Andrea Tamayo Cerda • Licenciada en Negocios de la Moda y Consultora de Imagen
Vestir a la moda, tener los mejores looks, comprar ropa para renovar nuestro guardarropa cada temporada y dejarse llevar por las rebajas, sin duda genera ilusión y emoción en la mayoría de personas, sin embargo, no siempre se habla de todo lo que hay detrás de ello.
Actualmente estamos viviendo momentos críticos en cuestión ambiental y sabemos que de no tomar acciones inmediatas los daños podrían ser irreversibles; sin embargo, cuando hablamos de cuidar el medio ambiente y los recursos naturales regularmente pensamos en otros ámbitos y no precisamente en la industria de la moda.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la industria de la moda es la segunda más contaminante del planeta: produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y transportes marítimos internacionales juntos, es considerada como una de las industrias más dañinas y contaminantes para el medio ambiente.
La producción textil es responsable del 20% de las aguas residuales globales y del 10% de las emisiones globales de carbono.
El modelo dominante en el sector es el de la “moda rápida”, que ofrece a los consumidores cambios constantes de colecciones a bajos precios y alienta a comprar y desechar ropa frecuentemente. De hecho, el consumidor compra por término medio un 60% más de ropa que hace una década y una pieza se utiliza solo diez veces antes de ser desechada. Entre otros datos alarmantes tenemos que:
- Se requieren 7,500 litros de agua para producir unos jeans.
- El sector del vestido utiliza 93,000 millones de metros cúbicos de agua cada año; una cantidad suficiente para que sobrevivieran 5 millones de personas.
- La industria de la moda es responsable del 20% del desperdicio total de agua a nivel mundial.
- La producción de ropa y calzado produce el 8% de los gases de efecto invernadero.
- Cada segundo se entierra o quema una cantidad de textiles equivalente a un camión de basura.
- La producción de ropa se duplicó entre los años 2000 y 2014.
A pesar del panorama tan desfavorable, cada día diferentes marcas de moda comienzan a tomar acciones en beneficio del medio ambiente, sin embargo, el mayor beneficio y cambio está en nuestras manos: los consumidores.
La mayoría de los problemas surgen por la falta de conocimiento; los consumidores solamente pasan por el proceso de llegar a una tienda y adquirir su prenda para vestirla, o en ocasiones es hasta más simple, comprar en línea, con un solo click se limitan a esperarla en la puerta de su casa.
Por lo que, tener conocimiento sobre todo el impacto social y ambiental que puede ocasionar una simple prenda es el primer paso para crear conciencia y poder actuar diferente.
Interesarnos en conocer los textiles que se usan y los procesos que se emplean para la fabricación de nuestra ropa nos permitirá realizar compras con conciencia y con ello, lograremos invertir en prendas funcionales que nos brinden versatilidad para darles mayor uso, evitando así prendas desechables y eligiendo marcas que tengan un compromiso real con el medio ambiente.
Aprendamos a comprar con conciencia, adquiere calidad no cantidad, ten los cuidados necesarios con tus prendas para alargar su ciclo de vida, revisa las etiquetas interiores para conocer su composición y crea un armario inteligente para que evites comprar con tanta frecuencia.
La responsabilidad y el cambio está en nosotros.
Si al lector le interesa conocer un poco más del tema, recomiendo la siguiente bibliografía:
- Organización de las Naciones Unidas (2019), El costo ambiental de estar a la moda, Recuperado de: https://news.un.org/es/story/2019/04/1454161