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Líderes de opinión

Ondas de Elliot, series de Fibonacci y COVID-19

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Mtro. Luis Gonzalo Hernández Camacho • CEA y Negocios Internacionales

 

Las matemáticas son una herramienta importante en todo el quehacer humano de todas las civilizaciones. Los mayas, por ejemplo, al contar con el concepto de cero pudieron representar el sistema numérico de forma completa. Y con ello tuvieron una concepción certera de su papel en el desarrollo de la humanidad. El cero no representa el vacío, sino la no significancia (esta es una de las múltiples aplicaciones del concepto de cero). El concepto de no significancia es de gran utilidad en la inferencia estadística. Esta última es la base de los desarrollos más recientes del análisis matemático aplicado al cuidado y desarrollo de los recursos en las empresas: Data Science y Business Intelligent (p.e.).

Ahora tenemos oportunidad de observar cómo las matemáticas nos pueden ayudar a identificar procesos sociales en el tiempo. Es decir, podemos identificar procesos históricos en el tiempo con ayuda de las matemáticas. E incluso podemos predecir con cierta precisión algunos acontecimientos en el tiempo. Observemos el comportamiento de la serie Fibonacci. Las series matemáticas, son modelos que presentan resultados a partir de un valor inicial. La serie Fibonacci es ampliamente conocida y utilizada en el análisis financiero.

Apliquemos esta serie como lo hace Elliot, pero no al mercado de valores financieros, sino al proceso de deterioro de la salud que se presenta en todo el mundo en el momento actual. El inicio de una serie de epidemias severas parte del año 1981. Una de las más fuertes pandemias se presentó en este año. Si seguimos la trayectoria en el comportamiento histórico de tales eventos desde ese año, podemos observar el siguiente resultado. El año (como resultado), en el que se presenta la última pandemia, tiene relación con el comportamiento de las ondas de Elliot.

Veamos, se presentan cinco años con una pandemia (no en forma consecutiva, sino como una variable discreta, es decir, existen saltos entre una y otra fecha). Después hay trece años en los que se presenta otra situación de pandemia. Si obtenemos la media móvil (moving average -MA-) de esta serie, de 1981 hasta 2014, podemos realizar el siguiente cálculo: Tomamos el error típico del año cinco y del año seis (que son los dos períodos en los que se presenta un mayor error típico) y calculamos su promedio, el resultado es 5.2068. Este último resultado, lo sumamos a la MA que se indica en el último año (2014) para obtener aproximadamente el número 2019 (2019.5). Los decimales indican un margen del año en el cual se presentaría la última pandemia (que podemos interpretarlo como a fines del año 2019). El siguiente cuadro muestra los resultados anteriores.

El análisis que realizamos es ex post, es decir, a posteriori. Pero, de igual forma, todos los eventos se pueden analizar ex ante, es decir, a priori, por parte de los especialistas. Al hacer uso extensivo de las distintas herramientas disponibles: como las matemáticas, modelamos el comportamiento de los eventos en el tiempo. Afirmamos que las matemáticas son un importante aporte de la humanidad para cuidar la salud de la humanidad.[1] Varios eventos se pueden predecir con precisión y adelantarse a los efectos futuros, para tomar las medidas necesarias.

[1] Modelos elaborados en universidades pronostican un brote de COVID-19 en México, después del 22 de marzo de 2020. En nuestra opinión, tales modelos son altamente confiables. Prevenir es mejor, que posteriormente, lamentar.

Una oportunidad para hacer home office

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Mtra. Ana María Angulo Servín • Encargada de Procesos Administrativos del Sistema UNIVA. Maestra en Terapia Familiar Sistémica Relacional.

 

Al parecer estos tiempos nos lanzan a caminar, progresar, generar una nueva perspectiva en el ámbito laboral; hoy no nos queda a algunos de otra que hacer home office, y ésta, ha sido la mejor manera de continuar activos en lo laboral y también en el cuidado personal. Que, si bien en México ya se lleva a cabo desde hace muchos años por las empresas trasnacionales (quizás por muy pocos nacionales), este acontecimiento en materia de salud, nos ha obligado a resguardarnos en casa y nos ha brindado esta posibilidad de trabajo a distancia.

Pienso en las grandes ventajas de ello, como una mayor y mejor administración del tiempo y los diversos recursos, así también, las posibilidades para las personas en el cuidado de sus hijos de una manera más cercana, mayor libertad para cuidado personal, etc. Esta opción da para desarrollar habilidades, nuevas maneras de integrar lo profesional y lo personal; pero, aunque parezca paradójico, también cabe la pregunta de, ¿qué tan sano es para la familia y la persona que lo ejerce? Habría que revisar las posibles desventajas para quienes les está tocando adaptarse a ese formato de trabajo o modus vivendi.

Al parecer para algunas generaciones como la X, que es a la que pertenezco, esta modalidad de trabajo conlleve un desaprender mucho de lo ya adquirido, como bien refería Watzlawick respecto al proceso de aprendizaje, siendo éste el que determina o favorece a su vez una visión de sí y del mundo. Sobre todo para quienes gustan del control de los procesos y sus equipos de colaboradores; probablemente el no ver a su gente trabajando les implique un sentimiento o una cierta pérdida de control, pues su única manera de saber que se están haciendo las cosas es a través del producto que se realiza y, esto más bien lleva a objetivar más los procesos, siendo así más una ventaja, que desventaja desde mi punto de vista, pues, puede llevar a una mayor producción y sobre todo a la calidad del producto terminado, considerando que la persona que lo realiza se encuentra en su entorno ideal. Desde luego, todo depende del proceso laboral y del perfil del trabajador; se deben revisar aquellos puestos y procesos que sí sean susceptibles de la modalidad a distancia y cuáles no.

Al final desarrollar la habilidad de hacer home office es un proceso que requiere de una actitud proactiva tanto para el trabajo individual como en equipo. Considerando que aun cuando los profesionales estén en diferentes lugares, el producto necesita la integración de diferentes mentes y manos para desarrollarlo en su totalidad ante el mercado que lo demanda.

 

¿Pueden los humanos desarrollar inmunidad al Covid-19?

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Dra. Ana Karina García Suárez • Especialista en Salud Pública y Epidemiología. Docente de Ciencias de la Salud UNIVA plantel Guadalajara

 

Curva epidémica: implicaciones y características

En el caso de las epidemias, la curva se construye por el número de casos y los días que han transcurrido desde el primer contagio, la curva se refiere a la capacidad de una enfermedad para generar contagios y puede ser de dos formas: «exponencial» o «plana», exponencial se significa que la curva alcanza un pico alto en la cantidad de personas infectadas en corto tiempo; cuando se menciona curva plana se refiere a más tiempo con menos contagios.

Aplanar la curva significa: limitar el número de casos nuevos del contagio, pues éste, dado las condiciones de la pandemia de coronavirus, tendrá un crecimiento natural. Por eso, se hace hincapié en que un escenario responsable durante la fase 3, es indispensable.

«Aplanar la curva» es una forma crucial de detener el colapso de los servicios de salud y disminuir el número de muertes en general. De manera simple, aplanar la curva significa ralentizar la propagación del coronavirus, de modo que el número de casos se distribuya en el tiempo, en lugar de experimentar un fuerte aumento desde el principio.

El éxito en la reducción de la transmisión en vez de llevarnos a una epidemia larga nos llevará a una epidemia más corta, esto es importante porque nos llevará a administrar el riesgo, lo cual quiere decir que cada día habrá menos casos que los que se pueden atender en el sistema de salud. Por eso se recomienda en las diferentes instancias gubernamentales, que el distanciamiento físico debe ser un compromiso de todos y responsabilidad con un toque de empatía y amor por la humanidad, para no generar un caos como el que se ha presentado en otros países, de los cuales ya conocemos su experiencia respecto a la pandemia.

 

Entonces, ¿pueden los humanos desarrollar inmunidad al COVID-19?

La enfermedad COVID-19 ha generado diversos documentos científicos, principalmente de los países que ya han estado en las fases epidémicas y han podido documentar cierta información preliminar sobre el virus; pero es en realidad un fenómeno nuevo en salud, es el comienzo de una exploración sobre las características propias del virus, así como, su comportamiento con la humanidad.

Los datos científicos sobre el nivel y la duración de los anticuerpos inmunes protectores producidos en pacientes después de la infección del nuevo coronavirus siguen siendo escasos. En general, los anticuerpos protectores (inmunoglobulina G, IgG) contra un virus pueden producirse aproximadamente dos semanas después de una infección y pueden existir durante varias semanas o muchos años, evitando la reinfección del mismo virus después de la recuperación.

Actualmente, se están realizando esfuerzos para evaluar personas que recientemente se recuperaron de la infección COVID-19 y, se estudia si portan anticuerpos protectores en la sangre.

Instancias internacionales han declarado que no se tiene la certeza de una reinfección. Pero La inmunidad es un factor clave para entender al coronavirus y así desarrollar tratamientos y vacunas.

Hay estudios en los que se señala que algunos pacientes pueden dar positivo a la prueba una vez que fue negativa, incluso se habla de que podría haber un repunte transitorio de la infección antes de que se elimine definitivamente, es decir, que pueda darse una recaída.

 

 

Referencias:

Chinese Center for Disease Control and Prevention (2020). The epidemiological characteristics of an outbreak of 2019 novel coronavirus diseases (COVID-19) in China.  Zhonghua liuxingbingxue zazhi41(2), 145.

Tuite, A. R., & Fisman, D. N. (2020). Reporting, epidemic growth, and reproduction numbers for the 2019 novel coronavirus (2019-nCoV) epidemic. Annals of Internal Medicine.

Stein, R. A. (2020). The 2019 coronavirus: Learning curves, lessons, and the weakest link. International Journal of Clinical Practice, e13488.

Nishiura, H., Linton, N. M., & Akhmetzhanov, A. R. (2020). Initial cluster of novel coronavirus (2019-nCoV) infections in Wuhan, China is consistent with substantial human-to-human transmission.

Tabanera, N. (2020). Valores inmunes al coronavirus: Desde la aparición del COVID-19 compañías cotizadas como Novacyt se han revalorizado hasta un 1.000 por ciento. Inversión: el semanario líder de bolsa, economía y gestión de patrimonios, (1175), 24-25.

Li, G., Fan, Y., Lai, Y., Han, T., Li, Z., Zhou, P., … & Zhang, Q. (2020). Coronavirus infections and immune responses. Journal of medical virology92(4), 424-432.

Chen, N., Zhou, M., Dong, X., Qu, J., Gong, F., Han, Y., … & Yu, T. (2020). Epidemiological and clinical characteristics of 99 cases of 2019 novel coronavirus pneumonia in Wuhan, China: a descriptive study. The Lancet395(10223), 507-513.

 

 

 

La cura está por llegar, ¿Vacunas o medicamentos?

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Mtra. Leslie Becerril Serna • Docente Investigador UNIVA plantel Guadalajara

 

Los coronavirus (CoV) son una amplia familia de virus que pueden causar diversas afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como ocurre con el coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y que ocasiona el síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV).

Un nuevo coronavirus es una nueva cepa de coronavirus que no se había encontrado antes en el ser humano1.

Los coronavirus se clasifican según su morfología, estrategia de replicación de su material genético, organización y homología de la secuencia de las unidades de su genoma 2

Son esféricos con un tamaño aproximado entre 80 y 220 nm. de diámetro, dentro poseen su material genético, una cadena simple de ARN. Estos virus poseen un genoma grande, son altamente infecciosos cuando se introducen dentro de las células humanas.

Se replican, maduran y salen de la célula huésped muy fácilmente, utilizando los mismos organelos de la célula infectada para seguir su ciclo virulento.

El nuevo coronavirus es muy similar en términos de secuencias del genoma a seis coronavirus descubiertos previamente. Un análisis de su secuencia genética y homología reveló que el nuevo virus tiene muchas similitudes con el SARS-CoV. Este nuevo coronavirus ahora está clasificado como beta-coronavirus3.

Poseen glicoproteínas distribuidas en la superficie de la capa externa de la envoltura, dándole aspecto de corona (de ahí el nombre).

Recientemente, se aisló un nuevo coronavirus del tracto respiratorio inferior de pacientes en Wuhan, que sufrían neumonía debido a causas desconocidas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo llamo 2019-nCov, mientras que el Comité Internacional de Taxonomía de Virus (ICTV) lo llamaron SARS-CoV-2.

Posteriormente se confirmó que el virus es capaz de trasmitirse de persona a persona.

¿Cómo hacerle frente a este nuevo coronavirus? ¿Por medio de vacunas o con medicamentos?, cualquiera de las dos opciones es complicado, recordemos que estamos en medio de una pandemia y por lo tanto es imprescindible atacar lo más pronto posible, hasta el momento países como China, Estados Unidos, Italia, Corea del Sur, Rusia y Cuba, encabezan una carrera frenética por encontrar la vacuna o el medicamento, sin embargo, todos estos esfuerzos requieren de un tiempo considerado para su elaboración y evaluación.

El camino habitual para la generación de una vacuna o un medicamento es largo, en el caso de los medicamentos, la generación de una molécula desde cero, puede llevar hasta 20 años de prueba y error hasta lograr que dicha molécula esté disponible para el usuario en una forma farmacéutica biosegura.

Todo medicamento o vacuna debe probarse previamente en estudios preclínicos y clínicos antes de probarse en humanos. Además, hay que considerar que la forma en que reaccionamos los seres humanos es muy distinta, la raza, es un factor importante, no es lo mismo la raza caucásica que la raza negra, no reacciona igual un europeo que un latinoamericano.

En México hoy en día, para poder usar un medicamento que ha sido desarrollado en otro lugar se debe demostrar la eficacia y seguridad en población mexicana, razón por la cual grandes trasnacionales farmacéuticas deben demostrar esto en estudios previamente realizados en población mexicana. Esto lleva tiempo y sólo es por ejemplificar lo que sucede de forma habitual.

Ahora bien, ¿Cómo demostrar que una vacuna desarrollada en Asia por ejemplo tenga el mismo efecto en nuestra población latinoamericana?

Se dice que grandes laboratorios y farmacéuticas han desarrollado bases previas para enfrentar casos como el que ahora vivimos, sin embargo no se ha logrado demostrar hasta el momento contar con dichas bases de forma 100% segura.

Una vacuna debe cubrir características especiales: inducción de memoria inmunológica de larga duración, elevada inmunogenicidad, termoestabilidad, bioseguridad entre otras. Es difícil que estas propiedades coincidan tan pronto en un solo modelo de vacuna.

Hasta el momento para la CoV, se han desarrollado vacunas de subunidad, basadas en virus purificados inactivados, DNA, las basadas en la expresión de antígenos del virus mediante vectores virales y vacunas vivas atenuadas, también se han hecho esfuerzos con algunos medicamentos retrovirales y antivirales de amplio espectro, pero el tratamiento hasta el momento es de apoyo y depende del estado clínico del paciente. Los antivirales de amplio espectro, como el remdesivir, el lopinavir/ritonavir y el interferón beta, han demostrado ser prometedores contra el MERS-CoV en modelos animales y se está demostrando ya su actividad en modelos humanos4

A pesar del poco tiempo, se prevé que haya una vacuna lista para probar en animales aproximadamente en un mes, y en 3 meses podría estar lista para las personas, apresurar este camino podría causar que el remedio sea más peligroso que la enfermedad, ya que como bien sabemos estamos en pandemia y las consecuencias de una vacuna o medicamento no seguro serían aun más catastróficas que lo que estamos viviendo en estos momentos.

En tanto no exista una vacuna o medicamento la mejor estrategia para sofocar esta epidemia, es la prevención a través del aislamiento social y del cuidado de nuestro propio cuerpo.

Confiemos en los criterios éticos de nuestros especialistas y autoridades científicas y desde luego, en que los intereses económicos y políticos de cada país no sean más importantes que la salud mundial.

 

 

Referencias:

 

Organización Mundial de la Salud. www.who.int>health-topics>coronavirus.

Infecciones por coronavirus https://temas.sld.cu/coronavirus/coronavirus/

Wang Zhou, MD. The coronavirus prevention handbook, Science-Based tips thathcould sabe your life, Editorial Skyhorse, marzo de 2020, ISBN13: 9781510762411

T.P. Sheahan, A.C. Sims, S.R. Leist, A. Schäfer, J. Won, A.J. Brown, et al.

Comparative therapeutic efficacy of remdesivir and combination lopinavir, ritonavir, and interferon beta against MERS-CoV

Nat Commun., 11 (2020), p. 222, 10.1038/s41467-019-13940-6

Encerrado en nuestro asteroide por la cuarentena: Una mirada antropológica de la migración al mundo digital

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Dr. Fabián Acosta Rico • Docente-Investigador UNIVA Plantel Guadalajara

 

En el poema novelado de Antoine de Saint-Exupéry, El Principito, un niño de cabellos rubios habita un asteroide el B-612. Vive aislado sin otra compañía que una rosa; su querida y amada rosa. Como él: otros personajes moran en solitario en sus respectivas rocas siderales: un rey, un geógrafo, un borracho, un vanidoso… tras visitarlas todas y aprender una lección de sus moradores, finalmente, en su cósmico recorrido, el Principito llega a la tierra. En existencial sentido todos estamos confinados en nuestra yoidad; somos para nosotros la medida de todas cosas.

En estos días de confinamiento, obligados por el coronavirus, podemos vivenciar como para sobrevivir a la pandemia, como Noé con su barca, nos rodeamos de todo aquello que valoramos como indispensable y propio. Nos amurallamos en nuestro domicilio que funge en sentido figurativo como asteroide confinante donde emprendemos la tarea egocéntrica de lidiar con nuestros gustos y nuestras teledirigidas responsabilidades.

Dadas las indicaciones de nuestras autoridades tenemos el deber de permanecer encerrados, no podemos salir volando como el Principito elevado por un racimo de palomas a salvo de las flemas y mucosas de los vecinos y parroquianos. En estas eventualidades sanitarias mejor operan las raíces que las alas.

Si el poético niño de Antoine de Saint-Exupéry se entretenía haciéndole la jardinería a su asteroide o lidiando con sus volcanes; nuestro millennials y centellials sólo requieren de una confiable conexión de internet para aceptar la reclusión acompañada de un operativo aparato de recepción y emisión de información.

Hay que entender que nuestras actuales generaciones Y y Z son la evolución antropológica del Homo Videns o sea del niño setentero y ochentero que creció alucinando con Star Wars y soñando con visitar Disneylandia.

La cuestionadora niña de las historietas del caricaturista Quino, Mafalda, deseaba con insistencia tener una televisión y sus padres no cedían en dársela para que no se convirtiera en una enajenada mozalbeta prendida de la “caja idiota” (antiguo sobrenombre de la televisión). Al final se la dieron. Hoy nuestros niños ya no le suspiran a la televisión; este anticuado artilugio está cada vez más relegado; siendo el regalo preferido por la niñez postmoderna en las globales navidades, los smartphones y las tablets.

El homo videns era un verdadero portento de sedentarismo auto-infligido, podía pasar maratónicas jornadas de seis a ocho horas prendido de la televisión repasando las barras de caricaturas del Tío Gamboín o de Sixto. Para nuestros nativos digitales (que nacieron con el internet y la telefonía celular), el entretenimiento es más móvil y subsiste en cualquier lugar que tenga wifi o en su defecto, basta con que tenga datos en el celular o la tablet. Ahora imaginemos a nuestros niños y jóvenes de ahora, sobrellevando esta contingencia de salud pública. Para ellos, no es ningún problema sobrevivir al aburrimiento del claustro. No son principitos contemplativos a la frágil belleza de sus rosas ni Mafaldas encaprichadas por una televisión. Son los señores de un anchuroso universo virtual cuasi infinito que se extiende por todos los intricados confines de la Web. En ese mundo la interacción no sólo es social, también tiene como variante recurrente lo lúdico.

Sí, también otro calificativo que adjetiva a las jóvenes generaciones es la de lúdicas; homo lúdicas. A los más avanzados en años nos tocó jugar en las maquinitas de la tienda; hacer retas y organizar torneos barriales. A los homos lúdicos de hoy la opción ya no son las arcade, sino los videojuegos en línea. A esta tendencia se debe el éxito de juegos como Fortnite que fácilmente engancha a los gamers más imberbes y los convoca más que la premier de películas como el Ascenso de Skywalker.

Como lo afirma la antropología, los seres humanos estamos más que nunca sobre expuestos a la tecnología; los más jóvenes, los nativos digitales están más que habituados a montar su vida social, económica, educativa y hasta laboral sobre las nuevas tecnologías de la información. En este confinamiento anti-pandémico, los migrantes digitales, los individuos de las generaciones X y Baby Boomers hemos tenido que romper nuestras resistencias a adoptar y hacer parte de nuestra vida cotidiana el uso de plataformas digitales, redes sociales, páginas Web… De la televisión quizás ni nos acordamos ya (bienvenido sea su remplazo por la Smart TV). De esta experiencia de cuarentena, muchos podemos salir con nuevos hábitos marcados por una mayor apertura y aceptación de esta realidad postmoderna definida por la realidad aumentada, lo digital y lo virtual. El Principito en esta nueva era ya no necesita de una rosa para entretenerse y palear su aislamiento, de hecho, puede tener las rosas que quiera y de las más variadas desde el display de su smartphone.

¿Qué es una emergencia de salud pública y qué implica?

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Dra. Ana Karina García Suaréz • Especialista en Salud Pública y Epidemiología, Docente de Ciencias en la Salud UNIVA Plantel Guadalajara

 

Desde el 30 de enero 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la epidemia de COVID-19 como emergencia de salud pública internacional, que, según la instancia antes mencionada, la define como “un evento extraordinario que constituye un riesgo para la salud pública de otros estados a través de la propagación internacional de la enfermedad y que potencialmente requiere una respuesta internacional coordinada”.

La definición como tal, implica una situación que es: grave, repentina, inusual o inesperada; que tiene implicaciones más allá de las fronteras nacionales y puede requerir una acción internacional inmediata.

El director actual de la OMS en sus informes, ha pronunciado que lo más importante de la declaración puede resumirse en los siguientes puntos:

Sólo si es necesario y con justificación científica se implementarán medidas restrictivas en los viajes y el comercio.

Apoyar a los países con sistemas sanitarios débiles.

Acelerar el desarrollo de una vacuna.

Combatir rumores y comunicar información con evidencia científica.

Revisar los planes de preparación e identificar sus debilidades.

Compartir abiertamente datos y experiencias con la OMS.

Trabajar con la comunidad internacional de manera colaborativa.

En los informes diarios del Gobierno Federal y las instancias sanitarias correspondientes, el día 30 de marzo se ha declarado un acuerdo con el Consejo de Salubridad General (el Consejo de Salubridad General depende directamente del Presidente de la República, sin intervención de ninguna Secretaría de Estado; sus disposiciones generales son obligatorias en todo el país) el cual, determina las acciones extraordinarias en materia de salubridad general para todo el territorio nacional, con el propósito de realizar todas las acciones que resulten necesarias para prevenir, controlar y combatir la existencia y transmisión del virus SARS-CoV2, COVID-19, declarado como emergencia de salud pública de importancia internacional por la Organización Mundial de la Salud (Diario Oficial de la Federación).

Uno de los documentos importantes para el sector salud y principalmente, para los profesionales sanitarios (lectura obligada por los epidemiólogos y salubristas), es el Reglamento Sanitario Internacional, que consiste en un instrumento jurídico internacional de carácter vinculante para 194 países (entre ellos, todos los estados miembros de la OMS) y que tiene por objeto ayudar a la comunidad internacional a prevenir y afrontar riesgos agudos de salud pública, susceptibles de atravesar fronteras y de amenazar a poblaciones de todo el mundo. Fue hasta el 2016 que entró en vigor al 100% en todos los países (Gobierno de México).

En este mismo reglamento se define “Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional” como un evento extraordinario que, de conformidad con el presente reglamento, se ha determinado que:

Constituye un riesgo para la salud pública de otros Estados a causa de la propagación internacional de una enfermedad, podrá exigir una respuesta internacional coordinada.

En la sesión del 30 de marzo el gobierno de México ordena la suspensión inmediata de actividades no esenciales en el sector público, privado y social; con la finalidad de mitigar la dispersión del virus con vigencia hasta el 30 de abril del año en curso. Esta decisión se toma ante el aumento en el número de casos a nivel nacional (1,094 casos y 28 defunciones).

La declaratoria permite a la Secretaría de Salud dictar las acciones necesarias para atender la emergencia y dar directrices a las distintas secretarías de gobierno para proteger empresas y trabajadores, así como garantizar el abasto de alimentos a la población, entre otras tareas.

El Consejo de Salubridad General, solicitó a las diferentes dependencias del Gobierno Federal y a los tres niveles de gobierno en el ámbito de sus respectivas competencias a brindar el apoyo para el buen éxito de la declaración, tomando las medidas que a continuación se enlistan:

 

MEDIDAS DE SEGURIDAD SANITARIA (7) (Sólo se refieren aquí, tres medidas que tienen enfoque de salud).

Medida 1.- Se ordena la suspensión inmediata del 30 de marzo al 30 de abril 2020 de actividades no esenciales en los sectores público, privado y social, con la finalidad de mitigar la dispersión y transmisión del virus SARS CoV 2 en la comunidad, para disminuir la carga de enfermedad, sus complicaciones y muerte por COVID-19 en la población residente en el territorio nacional.

Medida 2.- Se exhorta a toda la población residente en el territorio mexicano, incluida la que arribe al mismo, procedente del extranjero y que no participa en actividades laborales esenciales, a cumplir resguardo domiciliario corresponsable del 30 de marzo al 30 de abril 2020. Se entiende como resguardo domiciliario corresponsable a la limitación voluntaria de movilidad, permaneciendo en el domicilio particular la mayor parte del tiempo posible.

Medida 3.- El resguardo domiciliario corresponsable se aplica de manera estricta a toda persona mayor de 60 años de edad o con diagnóstico de hipertensión arterial, diabetes, enfermedad cardiaca o pulmonar, inmunosupresión (adquirida o provocada), en estado de embarazo o puerperio inmediato, independientemente de si su actividad laboral se considera esencial. El personal esencial de interés público podrá, de manera voluntaria, presentarse a laborar.

 

Fuentes de información:

Organización Mundial de la Salud

Organización de las Naciones Unidas

Secretaria de Salud de México

Diario Oficial de la Federación

Informes del Gobierno de México

 

Coronavirus COVID-19, ¿Lo único que debe preocuparnos?

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Dra. Rocío Angélica Salinas Osornio •  Profesor Investigador

 

El coronavirus COVID-19 llegó al mundo entrando por China, mientras el resto del mundo veíamos padecer a los chinos e incluso morir a causa de él, como quien ve a los toros desde la barrera, sin embargo, no contábamos con que el virus como los toros podía saltar la barrera y propagarse en otros países.

La facilidad de algunos para poder salir de nuestro país ya sea por turismo o por motivos profesionales nos puso en riesgo y fue entonces cuando México, pese a encontrarse a miles de kilómetros de China, ya se veía con su primer caso, causando gran temor.

Las autoridades gubernamentales nos avisaban, nos alertaban de la posible propagación, y al mismo tiempo nos recomendaban qué hacer para evitarlo, exactamente de la misma manera en que nos alertan de la presencia de otras enfermedades de las cuales debemos cuidarnos como la obesidad y la diabetes mellitus, recomendándonos mantener un estilo de vida saludable, de la misma manera en que se ha insistido para evitar la propagación del COVID-19.

En México, la obesidad es un problema de salud severo, ocupa el primer lugar de casos de obesidad en el mundo, la cual es considerada una enfermedad inflamatoria que desencadena procesos bioquímicos y fisiológicos nada recomendables para la homeostasis celular, conduciendo al individuo que la padece a desencadenar otras patologías, afectando su esperanza de vida.

La presencia de obesidad está relacionada con malos hábitos dietético alimentarios y un estilo de vida sedentario, disminuyendo la funcionalidad de las personas, afecta el desempeño laboral y la estabilidad emocional de quien la sufre, por lo que, no puede sólo ser visto como un problema de salud, sino, también como un problema económico para nuestro país, ya que, además de afectar el gasto destinado a la salud pública, afecta la productividad y competitividad del mismo.

Una de las afecciones de la obesidad es la resistencia a la insulina, la cual conduce al desarrollo de diabetes mellitus, considerada como la epidemia dulce del mundo, la cual es silenciosa, lenta e indolora; un alto porcentaje de la población la padece, pero lo ignora, sin embargo, como todo enemigo, de un momento a otro es devastadora; ésta toma ventaja porque agarra al individuo en un estado de salud deprimido causando problemas aun más graves relacionados con el funcionamiento cardiovascular, renal, visual y músculo esquelético, entre otros; condicionándolo a una muerte prematura, no en vano, es considerada la segunda causa de muerte en nuestro país.

¿Y esto, no nos asusta? ¿Acaso el malinchismo se revive en una enfermedad viral que tuvo que venir de otro país para temerle, para creer que nos puede llevar hasta la muerte? El coronavirus COVID-19 por sí sola nos asusta tanto que somos capaces de olvidar incluso que dicha enfermedad viral se potencializa con mayor ahínco en los individuos que padecen obesidad y/o diabetes mellitus. ¿Seguiremos igual o debemos tomar cartas en el asunto respetando nuestra salud, cuidando cómo vivimos y para qué vivimos?

Entre las recomendaciones para prevenir la propagación del COVID-19 está el aislamiento, evitando la realización de actividades fuera de casa, y esto, nos ha costado, enfrentándonos a una resistencia por parte de las personas a mantenerse en casa, ahora resulta que hay una inquietud generalizada por salir a caminar, ir a un parque, pedalear la bicicleta o subir a la patineta, cuando, si así siempre se fuera, el sedentarismo no sería un problema de salud en nuestro país.

Hagamos frente a la obesidad, reconociendo que se padece, que se requiere ayuda profesional, teniendo un estilo de vida en ambientes saludables en todo sentido, con una conciencia de nuestra salud y nuestro futuro en edad avanzada, de tal manera que permitamos el establecimiento y el impulso de políticas públicas firmes dirigidas a un objetivo principal, la salud de los mexicanos.

Distanciamiento o división social ¿No se sufren ambas desde hace tiempo atrás?

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Dra. Irma Livier de Regil Sánchez • Jefa de Investigación UNIVA Plantel Guadalajara

 

Para contextualizar, surge en China, a finales de diciembre del 2019, un nuevo virus denominado Covid-19 el cual presenta una tasa de contagio y propagación 20 veces más alta que el SARS ocasionando la muerte a grupos vulnerables como mujeres embarazadas, adultos mayores, niños menores de 5 años, y/o que presentan un sistema inmunológico previamente afectado por enfermedades crónicas y metabólicas como diabetes, obesidad y sobrepeso, hipertensión, insuficiencia renal y respiratorias (fumadores presentan alto riesgo). De acuerdo con datos publicados por la Universidad Johns Hopkins (27 de marzo de 2020), China presentó 81.897 casos y 3,296 defunciones, le tomó poco más de 60 días comenzar a erradicar los contagios, hasta el momento ha sido rebasado solo por EE.UU. que presentó más de 85,871 casos. Italia con 80,539 casos de contagio, fue el país en el mundo con la tasa de mortalidad más alta siendo esta aproximadamente del 10% con 8.165 decesos. De acuerdo con estos datos publicados por la Organización Mundial de la Salud, al 27 de marzo del 2020, en menos de tres meses se han contagiado 202 países, 509,164 personas y han muerto 23,335, de estos aproximadamente un 18% son adultos mayores (la información a cada momento se modifica). Siendo la población del mundo cerca de los 7,700 millones de personas, un 0.007% de esta ha sido contagiada con el COVID-19 y el 0.0003% ha muerto.

En México, se manifestó el 27 de febrero del año en curso, desde entonces han surgido 585 casos y 8 decesos (Gobierno de México, 26 de marzo de 2020), 90% considerados no graves y 10% han requerido hospitalización. La población ha dado seguimiento a las comunicaciones diarias e instrucciones del Gobierno Federal y Estatal para evitar que el país se vea afectado de la misma forma que algunos países europeos como España, Francia e Italia, los cuales, tras pasar los 30 días a partir de la detección de su primer caso, incrementaron drásticamente la cantidad de contagiados. Ante la ventaja que ofrece la oportunidad de observar y estudiar la curva de aprendizaje de otros continentes como Asia y Europa, el Gobierno de México y las instancias correspondientes en los diferentes niveles, han tomado decisiones tratando de adelantarse a los efectos de las inminentes etapas iniciales de la contingencia sanitaria. Ante el anuncio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 11 de marzo, en el cual reconoció la pandemia, las autoridades de salud del país empiezan a sugerir una serie de acciones, entre estas, la solicitud de mantener el aislamiento social, o bien, una sana distancia, medida juzgada como “insuficiente” por los medios, la sociedad y los propios gobiernos locales, que esperaban la instrucción de cierre de fronteras con bloqueo de puertos, aeropuertos y aduanas, de la proclamación de un toque de queda (tal como lo hicieron en otros países) y la cancelación de eventos masivos; lo cual generó una serie de malos entendidos, inconformidades, incluso disputas entre usuarios de redes sociales, políticos, periodistas, empresarios, por mencionar algunos.

De inicio ¿Qué significan Aislamiento Social y Distanciamiento Social? ¿Cuáles son sus diferencias? De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE) distanciamiento es la “acción y efecto de distanciar o distanciarse”, que a su vez es “separar, apartar, poner a distancia;… desunir o separar moralmente a las personas por desafecto, diferencias de opinión u otros motivos”. Durante la contingencia sanitaria por el COVID-19, un recurso informativo de la Johns Hopkins University define el distanciamiento social como “una práctica de salud pública que tiene como objetivo evitar que las personas enfermas entren en contacto cercano con personas sanas para reducir las oportunidades de transmisión de enfermedades. Puede incluir medidas a gran escala como cancelar eventos grupales o cerrar espacios públicos, así como decisiones individuales como evitar las multitudes” (Pearce, 2020). Ahora bien, la RAE define aislamiento como “incomunicación, desamparo;… acción y efecto de aislar”, que a su vez es “dejar algo solo y separado de otras cosas… apartar a alguien de la comunicación y trato con los demás… es un estado objetivo de tener contacto social mínimo con otros individuos” por ello se utiliza como sinónimo de soledad; Fernández, Muratori y Zubieta (citados por Escuder Andreu, 2018) definen aislamiento social como “carencia de afiliaciones de relación que, cuando existe, genera un sentimiento de marginalidad, la sensación de no ser aceptado por los otros, aislamiento y aburrimiento, y la falta de pertenencia a un grupo o red social”. Desde esta conceptualización, la palabra compuesta adecuada para definir hoy día lo que las autoridades solicitan a la población para mitigar la propagación del COVID-19 es el distanciamiento social, ya que se refiere a mantener distancia física entre las personas y no a evitar cualquier contacto (comunicación) entre ellas. Quizás en otros tiempos, en los que no existían los recursos tecnológicos de la información y la comunicación (TIC) con los que se cuentan hoy día, pudo haberse dado el aislamiento social, pero al contar con internet, comunicación satelital y herramientas como aplicaciones en celulares, computadoras, tabletas u otros dispositivos, las personas mantienen, de modo virtual, la comunicación con el otro, sus redes sociales y, por ende, su conexión y sentido de pertenencia a estas. Cabe destacar el uso de estos medios por empresas para motivar el consumo en línea, por IES para continuar su labor mediante aulas virtuales y plataformas educativas, por instancias de gobierno para facilitar trámites y pagos, así como por el Gobierno Federal, Estatal y sus representantes, con el fin de comunicarse con la población para mantenerlos informados sobre la situación. Twitter se ha convertido en las últimas semanas, en ese espacio público en el cual, día a día se congrega la población, no solo para prestar atención a la información, sino para expresarse y viralizar sus comentarios generando tendencias y debates sobre temas de actualidad con diversos hashtags como ejemplo #COVID19, #COVID-19, #Covid-19mx, #covid_19mexico, #QuédateEnTuCasa, #SanaDistancia, entre otros.

La estrategia del gobierno federal fue comunicada por diversos medios de comunicación, mediante transmisión directa; pero no fue correctamente expresada ni comprendida hasta la mañana del día 25 del tercer mes. El pasado día 14 de marzo del año en curso, en su cotidiana conferencia de prensa vespertina, el Dr. Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, explicó la importancia de considerar la “utilidad” de una intervención durante la toma de decisiones, en específico sobre intensificar las pruebas médicas y la declaración de un “toque de queda” o bloqueo del país al detectar el primer caso, esto por las repercusiones que conlleva, sobre todo dadas las características y condiciones sociales y económicas de nuestro país.

Retomando lo que quiso ser una analogía del país con una escuela, sobre lo que sucedía en la Fase 1 de la pandemia, el subsecretario explicó que ante la detección del primer caso, no resulta adecuado cerrar la escuela totalmente por las repercusiones educativas, sociales y económicas que pueden generarse, ni aplicar pruebas a toda la comunidad escolar porque solo serviría para detectar los casos inminentemente existentes cuya trazabilidad es relativamente sencilla dado el contacto con el primer caso, aun cuando estos no presenten síntomas (tal como sucedió con la influenza y el dengue donde aplicar la prueba solo fue para confirmar el padecimiento y formar parte de la estadística). Pero si aquellos que convivieron en el aula con el primer caso, y/o están conscientes de quizás haber sido contagiados, se distancian voluntariamente, el resto de la población educativa no se ve afectada en el progreso de sus clases, ni la economía de la escuela, ni el trabajo de las personas; no evita el contagio, pero si disminuye su velocidad considerablemente, sin paralizar la actividad de la escuela. Por otro lado, si existen profesores adultos mayores, personal y alumnos con padecimientos que los hacen vulnerables, también debieran distanciarse completamente, pero el resto sigue asistiendo a sus clases y actividades normales, porque si llegaron a ser contagiados, al presentar algún síntoma, se deben confinar en casa, vivir su proceso y curarse (como ha sucedido en la mayoría de las personas no vulnerables). De llegar a requerirlo, se les hospitaliza, pero gracias a las medidas tomadas, existirán los servicios suficientes y de calidad para atender a cada caso grave. Aplanar la curva de contagio (de acuerdo a la estadística) asegura no colapsar los servicios de salud públicos y privados, como lamentablemente ocurrió en China, en Italia y otros países cuya población no atendió las instrucciones a tiempo, responsablemente y en solidaridad con su comunidad.

Contra opiniones, preguntas, incluso ataques de la sociedad y de algunos medios, el gobierno federal comunicó que hasta no pasar a la fase 2, las medidas seguirían siendo relativamente “flexibles”; incluso, en la Ciudad de México se llevó a cabo un evento con la asistencia de más de 70 mil personas que al ingreso “sufrieron” una revisión de temperatura y cuestionamiento sobre síntomas, y el presidente de la República mantenía sus giras y eventos por diversas comunidades del país. Fue hasta el día 19 de marzo que el presidente anunció la conformación de un Consejo de Salubridad General, mediante el cual acordaron que a partir del lunes 23 de marzo iniciaría oficialmente el distanciamiento social por parte de quienes participan en el sector educativo, así como todas aquellas personas que pudieran implementar de inmediato el trabajo a distancia desde el hogar. Ante estas decisiones, algunos gobiernos estatales, siguiendo la iniciativa del gobernador del Estado de Jalisco (cuya preocupación se enfatizó al detectar la posibilidad de un gran número de casos contagiados a raíz de un par de vuelos llegados al aeropuerto de Guadalajara procedentes de la ciudad de Vail, Colorado) iniciaron con la implementación temprana de estas acciones desde el martes 17 de marzo contando con el apoyo de organizaciones e instituciones educativas.

Para el inicio de esa semana de distanciamiento social y extensa campaña de #QuédateEnTuCasa, el Gobierno federal anunció el inicio de la “Jornada Nacional de Sana Distancia” que, a reserva de los resultados obtenidos de la estrategia, tiene como fecha de término el 19 de abril, y presenta un caricaturesco personaje llamado “Susana Distancia” que invita a las personas a mantenerse lejos unas de otras. A penas pasaron 2 días de inicio del confinamiento en casa, suspensión de eventos masivos y cierre de restaurantes, bares y espacios públicos como parques, plazas; cuando al cumplir casi un mes, después de haber detectado el primer caso, los mexicanos observaron, durante su mensaje matutino, al presidente y a su Consejo de Salubridad General declarar oficialmente el inicio de la fase 2 de la pandemia (Gobierno de México, 25 de marzo del 2020). Entonces ¿Qué implica esta nueva etapa para la población?

La fase 2 se identifica cuando aparece el primer caso de contagio que no resultó del contacto con un caso de importación, es decir, que no recuerda haber tenido contacto con alguna persona que durante un viaje al exterior hubiese contraído el virus. En este momento inicia la estrategia de “Mitigación Comunitaria” cuyo objetivo es disminuir la curva de contagio de COVID-19, prolongándola en el tiempo, estableciendo como actividad la sana distancia mediante el #QuédateEnTuCasa #NoSonVacaciones como un mecanismo para lograrlo. Esto es, las personas tendrán que mantenerse en distanciamiento social, evitar su movilidad entre un lugar y otro, principalmente aquellas con factores de riesgo, por lo menos hasta el día 20 de abril, sin embargo, dichas instrucciones pueden cambiar dado que, al aplastar la curva de contagio, ésta inevitablemente provocará un proceso largo durante la esperada fase 3 de la pandemia, de acuerdo a lo informado por Hugo López-Gatell, la cual podría extenderse hasta agosto o septiembre de este año.

Pero en términos prácticos ¿Qué significa esto? Un inminente golpe a la economía del país, aunado al recibido en el campo de la macroeconomía con la reducción en el precio del petróleo y la cotización del dólar frente al peso que llegó a alcanzar casi los $26.00, lo que conduce al encarecimiento de productos importados. Más allá de abrir paso a la estrategia de distanciamiento social para mitigar la pandemia, inicia una inminente división social, surgida entre los que “pueden distanciarse” y aquellos que no pueden hacerlo o se ven afectados por dicho distanciamiento.

Entonces incrementará la tasa de desempleo, considerando que más del 90% de las empresas en el país son NanoMiPyMes que dependen de sus ventas diarias, al reducir o no haber consumo, en algunos casos, se verán en la necesidad de prescindir de sus trabajadores o de solicitarles mantener el trabajo sin goce de sueldo. Sólo algunas grandes y consolidadas empresas han anunciado medidas para soportar y ayudar a sus empleados; otras se han reinventado y ofrecen nuevos servicios o nuevas formas de hacer llegar sus productos a los clientes; plataformas de choferes han experimentado un incremento en compra y entrega de alimentos a domicilio, pero un decremento en la contratación de servicios de movilidad; bancos ofrecen apoyo a sus cuentahabientes, instituciones educativas particulares ofrecen seguimiento al alumno en línea, y muchos otros negocios que, de un modo u otro, se rehúsan a no intentar subsistir.

En este tenor ¿Qué sucederá con el autoempleado, con aquel que está en la informalidad, con el cilindrero de la plaza, con el que vende globos, fruta afuera de una escuela u oficina o algodones de azúcar, si no hay gente que le compre? ¿Qué pasará con los que venden en el mercado o en el tianguis? ¿Con aquel del puesto de tacos, de gorditas, de verdura picada, la de los tamales, la señora del aseo? ¿Qué sucederá con esos que para lograr desplazarse de su vivienda a su sitio de trabajo tienen que tomar tres camiones repletos de gente y no cuentan con recursos para prevenir?

En la sociedad actual se presentan dos grupos de personas, aquel donde la población, consciente de la importancia del distanciamiento social, con involucramiento de empresas y organizaciones que apoyan en lo posible la medida para no paralizar la actividad económica, logran trabajar en línea, atender a distancia sus compromisos laborales y logran disminuir el riesgo de contagio, pero se sumerge en una serie de acciones que suponen cambios en su cotidianidad y condición de vida al visualizarse encerrado por 30 o 40 días; realiza compras de pánico y hace compras de despensa para un mes entero, porque quiere y puede. Pero por otro lado, existe una población que no ve con “buenos ojos” la medida; ante su situación de por sí precaria, no ve viable confinarse en su vivienda pues depende de su actividad diaria para proveerse del recurso para la propia subsistencia y de su familia; o bien, por el tipo de negocio que atiende o labor dentro de alguna empresa, no cuenta con estabilidad y seguridad económica durante la llamada cuarentena o ve condicionado su pago permitiéndole la ausencia sin goce de sueldo; por tanto, se rehúsan a no continuar su actividad económica habitual o simplemente, “los de arriba” no se lo permiten. Aunque a nivel estatal se ha anunciado un programa de apoyo, no parece haber dinero suficiente para evitar a ese alto porcentaje de personas que viven al día (no solo aquellos en condición de pobreza, sino también algunos que pertenecen a un nivel socioeconómico superior), colapsarse en la desesperación al verse rebasado por los gastos y pagos, o simplemente por no tener para comer y proveer a los suyos de lo más básico; lo que puede, en el extremo, desencadenar delincuencia, inseguridad, un problema social y estructural.

Ante este escenario de división social por las condiciones de vida, la pandemia brinda una oportunidad para fortalecer los actos de generosidad, unos haciendo por los otros, donde en lugar de unos hacerse de una vasta despensa, ayuden a los otros a abastecerse con parte de ella; o adelantarle el sueldo o parte de este a quienes ayudan en la limpieza; o bien, pedirle a un chofer que compre y lleve el “mandado” a casa, o al menos hacer el pedido de productos a un establecimiento vía telefónica y ofrecerse a pasar por ellos en auto, porque seguramente su repartidor no da abasto; o donde los unos consumen el producto de los otros en los changarros de la localidad… hay dos alternativas, reñir unos con otros ante la desesperación de los primeros por estar encerrados y de los segundos porque el encierro para ellos no es opción, o bien, aprovechar las circunstancias para sanar la fracturada cohesión social de nuestra comunidad, a partir de la adaptabilidad a la situación existente logrando fortalecer redes de cooperación y solidaridad.

Por tanto ¿Cómo se reconfigura la sociedad en medio de la pandemia del COVID-19? En específico ¿Cuál es la actitud de la población ante el distanciamiento social? ¿Cómo percibe su afectación? ¿Cómo se relaciona con sus emociones, con sus hábitos y acciones? Frente a la situación anteriormente descrita, surgen estos y otros cuestionamientos, y desde una perspectiva pragmática, UNIVA ha iniciado un estudio para explicar el fenómeno… ¿Nos ayudarás a comprenderlo mejor?

 

 

REFERENCIAS

Aislamiento (s.f.). Diccionario de la lengua española. Recuperado del sitio de la Real Academia Española https://dle.rae.es/distanciamiento?m=form

Aislar (s.f.). Diccionario de la lengua española. Recuperado del sitio de la Real Academia Española https://dle.rae.es/distanciamiento?m=form

Distancia (s.f.). Diccionario de la lengua española. Recuperado del sitio de la Real Academia Española https://dle.rae.es/distanciamiento?m=form

Distanciar (s.f.). Diccionario de la lengua española. Recuperado del sitio de la Real Academia Española https://dle.rae.es/distanciamiento?m=form

Escuder Andreu, S. (2018). El abordaje de trabajo social sanitario ante la soledad no deseada en la gente mayor en el ámbito de atención primaria [Tesis][PDF]. España: Universitat Oberta de Catalunya. Recuperado de http://openaccess.uoc.edu/webapps/o2/bitstream/10609/84029/6/sescuderTFM0618memoria.pdf

Gobierno de México. (s.f.). Conferencia de prensa: COVID-19. Recuperado de cuenta de twitter del Gobierno de México https://twitter.com/GobiernoMX?ref_src=twsrc%5Egoogle%7Ctwcamp%5Eserp%7Ctwgr%5Eauthor

Gobierno de México. (s.f.). Conferencia de prensa: Resumen de Actividades. Recuperado de cuenta de twitter del Gobierno de México https://twitter.com/GobiernoMX?ref_src=twsrc%5Egoogle%7Ctwcamp%5Eserp%7Ctwgr%5Eauthor

Instituto Nacional de Estadística de España. (22 octubre 2019). Indicadores de calidad de vida. Recuperado de https://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INEPublicacion_C&cid=1259937499084&p=1254735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout&param1=PYSDetalleGratuitas&param2=1259944627885&param4=Mostrar

Millán Valencia, A. (21 de marzo de 2020). Coronavirus: ¿Por qué Alemania tiene un número tan bajo de muertos por covid-19 en comparación con otros países? En BBC Mundo. Recuperado de https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-51980118

Organización Mundial de la Salud. (s.f.). Brote de enfermedad por coronavirus (COVID-19). Recuperado de https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019

Organización Mundial de la Salud. (s.f.). Coronavirus disease (COVID-19) Situation Dashboard [Mapa interactivo] Recuperado de https://experience.arcgis.com/experience/685d0ace521648f8a5beeeee1b9125cd

Pearce K. (13 de marzo de 2020). What is social distancing and how can it slow the spread of covid-19?. Johns Hopkins University. Recuperado de https://hub.jhu.edu/2020/03/13/what-is-social-distancing/

Ser Sostenible y Humano: Lo que ha dejado el coronavirus

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Mtra. Julia P. Samperio Casco • Profesora líder del Centro de Competitividad y Emprendimiento Sostenible CCES·UNIVA plantel Guadalajara

 

Las personas son la verdadera riqueza de las naciones

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo

 

El desarrollo sostenible, ha intentado ser, desde 2015 el eje rector del mundo, queriendo permear en diferentes entornos como el económico, empresarial, social, ecológico, tecnológico, pero sobre todo humano; sin embargo a pesar de los esfuerzos de la quíntuple hélice conformada por gobierno, empresa, organizaciones no gubernamentales, academia y sociedad civil, bajo la premisa de necesitar lograr un cambio de comportamiento en la sociedad, no se había tenido impacto.

La famosa Agenda 2030 de la ONU, con sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, llamó al mundo a generar un cambio en problemáticas de índole social y medioambiental a través de acciones concretas como la utilización de energía limpia, la reducción del hambre, de los residuos y la desigualdad, el cuidado de los recursos, más estrategias de salud y educación para todos, así como, el beneficio para los sectores de la población más vulnerables. Sin embargo, no ha existido presupuesto, publicidad ni personas que alcancen, para generar un verdadero cambio.

Hoy, ante la crisis de salud presentada por el COVID-19, mejor conocido como coronavirus, el mundo se ha volcado de nuevo hacia la generación de los lazos afectivos, el cuidado de las personas, de los recursos y, en general hacia una campaña de corresponsabilidad con el otro y los medios de comunicación tradicionales, así como las redes sociales han sido fundamentales para lograr permear dicha campaña.

El mundo se ha movido y conmovido por la fragilidad de la vida, la fragilidad de la grandeza económica, el temporal cierre de fronteras entre países, la modificación de vuelos y el libre tránsito entre personas. Todas las negociaciones de los tratados y acuerdos internacionales, han pasado a segundo término ante la protección de la población y, entonces, la soberanía nacional vuelve a ser imperativa.

Hoy, la aldea global con todo y su tecnología, su poderío económico y los grandes avances científicos, regresa a lo básico, quizás, porque la humanidad ha entendido que a pesar de haber existido por millones de años, hoy, lo que parecía lejano, imposible o parte de una película de ciencia ficción, para muchos, es una realidad; la continuidad de la vida humana corre peligro.

Sin duda alguna, este será un parteaguas para las economías, para los bloques comerciales y las integraciones económicas, para las grandes y pequeñas empresas, los emprendimientos, el gobierno y la sociedad civil. Todos deberán acudir al llamado de la naturaleza y poner como prioridad al ser humano, al uso responsable de la tecnología, al cuidado de los recursos naturales y materiales; reflexionando acerca del propósito por el cual ha sido creada cada empresa, cada organización, cada gobierno, cada vida.

De hoy en adelante, muchas cosas cambiarán porque, no sólo es el paso de la pandemia lo que nos tiene preocupados, es un alto en el camino en el que la sociedad dejó de lado la productividad para dar a la familia el tiempo que necesita, para aprender, para extrañar: el trabajo colaborativo, la comunicación sincrónica, las reuniones familiares, los conciertos, los museos, los eventos deportivos, los viajes y todas las expresiones de esparcimiento que generan valor en la experiencia de vida.

Nuestro planeta demanda un nuevo orden mundial en el que las potencias, las economías emergentes y los organismos internacionales sean los que guíen y busquen el bienestar de la población; en el que el ser humano sea el centro y justo ese, sea el objetivo del desarrollo sostenible inspirado en el desarrollo humano que según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2015) busca que cada uno de los habitantes tenga una vida en la que puedan realizar a plenitud su potencial con responsabilidad, para permitir que las generaciones futuras cuenten con los recursos necesarios y puedan de igual manera, ejercer dicho derecho.

Sin humanos, no hay mundo.

 

 

PNUD. Desarrollo Humano. (2017). Recuperado de: https://www.mx.undp.org/content/mexico/es/home/ourwork/povertyreduction/in_depth/desarrollo-humano.html

Aprendizajes del 9M ¿Qué nos dejó un día sin mujeres?

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Dra. María Cristina Martínez Arrona • Jefa de UNIVA Online

 

“Nos ganamos la vida con lo que recibimos,

pero hacemos la vida con lo que damos”

(John Maxwell)

 

El Paro Nacional El 9 nadie se mueve buscó visibilizar la ausencia de las mujeres, y con ello, el aporte que hacen en los diferentes ámbitos de la vida social, económica, cultural y política del país. Ese día diversos espacios se vieron en la necesidad de cerrar al no contar con el personal masculino suficiente para cubrirlas, y los que hicieron el esfuerzo, se notó la pobreza y el vacío de su ausencia.

La trascendencia de “un día sin mujeres” es que propició el diálogo, desde diversos actores, en la búsqueda de una cultura que promueva la equidad, el respeto y la paz. Se hace necesaria una actitud crítica ante la sociedad que hemos creado y revisar conductas al interno de nuestras familias, analizar las relaciones sociales y laborales que tenemos para preguntarnos como sociedad ¿qué tipo de valores construyo, fomento y difundo? De ello dependerá los ciudadanos que generemos o sigamos produciendo.

Fuimos testigos de la poca de capacidad de dialogo en algunas personas y sectores; de una variedad de actitudes y posturas, desde quienes consideraron absurdo este gesto; los que lo vieron como una provocación que buscaba dividir; los que lo consideraron una maniobra política o ideológica; hasta los -y las- que se aprovecharon de la situación para tener un día de descanso.

Pero, ¿Qué aprendizajes nos dejó 9M? Ante todo, nos permitió visibilizar el hartazgo y la preocupación que tenemos de la violencia e inseguridad que vivimos no sólo las mujeres, sino la sociedad en general en nuestro país.

Se constató la urgente necesidad de analizar las causas que han normalizado la violencia en la sociedad: el cómo dialogamos, lo que ocasionamos al reproducir un tipo de música, cine, programas, productos y/o artistas que promueven la desigualdad y la violencia, que, con nuestro consumo, los hacemos punto de referencia y modelos a seguir. Seamos honestos y reconozcamos que, en ocasiones, luchamos por aquello que nosotros mismos, conscientes o inconscientemente estamos generado.

Analizar la situación en la que se encuentran las mujeres hoy en día, nos debe de impulsar a gestionar acciones y estrategias en favor de sus derechos y de su educación; a trabajar en pro de la igualdad de género y de condiciones favorables para su desarrollo. El varón y la mujer fueron creados a “imagen de Dios” (Gn 1,27), de ahí su riqueza y complementariedad.

Que descubramos en este acontecimiento, al igual que el ciego del Evangelio, un signo de Dios: “me puso barro sobre los ojos, me lavé y veo” (Jn 9, 15), por lo tanto, ¿qué debemos hacer cada uno desde el hogar, la escuela, la Iglesia, la empresa, el gobierno, para promover una cultura de paz y respeto que garantice la igualdad de derechos?

 

Publicado en El Semanario Arquidiocesano de Guadalajara del domingo, 22 marzo de 2020.