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Todo ser humano está siempre expuesto a la tentación

Por 11 marzo, 2019noviembre 28th, 2019Convocatorias

Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones Sistema UNIVA

 

La tentación en sentido estricto es la posibilidad que se nos presenta de obtener lo que deseamos por medios equivocados, de tal modo que el deseo en sí mismo no es necesariamente malo, pero sí los recursos de que estamos dispuestos a echar mano para satisfacerlo.

En el relato evangélico de este domingo, a Jesús se le ofrece la satisfacción de necesidades muy comunes a la condición humana:

Satisfacer las necesidades primarias, como sería el hambre o la sed

Satisfacer el anhelo de poseer y dirigir, que tiene que ver con alcanzar seguridad en la vida, liderazgo, confianza en el futuro

Satisfacer la necesidad de tener un Dios al propio servicio, al que se le pueda manipular o forzar

Come vemos el problema no radica necesariamente en el tipo de necesidad que se tiene, sino en ese estar dispuesto a hacer lo que sea, bueno o malo, con tal de lograr los fines que pretendemos.

Lo malo puede ser: engañar, defraudar, asesinar, robar, mentir, traficar con drogas o consumirlas, aplastar a los demás si se les ve como un obstáculo para el logro de los propios deseos, intrigar, hacer política, calumniar, difamar, someter y maltratar el propio cuerpo, poner en riesgo la salud física, mental y emocional, usar a los demás como peldaños, marginar o inutilizar a quienes pueden o saben más que uno, y un largo etcétera que en buena medida explica el caos actual de la sociedad mexicana.

Por otra parte, muchas de estas conductas se deben a la facilidad con la que convertimos nuestras necesidades naturales en deseos obsesivos, acabando por confundir necesitar con desear. La necesidad es un estímulo a la creatividad, el deseo en cambio es un imperativo cuya satisfacción nos puede llevar a romper todas las normas.

Jesús, el hijo de Dios, distingue muy bien entre los fines y los medios, entre las necesidades y los deseos, pero sobre todo, sabe quién es Dios, el Señor, y cual debe ser la actitud del ser humano ante su creador.