Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA
La llevada de la Virgen desde la catedral de Guadalajara a la basílica de Zapopan cumple 286 años de realizarse. Se trata de una celebración que, paradójicamente, se ha resistido siempre a entrar dentro de los estrechos límites del concepto “tradición”, o los ha reducido a sus aspectos más esenciales. Siendo como es una expresión de nuestra cultura regional, contiene y da vida a nuestra idiosincrasia, siempre abierta al futuro, pero no por eso desarraigada de los orígenes primordiales.
A diferencia de las tradiciones clásicas sujetas a fechas, formas y espacios, la llevada de la Virgen, a lo largo del tiempo, ha variado todo, excepto el punto de arribo. En los primeros tiempos la fecha del regreso se establecía cada año, después se fijó el 5 de octubre, luego cualquier día de octubre o noviembre, después se volvió al 5 de octubre, posteriormente fue el segundo domingo de octubre, y desde 1952 se estableció el 12 de octubre.
Las formas han tenido todavía más variabilidad, y en cuanto a las rutas se han alternado tres, la primitiva: Guadalajara – Mezquitán – Atemajac – Zoquipan – Zapopan, la antigua, que fue la de los Colomos, y la moderna, Alcalde – Ávila Camacho. La imagen de la Virgen ha sido transportada en todo tipo de carruajes: la llamada “estufa”, la “berlina”, o el “landau”, en carros alegóricos, en tranvía, en una moderna camioneta, o en andas, como se usó muy al principio.
La llevada de la Virgen tiene en común, con otras celebraciones parecidas, su carácter comunitario, es la sociedad la que ha ido construyendo esta festividad en consonancia con las autoridades eclesiásticas, con frecuencia al margen de las autoridades eclesiásticas, e incluso en contra de las disposiciones de las autoridades eclesiásticas, cuando éstas no han sido coherentes con las creencias de la gente, o se han sujetado a criterios que la gente no comparte.
La despedida de la imagen de la Virgen en Guadalajara, su acompañamiento, y la recepción en Zapopan, ha mostrado igualmente una enorme creatividad, un especial dinamismo y una constante evolución, lo cual la sigue colocando entre las devociones vivas de la comunidad.
Este año observaremos la primera llevada de la Virgen “en línea”, es decir, un traslado al cual podrán asistir todos, pero solamente a través de los medios de comunicación, eso sí, de todos los medios disponibles: televisión, radio, internet, y las diversas redes sociales. No es nada normal el recurso, pero a la vez expresa el propósito de la comunidad de seguir celebrando esta gran festividad. Ya desde antes mucha gente, impedida físicamente de hacerlo, se beneficiaba de los medios de comunicación para participar. La diferencia es que ahora de algún modo, todos estamos impedidos como consecuencia de una pandemia mundial agresiva, mortal, y hasta la fecha, indómita.
El éxito de esta medida dependerá ahora de la calidad tecnológica de los medios, y de la calidad y contenido de los mensajes, del manejo de todas las amplias posibilidades del mundo digital, y de nuestra capacidad para adaptarnos y vivir de esta manera lo que hemos vivido presencialmente.
Publicado en El Informador del domingo 11 de octubre de 2020.