Mtra. Marisol Guzmán Bermúdez • Encargada de Desarrollo Curricular en la Jefatura de Innovación Curricular UNIVA plantel Guadalajara
Con el propósito de cuidar la salud y evitar la propagación de coronavirus o COVID-19, la comunidad universitaria de la UNIVA, tal como lo hicieron todas las instituciones educativas, trasladó sus actividades académicas a la virtualidad; es un gran reto, ya que no todas las personas involucradas con el aprendizaje cuentan con las habilidades autogestivas necesarias para el trabajo a distancia, o más específicamente en el caso de la docencia, con las habilidades pedagógicas para la virtualidad.
Los profesores ponen en juego sus mejores habilidades, con el apoyo de las personas responsables de plataforma académica, que montaron los cursos presenciales a la modalidad virtual de manera muy efectiva desde los primeros días de esta contingencia. Es motivante para todos los miembros de la Universidad, escuchar las experiencias de profesores realizando videoconferencias, usando aplicaciones tecnológicas, informándose sobre diseño educativo e instruccional.
Las arduas horas de trabajo que se dedicaron para la implementación de los cursos en la nueva modalidad y al autoaprendizaje sobre nuevas formas de enseñanza, no serán registradas de manera oficial, ni serán lo suficientemente remuneradas, pero la satisfacción de romper las barreras de aprendizaje es la verdadera recompensa, considerando, además, que no todos los estudiantes cuentan con la tecnología requerida; en casa, el uso de la computadora es compartido en muchas ocasiones, en otras, simplemente no se cuenta con equipo de cómputo adecuado. Algunos estudiantes dependían precisamente de los laboratorios de cómputo que tenemos en la Universidad; a ellos también el mayor de los reconocimientos por su esfuerzo día a día, porque resolver los problemas tecnológicos, también es parte del ser autogestivo.
De esta forma, resulta indispensable que todos los docentes adquieran las habilidades tecnológicas adecuadas para el aprendizaje virtual en los diferentes niveles educativos; el acceso a un equipo de cómputo adecuado es prioridad, así como lo es el conocimiento sobre recursos para el aprendizaje, mismos que ahora ofrece la Universidad como apoyo. Ahora más que nunca, son necesarias las comunidades de aprendizaje donde los más expertos en el uso de tecnologías sean asesores o tutores de los académicos menos expertos; en redes sociales como Facebook, por ejemplo, podemos encontrar que algunas universidades tuvieron la iniciativa de compartir experiencias y ofrecer apoyo para que ningún profesor se quede atrás en esta contingencia, el concepto de comunidad tiene ahora más sentido para la educación.
Así también, como parte del personal administrativo, sin saber a ciencia cierta cuánto tiempo estaríamos trabajando desde casa, reubicamos no solamente nuestras actividades laborales al hogar, sino todas las actividades de vida, a la ahora llamada home life. Las jornadas son más intensas, aunque se asignaron horarios de trabajo en un primer momento, la realidad supera totalmente la expectativa, todos los días de la semana. Es común compartir conversaciones con compañeros en horarios nocturnos o bien encontrarlos en línea en fines de semana, ya que se encuentran trabajando frente a su computadora en ese momento, además, la productividad ahora tiene una nueva visión, favoreciendo los objetivos logrados más que las horas dedicadas para alcanzarlos.
Para todos, la gestión del tiempo es un reto, mientras que el profesorado sabe lo que tiene que hacer por línea institucional pero innovando desde la didáctica; el trabajo administrativo se realiza a través del logro de objetivos, entrega de productos o en las áreas que así lo permiten, por proyectos. La flexibilidad tiene un papel fundamental, de manera bilateral entre jefes o directores y todo el personal, la empatía se refiere en todas las actividades; también, la comunicación es permanente a través de cada correo y cada mensaje por diferentes medios electrónicos.
De esta manera, se han realizado hasta el momento valiosas aportaciones que deseamos sean de beneficio para la Universidad, esperando que esta contingencia pase pronto, pero procurando que, en caso de suceder de nuevo algo similar, estaremos mejor preparados. El teletrabajo entonces, en esta ocasión resultó la única salida ante una situación inesperada, pero necesitamos mejorar las estrategias para asumir esta tarea de mejor forma en el futuro. Precisamente, no mirar el teletrabajo como una opción emergente, sino como una realidad para ser aplicada en diferentes ocasiones de forma regular.