absurdo este gesto; los que lo vieron como una provocación que buscaba dividir; los que lo consideraron una maniobra política o ideológica; hasta los -y las- que se aprovecharon de la situación para tener un día de descanso.

Pero, ¿Qué aprendizajes nos dejó 9M? Ante todo, nos permitió visibilizar el hartazgo y la preocupación que tenemos de la violencia e inseguridad que vivimos no sólo las mujeres, sino la sociedad en general en nuestro país.

Se constató la urgente necesidad de analizar las causas que han normalizado la violencia en la sociedad: el cómo dialogamos, lo que ocasionamos al reproducir un tipo de música, cine, programas, productos y/o artistas que promueven la desigualdad y la violencia, que, con nuestro consumo, los hacemos punto de referencia y modelos a seguir. Seamos honestos y reconozcamos que, en ocasiones, luchamos por aquello que nosotros mismos, conscientes o inconscientemente estamos generado.

Analizar la situación en la que se encuentran las mujeres hoy en día, nos debe de impulsar a gestionar acciones y estrategias en favor de sus derechos y de su educación; a trabajar en pro de la igualdad de género y de condiciones favorables para su desarrollo. El varón y la mujer fueron creados a “imagen de Dios” (Gn 1,27), de ahí su riqueza y complementariedad.

Que descubramos en este acontecimiento, al igual que el ciego del Evangelio, un signo de Dios: “me puso barro sobre los ojos, me lavé y veo” (Jn 9, 15), por lo tanto, ¿qué debemos hacer cada uno desde el hogar, la escuela, la Iglesia, la empresa, el gobierno, para promover una cultura de paz y respeto que garantice la igualdad de derechos?

 

Publicado en El Semanario Arquidiocesano de Guadalajara del domingo, 22 marzo de 2020.

Treinta y dos países

Por Líderes de Opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

Como si fuéramos treinta y dos países, así hemos reaccionado frente a la emergencia sanitaria que vivimos, dicho de otro modo, usando la autonomía federal como un pretexto para que cada quien haga lo que mejor le parezca, pero también, aprovechando las dilaciones federales, sus tanteos y suspicacias.

Si lo analizamos con cuidado, muchas de las decisiones que se han tomado recuerdan la lógica de ese personaje legendario llamado “el alcalde de Lagos”, o más bien, la falta de lógica, un ejemplo, distancias a los comensales en los restaurantes, como si los meseros no fueran a pesar de las distancias, los puentes que unen a todos, o reducir al 50% el aforo a los cines, como si ese 50% no debiera estar encerrado por dos horas, respirando el mismo aire, en un espacio por antonomasia, cerrado. el que unos estados se adelantaran a suspender clases y otros no, haría pensar que hicimos en un país incomunicado, de tal forma que lo que pase en el estado vecino ni nos afecta ni nos perjudica. Y mientras estas cosas suceden, el transporte público pasa atiborrado de gente, imposibilitada para guardar las distancias recomendadas, “porque que todavía los casos son poquitos”.

Enseguida la polémica de los esquiadores, que sabiendo que desde enero había alerta mundial de un viejo virus, deciden asistir a esa cita, regresar quizás portando el virus perverso, de hecho algunos dieron después positivo, y no decir nada, como si no tuvieran información, cuando es justamente lo que hoy día sobra, claro, no son sólo ellos los que han actuado de esa manera, es que esa es nuestra idiosincrasia, pues mucha gente siguió yendo a Las Vegas hasta no hace ni diez días, porque ya habían comprado el boleto, o porque era un regalo.

Parte de esa ausencia de lógica es tomar el rábano por las hojas: “para que no haya pánico no digamos nada”, “para no contribuir a la psicosis social, dejemos que todo siga igual”, “ante la amenaza de una quiebra económica generalizada, optemos por salvar la productividad a costa de la salud”.

La idea según la cual lo que les pasa a otros no nos pasará a nosotros por el sólo hecho de que somos nosotros, es tan descabellada que raya en la discapacidad mental, una discapacidad en este caso altamente criminal.

Si no atenemos a la información, experiencia reciente y advertencias de la OMS, México está entrando en el pico de la epidemia, sin tener posibilidades reales de enfrentarla si se generaliza, pues el sector salud ni siquiera puede con los enfermos que ya tiene, como le consta a los usuarios del IMSS o de los hospitales civiles. Por lo mismo, no debiera haber recurso preventivo despreciable, incluida la cuarentena obligada y que ya deberían tener prevista, pues no es nomás mantener a la gente en sus casas. Lo único en lo que todos podemos contribuir es evitando salir a sitio alguno en cuanto nos sea posible, y favoreciendo todo tipo de ayuda a ese gran sector de la sociedad que carece de recursos, incluida el agua para lavarse las manos, o el alimento si deja de trabajar un solo día.

 

Publicado en El Informador del domingo 22 de marzo de 2020

UNIVA adopta medidas ante COVID-19 para proteger a su comunidad universitaria

Por Noticias Sin comentarios

El Sistema UNIVA (Universidad del Valle de Atemajac), por instrucciones de su rector, Pbro. Lic. Francisco Ramírez Yáñez, en congruencia con su filosofía institucional la cual busca una mejor calidad de vida integrada con sustentabilidad, integralidad y respeto al desarrollo de las regiones donde nacimos y crecemos, ha tomado medidas pertinentes para evitar la propagación del COVID-19, también conocido como coronavirus.

Son diez los planteles que conforman el Sistema UNIVA, divididos en tres regiones: Bajío (Lagos de Moreno, León y Querétaro), Centro-Costa (Colima, Guadalajara, Puerto Vallarta y Tepic) y Michoacán (Zamora, Uruapan y La Piedad). La comunidad universitaria consta de más de 14 mil personas, de las cuales, más de 12 mil son alumnos de los distintos programas, cerca de mil cuatrocientos son docentes y alrededor de setecientos conforman el equipo administrativo.

Dadas las cifras anteriores y previniendo altas concentraciones de personas, se tomó la decisión de trasladar las clases presenciales a un entorno virtual mediante un seguimiento a distancia por parte de los docentes, esto a partir del 17 de marzo del presente año. Por otro lado, las labores administrativas de los diez planteles también fueron migradas al ambiente electrónico después del 22 de marzo.

Con la finalidad de informar de manera eficaz y oficial a la comunidad universitaria, se creó un blog electrónico para la difusión de disposiciones oficiales tanto a nivel gobierno como de la misma institución educativa.

Autoridades del Sistema UNIVA, encabezadas por el Pbro. Lic. Francisco Ramírez, continúan pendientes acerca de las actualizaciones en torno a la contingencia sanitaria derivada del virus COVID-19, para tomar medidas correspondientes de acuerdo a la evolución de esta situación.

8 de marzo, el inicio de un largo camino

Por Tendencias, Voces UNIVA Sin comentarios

José Ángel Rodríguez Romero • Alumni UNIVA Plantel Guadalajara

 

El 8 de marzo, en medio de un mar de emociones y sentimientos encontrados, las mujeres cimbraron la tierra, avanzando con pasos firmes y unificados hacia un movimiento de conciencia humana. Entre actividades y reflexiones manifestaron unidad y empatía hacia sí mismas y las demás. Cada quien tenía su sentido y emoción que indudablemente provenía de su razón. Consecuencia de la injusticia, desigualdad, inequidad y violencia generada por una estructura patriarcal política, cultural y económicamente débil e ineficiente, basada en intereses particulares, dirigida por los machos ambiciosos.

El 9 de marzo las mujeres desaparecieron sin dejar rastro alguno, como si nunca hubieran existido o alguien las hubiera desaparecido, dejando un vacío antinatural en la propia existencia de la humanidad, o al menos esa fue la razón simbólica de su ausencia.

Quienes se resisten al cambio no tardaron en hacer absurdas y agresivas bromas, con la intención de desprestigiar al movimiento, denotando indiferencia, aunque por dentro corría por sus venas miedo generado por la incertidumbre.

Se es bien sabido que cualquier cambio genera miedo y el miedo genera resistencia al propio cambio, aun más cuándo es revolucionario y viene acompañado de desgracias, pareciera que la evolución está condicionada al miedo, incertidumbre y desgracia o destrucción. Que lamentable es, que siendo el ser humano el único constituido en su infinita esencia como pensante racional, no ha podido resolver sus diferencias por medio del diálogo y la empatía.

¿Por qué han tenido que pasar tantos años de violencia y sufrimiento para iniciar un movimiento de conciencia? La respuesta podría ser extensa, pero creo que es más importante plantear ¿Qué sigue? Hay mucho trabajo por hacer, muchas cosas que reestructurar, muchas personas que reeducar, cambios en los argumentos sociales, en las narrativas de cada una de las industrias que forman parte de la estructura económica, política y social. Cambios en las narrativas sobre el enamoramiento, en el cine, en la publicidad, en la música, en la literatura y en quién sabe que tantas cosas más.

“No me grites que así no escucho, no me odies que así no amo, no me empujes que así no avanzo, no me pises que no descanso, no me despiertes que así no sueño, no me molestes que así no hay paz, no me mates que así no vivo, ya no vivas si así me matas”

 

Y en la soledad nos vamos a encontrar…

Por Líderes de Opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Mtro. Miguel Camarena Agudo · Encargado de Corrección y Estilo del Sistema UNIVA 

 

Tres meses atrás un amigo vino de Barcelona a pasar un tiempo en esta ciudad. Y en una de las múltiples conversaciones que sostuvimos me contó una historia sobre un hombre que acudía todos los días a una cantina, cosa que no tiene nada de sorprendente, pues borrachos profesionales los hay por doquier. Lo interesante en el relato fueron algunas características, una de ellas era que él siempre estaba en la cantina antes de que abrieran (estoy de acuerdo, eso no tiene nada de sorprendente, pues un super poder de un borracho profesional es beber ininterrumpidamente por días, sino pregúnteles a los reyes del after o tome el recuerdo que tengan más a la mano y piensen en el vecino que encarna ese papel en su barrio o en la familia, por qué no). Pero volviendo a la anécdota, el hombre también solía ser el último en retirarse del lugar (Otra perogrullada narrativa, desde luego). Este personaje, además tenía la característica de no hablar con nadie y de separarse de la barra solamente en caso de una necesidad fisiológica. Con el cantinero utilizaba una mínima y necesaria porción del lenguaje, reservada exclusivamente a solicitarle sus tragos. Un día el silencioso parroquiano dejó de ir. Nadie echó de menos a este fantasma humano, hasta que llegó un familiar con el cantinero a decirle que lo acompañara al hospital, a solicitud de su cliente más asiduo. El tipo le dijo al cantinero que su hermano le pidió que por favor le informara a su único amigo de su estado de salud y de ser posible lo llevara hasta él.

Este relato trata, obviamente, sobre la soledad, pero de una soledad abrumadora por supuesto. Para Cioran la soledad no nos enseña a estar sin nadie, nos enseña a ser únicos. Por su parte Octavio Paz dejó plasmado en su obra El Laberinto de la soledad un tratado al respecto. Ahí escribió cosas como: el mexicano no sabe estar solo, al mexicano le abruma la soledad, el mexicano le tiene miedo a la soledad y demás vainas. Y tiene razón, a la mayoría le atormenta padecer dicho estado. Un reflejo de ello podrían ser las redes sociales que se nutren del sentimiento de soledad de millones de seres humanos, pues estos necesitan estar conectados todo el tiempo y a cada instante, para no dejarla entrar o poder ahuyentarla. Bueno, aunque pensándolo bien, la adicción a estar conectados todo el tiempo podría ser el reflejo de un vacío o una miseria existencial.

La figura del anacoreta al estilo de Zaratustra o Siddharta, es casi imposible de darse en estos tiempos, sino es que impensable. Son figuras, casi desterradas en su totalidad por la sociedad actual y no pueden, ni podrán ser modelos a seguir bajo ninguna razón. Porque el autoconocimiento no es una prioridad y además volviendo a Paz, es en el silencio y en la soledad donde nos encontramos con dos jueces implacables: Dios o con nosotros mismos; una calamidad. Pero ¿Serán ciertas las diatribas de Paz hacia el mexicano en ese aspecto? En primer lugar, considero es un tema general y no exclusivo de una nación; en segundo, concuerdo con ello. La mayoría de las personas que conozco no les simpatiza la idea de estar solos.

Para Nietzsche la soledad puede darse de dos maneras: por elección o por descarte. La primera es una virtud, según el filósofo alemán, la segunda una tragedia. En estos días, el encierro combinado con la soledad (forzosa) puede llevarnos a generar momentos de introspección, reflexión y meditación; o también, nos puede llevar a tener brotes de locura, paranoia, ansiedad, aburrimiento y depresión; posiblemente. Pero, la soledad sea producto de nuestra voluntad o no, nos guste o no, a veces es azuzada por la propia vida, quien gusta de enseñarnos cosas de manera poca ortodoxa.

Así que ya saben, compartan con sus conocidos aquello considerado gozoso por ustedes y disfruten del recogimiento colectivo. Siempre debemos experimentar y llevar con nosotros cosas que se puedan paladear en soledad y en silencio, eso ya poco atesorado y mejor conocido como intimidad.