Mtra. María Ana Rábago Agredano • Docente Ciencias de la Comunicación, Lenguajes y Multimedia
¡¡¡Hey!!! ¡¡¡Voltea a verme!!! ¡¡¡Te estoy hablando #%&*!!!
Es evidente que en los últimos tiempos, la comunicación en la sociedad es muy agresiva:
Ahora resulta que si en una manifestación no se destruyen los edificios o se tumban las puertas, no serán escuchados o vistos y es entonces que aunque duela, se justifica… ¿en serio? Lo triste es que terminan haciendo lo que tanto reclaman: la falta de respeto, la intolerancia, la humillación y denigración de otras personas que no piensan igual.
La promoción de algunos artistas, deportistas y hasta marcas transnacionales, utilizan la agresión humana, comercial e incluso familiar. Para hacer virales sus novedades e imagen se terminan riendo de las reacciones provocadas y de la respuesta de sus seguidores, pero lo más preocupante, es que se sienten satisfechos por haber logrado tanta atención, aunque sea negativa.
Los niños y jóvenes terminan haciendo lo mismo; ya no piden, sino que exigen; no se ganan las concesiones, las pelean e incluso amenazan con golpear, lastimar y a veces utilizan incluso la palabra “matar”, si no se les otorga lo que desean y creen merecer.
Algunos líderes de gobiernos o poderes, si no les dicen lo que quieren escuchar como respuesta social a sus actos, entonces utilizan la denostación, las comparaciones, la amenaza y la discriminación como respuesta. En diversas empresas, los jefes solo saben solicitar trabajos con soberbia y argumentos desafiantes, para dejar en claro su superioridad.
¿Es entonces una tendencia? ¿Es acaso verdad, que somos sordos y solo escuchamos los gritos?
Lo que vemos es que ante actos violentos y agresiones, sí hay respuesta, sí hay reacción, sí hay acciones… sí se toman en cuenta.
Entonces ¿Está bien agredir? para que me escuchen en casa, en el aula, en el trabajo o en la sociedad ¿hay que ser combativo, poco amable e incluso manipulador?
La situación es hacer sentir culpable al interlocutor, aun sin saber de qué; no se busca retroalimentación ni negociación o puntos de acuerdo, solo importa que una de las partes, la agresiva, obtenga lo que quiere, sin importar lo que quieren los demás… ¿Será entonces que agredir ya va a ser un derecho? ¿Te gusta esa nueva manera de comunicación?