Mtra. Julia P. Samperio Casco • Profesora líder del Centro de Competitividad y Emprendimiento Sostenible CCES·UNIVA plantel Guadalajara
Las personas son la verdadera riqueza de las naciones
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
El desarrollo sostenible, ha intentado ser, desde 2015 el eje rector del mundo, queriendo permear en diferentes entornos como el económico, empresarial, social, ecológico, tecnológico, pero sobre todo humano; sin embargo a pesar de los esfuerzos de la quíntuple hélice conformada por gobierno, empresa, organizaciones no gubernamentales, academia y sociedad civil, bajo la premisa de necesitar lograr un cambio de comportamiento en la sociedad, no se había tenido impacto.
La famosa Agenda 2030 de la ONU, con sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, llamó al mundo a generar un cambio en problemáticas de índole social y medioambiental a través de acciones concretas como la utilización de energía limpia, la reducción del hambre, de los residuos y la desigualdad, el cuidado de los recursos, más estrategias de salud y educación para todos, así como, el beneficio para los sectores de la población más vulnerables. Sin embargo, no ha existido presupuesto, publicidad ni personas que alcancen, para generar un verdadero cambio.
Hoy, ante la crisis de salud presentada por el COVID-19, mejor conocido como coronavirus, el mundo se ha volcado de nuevo hacia la generación de los lazos afectivos, el cuidado de las personas, de los recursos y, en general hacia una campaña de corresponsabilidad con el otro y los medios de comunicación tradicionales, así como las redes sociales han sido fundamentales para lograr permear dicha campaña.
El mundo se ha movido y conmovido por la fragilidad de la vida, la fragilidad de la grandeza económica, el temporal cierre de fronteras entre países, la modificación de vuelos y el libre tránsito entre personas. Todas las negociaciones de los tratados y acuerdos internacionales, han pasado a segundo término ante la protección de la población y, entonces, la soberanía nacional vuelve a ser imperativa.
Hoy, la aldea global con todo y su tecnología, su poderío económico y los grandes avances científicos, regresa a lo básico, quizás, porque la humanidad ha entendido que a pesar de haber existido por millones de años, hoy, lo que parecía lejano, imposible o parte de una película de ciencia ficción, para muchos, es una realidad; la continuidad de la vida humana corre peligro.
Sin duda alguna, este será un parteaguas para las economías, para los bloques comerciales y las integraciones económicas, para las grandes y pequeñas empresas, los emprendimientos, el gobierno y la sociedad civil. Todos deberán acudir al llamado de la naturaleza y poner como prioridad al ser humano, al uso responsable de la tecnología, al cuidado de los recursos naturales y materiales; reflexionando acerca del propósito por el cual ha sido creada cada empresa, cada organización, cada gobierno, cada vida.
De hoy en adelante, muchas cosas cambiarán porque, no sólo es el paso de la pandemia lo que nos tiene preocupados, es un alto en el camino en el que la sociedad dejó de lado la productividad para dar a la familia el tiempo que necesita, para aprender, para extrañar: el trabajo colaborativo, la comunicación sincrónica, las reuniones familiares, los conciertos, los museos, los eventos deportivos, los viajes y todas las expresiones de esparcimiento que generan valor en la experiencia de vida.
Nuestro planeta demanda un nuevo orden mundial en el que las potencias, las economías emergentes y los organismos internacionales sean los que guíen y busquen el bienestar de la población; en el que el ser humano sea el centro y justo ese, sea el objetivo del desarrollo sostenible inspirado en el desarrollo humano que según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2015) busca que cada uno de los habitantes tenga una vida en la que puedan realizar a plenitud su potencial con responsabilidad, para permitir que las generaciones futuras cuenten con los recursos necesarios y puedan de igual manera, ejercer dicho derecho.
Sin humanos, no hay mundo.
PNUD. Desarrollo Humano. (2017). Recuperado de: https://www.mx.undp.org/content/mexico/es/home/ourwork/povertyreduction/in_depth/desarrollo-humano.html