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Líderes de opinión

La Medicina en la Filatelia: Héroes de cada día

By Líderes de opinión, Voces Univa No Comments

Dr. Enrique Fernández Valadez • Profesor de Cardiología, Ciencias de la Salud UNIVA Plantel Guadalajara

 

Ha habido en el mundo tantas pestes como guerras.

Y, no obstante, pestes y guerras cogen siempre desprevenida a la gente.

Albert Camus

 

Recién acaba de cumplirse un año en que se detectó el paciente cero con una nueva enfermedad desconocida hasta ese día, nadie imaginaba lo que estaba por venir. Cuando era joven oí hablar a mi madre de la “gripa española” y después ya en la carrera de Medicina estudié acerca de la viruela, y aprendí las diferentes formas de llamarlas: plagas, peste, pestilencias e incluso hueyzáhuatl como llamaban los indígenas a la epidemia de viruela; y además en la Biblia leí que la humanidad ha sido asolada por diferentes epidemias (como las diez plagas de Egipto), y eran consideradas como castigos de Dios, pero nunca imaginé que me tocaría vivir una y mucho menos tan devastadora y generalizada como esta. Es aún difícil saber la magnitud final de esta pandemia, pero lo que va hasta ahora es de verdad algo muy grave. Ha producido una afectación que implica no solo la salud de las personas con repercusiones en casi todos los órganos del paciente desencadenando lo que se conoce como una tormenta de citoquinas con su consecuencia inevitable: el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica que forma parte de una sepsis grave y que finalmente ocasiona una falla orgánica múltiple llevando al paciente finalmente a la muerte. Se sabe ahora que aquellos que sobreviven pueden quedar con secuelas en la función pulmonar, en la función cardiaca y también en la salud mental.

Al comportarse como una pandemia ha afectado prácticamente a todos los países y a todos los estratos socioeconómicos. Sus efectos se han manifestado también en la actividad económica y financiera de todos los países en mayor o menor grado.

México ocupa el nada honroso, primer lugar en cuanto a la tasa de letalidad con 8.8 fallecimientos por cada 100 habitantes infectados de acuerdo con lo reportado por la Universidad Johns Hopkins. Respecto a la tasa de mortalidad (que representa el número de muertes por cada 100,000 habitantes de la población general) nuestro país se encuentra en el séptimo lugar.

Esta es una guerra, contra un enemigo submicroscópico altamente mortal y ubicuo, en la que el ejército de avanzada es el personal de salud en primera línea. Si bien las líneas del frente son las más expuestas al riesgo es innegable que por lo mismo deben ser las más protegidas y mejor equipadas. Desafortunadamente no siempre ha ocurrido así según se desprende del análisis de los fallecimientos ocurridos entre el personal de salud en nuestro país y esto puede ser multifactorial.

Así que no sorprende que la revista médica The Lancet publicara que en nuestro país ha muerto más personal sanitario que en ningún otro lugar, una de las razones mencionadas es que en un principio no se le dotó a los médicos y enfermeras que están en contacto con los pacientes afectados por la COVID-19 del suficiente equipo de protección personal según declaraciones de la directora de la Organización Panamericana de la Salud. Por lo que en abril del año pasado la Facultad de Medicina y la fundación UNAM implementaron la campaña “Dona un kit. Protege a un residente” y un reporte de Amnistía Internacional mencionaba que en un lapso de 6 meses (28 de febrero al 23 de agosto) se habían infectado 97,632 trabajadores del personal sanitario y para el 3 de septiembre del 2020 habían fallecido 1,320 personas, mientras que en Estados Unidos el número de fallecidos era de 1,077 y en el Reino Unido 677.

Y no solamente eso, el estrés físico y mental al que están sometidos en una unidad de cuidados intensivos o en urgencias en el triage respiratorio e incluso en cualquier área de internamiento. Inexplicablemente se han presentado casos de agresión al personal de salud por miedo al contagio.

El sitio de internet Medscape en español realizó una encuesta a 2,905 trabajadores de salud de España y algunos países de América Latina, con el fin de indagar si se vacunarían contra la COVID-19, los resultados fueron los siguientes: el 76% contestó que cuando hubiera una vacuna disponible se vacunaría y el 24% restante dijo que no lo haría, es decir, una cuarta parte de los trabajadores de salud no se inmunizaría a pesar de ser población de riesgo elevado. Las razones aducidas fueron: les preocupa que no sea una vacuna segura (43%), prefieren esperar un poco antes de aplicársela (37%), escepticismo acerca de su eficacia (6%), comorbilidades que les impiden vacunarse (2%) y por otras razones (12%).

El personal sanitario, enfermeras y médicos, camilleros, laboratoristas y personal administrativo que está en primera línea tienen que cumplir jornadas agotadoras, sometidos de manera constante a un estrés físico y mental. El 83% de los médicos tienen temor de ser contagiados por un colega o por un paciente.

La tasa de letalidad en nuestro país se ha mantenido casi constante, alrededor de 9.5% según lo informado por la UNAM. El Senado de la República otorgó el año pasado la Medalla Belisario Domínguez (quien por cierto además de senador fue médico oftalmólogo con un gran sentido social y filantrópico) a las personas integrantes del Sistema Nacional de Salud “por su incansable lucha contra el COVID-19 en México” la cual será entregada en febrero de este año en sesión solemne.

El año 2020 concluyó con 5,044 casos activos de COVID-19 entre el personal de salud, correspondiendo 487 a Jalisco nuestro Estado. Con un total de 2,397 fallecimientos; el 48% de los cuales fueron médicos el 70% de los fallecimientos corresponden a hombres y en números totales y hasta el 28 de diciembre pasado se acumularon 182,246 contagios en todo el país entre el personal sanitario.

Por ello, y debido a que el personal de salud está dentro de la población de más alto riesgo es lógico que se les haya dado prioridad en recibir las primeras vacunas, aunque no han faltado lidercillos sindicales que se han aprovechado y se han “colado” con todo y familiares entre los vacunados, aunque no les correspondía en este país en donde “el que no transa no avanza”.

De estas tablas se desprende que la mayor proporción de casos se presenta en mujeres (60%) aunque la mortalidad es mayor en hombre (70%), así mismo, aunque el 42% de los casos se presentó en personal de enfermería la mayor mortalidad se obtuvo en médicos y médicas (49%).

Ciudad de México, el Estado de México, Veracruz, Puebla y Tabasco son las entidades con más defunciones entre el personal de salud. El total de trabajadores sanitarios que se han infectado por el SARS-CoV-2 hasta el momento de escribir este trabajo son más de 195,558 de los cuales han fallecido 1,744 personas, según lo reportado por el director general de epidemiología, el Dr. José Luis Alomía. Es por esta razón que se ha decidido vacunar en primer lugar al personal sanitario que es el que está más expuesto al contagio. Hasta la fecha se han vacunado 329,983 integrantes del personal de salud.

En la revista de la UNAM de diciembre del 2020 se muestra la afectación sobre el personal de salud:

En lo que respecta la afectación de acuerdo con la presencia de comorbilidades y a la profesión las cifras son las siguientes:

Siempre atentos a cualquier llamado para mejorar la salud han sido convocados también para formar parte de las brigadas de vacunación aquellos estudiantes y académicos de medicina, enfermería y odontología que quieran participar en esta titánica tarea.

¡Vaya esta contribución de “La Medicina en la Filatelia” dedicada a todos aquellos que día y noche luchan sin cesar para preservar la salud de miles de pacientes atendidos en diferentes hospitales públicos y privados!

Honor a quien honor merece.

Lecturas Recomendadas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El arte sin belleza

By Líderes de opinión, Voces Univa No Comments

Cristina González Martínez • Egresada de la Licenciatura en Filosofía UNADIS

 

La belleza, o lo que gusta, no podría de ninguna manera

servirnos de base para una definición del arte.    

Tolstoi

 

Desde la antigüedad hasta el siglo XVIII, aproximadamente, el hombre había conjugado la reflexión sobre el arte con la de la belleza, llegando inclusive a identificar el primero como expresión de la segunda, sin embargo, el desarrollo histórico de la estética ha deslindado al arte de tal encomienda, en virtud de que el arte como expresión cultural de todos los tiempos, pone de manifiesto aquellos intereses de la sociedad que van desde el culto a los dioses y a Dios, hasta las modas de vanguardia de nuestros días, que de acuerdo con las categorías estéticas, no siempre serán bellas expresiones artísticas.

En su raíz alemana, arte se deriva de “ser capaz de” y significa “habilidad, pericia, sabiduría”, de tal suerte que el artista será quien es capaz de, pero en forma eminente; sin embargo, en su raíz latina también se refiere al artesano, sería aquel capaz de elaborar una obra sensorialmente perceptible y con imaginación, la diferencia está en que el artesano elabora buscando la utilidad de su creación y en teoría, el artista buscará la belleza, en su raíz original así lo fue en alguna época, hoy en día ya no, puede sí buscar la belleza el artista, pero no sólo eso, ni necesariamente.

Por otro lado, la belleza se enlaza etimológicamente con contemplar. Bello, significa originariamente: contemplable, digno de verse; pasa luego a significar luminoso, brillante, resplandeciente, de donde paulatinamente nace el significado actual (Brugger,1995).

Entre los filósofos de la antigüedad se atribuyen a Sócrates tres categorías de la belleza ideal, que correspondería a la naturaleza, la espiritual que sería la que refleja el alma a través de la mirada y la útil o funcional. Sin embargo, la belleza, según Platón, rebasa el plano físico, puesto que para él la belleza para ser tal, ha de ir de la mano del plano intelectual, exige el arte dialéctico para captar la verdadera belleza. Algo que san Alberto Magno y Sto. Tomás de Aquino sintetizan en cuanto a la armonía de la forma, misma que denota la esencia y el núcleo del ser, cuyo contenido expresado por la unidad, la verdad y la bondad, darán como resultado que tales atributos serán de un brillo luminoso, cuando se esté frente a una auténtica belleza.

Y es que resulta que cuando el hombre no permite que su visión sea empañada por el «demonio» de la belleza que lo cautiva y lo sitúa en la sola belleza corporal, entonces en la belleza se percibe un reflejo del más allá, de la absoluta perfección de Dios y de su creación.

En nuestros días el arte ha pasado a ser objeto de estudio de la estética, prescindiendo de la belleza. Walter Benjamin habla de cómo la reproducción de las obras de arte ha dado lugar a que el arte se vuelva algo cercano, a costa de su sacralidad de otros tiempos, se ha ganado en extensión y perdido en intensión, convirtiéndolo en un objeto de consumo, se le despoja de su valor y se convierte en un sucedáneo de arte, que complace a las masas.

Lo kitsch inunda el mercado, un “arte popular que se vende como si fuera lo que no es. El arte ya no se encuentra con el absoluto, entrará en espacios que no eran suyos, como el espacio urbano o natural, así como a su disolución no artística como la moda, el diseño y la publicidad, se está frente a la estetización de la existencia, surgiendo así la transestética, de la que habla el filósofo francés Gilles Lipovetsky.

La estética no podía sustraerse de la posmodernidad que ha permeado todos los ámbitos de la vida del hombre, de tal suerte que habiendo estado siempre en estrecha alianza con el pensamiento filosófico y con la historia del arte, hoy en día ha traspasado las fronteras de tales espacios y se encuentra convertida en una moda que marca tendencias en la tecnología, en la mercadotecnia, en la industria automotriz, en fin en todo aquello que forma parte de la sociedad de consumo, en el mundo capitalista.

Es posible seguir la crítica de Lipovetsky desde algunas de las características de la sociedad posmoderna: positiva, transparente, flotante, dinámica y global.

La sociedad positiva elimina los conceptos de verdad y bondad con objeto de evitar el conflicto, relativizándolo todo de acuerdo con principios subjetivos, lo que permite que aquella axiología que orientaba los gustos, el pensamiento y la conducta del hombre, desaparezca y en su lugar prevalezcan los valores subjetivos, dando como resultado el hiperconsumo, entre otras cosas.

La sociedad transparente es permisiva, todo puede ser visto y tolerado en todas partes, todos tienen derecho a todo, es una cierta democratización de la vida que, en el caso del arte, lo ha convertido en una expresión cultural democrática, más que estética propiamente dicho, y que le ha abierto las puertas a espacios que le eran ajenos como el capitalismo, los mass media o la tecnología, por ejemplo.

La sociedad flotante es la que ha perdido sus raíces, el desarraigo se presenta en la naturaleza de las cosas y tristemente, también de las personas, olvidando lo que las cosas o las personas son esencialmente, se adopta la moda que será la que marque lo que se quiere que sean las cosas y las personas, de acuerdo con las tendencias del momento.

La sociedad dinámica imprime velocidad, casi vértigo, a la producción y consumo de todo: ropa, electrodomésticos, películas, automóviles; llegando a considerar a las personas como un bien más que será desechado en cuanto pierda su utilidad o pase de moda.

Finalmente, la sociedad global comprende el que todo se dé en todas partes, las campañas de publicidad de cualquier producto de una compañía transnacional, serán publicitadas en todos aquellos países en los que la compañía esté presente, trasladando la moda de un país a otro, las tendencias culturales de un país a otro, los valores estéticos de un país a otro, lo cual irá conformando una generación de expresiones artísticas híbridas y es así como aparece en el mapa cultural de la posmodernidad la transestética de la que habla Lipovetsky, cuyo mayor riesgo es, justamente la pérdida de la esencia de la estética, como aquella preocupación del pensamiento filosófico acerca de lo bello, de lo trascendente, de lo que eleva el espíritu.

Muestra de lo expuesto es el Belén de la plaza de San Pedro en el Vaticano con motivo de la Navidad del 2020.

El Nacimiento dentro de la tradición cristiana es una representación plástica del misterio de la Encarnación, invita a los cristianos a la reflexión acerca del amor de Dios hecho hombre, sin embargo, las figuras del Belén citado, sin negar su calidad artística, lejos de invitar a la oración, parecieran trivializar el citado misterio y convertirlo simplemente en una expresión de arte posmoderno y sincretista.

No obstante, consideramos que es posible esforzarnos por rescatar y plasmar en el arte, lo bello de la naturaleza y lo sublime de la belleza humana, que habrán de prevalecer por encima de todo arte transestético, como camino de elevación del hombre a la Belleza esencial de la que participan toda belleza material y espiritual.

 

¿Cómo le podemos llamar a lo que estamos viviendo?

By Líderes de opinión, Voces Univa No Comments

Mtra. Laura O. Robles Sahagún • Coordinadora de Alumni y Bolsa de Trabajo

 

No hablaré de nada nuevo, no hablaré de algo desconocido. Hoy me siento obligada a hablar de lo que desde hace casi un año es el tema, estemos donde estemos, leamos lo que leamos, platiquemos con quien platiquemos. Simplemente hoy quiero compartir mi visión de esta novela que solo puedo calificar como dantesca, permitiéndome hacer alusión a este término que se ha popularizado por la forma en que el escritor Dante Alighieri relata una de las tres partes de su obra “La Divina Comedia”: el infierno.

Lo que he estado viendo, de unos días para acá, a diferencia de todo el pandémico 2020, nunca imaginé siquiera que pudiera darse en la vida real, por ello me atrevo a adjetivarlo como dantesco, en esa connotación de horrible, de espeluznante, de macabro, de desolador. Hay filas en las farmacias buscando medicamentos escasos y que por cierto día a día aumentan de precio; qué decir de las personas formadas para comprar oxígeno o la gente publicando desesperadamente que busca concentradores o tanques; hay lista de espera para ingresar a los hospitales, en los públicos no hay lugar y hasta abandonan a enfermos en el piso para que sean atendidos, en los privados tampoco hay camas disponibles y las cifras a pagar son increíblemente altas.

Qué decir de las imágenes aterradoras de las carrozas funerarias esperando en fila para recoger los cuerpos de las personas fallecidas; hay fila en las casas funerarias para poder velar, aunque sea por cuatro horas, a los difuntos y solo pueden estar 15 personas (si se quiere aumentar el número de personas, el permiso puede salir en más de 20mil pesos); hay que esperar turno en los panteones para cremar o para inhumar y asimismo para que las cenizas sean entregadas. Cualquier cambio que se quiera hacer, aun en los planes de previsión funerarios, son de miles de pesos.

Vi muchos mensajes al finalizar el año en donde decían que había sido un año de aprendizaje, pero ¿de verdad estamos aprendiendo alguna lección? Porque hay acaparamiento, abuso en los precios y en la calidad de productos y servicios. También vi imágenes de playas y destinos turísticos llenos. Leía que los centros comerciales estaban atestados previo a las celebraciones decembrinas. Veo fotografías de gente que anda de fiesta, tanto en las ciudades como en los pueblos (en algunos casos bajo la complicidad de las autoridades), sin mayor protección y sin cuidar la tan famosa “sana distancia”. ¿A esto cómo lo podemos calificar, doble moral o gente sin miedo?

No hay día que no lea condolencias de personas cercanas, para compañeros de trabajo, conocidos, familiares. El ambiente huele a muerte, a una descontrolada muerte que no son números, son dolores reales, vidas cercanas, que se van sin poder hacer algo por ellas.

El miedo que causa la enfermedad, sus consecuencias, su desafiante atención, las diferentes manifestaciones y el desconcierto de complicarse en cualquier momento es aterrador. Las mutaciones de las cepas y los síntomas aun inciertos causan pánico y es inevitable sentirlo tanto para el paciente como para su familia o sus seres queridos, quizá pudiera ser derivado del exceso de información y de desinformación.

¿Cuánto más necesitamos pasar para poner en práctica ese supuesto aprendizaje del que hablamos o seguiremos siendo parte de esta novela dantesca en un nuevo capítulo llamado vida?

 

Publicado en La Crónica de Hoy Jalisco del viernes, 15 de enero de 2021.

Desinformar

By Líderes de opinión, Voces Univa No Comments

Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

La libertad de expresión es un bien invaluable, la sociedad occidental invirtió en su conquista cientos de años, hasta lograr convertirla en ley y en termómetro de civilidad política y social.

Esta libertad se ha buscado para dar expresión a la diversidad de opiniones, observaciones y pensamientos que se da entre los seres humanos, y en principio es absoluta, partiendo de la base de que cuanta persona expone su punto de vista es capaz de sustentarlo o de asumir las consecuencias.

Pero si esta libertad es un derecho que está ahí, a disposición de todos, supone en la gente la capacidad de saber discernir todo cuanto los demás dicen por el medio que sea, y es justo en ese punto donde la sociedad se convierte una y otra vez en una torre de Babel. Hacer que las verdades que algunos no quieren que se sepan, parezcan mentiras, y que las mentiras que otros quieren divulgar parezcan verdades, es hoy día el deporte de individuos, empresas e instituciones de todo tipo y marca, cuya consecuencia es el cultivo de la sospecha, la incertidumbre, la confusión y finalmente el agnosticismo informático.

El pasado año 2020 nos brindó sin duda el más impresionante escenario mundial del teatro desinformativo, donde todos los vestuarios de la humanidad se lucieron a la hora de divulgar noticias epidemiológicas en todas las escalas de la verdad y de la mentira, contando con que para cualquier afirmación que se hiciera, por descabellada que fuera, habría siempre mentalidades adecuadas para asumirla y “reenviarla” como verdad absoluta, en sucesión interminable y planetaria.

En el revoltijo “informativo” en torno al COVID-19 naufragaron honras, se manipularon documentos científicos, se alteraron declaraciones valiosas, se multiplicaron las “falsas noticias”, y cuanta persona se puso al frente del problema, independientemente de sus méritos, acabó siendo sospechoso, inepto, vendido, emisario del anticristo, cómplice conjurado del “nuevo orden mundial”, o aliado de los alienígenas.

Esta desinformación generó linchamientos morales en casi todo el planeta, e incluso en países que solían ser más civilizados, se dieron verdaderos movimientos sea para negar el problema, sea para oponerse a las medidas preventivas que las autoridades iban implementando. En otras regiones la autoridad acabó optando por un “sálvese quien pueda”, como pueda, y por lo demás, hagan lo que quieran. Esta huida de la autoridad fue más sensible a la hora en que los vivales de siempre encarecieron desmedida e injustificadamente los precios del oxigeno, de los tanques, de los honorarios y los costos hospitalarios sin que nadie los controlara o sancionara.

Y si en su momento la epidemia ha tenido este tratamiento, ahora las infinitas opiniones sobre la vacuna no se han quedado atrás: que no sirve, que sirve poco, que transmite el virus que se quiere evitar, o que conlleva elementos no declarados con el avieso objetivo de atontar o aniquilar a la humanidad que ingenuamente la reciba.

Esta es la sociedad humana, así somos, así pensamos y compartimos, así reaccionamos ante una amenaza evidente, porque para prevenir la credulidad hoy sabemos que no bastan ni siquiera los mejores títulos académicos ni la racionalidad más evolucionada.

 

Publicado en El Informador del domingo 17 de enero de 2021

Salir de la caverna

By Líderes de opinión, Voces Univa No Comments

Mtro. Miguel Camarena Agudo • Encargado de corrección y estilo del Sistema UNIVA

 

Se encuentran en ella desde su niñez, sujetos por cadenas que les inmovilizan las piernas y el cuello, de tal manera que no pueden ni cambiar de sitio ni volver la cabeza, y no ven más que lo que está delante de ellos… Se parecen a nosotros, respondí. Y, ante todo, ¿crees que en esta situación verán otra cosa de sí mismos y de los que están a su lado que unas sombras proyectadas por la luz del fuego sobre el fondo de la caverna que está frente a ellos?

Platón

 

Hace tiempo en otro escrito hice referencia a un texto de Jean Carles-Mèlich donde nos narra un hecho sucedido en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, este hecho trata sobre un niño que muere sin haber visto un árbol. El grado de desolación de este incidente nos puede poner a pensar sobre las privaciones extremas que un humano puede llegar a sufrir debido al autoritarismo político y militar de un grupo ejercido hacia un grupo o raza.

Eduardo Galeano en otra parte nos cuenta cómo mineros de Bolivia, le piden les cuente cómo es el mar. Estos hombres, nos refiere el escritor uruguayo, nacían y morían sin poder salir de esa árida región donde se encuentran las minas. En esta otra referencia podemos sentir, a diferencia de la historia del niño judío, el anhelo de algo desconocido, pero existente. Quizá el niño haya muerto sin haber oído de un árbol y por ello, sin el anhelo de conocer uno. Nació en el encierro y murió en él, sin mayor posibilidad que eso. Muy probablemente el haber sabido de los árboles le haya dado el ímpetu para seguir viviendo y poder conocer un mundo allende las bardas del campo de concentración. En cambio, para los mineros su pobreza y la mutilación de su voluntad, producto del cansancio y otras vicisitudes, no les permitía escapar de su contexto.

Ya lo decía el coronel Frank Slade en Perfume de mujer, no hay peor mutilación que la del espíritu, porque para este tipo de privación no hay prótesis. La familia, la escuela, la religión, incluso los amigos, en ocasiones nos cercenan la posibilidad de aspirar a la libertad; heredándonos y transmitiéndonos prejuicios, ideas, paradigmas; muchas veces defectuosos. La superación de esas cargas depende de la voluntad, y desde luego, de valentía de cada uno. El miedo, independientemente de todos los factores externos que influyen en nosotros, es una ignominiosa limitante; porque detrás del miedo está la felicidad y la más íntima de nuestras pasiones.

Por otra parte, la ignorancia, también es otro de los muchos factores que no nos permiten experimentar sensaciones, emociones y sentimientos distintos a los que creemos son los existentes. Estamos tan acostumbrados a sostener un tipo de relaciones con los otros en determinados y reducidos contextos que, consideramos el mundo se reduce a eso, como sucede en el Mito de la caverna de Platón. En ese relato un individuo logra escapar por sus propios medios y se dirige en búsqueda de la luz verdadera, la del sol. Yo en cambio, soy un fervoroso creyente del catalizador que puede ser el otro, de la liberación que nos puede ofrecer para cambiar o para poder salir de cualquier encierro existencial.

Necesitamos darnos cuenta de la función emancipadora del otro. Para ello debemos andar, como Faulkner lo dijo, con las antenas encendidas y poder percibir esos intersticios por donde podremos escapar de una realidad fracturada y condenada a la zozobra.

Considero para fugarse es condición tener la profunda necesidad de hacerlo, así como para vivir plenamente, ser feliz o amar. Aristóteles sentenciaba de manera contundente que la libertad en manos de esclavos era un desperdicio pues éstos no iban a saber qué hacer con ella. Estoy de acuerdo con él en parte, y seguramente mi abuelo, quien decía, el que es buey hasta la yunta lame. Pero, entre tener la oportunidad de liberarnos y no tenerla hay un abismo, siempre es preferible tenerla a no tenerla, aunque hay quien la tenga y simplemente la tire por un retrete. Al final, a quien le guste sufrir, la humillación, la subestimación, la simulación, el engaño, la mera apariencia y el ser utilizado por otros, seguirá sufriendo; como versa un viejo refrán pueblerino, la miel no se hizo para el hocico de los cerdos.

En resumidas cuentas, la vida debería ser el modo radical de nuestra existencia, la vida con mayúsculas, no sucedáneos. Pues la vida es un breve sueño y sin ésta no cultivamos la intuición, la reflexión y la acción, como lo decía Ortega y Gasset, siendo conscientes de nuestra circunstancia y haciéndonos responsables de ella, no podremos salvarla ni dignificarla.

Estoy de acuerdo con Sartre en aquello de que a veces no podemos cambiar nuestra situación, sin embargo, sí podemos nos podemos cambiar en situación. Volviendo a Gasset, a su imperativo de autenticidad, nuestros actos deberían estar encaminados hacia nuestra verdadera vocación; buscando aquellas vivencias dignas de reafirmar nuestro ser, nuestra felicidad y nuestro amor propio.

Por último, no debemos olvidar que han existido esclavos que se han liberado del yugo de la caverna, al igual que hay gusanos que se han convertido en mariposa.

La vivencia se percibe de forma personal, no es algo que a uno le cuentan, sino que uno mismo es protagonista. Como resultado de la vivencia se transforma nuestro estado de ánimo. Las vivencias intensas dejan una huella psicológica más o menos duradera y más o menos aguda, de tal modo que a partir de ella se transforma en algún aspecto nuestra biografía.

                                                                                                                           Diccionario filosófico de Centeno

¿Y para regresar al redil?

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Mtra. Laura O. Robles Sahagún • Coordinadora de Alumni y Bolsa de Trabajo UNIVA

 

Iniciamos el año y muchos, muchísimos, seguimos trabajando, estudiando y haciendo nuestras funciones desde casa. La pandemia del 2020 ya comenzó a tomar parte del 2021 y por el alto nivel de casos de COVID-19, no visualizo un pronto retorno a la presencialidad.

Por lo menos en Jalisco en ningún momento desde febrero del año pasado, se habían visto y escuchado tantos contagios, ni se había evidenciado la falta de espacios en los hospitales para atención de pacientes como está sucediendo en este momento.

Hubo (y yo me cuento entre ellos), quienes llegamos a pensar que en enero podríamos regresar a nuestros centros de trabajo y ¡oh sorpresa! No será posible y esto me ha puesto a pensar en la forma tan relajada que algunos se están tomando ya el “home office”.

Si bien es cierto que al inicio del confinamiento las horas de trabajo se alargaron, que las horas de capacitación y de aprendizaje de uso de plataformas se extendieron, que todos tardábamos más en hacerlo, ahora he notado que hay gente que empieza a hacer como que trabaja. Aquí hago una nota importante: no estoy generalizando, para que no se ponga el saco quien no le queda.

Es así como la disciplina, las mediciones de resultados y la productividad, serán nuevos retos para las empresas. Desde ahorita, si es que vamos a seguir confinados, se tiene que reevaluar el seguimiento a las funciones de los colaboradores porque las condiciones económicas tampoco están como para mantener personas que simulan trabajar.

¿De qué hora a qué hora se trabaja? ¿Qué se hace durante ese tiempo, qué resultados se obtienen? ¿Se inicia y se termina puntualmente el horario establecido en el contrato de trabajo? ¿Cómo podemos saber quién dedica su tiempo laboral a la empresa que le paga? ¿Quiénes se han dedicado a tener otras ocupaciones para sacar más dinero mientras su jefe cree que trabaja en lo convenido?

Y una vez concluido el confinamiento ¿los colaboradores recordarán las políticas y los reglamentos de trabajo? ¿cumplirán las reglas establecidas? ¿Serán puntuales? ¿Se acostumbrarán a las jornadas completas de trabajo? ¿cómo hacer para que todos los equipos se vuelvan a motivar y trabajen con orden y disciplina?

Grandes retos seguiremos teniendo los empleadores y los colaboradores. Las empresas no solo deberán cuidar toda la normatividad a cumplir en cuestión sanitaria por pandemia, sino también lo establecido por las reformas laborales y las políticas institucionales.

Ahora sí, a demostrar que nos merecemos estar en donde estamos y que apoyamos a las empresas que, pese a la crisis, nos siguen dando trabajo y un salario para vivir. Empecemos el año con honestidad, un gran valor en estos momentos.

 

Publicado en La Crónica de Hoy Jalisco del viernes, 8 de enero de 2021.

Segundo golpe

By Líderes de opinión, Voces Univa No Comments

Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

En menos de veinte años, Estados Unidos, considerado el país más poderoso de la tierra, ha pasado por dos severos golpes que le han humillado ante todo el mundo. El primero ocurrió el once de septiembre de 2001, cuando, según la versión oficial, el terrorismo internacional derribó las Torres Gemelas de Nueva York y atacó al Pentágono. Como se recordará, en aquella ocasión todos los sistemas de seguridad, inteligencia y espionaje norteamericanos fallaron. De cualquier manera, la agresión venía de fuera y no era del todo injustificada, por más que el fin nunca justifique los medios.

Haciendo eco de los discursos de los senadores norteamericanos, el seis de enero de 2021 también pasará a la historia de ese país como un día aciago. Sólo que esta vez el ataque no vino de fuera, sino desde dentro. No tuvo lugar en Hong Kong o en Santiago de Chile, ni en el Capitolio de Bielorrusia o de Venezuela… sino en el emblemático edificio del Congreso Federal, en la ciudad capital de Washington, D.C. Seguramente todos los agentes de inteligencia estadounidenses se quedaron sorprendidos al observar que acciones organizadas por ellos en tantos otros países, estaban ahora ocurriendo en el suyo, una verdadera sorpresa.

En ese mismo espacio del asombro, el autor intelectual del atentado contra las instituciones democráticas de la nación, no era un dictador bananero o petrolero, tampoco un grupo terrorista islámico, sino el propio presidente del país todavía en funciones o en disfunciones.

Humillación penosa toda vez que EE.UU. se ha proclamado desde sus orígenes el paladín de la democracia y de la civilidad, por lo menos hacia dentro, y seguramente en su propio ámbito lo ha sido y con un notable éxito, hasta la llegada de ese profundo malestar interno de las sociedades postmodernas, insatisfechas, temerosas de perder lo alcanzado, estancadas en una medianía económica que les parece insufrible, en franco retroceso hacia un ostracismo individualista y violento que les lleva a la xenofobia militante, al tribalismo primitivo, a buscar chivos expiatorios en los que son diferentes, en especial los inmigrantes, a plegarse bajo las banderas del extremismo sea de derecha que de izquierda. ¿No fue así que llegaron al poder todos los grandes dictadores del siglo XX en Europa?

Desde su primera campaña, Donald Trump supo canalizar esas energías reprimidas, seguramente compartiendo en buena medida las ideologías de fondo, como lo ha mostrado su discurso permanente, avalado por una forma de ser que se identifica muy bien con esa nueva anarquía social de los países otrora civilizados, con esa búsqueda del líder prepotente y despótico con el cual se identifican muy bien los extremistas; pero de igual manera, utilizó a sus seguidores para que confirmaran sus acciones, pues la reelección avalaría la gestión desarrollada y alimentaría su ego desbordado. No olvidemos que es el segundo presidente norteamericano en no ser reelecto en toda la historia de ese país, una humillante reprobación difícil de sufrir para personalidades como la suya.

Quizá en delante, todo aspirante a puestos de elección popular deberá someterse a un minucioso examen psicológico que prevenga a la sociedad de líderes con psicopatías incompatibles con la función pública.

 

 

Publicado en El Informador del domingo 10 de enero de 2021

Soul, una animación poética sobre el más allá

By Líderes de opinión, Voces Univa No Comments

Dr. Fabián Acosta Rico • Docente-Investigador UNIVA

 

El genio detrás de la película de Soul es el director y guionista Pete Docter conocido por ser el creador de historias tan fantásticas de Disney-Pixar como Monsters Inc., Intensamente, Wall-E, Toy Story I y II… La compañía de animación fundada por Steve Jobs, Pixar, se ha caracterizado por entregarnos animaciones pensadas para el entretenimiento infantil; que gracias a sus temáticas e historias inteligentes y en muchos casos filosóficas, también se ha ganado el aplauso y reconocimiento de públicos más adultos.

De Wall-E a Intensamente (ambas historias de Docter) la compañía de la lamparita ha trabajado con inspiración, casi poética, el tema de la inteligencia y las emociones, pasando primero por la historia de dos robots que en un futuro bastante lejano y distópico para la humanidad, evolucionan espontáneamente logrando desarrollar sentimientos tan impropios o imposibles para una máquina, como el amor. En Intensamente a través de personajes que tripulan el cerebro humano, son caracterizados los finos engranajes que hacen operar nuestra inteligencia emocional. Pensemos. ¿Qué del intrincado mundo de la psique humana le falta por explorar a Pixar? En efecto, sí, el alma.

Las temáticas sobre las que descansa la trama de Soul son dos, básicamente, el Jazz y la cultura afroamericana, matriz de este género musical; en efecto, el mundo del Jazz es el trasfondo, el marco y contexto del drama de nuestro personaje Joe Gardner, un maestro de banda de secundaria que sueña con triunfar en la escena neoyorquina del Jazz. El otro tema que entreteje o vertebra esta historia, es sobre las experiencias cercanas a la muerte, las famosas ECM. Si algo deja claro Soul, para disgusto de los materialistas, es que la conciencia es independiente del cerebro y transciende nuestra corporeidad. Nuestro verdadero yo o esencia es de naturaleza espiritual.

Soul no es una película de fantasmas afrodescendientes; a través de la animación infantil, recrea que hay antes y después de la vida sin otra intención que contarnos una existencial historia acerca de la identidad o el secreto del yo; tal y como lo hace más metafísicamente hablando, el Bardo Thodol o Libro Tibetano de los Muertos.

Cabe decir que el antes y después de las almas humanas lo describen, desde sus dogmas y verdades reveladas, casi todas las religiones; de allí que Soul campea por terrenos escabrosos y se presta para la discusión y el debate teológico e incluso filosófico.

Una idea interesante que la película plantea tiene que ver con la pre-existencia de las almas y, de cómo hay en nosotros predisposiciones hacia la tristeza, la megalomanía, la melancolía… El más allá es descrito por Docter como un sitio metafísico administrado por una burocracia de seres bidimensionales que controlan y planifican el flujo de las vaporosas almas humanas: de las nuevas hacía la tierra y de las viejas o ya encarnadas y desencarnadas así la luz al final del túnel o Absoluto.

Un punto de la película que le pinta la diana para las críticas y ataques, es que en este más allá el gran ausente es Dios. No se le menciona ni está presente en este lugar eterio que media entre la vida y la muerte. Al que por cierto, las almas encarnadas de místicos e inspirados logran acceder arrobamientos espirituales. No es tan ajeno o lejano como uno pudiese creer. Se puede decir, que nuestro pianista y jazzista afroamericano Gardner, interpreta el papel de un moderno Dante, con algo o mucho de Orfeo, que en su exploración del más allá no se topa con el cielo, a este le rehúye; pero, tampoco da con el infierno; no se cruzan en su camino ángeles ni demonios; en resumidas cuentas, se encuentra con una realidad distinta a la descrita por los catecismos teístas.

Por eso para evitar enfados innecesarios y celos religiosos exagerados y fuera de lugar, a Soul hay que verla como en su momento, a la película Más allá de los sueños estelarizada por el extinto Robín Williams, como una película de ficción que pretende contarnos una emotiva y profunda historia acerca del significado y sentido de la vida, sin pretensiones teológicas ni intenciones proselitistas o de adoctrinamiento en ningún tipo de credo.

 

 

María, una nueva manera de ser persona

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Dr. Fernando Sánchez Martínez • Docente de Ciencias Sociales y Humanidades

 

Termina un año sin precedentes en la historia de la humanidad, este momento es único y nos representa de diversas maneras. Las falsas seguridades en las que nos desenvolvíamos, nuestras maneras de relacionarnos se han venido abajo evidenciando nuestra incapacidad para actuar solidariamente ante una pandemia que ha mostrado la visión antropológica que como sociedad global tenemos respecto de nosotros mismos, los otros, el planeta.

El sálvese quien pueda, se convirtió en regla social ante el temor y la incertidumbre de lo que enfrentábamos, una gran parte de seres humanos se volvieron inservibles, inferiores, “vimos lo que pasó con las personas mayores en algunos lugares del mundo a causa del coronavirus. No tenían que morir así” (FT 19). La miseria humana afloró de nuestro ser, lo cual constató que no hemos avanzado tanto en humanidad como habíamos pensado. Tal pareciera que la experiencia de las atrocidades cometidas por el hombre en contra del mismo hombre en el siglo pasado no ha servido de nada, ya que la pobreza, la muerte de millones de seres humanos por inanición, la xenofobia, el consumismo desmesurado, las manifestaciones de racismo cada vez más latentes, siguen perviviendo en nuestra época contemporánea, y lo más desgarrador es que lo aceptamos como algo natural.

Ante esto, ¿qué significa el nacimiento de Jesús? ¿Qué pensaría de nosotros? ¿Qué nos pide a ti y a mí? Sin duda, una visión antropológica totalmente distinta. Es decir, una nueva visión de persona donde podamos reconocer al Otro en el otro, porque Jesús nos sale al encuentro en el rostro del otro, del desvalido, del marginado, del que como sociedad hemos catalogado como inservible, inferior. Pero ¿cómo es esto? Ya el Papa Benedicto XVI lo ha explicado de manera maravillosa cuando comenta la genealogía del evangelio de Mateo la cual, después de pasar por una larga lista de nombres de hombres decisivos como Abraham y David, “la genealogía concluye con una mujer, María, que es realmente un nuevo comienzo y relativiza la genealogía entera” (Benedicto XVI, 2012, p.15).

Con María, se lleva a cabo un nuevo inicio, con ella y solo gracias a ella, se genera una nueva manera de ser persona, ya que su Hijo no proviene de ningún hombre, sino de arriba, por lo tanto, es así como debemos aprender a contemplarnos y comprendernos en esta nueva visión. No es gracias al hombre, sino a la mujer, que Dios se ha hecho presente en la historia y nos ha legado una nueva manera de ser persona, es el regalo más trascendental de Dios Padre a la humanidad, ser hijos en el Hijo a través de una mujer, María.

 

 

Referencias

Benedicto XVI (2012). La infancia de Jesús. México: Planeta

Francisco (2020). Fratelli Tutti. Recuperado de http://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20201003_enciclica-fratelli-tutti.html

 

Aunque no me aumenten el salario…

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Mtra. Laura O. Robles Sahagún · Coordinadora de Alumni y Bolsa de Trabajo UNIVA

 

Se llegó la fecha en que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI) anuncia el incremento salarial para el siguiente año. Para el 2021 se determina que aumentará 15% el salario mínimo que pasa de $123.22 a $141.70 para la generalidad del país; mientras que en la Zona Libre de la Frontera Norte pasa de $185.56 a $213.39. Sin duda alguna, esta administración pública federal pasará a la historia como la que más a incrementado el ingreso de los trabajadores.

 

No olvidemos que la CONASAMI es un organismo público descentralizado cuya función es fijar los salarios mínimos legales de forma congruente entre lo que establece la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos con las condiciones económicas y sociales del país.

Esta noticia tiene una lectura desde varios frentes. Si revisamos la información oficial emitida desde el Gobierno se habla de todas las ventajas que tienen los trabajadores y sus familias con estos aumentos, incluso en la página web tratan de desmitificar varios puntos como que se generará más desempleo o que se elevará el costo de la canasta básica.

Si buscamos el frente patronal, hay quienes dicen que votaron en contra, el gobierno dice que “se aprobó por mayoría”; la COPARMEX ha sido muy clara en su postura y si bien es cierto que han sido parte fundamental para que, en los últimos años, el salario mínimo se recupere, también lo es que la situación económica de este año en nuestro país es aun más compleja y esto se refleja en los más de un millón cien mil empleos perdidos. Por ello la Confederación precisa que la responsabilidad salarial debería ser compartida entre las empresas y el gobierno.

La propuesta realizada por COPARMEX no fue aprobada, una muestra más de la sordera, la ceguera y la poca sensibilidad del gobierno hacia el sector empresarial que, afirma, si se perderán empleos por el cierre de negocios que no puedan soportar la situación económica por la pandemia, además auguran un retraso importante en la recuperación de la economía nacional.

El incremento del salario mínimo no solo es para los que perciben esa cantidad, sino que el tabulador general de profesiones y oficios también se ajustan. Recordemos que existe una tabla que marca cuánto debe ganar, por lo menos, las personas que realizan actividad profesional u oficios.

Qué bueno sería que el salario mínimo fuera mucho mayor para todos los trabajadores. Que bueno sería que los empresarios pudieran pagarlos y que esto no se viera reflejado en los precios finales de los productos y los servicios. Que bueno sería que el Gobierno se solidarizara con los empleadores y más en una situación como la que actualmente vive México. Por eso hoy en día hay gente que dice: “que conserve mi trabajo, aunque no me aumenten el salario”.

Recordemos que el Gobierno no es el generador de empleos, los empresarios son los que los crean, mantienen y acrecientan.

 

Publicado en La Crónica de Hoy Jalisco del viernes, 18 de diciembre de 2020.