San Lucas es el evangelista de la misericordia y en este pasaje encontramos una de las tres parábolas de la misericordia. Nos contagia la gran alegría de recuperar lo que estaba perdido. En el relato se señala la gran compasión que tiene un pastor al perder una de sus ovejas, deja a todo el rebaño con el fin de ir en busca de la que está perdida, y esto no quiere decir que la oveja perdida tenga más valor que las otras, pero queda plasmado como el amor y la misericordia del pastor es incondicional por cada una de sus ovejas.
Nuestro pastor es Cristo, y él quiere que siempre estemos con él, vela porque cada uno de sus hijos si se llega a perder vuelva a la casa del Padre. Necesitamos una constante y verdadera conversión hacia Dios, él estará siempre con los brazos abiertos esperando que acudamos a él, si nosotros no vamos a su encuentro, no dudemos que él buscará todos los medios necesarios para ir por nosotros.