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Comunicación Sistema UNIVA

El alto impacto que ha tenido la economía informal en tiempos de confinamiento durante la pandemia por COVID-19 en México

Por Líderes Universitarios, Voces UNIVA Sin comentarios

Isabel Rodríguez • Alumna de la Licenciatura en Derecho UNIVA Querétaro

 

Los cambios en el mundo del trabajo y las crisis económicas han tenido expresiones particulares y complejas para la población. La situación laboral en México, de por sí adversa en la etapa previa al surgimiento de la pandemia del COVID-19, se vio aún más afectada durante el periodo de distanciamiento social y emergencia sanitaria; como resultado, ha tenido un severo impacto principalmente en la educación, políticas sociales y económicas, por lo tanto, marcado desde sus estructuras por la informalidad, la precariedad y la pobreza laboral.

Según datos duros del INEGI revelaron que la pandemia por COVID-19 ha tenido consecuencias como la pérdida de empleos y la disminución del comercio informal. Particularmente, la crisis ha afectado a los que se incorporan al mercado laboral por primera vez, la menor probabilidad de encontrar empleo desalienta su búsqueda, aumentando el número personas inactivas que no tiene un empleo, ni tampoco estudian; los largos periodos de inactividad dejan más informalidad y mayor exclusión en el mercado laboral a futuro.

El 54 % de las personas de entre 15 y más años de edad que dejaron de trabajar desde el inicio de la pandemia COVID-19 fueron despedidos o las empresas en donde laboraban cerraron, mientras que a otros las medidas de aislamiento para controlar la emergencia sanitaria frustraron sus emprendimientos o empleos informales.

Otro fuerte golpe fue para la educación, el cierre de centros escolares en todo el país, el cual arrastraba grandes rezagos pues aun cuando estaban en la escuela, no estaban adquiriendo las habilidades fundamentales necesarias para la vida. Además, el aumento de la deserción escolar en especial en personas desfavorecidas. Dificultándose de esta manera la futura reinserción laboral y la mejora condiciones. Cabe señalar que la transición de la escuela al mercado laboral es un momento importante en la vida de la población, ya que no sólo transcurre entre el fin de su educación y el momento en que acceden por primera vez a un trabajo; esto también alude a elementos cualitativos como el grado de estabilidad en el empleo, mismo que facilita otros procesos de transición.

Yo pienso que otras de las causas de la crisis fue que muchos estudiantes no contaban con un escritorio, libros, material de lectura, conexión a internet, una computadora en casa o padres que los apoyen. La inequidad aumentará porque es probable que estos impactos sean mayores para los estudiantes provenientes de hogares vulnerables y que necesitan má́s educación para salir de la pobreza serán quienes, probablemente, estén más privados de ella debido a la crisis. Las razones son simples la falta de educación y la carencia de empleos formales, el nivel de escolaridad también es clave en esta situación, 70.7 % de la población que se encuentra en la informalidad cuenta con secundaria o un menor nivel de escolaridad, para los que tienen un nivel medio superior o superior se reduce a 38.7 %, únicamente 4 de cada 10 con este grado de escolaridad se encuentra en el empleo informal.

En cuanto a las personas con nivel superior que se encuentran en la informalidad los motivos tienen que ver con la falta de oportunidades laborales, la poca generación de empleos formales, por lo que sólo se tienen como opción salir de país en busca de una oportunidad o emprender su propio negocio; el empleo formal está condicionado, además, por el género y la edad, factores que afectan la inserción al mercado laboral formal.

Por otro lado, para superar la brecha de informalidad se tiene que crear mejores condiciones laborales ampliando el sector formal, el 8.3 % de la población que trabaja en la formalidad tiene un salario mínimo, en el sector informal tenemos a 37 %. Existe un 37 % de la población dentro de la formalidad y 39.5 % en la informalidad. Ahora bien, si le vemos el lado positivo a lo que la pandemia ha generado está la capacidad que los mexicanos tenemos para la creatividad y la innovación.

Ahora bien, dado las cifras anteriores tenemos que 72 % de los empleos formales son creados por las MIPyMEs, aportando al producto interno bruto (PIB) 52 %, por lo que es de suma importancia que estas sigan creciendo. El mayor acceso a la educación actualmente ha producido una visión más amplia al respecto, pero dos existen dos grandes problemas que enfrenta la población como son la falta de recursos e inexperiencia.

Las microempresas representan 95.4 % del total de las empresas del país, las pequeñas empresas 3.6 % y las medianas 0.8 %. La creación de una empresa es difícil debido a las externalidades que acontecen o las trabas en los procesos, ya sean por recursos o el difícil acceso a las certificaciones, por lo que la esperanza de vida de las mismas es muy poca, la mayoría de ellas quiebran en los primeros dos años, 62.6 % de las microempresas con hasta dos empleados sobrevivirán el primer año y 42.6 % lo harán hasta el segundo año, más de la mitad de estas empresas no alcanzará a consolidarse.

El Índice de Competitividad Digital es elaborado por el Centro de Competitividad Mundial con la función de medir “la capacidad y disposición de 63 economías para adoptar y explorar tecnologías digitales como un motor clave para la transformación económica en las empresas, el gobierno y la sociedad en general”. México se ubicó en el lugar 54 de 63 países evaluados en el IMD 2020; destacando en particular los resultados en conocimiento (lugar 52), prospectiva de futuro (52) o tecnología (56). “Los factores que influyeron en el descenso de México fueron las deficiencias del marco regulatorio, pocas inversiones en infraestructura, tecnología y telecomunicaciones, además de que disminuyó la experiencia de participación electrónica, es decir, capacitación para utilizar los medios digitales”, lo cual influyó en el descenso en materia regulatoria regulatorio, infraestructura e inversiones en tecnología, así como los problemas de educación y capacitación para utilizar los medios digitales, Es decir, los esfuerzos de una mayor cobertura y entendimiento de la población en las TIC ́pueden fomentar acciones de mejora que permitan un crecimiento en la competitividad digital, aunque también se requieren acciones que permitan una competencia real a fin de que las compañías ofrezcan mejores productos, y con ello aumentar las consecuencias positivas de dichas innovaciones.

Por medio de la competitividad digital México podría lograr ser un país más incluyente y próspero. Un aporte importante para la sociedad mexicana frente a la situación vivida durante la pandemia del COVID-19 es que las clases de educación básica (preescolar, primaria y secundaria) se ofrecieron de manera digital, valorando inevitablemente la competitividad digital en una época de crisis generalizada, con miras a generar condiciones para un uso adecuado de internet y multimedia en nuestro país.

La Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2019 fue elaborada por INEGI, en colaboración con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y el Instituto Federal de Telecomunicaciones. En los resultados dados a conocer en febrero de 2020 destaca que cerca de 80 millones y medio de personas son usuarias de internet en nuestro país, 76.6 % de la población urbana es usuaria de internet. En la zona rural los usuarios se ubican en 47.7 %. De los hogares del país, 44.3 % dispone de computadora y 92.5 % cuenta con al menos un televisor. Es decir, una de cada cuatro personas en la ciudad y una de cada dos en regiones rurales no es usuaria de internet. En cuanto al tema de equidad de género en el acceso a internet, el INEGI informó que de los 80.6 millones de usuarios de internet de seis años o más, 51.6 % son mujeres y 48.4 % son hombres, por lo que aún existe un importante desafío para generar las condiciones necesarias para el uso de la población en las TIC.

Asimismo, todos los mexicanos tenemos derecho al trabajo y a la libre elección; a condiciones equitativas y satisfactoria; a la protección contra el desempleo; a una remuneración equitativa y satisfactoria, que asegure, así como a la familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social. De igual forma la seguridad social contiene derechos que ha ganado el hombre después de largas luchas, particularmente obreras, a fin de incentivar el desarrollo personal y proteger el goce de derechos económicos, sociales y culturales. Mismos que están plasmados en la Declaración Universal de Derechos Humanos: Toda persona tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.

En este sentido, tomando como bandera lo dispuesto en el artículo 5º y 123º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en donde se considera de utilidad social el establecimiento de cajas de seguros populares, de invalidez, de vida, de cesación involuntaria de trabajo, de accidentes y otros con fines análogos, en el que el Estado debería fomentar la organización de instituciones de esta índole. Así como las sociedades cooperativas para la construcción de casas baratas e higiénicas, destinadas a ser adquiridas por los trabajadores en plazos determinados. Y a su vez la Organización Internacional del Trabajo (OIT) promueve el concepto de “Trabajo Decente”, el cual se refiere a la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres para incorporarse al sector productivo y que les genere un ingreso que les permita vivir con dignidad. Así mismo, éste debe garantizar los derechos a la seguridad social tanto para los trabajadores como para sus familias, en los que se incluye servicios de salud y pensiones dignas. Por lo que refiere a la seguridad social, la OIT la define como la protección que una sociedad proporciona a sus habitantes para asegurar el acceso a la asistencia médica, prestaciones monetarias por enfermedad, desempleo, vejez, invalidez, accidentes del trabajo, maternidad o pérdida del sostén de familia, etc.

La economía informal ha avanzado a pasos gigantescos, sin que los gobiernos hayan podido controlar el fenómeno y sin que las instituciones económicas sean capaces de reducir las actividades subterráneas. La crisis de la pandemia COVID-19 es un llamado a la acción para un buen desarrollo y para atender la problemática, porque, ya que no existen soluciones simples y masivas para revertir las situaciones tan complejas y estructurales, el crecimiento económico es esencial para generar más empleos, el cual no es suficiente si no va acompañado de políticas públicas, educativas y sociales.

La mayoría de los trabajadores que se incorporan a la economía informal no lo hacen por elección, sino como consecuencia de la falta de oportunidades y por no contar con medios de subsistencia. Los que tienen empleo lo realizan con un alto grado de inobservancia de la ley laboral y de falta seguridad social. Y aquellos que laboran por su cuenta sufren los inconvenientes de la falta de protección y de la incertidumbre de los ingresos afectando a su sano desarrollo, en el orden físico, mental y profesional, condicionados por sus antecedentes económicos como son: bajo nivel de educación, falta de competencias y discriminación por género; además de que se ha pulverizado el mercado laboral y han surgido figuras que, en aras de la competitividad, fueron lastimando derechos consagrados y ya reconocidos en nuestras leyes.

El Estado también se ha visto afectado al no obtener los recursos fiscales necesarios. Por el hecho de no contribuir fiscalmente tanto trabajadores y empresas, complicando el mantenimiento de los servicios públicos. De ahí que, si la carga fiscal recae en un segmento menor a la totalidad de la población, los ingresos se vuelven insatisfactorios y los servicios se vuelven ineficientes.

Dado el contexto actual las empresas optan por no incorporarse al sector formal, por las dificultades administrativas que implica. En México esto ha tenido altos niveles, registrado en las estadísticas, como consecuencia del bajo nivel de crecimiento de la economía, teniendo consigo implicaciones en los empleos formales.

Por otra parte, gracias a la pandemia muchas personas retomaron sus estudios en línea, ahora hay mayor demanda en cuestión de educación. Muchos cursos son gratuitos y gracias a internet podemos adquirir cualquier tipo de conocimientos e interactuar con los mejores ponentes de cualquier parte del mundo.

Desde luego, se requiere una fuerte inversión para construir un sistema educativo integral que prepare a los estudiantes y trabajadores para satisfacer las demandas del mercado laboral en tres rubros: habilidades cognitivas, técnicas y socioemocionales.

Así como la participación de las instituciones y la generación de políticas públicas de desarrollo de competencias laborales que respalden el aprendizaje a lo largo de la vida, se adecuen a las cambiantes necesidades del mercado laboral y a las nuevas tecnologías; reconociendo los conocimientos adquiridos previamente con el fin de ayudar a los hogares de bajos ingresos a salir de la pobreza y obtener empleos libremente elegidos, sin dejar de lado las políticas salariales adecuadamente formuladas, dispositivos de protección social que incluyan transferencias en efectivo, programas de empleo público y mecanismos de garantía; y una mejor divulgación y prestación de servicios de empleo entre las personas ocupadas en la economía informal.

La importancia de legalizar el comercio informal no sólo radica en el potencial de recaudación, sino sobre todo en que ello representaría la estimulación total de la economía nacional y, por tanto, la generación de un crecimiento económico. Por ello, considero posible emplear una mayor equidad fiscal y diseñar políticas confiables y efectivas para resolver el problema del mercado informal.

Se debe partir de la necesidad de convencer a los comerciantes de las bondades de pertenecer al círculo económico formal, así como sus bondades: el ingreso a programas de desarrollo y vinculación industrial; la oportunidad de desarrollo empresarial e incluso la realización directa con asociados de realizar importaciones de productos; crear franquicias y estrechar lazos con otros niveles de la cadena productiva.

Es aquí en donde el derecho debe tener una participación importante para la regulación del pago de los impuestos, así como en la vigilancia de los trámites administrativos, evitando se dé el tráfico de influencias que finalmente recae en la evasión fiscal de la población que se dedica al comercio informal.

Un factor clave e importante es la educación que determina los resultados del empleo al ofrecer habilidades y aptitudes necesarias para desenvolverse en el mundo laboral y, por consiguiente, para facilitar la transición de la escuela al trabajo formal.

En estos momentos en que la pandemia ha dejado una profunda crisis económica considero que han generado mejores condiciones para las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPyMes) que representan un gran motor de la economía y la generación de empleos que requiere el país. Con la Ley de Desarrollo de la Competitividad, en materia de capacitación e innovación tecnológica, se han vinculado las universidades con las empresas para impulsar el crecimiento y la mejora de empleos.

Con la situación de la pandemia ha cambiado el panorama en nuestro país, si bien la crisis es una externalidad que nadie planeaba, es una oportunidad de cambiar; el desempleo ha aumentado. Pero hoy, con la explosión de las redes sociales y la digitalización de casi todas las actividades cotidianas, se venden y ofrecen productos a través de internet. Según el INEGI, los roles y estereotipos por razón de género han colocado a las mujeres en sectores considerados tradicionales, como el comercio, tanto formal como informal. El 53.7 % de las mujeres se dedican a esta actividad frente a 35.5 % de los hombres. Muchas de ellas son amas de casa y realizan actividades no remuneradas domésticas y de cuidados, las cuales equivalen a 19.3 % del PIB nacional, de acuerdo con el INEGI. Las cifras más recientes al cierre del 2019 indican que este trabajo tiene un valor de 5 billones de pesos. No obstante, solo 41 % de las mujeres se considera apta para iniciar un negocio frente al 50 % de los hombres, de acuerdo con un informe realizado por el Observatorio Estratégico de la Alianza del Pacífico

Derivado de lo anterior entró en vigor las reformas al Artículo 311 de la Ley Federal del Trabajo en materia de Teletrabajo o home office, así como las obligaciones que tanto empleadores como las y los trabajadores deben cumplir. Donde se reconoce el desempeño de actividades remuneradas en lugares distintos al establecimiento del patrón.

Ciertamente, la competitividad digital aún no ha sido lo suficientemente abordado por diferentes instituciones públicas, lo cual rezaga las oportunidades que se pueden alcanzar. La pandemia del COVID-19 y la respuesta que se ha brindado por diferentes sectores de la población han reflejado el grado de avance o las deficiencias que pueden existir en el tema, por lo que la adaptación social a la nueva realidad ha ido de la mano con el desarrollo tecnológico.

La emergencia sanitaria ha causado estragos considerables en el mundo laboral del paíś. A la pérdida masiva de empleos le siguen la imposibilidad de recuperar las plazas que se hallaban ocupadas, previo a la contingencia, la caída de los ingresos laborales, el aumento de las personas ocupadas en situación de pobreza laboral y la inmensa cantidad de otras que se encuentran trabajando en la esfera de los ocupados informales, que perciben ingresos precarios y carecen de acceso a los servicios de la seguridad social.

 

La pobreza por estados

Por Líderes de Opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Mtro. Francisco Meza Estrada • Coordinador de la Licenciatura en Derecho UNVA León

 

 

El CONEVAL dio a conocer el informe sobre el combate a la pobreza del periodo 2018-2020. La nota principal fue que la pobreza creció en nuestro país, pasó de 51 millones 890 mil a 55 millones 654 mil. Existe mucho análisis sobre las causas de este crecimiento y es positivo porque podemos considerar distintas perspectivas sobre la actuación de los distintos niveles de gobierno.

Este incremento tiene diferencias entre los estados. Algunos estados vieron reducida la pobreza; mientras que, en otros se incrementó. En esta ocasión, se trataría de identificar a estos estados y reconocer las coincidencias y diferencias.

ESTADOS DONDE DISMINUYÓ

Los estados donde la pobreza disminuyó son: Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Tabasco, Zacatecas, Michoacán, Nayarit, Sinaloa, Colima, Chihuahua, Baja California y Durango. La entidad donde la disminución es mayor es Nayarit en donde pasó de 436 mil 500 a 376 mil 600, en términos porcentuales pasó de 35.7% al 30.4%. En cambio, el estado donde menos disminuyó fue en Durango en donde apenas bajó una décima porcentual (38.8%-38.7).

Un número importante de estos estados pertenecen al sur, 6 de 13. Otros 3 pertenecen a la zona del pacífico y del norte aparecen 4 entidades y 2 de ellos son frontera con Estados Unidos. La mayor parte de estas entidades han sido reconocidas como zonas donde el presidente tiene preferencias electorales altas, por lo menos estaríamos hablando de 11 de ellas; por lo que, no es extraño que los programas sociales hayan tenido mayor énfasis ahí.

ENTIDADES DONDE AUMENTÓ

Los estados en donde se incrementó la pobreza fueron: Puebla, Tlaxcala, Morelos, Hidalgo, Campeche, Yucatán, México, Quintana Roo, San Luis Potosí, Guanajuato, Tamaulipas, Ciudad de México, Jalisco, Querétaro, Sonora, Aguascalientes, Baja California Sur, Coahuila y Nuevo León. Estamos hablando de 19 estados que son la mayoría; por esa razón, a nivel nacional se impone el aumento del número de pobres.

El estado donde más aumentó la pobreza fue Quintana Roo en donde el salto fue de 546 mil 400 a 892 mil 900, es decir, de 30.2% al 47.5%. La entidad donde el aumento fue menor se trató de Coahuila donde pasó de 778 mil 100 a 812 mil 100, que en porcentaje fue de 25.5% a 25.3%. Entre estos estados se encuentra Jalisco en donde el aumento es mayor al nacional porque en el 2018 se tenía contabilizados 2 millones 285 mil 800 y para el 2020 son 2 millones 633 mil 400, del 27.8% al 31.4%.

En menor proporción está Guanajuato, aunque también se registra un aumento de personas en situación de pobreza, de 2 millones 519 mil 700 a 2 millones 649 mil 600. Aproximadamente 130 mil personas más en lapso de 2018 a 2020.

Hay localidades donde el aumento es significativo como Tlaxcala, Yucatán, el Estado de México y Baja California Sur pues se habla de una diferencia en promedio de 7.5 puntos porcentuales. Un caso siempre particular es el del Estado de México por su población tan alta. En este informe está el dato que tuvo más de 1 millón de pobres.

El conjunto de estas entidades es más heterogéneo pues van desde el norte, pasando por el centro del país hasta el extremo sur.

EVALUACIÓN DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS

Estos informes tienen como finalidad evaluar las políticas públicas para erradicar la pobreza. Como todos sabemos, con el actual gobierno federal la mayor parte de estas políticas han cambiado y lo que se puede observar a simple vista es que hay algunos resultados en entidades muy concretas, pero no alcanzan al conjunto de estados. Una parte del análisis se va a centrar ahí, buscando respuestas a las diferencias entre los estados donde se redujo la pobreza y en donde esta aumentó.

 

La revolución de la movilidad llegó: El auto eléctrico

Por Líderes de Opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Dr. Alejandro Garza Galicia • Docente-Investigador UNIVA Guadalajara

 

La movilidad en esta década se renueva con una nueva tecnología, el auto eléctrico, el móvil del que su fuente de energía viene completamente de una carga de voltaje e intensidad de corriente, su desplazamiento no produce emisión contaminante directa, por lo que es considerado la solución más viable para el transporte en los siguientes años. Sin embargo, la transformación del automóvil de un motor de combustión interna por gasolina o diésel a uno eléctrico, implica una gran cantidad de cambios en el diseño, adaptaciones a los procesos productivos, nuevos esquemas de abastecimiento de electricidad y la más grande transformación energética en el planeta, que hace que esta migración se vuelva un desafío en todos los contextos.

Aunque se pensaría que es reciente la tecnología, el primer vehículo eléctrico data de 1834, como lo enuncia en su libro La historia del automóvil eléctrico el profesor Francisco Moreno, pero fue comercializado hasta 1852, aunque hay que mencionar que esos autos no contaban con baterías recargables, éstas se empezaron a implementar a finales del siglo XIX gracias a los franceses Gaston Planté y Camille Faure. Históricamente, las baterías han sido el gran problema que han tenido los vehículos eléctricos, los primeros modelos de baterías se fabricaron a base de plomo, un material pesado y denso que hacía muy ineficiente el desplazamiento del auto. Al mismo tiempo, ya se venían desarrollando los principios termodinámicos de la máquina de vapor y del motor a 4 tiempos que usaba un combustible líquido, competitivamente superior contra la batería, y con la entrada del popular Ford T de Henry Ford en 1908, se hizo ver que el vehículo eléctrico no tenía cabida en el desarrollo industrial.

El siglo XX estuvo plagado de desarrollo sobre el auto a gasolina por el auge de la industria petroquímica hasta que, en 1973 con el inicio de la crisis del petróleo y el reconocimiento formal de los primeros impactos al medio ambiente por el uso de los combustibles fósiles, se volvió a tener en mente la posibilidad del auto eléctrico como medio de transporte; con el pasar de los años, ya en el siglo XXI comenzaron las mejoras a los sistemas eléctricos, así como el gran desarrollo de materiales compuestos y a base de estructuras nanotecnológicas, las cuales hicieron que el peso del vehículo eléctrico fuera muy ligero y la eficiencia de su motor llegara a ser de hasta el 90 % o más, mientras que el motor a gasolina maneja un rango de entre 3 a 25 % variable, para el eléctrico se tiene la posibilidad de recuperar energía en el frenado y la ventaja más importante, es que su funcionamiento no genera emisiones letales como el monóxido de carbono CO, óxidos de nitrógeno NOx y bióxido de carbono CO2, emisión de efecto invernadero. Sin embargo, no se tiene solucionado todo el problema, hasta el momento la batería sigue siendo un inconveniente para recorrer grandes distancias ya que la electricidad necesaria para el funcionamiento no se genera y hasta ahora, no hay suficientes plantas generadoras de electricidad para abastecer el número de automóviles que estarían en circulación, ni siquiera poniendo a funcionar todas las plantas de combustibles fósiles, nucleares y de energías renovables existentes. En la actualidad, se está planteando la transformación energética del planeta para suministrar de suficiente electricidad al parque vehicular con nuevos campos solares, parques de sistemas eólicos, la explotación de biocombustibles y el potencial de la energía mareomotriz como lo indica la Agencia Internacional de Energía.

Las automotrices como TESLA, Rivian, las alemanas BMW, Mercedes-Benz, VW, ya sentenciaron la salida del motor de combustión interna en próximos años, se suman los gobiernos de Noruega, Suecia, Francia, Alemania, inclusive China que comprometieron sus políticas ambientales para dejar de utilizar la combustión interna en los autos entre 2025 a 2040, estimando que al final de este periodo se alcance el 57% de los autos eléctricos que circulen a nivel mundial como lo pronostica en su portal Bloomberg New Energy Finance (BNEF), una firma de consultoría especializada en investigación de energías limpias, planteando la revolución de la movilidad bajo nuevos esquemas productivos, integrando la tecnología de la 5G, control satelital, computación cuántica, inteligencia artificial, materiales y baterías completamente sustentables y reutilizables, haciendo uso de energías 100% libres de emisiones de CO2.

Una de las interrogantes que se han planteado sobre la nueva llegada del auto eléctrico es la batería, el elemento que lo hace independiente en su desplazamiento o dependiente de las recargas, su construcción, dimensión, reciclaje y tiempo de vida, constituyen una serie de preguntas que hasta el momento no se han resuelto, por ahora el planteamiento es el litio, el nuevo oro mineral, del que desafortunadamente su explotación es poco sustentable por la necesidad de altos flujos de agua. A pesar de esta condicionante, las expectativas para solucionar este problema son muy positivas en el sentido de encontrar materiales alternativos sustentables y de alta rentabilidad.

Tras múltiples análisis técnicos y financieros que se han planteado, la transformación mundial de la movilidad hacia el auto eléctrico es un hecho, México no se puede quedar atrás y aunque el número de unidades de autos eléctricos registradas apenas rebasaron las 24 mil en el último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) 2020 -que no se compara con las más de 564 mil que se vendieron en la Unión Americana en el mismo año- desde luego, nuestro país no está exento de este movimiento global que sin duda, marcará una nueva era en los procesos industriales, ambientales, económicos, políticos y sociales.

La ecoteología y el padre Thomas Berry. Ecología y Cristianismo en el Siglo XXI

Por Líderes de Opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Mtro. Juan Manuel Madrigal Miranda Docente UNIVA Uruapan

 

El sacerdote católico Thomas Berry (1914-2009), nació en EUA, perteneció a la congregación Pasionista (www.passiochristi.org) fundada en Italia en 1720. El padre Berry fue un extraordinario erudito pues, fue doctor en historia, experto en las civilizaciones madre, en las culturas indígenas, geólogo, filósofo, teólogo y cosmólogo, aprendió chino y sánscrito. Vivió en Estados Unidos, China y Europa, viajó mucho estudiando la relación de las religiones con la naturaleza. Berry recibió varios premios internacionales y reconocimiento de universidades por sus libros e investigaciones. Algunas de sus obras son: El Sueño de la Tierra (1988), La Historia del Universo (1992), Amistad con la Tierra (1991) y La Gran Obra: nuestro camino hacia el futuro (1999).

Berry fue influenciado profundamente por la Biblia, la filosofía y teología católica, San Pablo, San Agustín, Santo Tomás de Aquino, Giambattista Vico, Teilhard de Chardin, Carl Jung y Mircea Eliade. Berry tomó de Jung la importancia de los símbolos, los mitos y los arquetipos. Los símbolos son fuentes de energía y a la vez, medios de transformación psíquica. Berry coincide con Eliade: los símbolos penetran en la realidad más que las palabras y conceptos. Los símbolos llevan hacia la unión y armonía de contrarios en la conciencia, para así, vivenciar al misterio de Dios, a su creación y su sentido último.

De Vico, tomó la idea de dividir la historia en grandes periodos con el fin de comprenderla mejor, así Berry propusó cuatro periodos de la humanidad: el Chamánico, el Civilizatorio Tradicional, el Tecnológico y el Ecológico (“Era Ecozoica”) en el que actualmente estamos entrando. Esta era se caracteriza por su racionalismo patológico, autista, pues el ser humano usa a la Tierra y su biodiversidad como simples objetos de consumo, produciendo así un modelo de vida bárbaro, consumista de objetos y personas, enfermizo, creador masivo de basura y contaminación, aislado de la sana comunidad con otras especies (plantas y animales) y de sí mismo, pero al mismo tiempo, está surgiendo una nueva y sabia comprensión de la relación del ser humano con este planeta y el universo.

Berry fue presidente de la “Asociación Norteamericana Teilhard de Chardin”. Chardin fue sacerdote católico jesuita, francés, gran científico paleontólogo, hizo varios descubrimientos sobre la evolución del ser humano. Berry tomó de Teilhard la concepción de que el universo y la vida no es algo estático y ya dado sino, que es una maravillosa cosmogénesis, es decir, que la creación es un proceso infinito hasta que Dios lo culmine y que si no percibimos toda experiencia y fenómeno como un proceso en transformación hacia algo cada vez mejor, entonces no podemos ser objetivos y veraces.

Chardin y Berry remarcan que desde el inicio de la creación, antes del ser humano sobre la Tierra, cierta forma de conciencia (interioridad, espiritualidad) ya estaba presente en los elementos básicos de la naturaleza (átomos), es decir, toda forma natural es una unidad psico-física. La conciencia es una forma íntima en todo lo que existe y es el hilo que vincula a todas las formas de vida, desde la unicelular hasta la conciencia humana, y de ésta a la mente crística: la Cristogénesis o Punto Omega -como la llamó Teilhard- el cual, es lo máximo de la evolución de la unidad ser humano-universo: amor, justicia, paz y belleza.

El increíble desarrollo actual de la ingeniería genética es un claro signo de la Era Ecozoica, podemos intervenir en los procesos más íntimos de la materia viva, se pueden fecundar óvulos humanos en probeta; producir transgénicos, clonar, hacer vacas del tamaño de un elefante, etc. Esto nos evidencia como co-creadores de la vida, podemos darle dirección a procesos vitales, para bien o para mal. Es una responsabilidad enorme, ¿qué cuento nos vamos a contar como humanidad?

Dice el Padre Berry que la esencia de toda comunicación es una narración, un cuento, una historia pequeña o inmensa. Nuestras tendencias sanas o insanas se condensan en la historia que nos contamos a nosotros mismos, entonces hay que contarnos un buen cuento, el cual se convierte en nuestra propia programación.

Berry se alió con Brian Swimme (doctor en filosofía y cosmólogo matemático), escribieron el libro Historia del Universo, en donde por vez primera se narra científica y espiritualmente la evolución del universo desde el Big Bang hasta la posibilidad de culminar conscientemente el gran sueño de los profetas hebreos: la armonía de los seres humanos entre sí y de la humanidad con el agua, aire, suelos, energía, flora y fauna, es decir, el Reino de Dios anunciado por el carpintero de Nazaret.

El padre Berry es un verdadero profeta de nuestro tiempo, de la Era en que los hielos permanentes de los polos desde hace millones de años (“permafrost”) se están derritiendo a gran velocidad debido a las actividades humanas irracionales y patológicas, con la consecuente alteración del clima mundial y con esto la producción de alimentos, seguridad de la población, extinción masiva de especies animales y vegetales, la biodinámica de la Tierra está disfuncionando y produciendo tsunamis, huracanes super violentos y otros fenómenos destructivos.

Esta es la evidencia aplastante de que la filosofía, teología, dogmas religiosos, modelos educativos y psicológicos, las ciencias sociales de Occidente y Oriente, necesitan una reorientación revolucionaria que garantice la salud de los ecosistemas de este planeta y su maravillosa biodiversidad para que continúe por siempre la alegría de vivir de los seres humanos, en armonía con el canto de las aves, el brotar del agua cristalina y el vaivén de las palmeras frente al mar azul y cristalino donde saltan de regocijo los delfines.

La redención, salvación del ser humano con su alegría y sufrimientos, sin los campos sanos de trigo, viñedos y agua pura, es una fantasía alienante y negadora del Dios vivo, del Cuerpo de Cristo sobre el cual pisamos, nos movemos y existimos (Hch 28,17).

Esta unión comprometida absolutamente entre la teología, la espiritualidad y el agua, suelos, flora, fauna y energía natural, es precisamente la Ecoteología, la nueva ciencia revolucionaria que nos ha dejado de herencia el sabio y santo sacerdote católico Thomas Berry. La imaginación religiosa de todos los credos está siendo retada y rebasada por el calentamiento global de la Tierra y su cambio climático, al igual que la teología, espiritualidad, psicología, ciencias y sistemas educativos.

Requieren urgentemente una reorientación empezando por una nueva forma de conciencia: la atención plena, darse cuenta (oración continua), la cual parte del ideal de la buena voluntad y el amor incondicional a la vida, y que se puede actualizar sentados, acostados, comiendo, caminando o en cualquier actividad cotidiana: dándonos cuenta de lo que estamos haciendo con nuestro cuerpo, sensaciones, pensamientos y emociones en cada momento, en el continum.

Parte de la esencia del cristianismo es la defensa de la vida, de sus fuentes vitales y biodiversidad, lo cual, es un modo inmanente del gran viaje de la vida, del misterio del universo; la trascendencia está en la fe inquebrantable de que la semilla del universo y la vida es benigna, en la alegría de vivir pese a todas las imágenes transitorias que nos den los sentidos y sus emociones. El mysterium tremendum y fascinosum es la fuente de donde reciben su luz todas las estrellas, nuestro sol que a cada mañana nos invita a contemplar a las formas, de rodillas, como la primera mañana del mundo…

 

El arte de incubar

Por Líderes de Opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Mtra. Laura Ofelia Robles Sahagún • Coordinadora de Alumni y Bolsa de Trabajo UNIVA Guadalajara

 

La Real Academia de la Lengua Española define incubar como “hacer que algo comience a desarrollarse antes de su primera manifestación”, aplicando esta al ámbito empresarial, por ello se ha vuelto un término muy utilizado al momento de emprender.

Incubar consiste en brindar al emprendedor, herramientas que, en conjunto con ciertas habilidades, le ayuden a impulsar el crecimiento de su empresa de una manera eficiente, disminuyendo con ello el riesgo de fracaso y los costos que conlleva la curva de aprendizaje, además aporta elementos que permitan el incremento de las oportunidades de supervivencia y posicionamiento en el mercado.

Actualmente, es común ver que las universidades de prestigio cuentan con incubadoras exitosas que ya tienen asesores experimentados en áreas para gestar un plan de negocios, evaluar la viabilidad técnica, financiera y de mercado. Se conjuga el talento de administradores, mercadólogos, diseñadores, ingenieros, contadores, abogados, gestores de talento humano, comunicólogos y publicistas, entre otros especialistas.

Para los emprendedores es sumamente útil acudir a las incubadoras de las universidades porque se cuenta con el talento consultor, los costos son sumamente accesibles y el beneficio es mayor.

De igual manera, la incubadora universitaria, permite a los estudiantes con el perfil adecuado y los conocimientos necesarios, participar en el desarrollo de los negocios en ciernes, un espacio más de aprendizaje en ambientes reales. Esto puede darse a través de la realización de prácticas profesionales o la prestación del servicio social.

El apoyo en consultoría especializada y personalizada que brindan las incubadoras, ha demostrado que contribuyen con el desarrollo de las regiones por su alta efectividad ya que incluso, permite adentrarse en el mundo de las importaciones y las exportaciones o tener acceso a capital de riesgo u otras formas de financiamiento. Las incubadoras tienen, por lo general, contacto con instancias de gobierno o privadas que cuentan con recursos de apoyo a micro, pequeñas y medianas empresas.

El periodo de incubación consiste en diagnosticar el proyecto para que, en caso de que sea viable, se asigne un consultor especializado. Posteriormente, se entra a la fase de preincubación en la que se confecciona el plan de negocios; la fase de incubación, en la que se echa a andar la empresa y por último, la fase de postincubación que consiste en acompañamiento, ya que todos sabemos que los primeros años son los más difíciles.

Así que, si quieres emprender de una manera más segura y con bases más firmes, pregunta en tu Alma Mater o universidad más cercana, acerca de las incubadoras y aprovecha sus servicios. Todos tenemos grandiosas ideas, solo las que son bien planificadas son las que prosperan.

 

 

Publicado en La Crónica de Hoy Jalisco del viernes, 06 de agosto de 2021.

A propósito de una consulta

Por Líderes de Opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

El pasado primero de agosto tuvo lugar la consulta ciudadana. Se trata de un paso de enorme importancia que nos puede hacer transitar de una democracia excesivamente representativa, a una democracia más participativa. En esta edición, se ha debido mover toda la maquinaria establecida del INE, pero debemos pugnar para que existan otros mecanismos menos costosos y más prácticos para favorecer estas consultas, por ejemplo, a la hora de generarse nuevas leyes o reformas a las existentes, pues hasta el momento los legisladores se manejan siempre por la libre, y de pronto la ciudadanía se topa con leyes que ni pidió, ni sobre las cuales fue informada.

Lamentablemente quien falló en esta consulta fue precisamente la comunidad, lo cual puede explicarse por varias razones. No se logró crear la suficiente conciencia acerca de la importancia de este ejercicio, pesa enormemente el lastre de dos siglos de democracia simulada y fracasada que ha generado apatía y desánimo, pero también es probable que la baja participación se deba a lo insólito de la consulta, a propósito de si se debe o no enjuiciar el ejercicio de los funcionarios públicos.

En ninguna sociedad que aspire a progresar por vía de la democracia, el ejercicio de la justicia puede estar sometido a la opinión popular, eso desautorizaría el llamado estado de derecho, pues la justicia, al igual que la verdad, no se definen por mayoría de votos. Lo que urge hacer en este país es cerciorarse de que tenemos las leyes adecuadas para que todo funcionario público dé cuentas claras de su gestión, normas concretas que castiguen las infracciones, y una entidad neutral que se encargue de aplicarlas, esto debe incluir poner fin a la prescripción de cualquier delito que tenga que ver con la función pública, así como se ha empezado a trabajar por la abolición de los fueros, eso sí sería adelanto.

 

De cualquier modo, la mayoría de los participantes votó por el sí, y con ello expresó lo que es sin duda, el sentir de la enorme mayoría de los ciudadanos, pero ¿qué pasaría si la mayoría hubiese optado por votar el no? En acato al voto popular ¿se optaría por la impunidad?, ¿no es precisamente la impunidad una de las mayores lacras que vivimos y lo que ha permitido que el sistema político que tenemos se siga perpetuando sin que pase absolutamente nada?

Afortunadamente, de momento, triunfó el sentido común de los votantes, y su decisión, aunque no vinculante, fue por el sí. Pero resulta que los votantes apenas si rebasaron los siete millones, entonces ¿seguirá su marcha triunfal la prepotencia de los gobernantes, muy seguros de que la sociedad seguirá sin pedirles cuentas al término de su gestión o durante ella, si hace falta? Naciones latinoamericanas con menos recursos que la nuestra, pero con más educación política, han logrado notables metas en esta lucha.

Dejando aparte el tema específico de la consulta, es un hecho que este recurso como tal es un instrumento que debe seguirse perfeccionando en su forma y en su fondo, y que todas las instituciones, públicas y privadas, incluidas las familias, deben trabajar intensamente por tomar conciencia de lo que significa vivir y hacer vida un sistema democrático.

 

 

Publicado en El Informador del domingo 8 de agosto de 2021

Millennials y centennials: una radiografía antropológica y religiosa

Por Líderes de Opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Dr. Fabián Acosta Rico Docente-Investigador UNIVA Guadalajara

 

Hay cambios generacionales que marcan la entrada en vigor de nuevas actitudes y posturas colectivas e individuales que definen agendas culturales cada vez más globales, que determinan un rompimiento con los viejos paradigmas y modelos que, por su incapacidad de adecuarse a las transformaciones de los contextos socio-culturales, declinan y entran en desuso. Puede que lo viejo persista en el gusto e inclinaciones de un grupo generacional; pero, se verá obligado soportando el estigma de ser revalorado como anacrónico o pasado de moda.

Como nunca antes en la historia de la humanidad, el vértigo del cambio y las transformaciones socioculturales, inducidas por los avances tecnológicos y los eventos globales, han troquelado el gusto y las actitudes de generaciones enteras, delineando inter-generacionalmente una frontera idiosincrática entre una humanidad pretérita, una contemporánea y una futura, todas en perfecto deslinde e incluso antagonizando. Entiéndase, entonces, que hay marcadas diferencias idiosincráticas que se reflejan en los consumos culturales entre los migrantes-digitales de ayer y los nativo-digitales, de hoy y del mañana.

Hay usos del lenguaje y códigos simbólicos que regulan la comunicación de cada generación, influyendo poderosamente en su forma de describir y confrontar su realidad; es muy posible que, como en la torre de Babel, entre las generaciones haya dificultad para comunicarse entre sí; es casi emblemático los gritos de desahogo, reclamo y a veces casi de rabia del adolescente que exclama ante los adultos: “ustedes no me comprenden”; “son de otra época”; “el mundo ya cambio y no se han dado cuenta”; “son obsoletas y pasadas de moda sus ideas”… Pero ¿cómo puede haber entendimiento entre individuos de generaciones distintas que tiñen semántica y semióticamente su mundo con tonos y matices?

Los más nuevos pueden argumentar que su versión de la realidad es la más actual y por tanto, vigente; esa lógica sería la que debe prevalecer. En este ejercicio de darle significación generacional al mundo, también entran en juego las ideas y creencias religiosas; estas, como ya hemos tenido oportunidad de explicar, ya no sólo se transmiten o difunden en los espacios sacralizados y por los medios e instrumentos tradicionales; hay un esoterismo de masas presente en un sinfín de productos culturales que es consumido por todos los públicos, pero en especial por las nuevas generaciones. ¿Cuáles son estas nuevas generaciones que, inducidas por su exposición al esoterismo de masas, han redefinido el sentido y muchas veces también la presentación de lo sagrado y lo divino?

Se les conoce como nativo-digitales y de momento, el interés antropológico, sociológico y mercadológico, está puesto en dos: los millennials o los nacidos después de 1980 y antes de 1995; y los centennials o los nacidos después de 1995 y antes del 2006; estamos hablando en el caso de los primeros, de jóvenes adultos y de adultos jóvenes; en el caso de los segundos, de jóvenes y adolescentes.

Deteniéndonos en los millennials estos han demostrado ser una generación poco convencional en los asuntos religiosos; a su manera y por nuevas vías, buscan experiencias personales con lo sagrado que no impliquen comprometer su fidelidad y permanencia a una religión en particular. Seguir y asumir un dogma no es lo suyo, al menos no entre los millennials occidentales dado que, tenemos en contra punto, el caso del mundo islámico con sus juventudes fundamentalistas que abrazan con cierto fanatismo el credo musulmán y se someten a las estrictas leyes de la sharia.

En lo político, igual como ocurre con lo religioso, los millennials rechazan la militancia directa; pero son bastante proactivos con causas como la no discriminación, la defensa del medio ambiente, la igualdad de género, la justicia social… los totalitarismos y las dictaduras no son lo suyo: les agradan más las democracias, en especial las de índole participativa. Muchos manifiestan una seria adicción por el Internet, las redes sociales y los videojuegos, llegándole a dedicar a estos medios un promedio de 6.5 horas diarias. Muy presentes en Facebook, Instagram, WhatsApp, Twitter… las redes sociales son un mundo que conocen bien y en el que gustan expresar con o sin apasionamientos, sus puntos de vista sobre los tópicos más variados. Por lo mismo, defienden la libre manifestación de las ideas aunque tienen cierta proclividad a no tolerar la crítica y la discrepancia en la narcisista y egocéntrica creencia de que sus ideas y apreciaciones son las más acertadas o correctas. Cada quien su verdad y todas muy respetables, reza su credo subjetivista.

En lo laboral, al típico millennial le agradan los horarios flexibles y el trabajo en casa; no responden bien a mandos rígidos y verticales; prefieren actividades que no sean rutinarias y que les permitan explayar su creatividad y originalidad. Necesitan la oportuna gratificación emocional y reconocimiento de sus jefes y colegas; tómese en cuenta que muchos fueron hijos únicos o provienen de familias poco numerosas que fueron criados por padres protectores y consecuentes.

Están habituados a ser escuchados y premiados por ínfimos o pequeños que sean sus logros; esto les generó una baja tolerancia a la frustración. Crecieron asumiéndose como únicos y especiales y en muchos casos, para afianzarles esa autovaloración, sus padres los mantuvieron de pequeños realizando muchas actividades extracurriculares: clases de piano, ballet, de artes marciales, natación…  Su movilidad laboral es alta; la lealtad a una empresa o una institución no es tan férrea como la que profesaron las anteriores generaciones. El trabajo no es su religión y quieren tener tiempo para su esparcimiento y recreo: para estar con su familia, convivir con sus amigos, pasear, viajar y estudiar.

En este último punto se puede decir que, gracias a los avances de las tecnologías de la información, es de las generaciones más instruidas y preparadas; desde su temprana edad los millennials tuvieron acceso a información de manera rápida y global; están enterados y versados en todo, aunque muchas veces de manera superficial, suelen prestarle un interés volátil a los datos que obtienen de la web; no son de lecturas largas y profundas sino de textos breves y cargados de imágenes e incluso de videos.

Dada su constante exposición a los medios de información global (superaron el consumo de la televisión local) los millennials tienen una mentalidad más cosmopolita y abierta: toleran y encuentran enriquecedora la diversidad, en todas sus expresiones: cultural, étnica, religiosa, lingüística, sexual…; nuevamente, el millennial típico de occidente está más allá de los chovinismos y localismos de sus antecesores, no encajan en el modelo del patriota que al ver amenazada su nación, raudo va a reclutarse para defenderla; son ciudadanos del mundo hermanados por un sentido de pertenencia a la humanidad.

Muchos millennials por elección o necesidad se han casado pasado sus treinta años. Por miedo al compromiso y en defensa de su libertad, llegada su temprana mayoría de edad, no se fijan como meta tener una familia y procrear hijos; antes está la realización y la felicidad personal.

Por su parte, los centennials son la generación cien por ciento nativo-digital; por su rango de edad, son adolescentes y jóvenes que aún están por completar su maduración física, mental y emocional; no obstante, ya se pueden delinear sobre ellos algunas tendencias o inclinaciones culturales que los caracterizan y diferencian de las demás generaciones.

Para empezar, desde muy pequeños han sufrido de una sobre-exposición a la tecnología; en muchos de ellos, guiados por el lenguaje iconológico, aprendieron antes a manejar un smartphone que a leer. Les toco un Internet más avanzado e interactivo que, además de dispensar todo tipo de contenidos textuales, visuales y auditivos, también es receptivo con sus usuarios, es decir, les permite a estos subir su información y convivir virtualmente con otras personas conectadas. Repartidas sus vivencias y socialización entre la realidad de facto y virtual, los centennials tienen lo que podríamos llamar una “doble ciudadanía”; para ellos lo que ocurre en sus redes sociales es tan importante y trascendente como lo que les acaece en su mundo concreto o material. En su día a día, para el centennial ambas realidades interactúan entre sí y se influencian mutuamente; la Internet refleja y recrea los acontecimientos y experiencias del ámbito exterior y este a su vez, se re-significa y cobra sentido gracias a la realidad virtual.

Fenómenos como el de la Ballena Azul, que puso en tensión a miles de usuarios en todo el mundo por la manipulación ejercida para realizar acciones suicidas, son un claro ejemplo de cómo la Internet puede trastocar las conciencias de sus usuarios, extorsionándolos psicológicamente para incluso atentar contra su propia vida; hay que destacar que muchas de las víctimas de este reto de Internet eran centennials.

A diferencia de otras generaciones que padecieron el anonimato sentenciado por una modernidad enamorada del concreto, que insistió en la edificación de megalópolis donde el individuo se perdía entre millones de habitantes; los centennials, por el contrario, conviven todo el tiempo en esa realidad virtual de las redes sociales en las que pueden, a través de sus publicaciones, dar detalles de su vida privada, talentos, aspiraciones e ideas en búsqueda de seguidores y de likes.

Antes la fama estaba condicionada a una ocasional o constante aparición de televisión y en menor medida en la radio o la prensa; el estrellato social era para unos pocos privilegiados o afortunados. Ahora, el ser reconocido, el romper el anonimato y convertirse en una figura pública o influencer está al alcance de cualquiera que tenga acceso a una red social como YouTube, Instagram o TikTok…

Si en los millennials es una aspiración válida el ser único y especial; en muchos de los centennials es prácticamente una necesidad, dado que su vida social depende en buena medida, de que tan carismáticos y creativos sean en la generación de contenidos subidos a Internet, ya sea a través de un smartphone, tablet, computadora o de cualquier otro gadget. La tecnología es parte de ellos al permitirles entretenerse, socializar, trabajar, comprar y proyectar en el mundo virtual ese “yo” ideal, que construyen con la intención de convertirse en un youtuber o un tiktoker con millones de vistas y de seguidores. En las redes sociales, los centennials se reafirman constantemente y estas los obligan, dada la exigencia de la novedad como foco de atracción, a estarse renovando y redefiniendo constantemente.

El centennial ha crecido en ámbitos familiares menos religiosos que sus antecesores; además el tipo de sociedad que lo ha acogido es una donde la diversidad y libertad religiosa se han vuelto parte de la cotidianidad; pero sobre todo, se ha familiarizado con ideas y creencias distintas a las judeo-cristianas sobre lo sagrado y divino, manteniendo un consumo constante de productos culturales dispensados por el esoterismo de masas: los hombres lobos, los vampiros, los duendes, los elfos, los demonios y con ellos, superhéroes, los viajeros interdimensionales, los extraterrestres… ya no son solo seres fantásticos o de ficción, ahora son también personajes de series, videojuegos, películas, mangas, animes que habitan esa realidad virtual a la que son tan susceptibles. Como ninguna otra generación, los centennials resultan influenciables por el esoterismo en la construcción de su propio imaginario religioso.

Centennials y millennials califican como las generaciones del hoy y del mañana; si habrá religión y religiosidad en un futuro, serán ellas quienes tendrán que decidirlo; lo que parece un hecho inevitable y casi normal, es que su manera de entender lo sagrado y lo divino, dadas sus influencias culturales, será una muy distinta a la que sus padres y abuelos tenían. Los nativo-digitales están gestando un nuevo tipo de religiosidad que habrá que explorar en un esoterismo de masas que juega y recrea viejas ideas, creencias mágicas, mitológicas y religiosas, en general.

El bien común, como factor de desarrollo del sentido de identidad y pertenencia de los colaboradores en las organizaciones actuales

Por Líderes de Opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Dr. Juan Manuel Sotelo Vaca • Sub-director Académico del Plantel UNIVA Querétaro

 

El término de “bien común”, tiene diferentes interpretaciones, ya que su conceptualización puede ir desde el aspecto económico; por ejemplo, se puede aplicar a aquel bien que ya sea pertenece, o es de usufructo a una comunidad o la sociedad en su conjunto. O también desde el aspecto social, se puede entender el bien común como la suma de las condiciones de la vida social que permiten que los individuos libremente den forma a sus vidas.

En el aspecto filosófico, el bien común, abarca el conjunto de aquellas condiciones de la vida social, con las cuales los hombres, las familias y las organizaciones pueden lograr con mayor plenitud y facilidad su propia perfección.

El bien común es un concepto que en general puede ser entendido como aquello que nos influye para bien a todos los ciudadanos o como los sistemas sociales, instituciones y medios socioeconómicos de los que ellos dependen.

En esta concepción el bien común, solo con la colaboración de todos puede ser alcanzado, aumentado y protegido. Afecta a la vida de todos. Exige la prudencia por parte de cada uno, y más aún por la de aquellos que ejercen la responsabilidad de tener autoridad con sus colaboradores en las organizaciones.

Es por ello que, en las organizaciones, independientemente de su giro o actividad, tamaño y número de colaboradores, tienen que establecer acciones dirigidas a que se alcance ese beneficio del bien común, ya que éstas; son las que tienen más ventajas desde su punto de vista de identidad y pertenencia, pero las que menos esfuerzos implementan con esa finalidad.

Las organizaciones deben estar diseñadas para garantizar que sus trabajadores tengan la posibilidad de usar plenamente su inteligencia y libertad para alcanzar objetivos compartidos, así como para crear y mantener relaciones adecuadas entre ellos. Un lugar de trabajo participativo, en el que se fomentan valores como la iniciativa, la innovación, la creatividad y la responsabilidad compartida, refleja una empresa que aplica el principio de subsidiariedad, pues se reconoce en la práctica la dignidad de cada colaborador. Estas son ya acciones que ayudan a desarrollar en ellos, el sentido de identidad y pertenencia, dando lugar a la lealtad.

Para ello, es importante que el líder de la organización establezca como parte de sus premisas, llevar a cabo estas otras acciones necesarias para esta finalidad:

Establecimiento de la Filosofía Organizacional: Es la estructura conceptual que la organización define para orientar o inspirar todo comportamiento, ya que una Filosofía Organizacional es una serie de ideas y creencias compartidas por todos los miembros de la organización, “la cual da sentido al propósito común en que se trabaja”.

La Filosofía le da sentido a la existencia de cualquier organización y el trabajo de todas y cada una de las personas que colaboran en el logro de sus propósitos establecidos.

La cual se complementa con la Misión, en donde todas las organizaciones tienen un propósito – implícito o explícito – relacionado con “su razón de ser”. Es una expresión o declaración conceptual de lo que es y lo que hace una organización destacando su identidad institucional como un todo.

Y se convierte en una oportunidad para la organización de alcanzar entre sus colaboradores el sentido de pertenencia. Y se da continuación con estas otras acciones:

Valores socioculturales: Respeto absoluto a la dignidad humana y los derechos humanos, libertad, seguridad, paz y justicia. Estos permiten la convivencia pacífica y respetuosa y promueven un sentido de tolerancia y colaboración. A través de acciones de “buen vecino”, realizando limpieza de las calles alrededor de la organización, colaborar con el mantenimiento de lugares públicos, no contaminado a través de ruidos molestos, cuidar también el no arrojar residuos al aire y por debajo de la tierra que provoquen diferentes tipos de contaminación, apoyar campañas de salud y bienestar de la comunidad.

Condiciones estructurales: Que garanticen acceso a bienes de salud, educación, cultura y formación continua, capacitar a los trabajadores para garantizar que tengan los recursos suficientes para desempeñar sus deberes. Así́ mismo darles la seguridad de empleo y crecimiento dentro de las posibilidades de desarrollo individual y también organizacional.

Condiciones económicas: Favorecer el crecimiento humano para promover que todos disfruten de un nivel razonable de bienestar. El crecimiento económico siempre se subordina a las personas, y no viceversa. Dándoles a los colaboradores la oportunidad de recibir salarios justos y equitativos al desempeño que tengan en el cumplimiento de sus labores, acompañándolo de las prestaciones legales y las adicionales que se puedan otorgar; no escatimar si se puede hacer por parte de la organización y siempre buscar hacerlo de esa manera.

Así mismo, con la sociedad ofreciéndole ser una fuente de empleos que contribuya al bienestar social y económico de la comunidad en donde se encuentra ubicada esa organización. Por otro lado, también se debe de contribuir con todos los niveles de gobierno, cumpliendo con las obligaciones exigidas, vía impuestos, licencias, derechos, etc. 

Condiciones ambientales: Asegurar un ambiente apropiado para el desarrollo humano, confiar plenamente en los colaboradores asignados para cada tarea y responsabilidad, sin interferir en su autonomía ni asumir una actitud paternalista. El colaborador así asume el riesgo de sus propias decisiones y es capaz de reconocer las consecuencias buenas o malas de su comportamiento.

Sin duda, con estas series de acciones que no son las únicas, un colaborador que ve que en su organización, tienen la preocupación de buscar ofrecerle por diferentes vías un bien común, tanto a él como a sus compañeros, a la comunidad vecinal, a la sociedad en general; debe sentirse orgulloso de pertenecer a esa organización y habla de ella con mucho orgullo y buscará ser un buen elemento, con un buen desempeño y con un alto compromiso de trabajo y se identificará con todas las decisiones y acciones que se emprendan en su organización.

 

 

 

La voluntad no es una palabra

Por Líderes Universitarios, Voces UNIVA Sin comentarios

Mtro. Miguel Camarena Agudo • Encargado de Corrección y Estilo del Sistema UNIVA

 

Hay que saber quién es uno, y ello confiere –creo que confiere-

al menos una pequeña reserva interior.

George Steiner

 

He escuchado en repetidas ocasiones que todo tiene una razón de ser. Y a mí me da un poco de risa porque en un anarquismo existencial no parece haber alguna. Quizá por eso me dan flojera los filósofos nombrados sistemáticos y me he enfocado durante mi vida a leer más sobre aquellos pensadores vitalistas y goliardescos. Al respecto Nietzsche dijo: “Desconfío de todos los sistemáticos y me alejo de su camino. La voluntad de sistema es una falta de honradez”. Me gustan más esos pensadores que con aforismos, alegorías, metáforas, le confieren un sentido especial a las cosas. Me resultaban más accesibles, y pienso, describieron aspectos más cercanos y profundos de la existencia humana; “los malos escritores sólo rozan la vida”, sentenció Bradbury. Considero que la vida tanto real como puesta en letras es para comérsela antes de que la muerte venga y nos devore. Es menester llenarla con arte para que ésta se vuelva un arte.

Hablando de sistemáticos hace unos años compartí departamento con un viejo camarada de la prepa, el cual estaba haciendo un doctorado. Al verlo tan clavado en sus lecturas y escritos, al grado de cancelar cualquier tiempo para divertirse, me daba escalofríos. No comprendía cómo una persona podía sacrificar tanto tiempo en algo tan serio. Pero bueno, quizá le apasionaba aunque en su proceso manifestó síntomas de dolor y cansancio. Al ver esos malestares, pensaba “nada que genere sufrimiento puede ser bueno”. Por eso desistí en algún momento de meterme a un doctorado. Además, me da mucha flojera leer cosas por obligación, a estas alturas del partido lo más saludable y digno, para un lobo en edad madura, es poder leer y hacer lo que a uno le guste y le venga en gana.

Desde luego, con lo anterior no quiero caer en la promoción de la seudolibertad tan en boga, más bien apegado a la visión de “libertad” de Albert Camus donde se hace referencia a un conjunto de responsabilidades para con los demás, más allá de los privilegios y la inconsciencia con que algunos la practican, disfrutando el día a día llenándonos de experiencias significativas y no de vacíos constantes e insuperables. Hace algunos días, por cierto, bien decía un amigo “el actuar éticamente radica en pensar antes en el otro”. No me dejarán mentir, conocemos a muchos que no se salen de su mundito y sus ínfimos intereses, importándoles un bledo lo que los rodea. Esos animales están por todas partes y son peligrosos porque son mayoría y algunos incluso nos gobiernan. No por nada George Orwell en su fábula de “Rebelión en la granja” nos regaló una imagen en la que los animales de la granja y los seres humanos son indistinguibles. Pero eso nos debe tener sin pendiente hay a quienes les gusta el lodo y jamás saldrán de él, es su naturaleza y nada pueden hacer contra eso.

Volviendo al tema de lo que se hace con la libertad, es preocupante ver cómo muchas personas en lugar de enriquecerse consumiendo contenidos de calidad (ya no digo leyendo) o aprendiendo cosas se la pasan a diario husmeando en redes sociales la vida de los demás, viendo tonterías en plataformas o clavados con reality shows. Si supieran que la vida es tan corta y el tiempo apremia, tratarían de darle un contenido de mayor valor a su espíritu.

Facundo Cabral dijo alguna vez acerca de la belleza que la gente no la conocía porque no se las habían presentado, pero también se trata en términos nietzscheanos de un empeño de la propia voluntad. De una búsqueda por trascendernos a nosotros mismos. Cuántos siguen repitiendo el mismo esquema de vida de hace cinco años o diez, siendo optimista.

Eso es comprensible hasta cierto punto pues somos producto de un entorno socioeconómico que ha determinado nuestra consciencia, como decía Marx, pero eso no debe ser una limitante ni una justificación a seguir repitiendo una misma historia y el mismo despilfarro de tiempo y carne. Por lo que aconsejo no confiar en alguien que vive sujeto a la misma gravedad que ha mantenido a las piedras atadas al suelo.

Es necesario pues un acto de rebeldía ante cualquier circunstancia cómoda y demoledora de la voluntad. Sin este ímpetu difícilmente hubieran florecido el arte, la ciencia, las humanidades y mucho menos las personas. William Faulkner hacía énfasis en tener siempre las antenas encendidas para captar la realidad y lo que de sui generis tiene ésta, pero para ello primero es necesario apagar la pantalla; salir al mundo libremente llevando consigo los cinco sentidos bien prendidos y la curiosidad a tope, esto sin dudas nos ayudará a dejar a aquello o aquellos que nos estorban.

¿Es posible vivir carente de buenas lecturas y arte sin causar daño al entorno y la comunidad? ¿Es conveniente crecer como ejotes despreocupados y esparcirnos por la superficie? ¿Por qué no dejar en paz a estos seres con tal de que lo social continúe creciendo como una franca metástasis?

                                                                                                                Guillermo Fadanelli