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Voces UNIVA

¿Qué vale más, el rating o la ética profesional?

Por Líderes Universitarios, Voces UNIVA Sin comentarios

Ana Lucia Sánchez Flores • Alumna de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación

 

En diciembre de 2005 se transmitió por el noticiero de Televisa Primero Noticias, supuestamente “en vivo” cuando un equipo de la Agencia Federal de Investigación (AFI) llegaba en un operativo de rescate a un rancho en donde se encontraban Florence Cassez, (supuesta esposa de Israel Vallarta) y el mismo Israel, un integrante de una banda de secuestradores. En el operativo se puede ver cómo entran a la propiedad, confiscan dos armas y como el reportero entrevista a los detenidos a punta de maltratos, con ayuda de los oficiales.

Más tarde fue confirmado por el procurador de justicia en ese entonces, Genaro García Luna, que la detención de Israel Vallarta y Florence Cassez había sido un día antes del supuesto operativo transmitido en televisión, que la detención no era un suceso ocurrido en ese momento, y con el pleno conocimiento, Carlos Loret de Mola, conductor del noticiero Primero Noticias, aseguró que se enlazaría en vivo a la transmisión del rescate, que no era más que un montaje hecho por la televisora.

Lo importante aquí, es que en la transmisión se pueden apreciar un par de sucesos que no sólo van directamente en contra de la ética profesional de todos los participantes, sino que incluso hasta son ilegales, cosa que más tarde, intervino en el juicio y fue clave para que Cassez quedara en libertad.

En primer lugar, la manera en que el reportero entrevista a los detenidos es un terrible ejemplo de abuso de poder que comete conjuntamente con los agentes de la AFI; ambos no sólo violan los derechos de los hasta ese momento, presuntos culpables, al grabar sus caras sin protección alguna y sin ser aún juzgados, y al hacer que contestaran sus preguntas a base de maltratos por parte de los policías que se pueden apreciar en el video, sino que también demuestra su poca ética profesional.

En segundo lugar, está el hecho de transmitir un operativo montado, asegurando su veracidad por parte de Loret, cuando él sabía perfectamente que no era más que un montaje planeado por la televisora y teniendo de cómplices a todos los participantes, incluyendo al procurador de aquel entonces, altos mandos en Televisa, el reportero, camarógrafo, los participantes de la AFI y hasta los mismos detenidos, cosa que probó la falta de ética y el poco respeto que sentían por su carrera y sobre todo, por su audiencia.

Se podría decir que este caso hace referencia a una frase comúnmente asociada a Maquiavelo: “El fin justifica los medios”, y en este caso, cada sujeto buscaba su propio fin, creando un medio común: la televisora necesitaba raiting; el conductor del noticiero quizá fue obligado o forzado a leer un telepronter, que es algo común en los conductores; desconozco las razones de los participantes en el operativo o incluso, si realmente eran de la AFI; y los detenidos, seguramente hicieron un trato con el procurador, mismo que de alguna forma a él lo beneficiaba y obstruiría la investigación, cosa conveniente para Florence que debido a eso quedó en libertad.

En conclusión, la ética y la moral son virtudes del ser humano, que no todos pueden tener, o no están dispuestos a conservarlas, pero son dos cosas realmente importantes para la formación tanto en lo personal como en lo profesional y el perderlas o dejarlas de lado puede tener consecuencias tan grandes como lo son el aceptar un trato como el anterior, y el ser juzgado de forma equivocada, ya que quizá todos tenían una razón aceptable para ellos, misma que los hizo prestarse a aquel montaje; aunque también se quedarán por siempre con la marca de haber participado, y aunque en el pasado o futuro, hagan cosas bien vistas ética y moralmente, jamás se olvidará que fueron parte de ello, y su moral jamás volverá hacer la misma.

 

La importancia del contexto social en el desarrollo de Diabetes Mellitus Tipo II

Por Líderes de Opinión, Noticias Sin comentarios

Dr. Roberto Magaña Espinoza • Coordinador académico UNIVA plantel Colima Médico cirujano y partero. Educador en diabetes por la Federación Mexicana de Diabetes y especialista en Educación Integral para la Salud por la UNIVA.

 

La diabetes mellitus tipo II (DMII), es actualmente uno de los problemas de salud que más aquejan a la población mundial. Se encuentra dentro de las primeras cinco causas de muerte en el mundo después de las enfermedades cardiovasculares. Las agendas y políticas públicas se han enfocado en tratar de mitigar esta epidemia invirtiendo los esfuerzos y recursos en el tratamiento médico de la enfermedad, para evitar sus temibles complicaciones, pero muy poco se ha llevado a cabo para corregir los factores socioculturales y económicos de la población, mismos que están presentes en el contexto social, laboral y familiar de los pacientes con DMII.

El concepto de salud en el ser humano ha tenido varios modelos y enfoques a lo largo de la historia de la humanidad. Desde la visión biologista, el modelo médico tradicional, la visión higienista, el empirismo anatomopatológico, entre otros. Pero no fue sino hasta el siglo XIX en el que aparece una visión que hasta ese momento no había sido relevante: la vida social del individuo como el origen de la enfermedad. Y aunque a partir de 1947, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideraría que la salud es el completo estado de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad, su visión siguió centrada en el individuo y no en el problema de la salud de los colectivos (Dary, 2005).

La DMII es actualmente una de las enfermedades crónicas degenerativas no transmisibles que más aquejan a la humanidad, llegándose a considerar una pandemia que afecta tanto a países desarrollados como a países en vías de desarrollo.

El número estimado de adultos que viven con diabetes se ha elevado a 366 millones, lo cual representa el 8,3 % de la población mundial adulta y se calcula que para el año 2030 aumente a 552 millones (Ramón, 2013). En México, la DMII es la segunda causa de muerte en adultos.

 En las últimas décadas se ha comprobado que el desarrollo de la DMII en individuos sanos está ligado a factores de riesgo relacionados con el estilo de vida de la sociedad contemporánea, como lo son los hábitos nutricionales no saludables, el sedentarismo y la obesidad y sus complicaciones, como las enfermedades renales, la perdida de la visión y la perdida de extremidades, generan un gran impacto psicosocial, afectando la calidad de vida de las personas y los recursos públicos en la atención de estos mismos.

A pesar de lo anterior poco se han enfocado las políticas públicas en atender de forma clara y precisa los factores de riesgo antes mencionados, fomentando el cambio de los malos hábitos de alimentación y revirtiendo la baja o nula actividad física en ciertos sectores de la sociedad.

Muchos de estos malos hábitos nutricionales provienen del contexto cultural en el cual la comida es un elemento importante en las relaciones sociales y en las muestras de afecto entre los individuos. Es bien sabido por todos que en muchos casos el éxito de un evento familiar o social se juzga por la “calidad” de la comida y la bebida que se ofrecen a los asistentes, teniendo en México las comidas tradicionales un alto contenido calórico.

Así mismo en el ámbito familiar las creencias sociales de degustar una bebida gaseosa con alto contenido calórico “en familia”, puede ser clara influencia de los mensajes mercadológicos de las compañías productoras de las bebidas, aunado al bajo costo de las mismas y la disponibilidad de estas cerca de todos los hogares de alto o bajos recursos.

Desde hace algunos años se publicó un estudio donde se hace referencia de la relación que existe entre el consumo de bebidas gaseosas de alto contenido calórico y el desarrollo de DMII, siendo México el mercado más rentable del mundo para estas compañías con el mayor consumo per cápita (Antonio, 2008).

En lo referente a la baja o nula actividad física por parte de algunos sectores de la población, es bien sabido que los altos índices de inseguridad aunada a la avanzada tecnología de los videojuegos y gadgets que utilizan los jóvenes, y que son sumamente atrayentes, han provocado que las generaciones actuales de niños y adolescentes recurran menos a andar libremente jugando por las calles como lo hacían las generaciones de hace tres o cuatro décadas y anteriores. A pesar de que se hacen algunos esfuerzos por tener zonas de esparcimiento adecuadas o lugares públicos acondicionados, no se llevan políticas públicas concretas para incentivar a la población a realizar actividad física recreativa de una manera cotidiana en lugares seguros.

Por último, en lo referente al contexto laboral y económico, las largas jornadas de trabajo y los bajos ingresos de las familias mexicanas, en conjunto con los factores antes mencionados me llevan a pensar que el desarrollo de la DMII no es sólo el desarrollo de una enfermedad y de un problema de salud, sino que se trata de la manifestación de un fenómeno social, que no se ha abordado de forma adecuada en las dos últimas décadas, repercutiendo en la calidad de vida de las personas que la padecen y en el gasto social de los tratamientos médicos y hospitalarios que solamente mitigan un poco o retrasan la aparición de las complicaciones derivadas del inadecuado control de la misma.

Es necesario y urgente que la medicina preventiva que ha tomado mucho auge los últimos años se enfoque en analizar y comprender más a profundidad los contextos sociales de la población mexicana, para así lograr crear políticas públicas que logren de manera efectiva modificar poco a poco los malos hábitos y creencias erróneas de la población, para así comenzar a disminuir la aparición de nuevos casos de DMII sobre todo a edades tempranas.

 

 

Referencias

  • Antonio, R. J. (2008). Consumo de bebidas para una vida saludable: recomendacionas para la población mexicana. Salud pública, 173-195.
  • Dary, C. M. (2005). La salud y la promoción de la salud: una aproximación a su desarrollo histórico y social. Cienc. Salud (Bogotá (Colombia), 62-77.
  • Ramón, C. L. (2013). Diabetes mellitus hacia una perspectiva social. Revista Cubana de salud pública, 331-345.

El alma robada

Por Líderes de Opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

Con este subtítulo la Deutsche Welle, una de las radiodifusoras internacionales de mayor prestigio, lanzó un interesante documental sobre el patrimonio artístico que los países colonialistas, Alemania entre ellos, sustrajeron de las naciones africanas ocupadas, sobre todo, durante el siglo XIX y parte del XX.

El ejercicio documental resultó neutral, impecable y crítico, provocando el replanteamiento de numerosas cuestiones que desde hace años siguen sin resolverse, aún más, desde hace siglos.

El botín de guerra fue costumbre primero de los pueblos bárbaros y después de los civilizados; sin mucho averiguar quién hubiese iniciado un conflicto armado o de qué parte estuviese la justicia, el ganador se convertía en saqueador de todo, no sólo del arte. Perviven incluso famosos monumentos que retratan el saqueo de las obras valiosas propiedad de los pueblos vencidos, por ejemplo, en el antiguo Arco de Tito. Napoleón y Hitler siguieron la misma escuela, pero con ellos y antes de ellos todas las potencias imperialistas han actuado de igual manera. En el mejor de los casos se han robado las obras de arte, en el peor, las han destruido, como fueron los casos lamentables del Partenón en Atenas o del Palacio de Verano de Pekín, ambos devastados por las tropas británicas.

Hoy día numerosos juristas, curadores museográficos, y expertos en arte están de acuerdo en que los patrimonios culturales sustraídos a los pueblos ocupados deben ser simplemente devueltos a sus creadores y poseedores originales, tal es la postura de Bénédicte Savoy, miembro del Colegio de Francia, o de Emmanuel Pierrat, entre muchos otros, pero rara vez ha sucedido, ya que una cosa es lo que digan los expertos y otra la que hagan los políticos. Grecia mantiene desde hace años una querella con Inglaterra exigiendo se le devuelvan las piezas que adornaban el Partenón y que los ingleses embalaron y se llevaron sin mayor problema. Otro tanto han exigido diversas naciones africanas, pero también Perú y México.

Si sólo Egipto lograra la devolución de su patrimonio, todos los museos de medio mundo perderían un alto porcentaje de su riqueza, y Egipto, además, no tendría donde exhibirla, aunque los egipcios dirían que ese ya sería problema de ellos.

Cuestión compleja, se ha dicho, pues no todo el patrimonio circulante fue necesariamente robado, muchas obras fueron vendidas o regaladas por particulares o por los mismos gobiernos constituidos. Luego, habría que ponerse a investigar como fue que tales o cuales objetos llegaron a los países que ahora los poseen, y revisar a fondo la actualidad y justicia de las leyes internacionales en esta materia.

Mientras el tema se discute, Mwanzulu Diyabanza, activista africano, se ha dedicado a sustraer piezas artísticas de su país, de los museos europeos que las ostentan, desde luego sin llegar más allá de la salida, pues su acto es más una denuncia que un intento real de recuperarlas. Sin duda que la UNESCO debe aplicarse a la solución de este problema mundial estableciendo posiciones de equilibrio que satisfagan a ambas partes, toda vez que el arte es el alma de los pueblos, y a nadie le agrada que le roben su alma para exhibirla en un museo.

 

Publicado en El Informador del domingo 1 de noviembre de 2020

Una clasificación de los extraterrestres de la ciencia ficción y la ufología según sus intenciones

Por Líderes de Opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Dr. Fabián Acosta Rico • Docente-Investigador UNIVA Plantel Guadalajara

 

“Un mundo nos vigila” era la frase de batalla del ya casi legendario Pedro Ferriz, uno de los pioneros en México y en América Latina en el tema ovni. Luego vendría Jaime Maussan del programa Tercer milenio a tomar el papel del “profeta” de los avistamientos y encuentro con extraterrestres; celebres y muy recordados fueron los reportajes de este periodista acerca del ahora mítico chupacabras.

Se podría decir que el tema ovni tuvo décadas de auge y de interés entre las grandes audiencias y público entre los años 70 y todavía hasta principios del 2000; en nuestros días ya ha decaído el gusto por alienígenas y esto se ve reflejado en el cine; últimamente ya no han salido nuevas películas sobre encuentros cercanos de ningún tipo y en las librerías de nuevo y de usado, ya escasea la literatura sobre el tema.

Los extraterrestres ya no están de moda; pero siguen siendo tema de conversación y muchas personas creen en ellos más, incluso, que en los duendes o en las brujas, como lo demuestra la encuesta presentada por el periódico El País en el 2017. En dicha encuesta levantada por la agencia consultora Glocalities, México y Rusia encabezan la lista de países con menos escépticos al fenómeno ovni y a la posibilidad de que exista vida inteligente en otros planetas; en porcentaje, el 61% y el 68% respectivamente, de los encuestados de estos países respondía que “Sí” a la pregunta de que no estamos solos en el universo.

En el presente artículo pretendo mostrar una sencilla clasificación de los extraterrestres que desfilan por las series de televisión, videojuegos, películas y en la literatura especializada.

A mí entender los alienígenas o turistas interplanetarios, están clasificados en dos grandes categorías en el imaginario ufológico, según sus intenciones y papel a jugar serían estas, por un lado, los visitantes y, por el otro, los guías; a su vez, cada una de éstas se subdividiría en malignos y benignos. Tenemos entonces cuatro categorías básicas que son explayadas y recreadas, como ya dije, en la literatura de ciencia ficción y, sobre todo en la ufología e incluso en la propia ciencia moderna. Para ésta última, con base en argumentos seriamente sensatos, como los expuestos por el astrofísico británico, Stephen Hawking, los extraterrestres, por mera probabilidad, en realidad existen en esta o en otras galaxias. Los que con toda posibilidad pudieran responder a las señales que mandamos al espacio serían, con toda seguridad, dueños de una adelantada tecnología quizás muy superior a la nuestra.

Ante nuestra invitación, estos hombrecillos verdes estarían tentados en venir; pero, como en la novela de H. G. Wells, la Guerra de los mundos, en películas como la de Día de Independencia (1996) y Señales (2002) o series como V: Invasión Extraterrestre… no vendrían en son de paz ni con buenas intenciones. En estas obras de ficción (y en otras más de una larga lista) el que sale a relucir es el tipo de extraterrestre que no queremos: el visitante maligno (o invasor) quien, al vernos y evaluarnos comparativamente, en nuestra calidad de seres inferiores con un planeta sumamente rico en recursos, optarían ya sea por depredarnos, saquearnos o ambas cosas.

Estos visitantes ocasionales, nos lo advierte fatalistamente Hawking, desencadenarían un verdadero apocalipsis sobre la humanidad y vendrían, en todo caso, a agravar nuestros problemas sociales, económicos y ambientales. El sueño de hacer contacto con otras formas de vida extraterrestre tiene aparejado un miedo; un miedo añejo sobre todo de los pueblos occidentales, el cual, evoca un remordimiento por una deuda no saldada con los pueblos nativos de América, África y Oceanía. Podría suceder, en una voltereta del destino, que se repitiera la historia del colonialismo moderno ahora con distintos actores de mundos diferentes. Qué tal si llegaran del espacio sideral conquistadores que, sobrados en sus ínfulas de superioridad, no tuvieran compasión alguna en su propósito de destruir nuestra civilización, esclavizarnos y explotar un mundo que reclamaríamos y defenderíamos como nuestro. Como se ve, mutatis mutandis, esto ya ocurrió durante el “descubrimiento” y conquista de América.

Por otro lado, la única ganancia entre tantas perdidas podría ser que forzados por este belicoso encuentro cercano del tercer tipo, se despertaría entre los pueblos y los gobiernos del mundo una conciencia planetaria y, como en la novela gráfica Watchmen de Alan Moore, pactaríamos entre nosotros la paz para enfrentar una amenaza extraterrestre común.

Otra posibilidad contemplada en este hipotético y futuro encuentro con viajeros del espacio exterior es que también lleguen ocasionalmente a la tierra; pero al estar en todo sentido, más evolucionados que nosotros y siendo dueños de un grado de conciencia superior, adviertan el mal que estamos ocasionando a nuestro mundo, a la naturaleza y a nuestra propia espacie y, en un acto de bondad y generosidad, decidan rescatarnos de nosotros mismos; esta es la idea central de la película El día que la tierra se detuvo (1951); o quizás nos compartan para nuestro auxilio, un poco de sus avances tecnológicos o culturales como lo explica otra película: La llegada (2016).

En este mesianismo alienígena la humanidad reconocería de frente a las estrellas, su ineptitud y aceptaría sumisa la guía de sus maestros celestes. Los libros de J.J. Benítez, Caballo de Troya, los cuales insinúan el posible origen alienígena de Jesucristo, respaldan la hipótesis de que los seres humanos necesitan de dichos guías interestelares que les vengan a sacar del error y despejen la oscuridad de su ignorancia.

Aparte de la categoría de los visitantes ocasionales, está la de guías malignos o benignos de la humanidad. En esta categoría se parte de la premisa de que ya hemos hecho contacto con los extraterrestres, pero no de forma oficial, como en la película Hombres de Negro (1997); y no sólo eso, además ellos tienen el control del destino de la humanidad. Un experto en este tipo de teorías conspirativas ufológicas es el exjesuita Salvador Freixedo; quien sostiene la aventurada hipótesis de que los dioses de las mitologías, incluido también el del judeocristianismo, fueron y son en realidad extraterrestres que tiránicamente sometieron a los pueblos de la antigüedad y ahora están de regreso, blandiendo las mismas malignas intenciones. Ellos son los verdaderos amos del mundo; pero su dominio lo ejercen de manera secreta u oculta.

También entra en esta categoría la teoría conspirativa de los alienígenas con apariencia de reptiles y forma humana, conocidos como “reptilianos”, supuestamente desenmascarados por el exjugador de fútbol británico y comentarista deportivo, David Icke. Estos alienígenas-guías-malignos dominan el mundo haciéndose pasar por seres humanos normales; asumen roles importantes de todo tipo, desde monarcas, como la reina Isabel II de Inglaterra, hasta artistas como Angelina Jolie.

Por último, en la categoría de extraterrestres-guías-benévolos estarían seres como los perfilados por la neomitología pleyadiana. De entrada, a los pleyadianos los describen sus creyentes como menos mundanos que los reptilianos; los podríamos definir como una puesta al día de los maestros ascendidos de la Teosofía de H. P. Blavatsky.

Provenientes supuestamente de las estrellas Pléyades, estos alienígenas de apariencia más que humana angelical, fueron los creadores de la humanidad; con su ADN fuimos confeccionados, por tanto, estamos emparentados genéticamente con ellos, de allí que nos parezcamos, aunque en concurso de belleza y carisma nos ganarían. Como sea, los pleyadianos están de regreso y ejercen una influencia sutil sobre la humanidad cumpliendo con su misión de ayudarnos a dar un salto evolutivo hacía una espiritualidad más elevada; al final, nos moldearán con su ciencia casi celestial para ser como ellos: seres de luz y de bondad.

En las categorías visitantes benignos y guías malignos y benignos, los teorizadores de estas doctrinas ufológicas tentativamente, también les pueden atribuir o no, a estos viajeros de otros mundos, la creación o modelación de la humanidad tal y como lo dice la versión más audaz de la panspermia. Considerándolos entonces como creadores, padres o dioses.

Nuestra lucha en cuarentena

Por Líderes Universitarios, Voces UNIVA Sin comentarios

Mariana Guadalupe Rodríguez Vera • Alumna de 5D HSC Bachillerato UNIVA

 

Ya han sido varios meses los que hemos pasado en confinamiento, acompañados mayormente de nada más que nuestra propia compañía, y es que en esta nueva normalidad es primordial distanciarse y es así que con el aislamiento hubo una forma de encontrarnos a nosotros mismos, pues ¿qué tanto podríamos haber buscado la aprobación social?, ¿cuándo la opinión de los demás se convirtió en la nuestra?

En una búsqueda de formar la identidad y con el peligro que conlleva esta pandemia, nuestras emociones están a flor de piel y eso me lleva a cuestionarme el cómo hemos despertado aquí en este contexto. Es asombroso ver cómo en estos momentos donde la mayoría nos hemos sentido vulnerables, lo hemos logrado sobrellevar; nuestra ira nos ha llevado a luchar por nosotros mismos y a darnos cuenta de que nunca, por poner un ejemplo, debimos de estar con la cabeza agachada, ni por nuestro color de piel, por el hecho de ser mujer y mucho menos por nuestra forma de amar. La pandemia no ha discriminado y ha atacado a muchos por igual.

Construirnos y establecer nuestra personalidad, a mi parecer, es un acto de valentía y amor propio; no todos se atreven a hacerse ese corte de pelo ni a teñir con ese color los mechones, vestir la ropa ya sea holgada o muy ajustada o mostrar aquellas marcas que quizás el pasado cicatrizó sobre la piel e incluso, mostrar hasta la piel misma, que es lo que resalta nuestra belleza.

Mes tras mes todo fue cobrando forma tanto en mí como en mi círculo cercano, nos vimos crecer y desenvolvernos en lo que éramos conducidos por ese sentimiento acrecentado de hacer justicia y, fuimos alzando nuestras banderas, aquella bandera morada por nuestras hermanas, madres e hijas, por todas aquellas mujeres víctimas de la violencia; también la bandera negra con el puño en alto por nuestros hermanos que han sido oprimidos únicamente por su tono de piel. No olvidemos a los creyentes que son cuestionados por su ideología y su Dios y, por último, la bandera de todos colores, pues el amar no debería ser tampoco una causa de inferioridad o discriminación.

Así que, los invito a que peleemos, sintamos, amemos, tengamos compasión y empatía; permitámonos sentir ese coraje en la sangre que nos impulsa a decir lo que creemos y defendámoslo…

Y tú, ¿quién eres? ¿tú qué defiendes?

 

Otro criterio para evitar el botón de emergencia

Por Líderes Universitarios, Voces UNIVA Sin comentarios

Estrella Aguilar Reyes • Pasante de la Licenciatura en Médico-Cirujano UNIVA

 

En las últimas semanas, hemos vivido en constante alerta desde que nuestro gobernador el Sr. Enrique Alfaro, emitió un comunicado sobre la nueva estrategia para evitar el alza de casos de COVID-19 en la entidad, “el botón de emergencia”; que consta de 2 parámetros: la saturación del sistema hospitalario al 50% y la tasa de incidencia semanal por fecha de inicio de síntomas, que alcance los 400 casos por millón de habitantes. Una vez alcanzados o rebasados alguno de los indicadores, Jalisco se verá obligado a un paro de actividades durante 14 días.

Todos sabemos las consecuencias que implica, pero ¿por qué se opta por una opción tan radical?

Se ha evidenciado el incremento de casos confirmados por el radar Jalisco de manera importante, desde el mes de junio 2020. Lejos de ser una medida sanitaria ejercida únicamente por el gobierno de Jalisco, ésta es un criterio que viene guiado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicando así el 19 marzo de 2020: Considerations for quarantine of individuals in the context of containment for coronavirus disease (COVID-19) donde se explica a quiénes debe ser aplicada la cuarentena y su principal función, retrasar el pico de la enfermedad (lo que evitará el colapso del sistema de salud y ayudará a disminuir el contagio).

Si bien, encontramos debates ante la situación crítica de la economía local y nacional, se buscan alternativas que permitan la reactivación económica sin el incremento de casos de COVID-19 y, efectivamente, la cuarentena sola no es suficiente.

La red global independiente de recopilación e investigación en salud “Cochrane” puso a disponibilidad el 29 de junio 2020 una interesante revisión sistemática llamada ¿Controla la cuarentena sola o en combinación con otras medidas de salud pública el coronavirus (COVID-19)? donde se intenta dar respuesta a esta duda.

A pesar de las dificultades en el análisis de los 29 artículos seleccionados y las limitantes de la información. Se encontró que, en los diversos estudios, la cuarentena evitó entre el 44%-81% del contagio de personas con la enfermedad y entre un 31%-63% la disminución del número de muertes, en comparación con no usar ninguna medida; resaltando que la cuarentena tenía más eficacia en conjunto con otras medias sanitarias (uso de cubrebocas, distanciamiento social, cierre de escuelas, realización de pruebas diagnósticas, etc.).

En el caso particular de Jalisco, en el periodo de cuarentena del mes de abril fue bajo el número de casos confirmados y permaneció así durante el mes de mayo, como se puede observar en los gráficos de radar Jalisco; pero repuntó en junio y se ha seguido incrementando hasta la fecha, encontrándonos simultáneamente que, el índice de movilidad incrementó de 63% en mayo a un 69% a la fecha de corte en junio 2020, llegando casi al límite para el semáforo rojo, por lo que Secretaria de Salud Jalisco se dio a la tarea de publicar el comunicado Evitemos el botón de emergencia, está en nuestras manos -donde menciona textualmente- En medio de la reactivación gradual de nuestra economía, pese a que logramos dar un respiro en este sentido a Jalisco, la actitud relajada y la falta de corresponsabilidad de quienes no tenían por qué estar en las calles, nos llevaron a un punto de mayor desgaste, haciendo un llamado a la población para colaborar de manera activa en todas las medidas que en conjunto con el sector salud, se han establecido. Reglas para el uso de transporte público y apertura de negocios, estornudo de etiqueta, uso correcto de mascarilla, guías para la fabricación de cubrebocas caseros (establecidas por el Centro de Control de Enfermedades (CDC) y la OMS), lavado de manos, sana distancia, cuidados preventivos en el hogar, líneas telefónicas en caso de sospecha de contagio, un centro de aislamiento voluntario, mapa para identificación de zonas de riesgo y en el último de los casos, el botón de emergencia, como parte de la estrategia contra la pandemia.

Evidentemente, es necesaria la participación social de cada jalisciense para su funcionamiento, llamando entonces a esta nueva etapa “fase de la responsabilidad individual”.

México en otras ocasiones ha demostrado su solidaridad en escenarios catastróficos, uniéndose y colaborando juntos por el bien común, hoy tenemos la misma oportunidad de hacerlo, por los trabajadores de la salud, nuestras familias, los grupos vulnerables y por nosotros mismos.

Sigamos utilizando y promoviendo las prácticas sanitarias correctas, podemos evitar el botón de emergencia y tú lector, eres pieza fundamental para lograrlo.

Youtuberos

Por Líderes de Opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

Todo comenzó en 2005, cuando tres jóvenes estadounidenses, crearon en la web un espacio para que cada quién hiciera sus propios programas de televisión, es decir, sus videos, y los subiera para la vista de todos; de por sí “Youtube” significaría, en lenguaje coloquial, “tu tele”. Un año después la empresa valía 1,600 millones de dólares, que pagó Google para quedarse con la iniciativa.

Muy pronto a quienes hacían videos para subirlos a las redes se les llamó, en español castizo, “youtuberos”, y todavía más pronto muchos comenzaron a hacer negocio con este trabajo. Los iniciales videos de amigos en fiestas o excursiones pronto dieron paso a programas, documentales y noticieros domésticos, pero también a inversiones especialmente hechas para generar programas con todo tipo de intenciones políticas y sin el menor escrúpulo a la hora de divulgar “falsas noticias” con todos los recursos para que parecieran verdaderas. En ocasiones “todos los recursos” se redujeron a los mínimos posibles siempre y cuando sirvieran para esparcir cuantas ocurrencias viniesen a la mente del productor y, sobre todo, del patrocinador.

Hoy día en Youtube podemos encontrar producciones especialmente destinadas a desprestigiar a tal o cual país, algunos de éstos, se dedican a desprestigiar cuanto tenga que ver con China, otros se la toman en contra de tales o cuales personajes públicos o privados, sea para favorecer a éste en contra de aquél, o justificar todo tipo de acontecimientos, si son simpatizantes, o minimizarlos y devaluarlos si son oponentes.

Hay programas donde aparece un par de jóvenes diciendo mentiras del tamaño del planeta con una firmeza impresionante, o comentaristas aislados haciendo lo mismo.

La vastedad y sobre todo la variedad en el grado de veracidad de los programas que se pueden ver en Youtube, convierte este sitio en un verdadero terreno minado, en un jardín donde se mezcla lo real con lo aparente, las frutas de plástico y los paisajes inexistentes, con los escenarios reales y las frutas comestibles. Si en el pasado la falta de información y el reducido acceso a la educación hizo a la gente aceptar que no lo sabía todo, hoy debemos aceptar que creemos saber todo, pero no podemos estar seguros de nada, ya que en todas las redes informativas circulan más los intereses que la búsqueda de la verdad.

Pero además de las manipulaciones políticas y comerciales de este recurso, existe el mundo de los aficionados que no solamente buscan la fama de tener muchos seguidores, sino también la ganancia. En efecto, desde el momento en que tener seguidores en Youtube significa obtener dinero, lo de menos será el modo que emplees para lograrlo; por cada seguidor que le da “clic” a la campanilla, la empresa obtiene un peso, del cual da veinte centavos al youtubero, así que el reto es hablar de lo que sea, en especial de lo que resulte más escandaloso, con tal de obtener miles de seguidores, y ver cada mes los resultados en la cuenta bancaria.

Que de este manejo puedan derivarse consecuencias desastrosas para personas, instituciones y países, o es lo de menos o es justo lo que se pretendía.

Publicado en El Informador del domingo 25 de octubre de 2020

Sobre racismo, inclusión y los males del cine

Por Tendencias, Voces UNIVA Sin comentarios

José Alejandro Domínguez Islas • Alumni Bachillerato UNIVA

 

Desde hace un par de años, el mundo del cine y la televisión ha tenido una evolución abismal en la visión incluyente que sus películas y series proyectan sobre el mundo. Aunque para muchos, estos medios son sólo un entretenimiento o escape, la realidad es que las obras de ficción normalmente son un reflejo de nuestro presente, al cual queremos seguir visualizando de la manera más cómoda y menos problemática que se pueda, aunque eso implique vivir en una burbuja, cegándonos ante los males de la industria y, por ende, de los males del mundo. Más que profundizar en un solo caso, es importante reflexionar sobre varios de los comentarios y posturas que se producen a raíz de las historias que vemos en pantalla, y fuera de ella.

“Tinkerbell y la Sirenita no pueden ser negras, tienen que respetar el concepto original del personaje, en ese caso también está bien un Black Panther y Pocahontas blancos”.

No. Primero, tenemos que remontarnos a la creación de estos personajes y el porqué de su físico. Por un lado, tenemos al rey de Wakanda, una región en el continente africano donde sabemos que la piel negra predomina. Su color, en conjunto con las características culturales, forman parte del propio diseño del personaje, mismo que representa fielmente a millones de lectores de cómics que no habían tenido un modelo a seguir tan cercano, en comparación con héroes más populares como Superman, Batman, Spider-man, Iron Man, Capitán América, Flash, Linterna Verde o Thor; con quienes notamos como la balanza se inclina por mucho, a la idea del hombre blanco como protagonista de las viñetas.

Por otro lado, tenemos a la protagonista de Pocahontas (1995), la segunda princesa no blanca de Disney después de Jazmín en Aladdin (1992). Como recordaremos del clásico animado, la historia de una nativa americana enamorándose de un inglés depende totalmente del físico de ella, no podría haber una protagonista rubia, pelirroja, asiática o latina, dado que la propia trama lo impediría al momento de diseñar el personaje o elegir a una actriz para un live action. Mismo caso para Mulán, Moana o Mérida, sus diseños están fielmente representados por la cultura de la que provienen, por lo que es claro que no podrían ser alteradas físicamente.

Sin embargo, en el caso de Tinkerbell en Peter Pan (1949) o Ariel de La Sirenita (1989), son criaturas ficticias que no dependen de rasgos físicos determinados. Es un hada y una sirena que fueron concebidas como blancas, básicamente, porque era lo convencional de aquellas épocas, no hay más. No hay un solo elemento de las representaciones que Disney hizo para que en futuras adaptaciones tenga que mantenerse fiel a la estética del hada rubia y la sirena pelirroja. Incluso hemos visto otras versiones de los personajes, como Julia Roberts en Hook (1991) con un cabello rojizo, o Loreto Peralta siendo una rubia sirena en La Sirenita (2018), sin embargo, nadie pareció tener queja alguna sobre estos cambios. Ante ambos casos recientes, un cambio era incluso necesario para renovar la idea anticuada de que los protagonistas de estas historias debían ser blancos, y a pesar de que no apruebo la idea de la elaboración de remakes sobre los clásicos animados de la compañía, al menos es grato saber que hay una generación que crecerá viendo personajes con los que se puedan sentir más representados. Queda esperar que sean sobre todas las cosas, buenas películas, algo que puede resultar desafiante tomando en cuenta los resultados que Disney ha presentado, pero es una discusión muy distinta a la representación de minorías en pantalla.

“Las reglas de inclusión del premio Oscar harán que, en vez de premiar a las buenas películas, gane la que sea más políticamente correcta”

Hay demasiada desinformación respecto a este tema que me gustaría aclarar. La Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas reveló a inicios de septiembre, los nuevos requerimientos que se pedirán a las cintas que quieran ser consideradas para la estatuilla a mejor película del premio Oscar a partir del 2024. Para ser nominadas, las producciones deben tener al menos dos de las siguientes cuatro nuevas reglas:

 

  1. Representación en pantalla, temas o narrativas: Películas nominadas, incluso ganadoras, como Parasite (2019), Little Woman (2019), Marriage Story (2019), BlacKkKlansman (2018), Roma (2018), Black Panther (2018), The Favourite (2018), A Star is Born (2018), Three Billboards Outside Ebbing, Missouri (2017) The Shape of Water (2017), Get Out (2017), Lady Bird (2017), Call Me by Your Name (2017), Arrival (2016), Hidden Figures (2016), Moonlight (2016), La La Land (2016) Fences (2016), y Lion (2016); han abarcado esta categoría perfectamente, ya sea por tener de protagonistas a mujeres, afroamericanos, asiáticos, latinos, personas de la comunidad sorda y LGBTQ+, o por abordar temas relevantes de los mismos grupos. La gran mayoría han sido bien recibidas por la crítica y la audiencia, me es raro pensar como este requerimiento podría afectar a que no se premie el “verdadero arte” del que muchos se han quejado en redes sociales.

 

  1. Liderazgo creativo y jefes de departamentos: Siguiendo con la misma línea, al menos dos personas de las distintas áreas de la producción (director, guionista, productor, editor, maquillista, fotógrafo, etc.) tendrían que ser pertenecientes a las minorías mencionadas. Además, se espera lo mismo con el crew, asistentes, gaffer, supervisor de guion, etc. Otro requisito bastante sencillo considerando que hoy en día, es más común ver una diversidad presente liderando distintos departamentos en la realización de las películas.

 

 

  1. Acceso a la industria y oportunidades: Las productoras y distribuidoras habrán pagado a internos y pasantes pertenecientes a los grupos no representados y antes mencionados. Esto abriría el panorama para toda clase de persona interesada en generar experiencia y práctica en la industria del cine, tomando como prioridad en estas reglas a mujeres, afroamericanos, latinos, personas con alguna discapacidad física o cognitiva, entre otras minorías que anteriormente, no tenían la misma oportunidad.

 

  1. Representación en marketing, publicidad y distribución: Creo que se explica por sí solo, pero pondré un ejemplo de cómo algo tan simple puede olvidarse. Cuando revelaron el poster oficial de Avengers: Endgame (2019), Marvel cometió un terrible error ante una de las actrices de la película; mientras que todos los superhéroes aparecían con el nombre del actor y actriz que les daba vida, el personaje de Okoye era el único que, si bien tenía presencia visual, el nombre de la actriz, Danai Gurira, había sido olvidado. Añadieron el nombre de Bradley Cooper y Josh Brolin que dan voces a Rocket Racoon y Thanos respectivamente, pero olvidaron a la actriz de ascendencia africana en el poster oficial de la hoy película más taquillera del mundo. Afortunadamente, la presión social generada en Twitter hizo que se modificara a tiempo para el estreno, pero es una tragedia que al día de hoy ocurran estos descuidos en la publicidad de distintas cintas.

 

Con dos de estos cuatro requisitos, cualquier película puede ser contendiente para el galardón, y siendo realistas, los más sencillos y accesibles son el segundo y tercero, por lo que, si esas reglas hubieran sido aplicadas este año, cintas como Once Upon a Time in Hollywood (2019), The Irishman (2019) o Joker (2019), igual podrían tener la posibilidad de entrar en la lista a pesar de no tratar con temas de minorías o tener un cast diverso. El tiempo dirá que tan efectiva fue esta idea, a simple vista es algo que ya se venía implementando durante los últimos años, por lo que el escándalo que se provocó pensando que ahora todas las películas tendrían que ser “políticamente correctas”, pareciera ser solo una mala interpretación de la información, cuando la realidad nos ha mostrado que es algo que ya se ha estado haciendo en cierta medida y que vivir en un mundo más justo y equitativo, no solamente es dar presencia a las minorías frente a la cámara, ya que la importancia debe darse entre todos y todas quienes también están detrás de ella.

“Ay se ve muy prieta” Fue lo que probablemente dijo el que editó la foto de Yalitza Aparicio para la revista mexicana ¡Hola! en una edición de febrero de 2019. En aquel momento, la película Roma (2018) de Alfonso Cuarón estaba arrasando en distintos círculos de premios, y ni hablar de su protagonista, la cual se había convertido en la primera mujer indígena nominada a un Oscar. La famosa revista no pudo dejar pasar la oportunidad para tener una entrevista y una sesión de fotos con ella. ¿Qué es lo que salió mal? Al momento de revelar la portada, se veía claramente más que un retoque; la fotografía tenía un blanqueamiento en la piel de la actriz. Resulta increíble como muchas revistas internacionales que, de igual manera tuvieron sesiones con la nominada, en ningún momento tuvieron que recurrir a alterar el físico como se hizo en México, al contrario, se notaba que empoderaban su color de piel.

Y si creíamos que solo pasaría con ella, estábamos equivocados; en julio de 2020 la revista BadHombre retrató al actor de Ya No Estoy Aquí (2020), Juan Daniel García Treviño, con un blanqueamiento muy notable. ¿Qué tan clasista debe ser un país para que dos de sus revistas oculten la piel morena de sus modelos mientras en el cine y los medios internacionales se empodera y refleja con naturalidad como son?

A partir de estos tres casos podemos deducir el problema que arrastra el mundo del cine desde su concepción: sistemáticamente, la idea del hombre blanco ha dominado la industria.

Desde la representación en pantalla, las películas premiadas y la manera en que son reflejadas ciertas minorías, se ha estructurado durante décadas, que el protagonismo sea de un grupo en específico. Para lograr una sociedad más justa y equitativa, no es necesario derrocar toda película que no hable sobre minorías o los tenga de protagonistas, es entendible que hay muchas historias en que su fin no es este, pero es vital entender que estos grupos estaban ante una desventaja social, mientras que otros, siempre han tenido al sistema jugando a su favor. No se puede seguir permitiendo. Tenemos que continuar abriendo la discusión y eliminando del pensamiento a la figura blanca como única protagonista de la industria, es de suma importancia promover la diversidad y representación mediática. De lo contrario, estaríamos repitiendo los mismos errores del pasado, en los que una sola visión, ha permitido que los males del cine, sigan reflejándose en los males del mundo.

 

Aceites comestibles

Por Líderes Universitarios, Voces UNIVA Sin comentarios

Monserrat Zavala Moreno • Pasante de la Licenciatura en Nutrición UNIVA

 

Los principales aceites comestibles están conformados por aceites para ensaladas y para cocinar. Y el principal uso en la cocina es la fritura, donde funciona como medio transmisor de calor, aportando sabor y textura a los alimentos.

Los aceites más saludables son los altos en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, pero cuando se trata de cocinar no todos los aceites son iguales, ya que algunos soportan el calor y otros no.

Al cocinar con aceite a altas temperaturas (más de 180° C), se produce un cambio en las estructuras moleculares; el aceite pasa por un proceso de oxidación, donde reacciona con el oxígeno en el aire para formar aldehídos y peróxidos lipídicos. Pero la pregunta sería, ¿cómo y cuál de estos aceites utilizar?, un estudio de la Universidad de Montfort, analizó el aceite de girasol, aceite vegetal, de maíz, de oliva refinado y extra virgen, de colza, mantequilla, de cerdo y de ganso. Lo que encontraron en el estudio fue que los aceites ricos en grasas polinsaturadas (maíz, girasol) generan niveles altos de aldehídos, a éstos es mejor utilizarlos a temperaturas bajas, en cambio, el de oliva, colza, mantequilla y grasa de ganso generan menos aldehídos, el motivo es que éstos contienen ácidos grasos saturados y monoinsaturados y por ello, son más estables al igual que la manteca de cerdo.

El punto de humo es la temperatura en el que el aceite comienza a ahumar y a descomponerse; los aceites con punto de humo alto que son buenos para freír o sofreír a temperaturas más altas, son el de cacahuate, sésamo y soya. Los de punto moderado, para fuego medio son el de aguacate, maíz, canola y oliva. Un aceite ideal sería el de oliva porque tiene el 76% de grasas monoinsaturadas, 14% de grasas saturadas (que son las resistentes al proceso de oxidación) y 10% de poliinsaturadas.

Las recomendaciones serían:

  1. Freír menos, especialmente en temperaturas altas.
  2. Si se fríe que sea con poca cantidad y no a tan alta temperatura.
  3. Utilizar un aceite con alto contenido de grasa monoinsaturada.
  4. No reutilizar el aceite.
  5. No mezclar aceites.
  6. Almacenarlos en un lugar oscuro y fresco para aumentar su vida útil.

 

Referencias

La familia como Iglesia doméstica en tiempos de pandemia

Por Tendencias, Voces UNIVA Sin comentarios

Alejandro Mayoral Saldaña • Estudiante de la Licenciatura en Teología UNIVA Online

 

El tiempo de pandemia ha replegado a las personas a permanecer en casa. Los templos, lugares de reunión para celebrar la fe, han quedado vacíos. Si existía la inercia en el mundo de desplazar la vivencia de la espiritualidad del templo a la vida, ahora las circunstancias han acelerado ese proceso. Así como el confinamiento llevó a las personas al aprendizaje del uso de la tecnología de manera acelerada, en este momento, la búsqueda del sentido de la vida se vuelve también apremiante.

Si entendemos la espiritualidad, desde nuestra humanidad, como la manera de canalizar la energía interna hacia la construcción de nuestra persona para vivir en profundidad, o como el contacto que la persona tiene con su interior que lo lleva a descubrir a Dios, entonces, la primera búsqueda de Dios está en el interior y después en los ritos. Es decir, el encuentro con Dios en la vida es previo a la búsqueda de Dios en el templo.

La búsqueda de la trascendencia va más allá de las religiones, del templo y de los ritos. Estos últimos podrían asemejarse al vaso que contiene el agua, siendo el agua la espiritualidad. Sin embargo, puede haber varios tipos de contenedores y resguardar bien el agua, la espiritualidad que contienen. Martin Luther King fue un gran profeta, como lo fue monseñor Romero o Mahatma Gandhi. Todos vivían el encuentro con Dios que los lanzaba a la construcción de su Reino, pero el contenedor del agua era diferente.

Hay quien habla de la añoranza del templo por la cuarentena, pero, si la divinidad habita en la persona, ¿será tan necesario el templo? ¿No será que se ha reducido a través de la historia el encuentro con Dios sólo en el templo? ¿No es la familia un lugar sagrado a quien se le ha llamado la iglesia doméstica? ¿Es posible encontrar a Dios y construir su reino en las relaciones interpersonales? Hoy tenemos la gran oportunidad de descubrir a Dios actuando en la vida, no sólo en los ritos. Los ritos sin amor, que no llevan a acciones concretas de bondad al prójimo en la vida ordinaria, son actos vacíos, secos, no fecundos.

Las primeras comunidades cristianas nacieron en los hogares de los conversos. Fueron estas familias quienes se convirtieron en centros de evangelización, de anuncio de la buena nueva. Lugares en los que a los cristianos los reconocían por la forma en cómo se amaban. Su vida comunicaba esperanza y no había necesidad del templo para evangelizar. ¿Será posible que las familias de hoy se vuelvan a convertir en lugares donde se dé testimonio del amor de Dios?

El papa Francisco nos ha llamado a ser una Iglesia de salida, una Iglesia cercana a la gente. Y, en este contexto, la Iglesia doméstica, la familia, está llamada a eso. Su exhortación apostólica sobre el amor en la familia, Amoris Laetitia, es clara y contundente. Habla de lo que la ciencia llamaría hoy en la investigación indicadores. Es decir, signos visibles y observables de la presencia del amor de Dios. Si los ritos tratan de comunicar verdades de fe, las familias están llamadas a dar testimonio de la manifestación del amor de Dios a la humanidad. No es una utopía. Es posible.

Amar en familia es ser Iglesia que acoge a Dios. La tolerancia, el servicio, el perdón, el diálogo, la paciencia, la comprensión y el no tener envidias, son signos visibles del amor de Dios entre los seres humanos que, vividos en familia, se convierten en clases magistrales de la primera y más importante escuela de vida cristiana: la familia.

Más allá, la vida vivida en profundidad, en una búsqueda constante del sentido de la existencia, abre la puerta al encuentro con Dios, con los demás, consigo mismo y con la naturaleza. Paradójicamente, la vida interior auténtica, no aísla a las personas, sino que las une con lo que las rodea. Los seres humanos que viven una vida interior fuerte dan la vida al servicio de los demás.

No perdamos la esperanza en el confinamiento. Veamos más bien la gran oportunidad de la vida de poder crecer espiritualmente en el encuentro con aquellos con quienes compartimos en el hogar. Este es un llamado para todos. El amor no tiene derechos de autor. Dios se da a todos y en todos se manifiesta.