Mtra. Leslie Becerril Serna • Docente-Investigador UNIVA Plantel Guadalajara
En mi opinión personal y profesional como química fármaco bióloga, puedo decir que, una de las sustancias que más utilizamos en el laboratorio es el alcohol, sin embargo, esta sustancia química no sólo se utiliza en laboratorio o industria, es parte fundamental de cualquier botiquín en casa y lo utilizamos comúnmente para desinfectar alguna herida o bien, lo consumimos en bebidas alcohólicas, por lo que es de suma importancia, saber lo que estamos consumiendo. Recientemente, la Comisión Para la Protección Contra Riesgos Sanitarios del Estado de Jalisco ha reportado la muerte de más de 40 personas que han consumido alcohol adulterado.
Para que una bebida alcohólica sea segura, debe producirse bajo el registro y autorización correspondiente, con procesos bien conocidos, controlados y estándares de calidad probados.
Cualquier bebida que no sea autorizada por la Comisión antes mencionada, corre el riesgo de ser peligrosa para su consumo, dichas bebidas adulteradas, suelen ser elaboradas con otro tipo de alcoholes de bajo costo y que no son propiamente destinadas al consumo humano, por ejemplo, el ALCOHOL METÍLICO que se utiliza comúnmente como solvente industrial de plásticos, pinturas, cementos, tintas, entre otros.
De la destilación se fabrican bebidas muy populares y de costos muy accesibles para la mayoría de las personas, sin embargo, si estas no se producen de manera adecuada pueden producir bebidas inseguras, comúnmente conocidas como ALCOHOL ADULTERADO, que provoca graves daños a los consumidores, que van desde intoxicación o ceguera permanente, hasta el daño más grave: la muerte.
Ahora bien, las bebidas alcohólicas como la cerveza, vino, vodka, etc., se pueden generar de procesos como la fermentación o la destilación, dependiendo del proceso, las bebidas tienen menor o mayor grado de ALCOHOL ETÍLICO.
Por lo que es recomendable adquirir las bebidas alcohólicas en lugares debidamente establecidos, que cuenten con productos registrados y autorizados, con sellos originales que demuestran que no han sido adulterados previos a su consumo y por supuesto, mantener siempre un consumo con moderación.
Ahora, por los tiempos que estamos viviendo, escuchamos hablar mucho sobre el uso del gel anti-bacterial, pero, ¿qué es el gel anti-bacterial? ¿quién lo inventó, qué contiene, por qué debemos usarlo?
En 1966, su inventora (una enfermera latina), lo formuló pensando en personas que no tenían acceso al agua y al jabón; observó su efecto anti-bacterial, sin imaginar que desde la gripe porcina y hasta la fecha, se convertiría en el desinfectante principal de apoyo para el control de estos virus.
El gel contiene alcohol, el llamado ALCOHOL ETÍLICO O ETANOL (C2H5O2,) este, en una concentración del 60-65%, soluble tanto en agua como en grasas, flamable y con olor característico.
El término anti-bacterial provocó incertidumbre y mala información, debido a que las personas se preguntaban ¿cómo un gel que tiene un poder anti-bacterial, puede utilizarse para prevenir una enfermedad viral?
Bueno, fue la Organización Mundial de la Salud (OMS) quien recomendó utilizar el gel como una medida auxiliar al lavado de manos para desinfectarlas.
La principal función del gel anti-bacterial para este virus que nos aqueja, es romper la cápsula lipídica, es decir, tiene la capacidad de destruir la capa protectora del virus, por lo que este pierde su capacidad de infectar y su uso es tópico (local).
Sin embargo, a pesar de que el gel contiene alcohol etílico, este NO DEBE consumirse como bebida, pues a estas concentraciones y sin las regulaciones de un alcohol de uso alimenticio, puede provocar daños al sistema nervioso central y causar dependencia si lo bebemos.
Por lo que debemos tener muy claro y saber diferenciar qué tipo de alcohol se puede consumir y untar, así como cuál no es apto en ninguno de ambos casos.
Por último, en nuestra nueva realidad de vida, debemos ser conscientes de nuestro cuidado, considerar a los demás, ser prudentes y siempre leer antes de consumir.