Sofía Vega Encarnación • Alumna de Relaciones Internacionales
Cambio climático. Un término que en este siglo se ha hecho muy presente en todo el mundo. Lo que pocos saben es que estas palabras ya existían mucho antes de su auge. A lo largo de los años científicos han anunciado un gran cambio en el mundo para mal. Esto no es nuevo, ya que el planeta tiene varios ciclos. Uno de ellos es el calentamiento, que viene de manera natural. Luego sigue el enfriamiento. Lo que ha alarmado tanto a los estudiosos como a la población en general es la aceleración con la que se ha visto la elevación de temperaturas.
Tristemente, años pasados, los líderes del mundo no tomaron en cuenta las advertencias dadas ya que empezaba a despegarse la economía con el capitalismo y esto implicaba una mayor producción de bienes. ¿Qué es lo que da miedo? En pleno siglo XXI, la idea del cambio climático sigue apareciendo como mito en la mente de los políticos, o al menos eso es lo que intentan vender ya que son quienes continúan con planes que sí, probablemente traerán capital al país, pero devastarán los suelos, ríos, mares y con todo esto la pérdida de biodiversidad tanto en especies de fauna como de flora.
A pesar de que ya hay un porcentaje de la población que se está involucrando en tratar de aplazar este cambio, muchas más personas todavía siguen con la idea de que no les tocará vivir cuando el mundo esté en sus peores condiciones y puede que sea cierto, pero ¿qué ocurrirá con sus hijos? Una gran parte de la población mundial está compuesta por jóvenes. Lo peor es que ellos son los que están luchando por el cambio y no están siendo del todo escuchados.
Las alternativas que veo son algo imposibles puesto que involucran una gran modificación de la vida como la conocemos. Primero, los líderes deben de implementar políticas que en realidad ayuden no que sean unas simples simulaciones. Un ejemplo de esto puede ser el aumentar el impuesto para el consumo de carnes rojas, ya que la empresa de la carne es una de las que más contaminantes para el planeta. Sin irnos tan lejos, un ejemplo muy grande en el que ya se pueden vislumbrar las pérdidas de especies de cualquier tipo es con el proyecto del Tren Maya. El cual se piensa hacer “sí o sí”. Lo que se debe hacer con respecto a esto es replantearse los costos de las consecuencias a largo plazo y buscar otra alternativa para traer inversión al país. Una cosa muy importante que se les olvida a los políticos es el aprender a escuchar. El pueblo fue quien los eligió, pero ellos no los están tomando en cuenta, solo lo hacen para usarlos en sus discursos para conseguir la reelección o la aprobación de sus ideas.
Las alternativas para la población no son menos difíciles. Las personas necesitan cambiar sus hábitos, sus rutinas. Más que nada encontrar alternativas y estar presentes, involucrarse. En general lo que se debe de hacer es aceptar que esta es nuestra realidad y que debemos hacer algo para cambiarla o mejorarla ya que como dicen, no habrá otra alternativa para el hombre, no existe el “plan b” o como les gusta llamarlo, el “planeta b”.