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Líderes de opinión

Tu mejor versión, la mejor inversión

Por Líderes de opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Mtra. Ana Karina Cosío Vidaurri Martínez • Secretaria General del Sindicato UNIVA

 

De la vista nace el amor…. No hay segunda oportunidad para una primera impresión.

¿Qué tan de acuerdo estás con esta frase? Pareciera que este tipo de frases caen en la superficialidad y evocan principalmente el tema de la apariencia o algo que se reduce al simple “verse bien”.

Sin embargo, al hablar de tu mejor versión nos referimos a un tema mucho más completo y profundo, donde no sólo participa el aspecto estético, sino factores de conducta, educación, actitudes y valores. Tu mejor versión se dará en el desarrollo de la consciencia y comprensión de la interrelación que hay entre los elementos antes mencionados.

Debemos estar conscientes de que todo lo que hacemos o dejamos de hacer, comunica; aun en nuestra ausencia estamos mandando un mensaje, y este a su vez generará una percepción. La percepción no es necesariamente la realidad, sin embargo, cobra mucha fuerza en nuestras decisiones diarias, incluso sin que haya la certeza de ser precisa, fiel y objetiva.

La consciencia de sí mismo tiene como base el autoconocimiento, para ello necesitamos comenzar por preguntarnos: ¿Cuáles son mis fortalezas? e identificar lo que me gusta de mi físico, de mi carácter y de mi persona; ese puede ser un buen comienzo. Así, el autoconocimiento lo conformaremos a partir de las respuestas que le demos a las siguientes preguntas:

¿Cuáles son los valores que me rigen?

¿Qué creencias tengo e influyen en mis decisiones?

¿En qué áreas de oportunidad tengo que trabajar?

¿Qué me impide lograr mis anhelos?

¿Qué hay en mí que no resulta tan agradable para los demás o para mí?

Para profundizar este análisis sobre nuestras actitudes, valores, educación, crecimiento y apariencia física; también es fructífero involucrar a personas cercanas a nuestra vida para tener su punto de vista sobre nosotros, independientemente del nuestro.

En el plano físico habrá cosas que te molesten, elabora un listado de éstas y sepáralas en dos columnas, en una coloca lo que no te gusta y sí puedes cambiar o trabajar en ello; en la otra, coloca lo que no te gusta y que no puedes cambiar.

Lo de la primera columna, lo susceptible de ser modificado, realízalo con el convencimiento de que el proceso posiblemente no será tan placentero pero valdrá totalmente la pena; está en ti trabajar esos aspectos para sentirte mejor en el camino a tu mejor inversión.

Con relación a la segunda columna, te diré un secreto: aquel rasgo físico que no te guste y no puedas cambiar, abrázalo (metafóricamente), velo con amor, acéptalo y agradécelo. Date cuenta que eso es sólo algo pequeño comparado con el gran ser humano que eres y puedes llegar a ser. Este ejercicio aumentará tu confianza y, al sentirte bien contigo mismo, proyectarás una mejor imagen, conectando de manera más integral con tu entorno y, sintiéndote radiante la gente verá en ti a una persona en armonía.

No se puede comprar reputación, confianza y prestigio, estos son elementos que la gente que te rodea te otorgará según vayas sumando acciones positivas a la construcción de tu imagen personal.

La inversión más valiosa es trabajar en uno mismo, no desistas de hacer de ti, tu mejor versión.

 

 

A veces comprendemos que…

Por Líderes de opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Mtro. Miguel Camarena Agudo • Encargado de Corrección y Estilo UNIVA

 

Uno vive, acumula para asimilar después.

Luis Jorge Boone

 

Sucede que a veces nos damos cuenta del significado de las cosas tardíamente. Nos enteramos con los años del amor profesado por alguna tímida compañera de secundaria o preparatoria. Descubrimos las triquiñuelas cometidas por algunos de nuestros pares, gracias a un encuentro fortuito con un retrasado mensajero. Inclusive alguna canción cobra sentido después de mucho tiempo. Hace no tanto, me sucedió con Noche de ronda de Agustín Lara, se reprodujo gracias a esas listas aleatorias de YouTube. Y así, una noche insomne, se reveló un significado nunca antes percibido por mí. También esto nos sucede con las palabras; en un tiempo son etiquetas vacías, lejanas. Pero lo nombrado por ellas terminan un día por alcanzarnos, por ocupar cada una de esas palabras.

No por nada Gabriel García Márquez recomendaba la relectura. Pues no se tiene la misma experiencia de la lectura de Los amorosos de Jaime Sabines a los quince años que a los treinta. No podemos ser ni sentirnos los mismos, y si así fuera, seríamos unos nefandos. Con el tiempo nos vamos llenando de un número mayor de experiencias, ganando bagaje a fuerza de vivir. Cada experiencia nos va dejando una especie de sedimento, capa o cimiento; pero no siempre con una función de armadura o sostén, sino de loza para ciertos temples. Un experto de la vida en el precipicio, José Alfredo Jiménez, lo expresó en una canción sin velos ni atavíos: Nada me han enseñado los años/ siempre caigo en los mismos errores/ otra vez a brindar con extraños/ y a llorar por los mismos dolores.

En Cinema Paradiso (1988) el personaje de Toto o Salvatore, quien se enamora de Elena durante su adolescencia, no se desprende de ese sentimiento de amor durante treinta años. El fantasma de esa rubia joven no le permite conseguir un amor duradero en Roma, cosa que su propia madre le reprocha. Pero a veces el amor puede ser una pesada lápida, un muerto con el cual cargamos y no nos permite andar ligeros de equipaje. Porque se puede amar sin ser correspondido. Para muestra está el bolero ranchero de Cien años, famoso por la interpretación de Pedro Infante.

¿Cuántas estatuas y mausoleos se han edificado en honor de la desdicha amorosa? Desde luego, hay sus excepciones, El amor en tiempos del cólera, por ejemplo. Pero todas estas representaciones de un sentimiento a ultranza no son, sino algo que no permite ver la cosas en su justa dimensión. Son anteojos que usan durante un largo periodo de vida. Con los cuales no vamos a poder ver ni a poder captar muchos significados con claridad.

Pero, ahí mismo, en el filme de Cinema Paradiso el viejo Alfredo le cuenta un relato a Salvatore sobre un soldado que se enamora de una mujer, la cual le pide a éste que espere por ella cien días fuera de su ventana en la intemperie y, justo un día antes de cumplir la petición y condición de amor, el soldado se levanta y se va. Alfredo no quería el mismo destino para él, por eso manipuló las cosas de tal manera y Salvatore terminó en Roma siendo otra cosa distinta a la que hubiera sido quedándose incluso con Elena ¿Cuántas cosa si hubieran permanecido con nosotros, nos hubieran apresado, anquilosado? ¿Cuántas cosas tienen que irse para que podamos movernos? ¿Cuántos significados importantes de la vida se pierden o se ganan cuando permanecemos siendo los mismos? O como preguntaría Luis Jorge Boone en uno de sus cuentos ¿Para qué atesorar lo que con toda seguridad nos hará daño? ¿Para qué fotografías de quien en un futuro empezaremos a olvidar (si es que nos atrevemos a ello)?

El amor se hace viejo, como la amistad y la alegría, pero el temor la reticencia, la duda, se mantienen intactas en los callejones del corazón, te cobran cada vez como si se tratara de la primera vez en los experimentaste.

                                                                                                                                          Luis Jorge Boone

La Medicina en la Filatelia: Miguel Francisco Jiménez

Por Líderes de opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Dr. Enrique Fernández Valadez , Profesor de Cardiología • Ciencias de la Salud Plantel UNIVA Guadalajara

 

Fue un médico poblano nacido en 1813 en Amozoc, realizó investigaciones sobre el tifo y la tifoidea. Aunque sin duda su aportación más importante es en el estudio del absceso hepático amebiano, publicando su trabajos en el entonces Periódico de la Academia de Medicina de Méjico; otros ya fueron publicados después en la Gaceta Médica de México, especialmente las “Lecciones de clínica médica sobre el absceso del hígado” en 1866 que abarcó sus experiencias obtenidas en 297 casos.

Después de haber estudiado filosofía en el Seminario Conciliar ingresó al Establecimiento de Ciencias Médicas, donde obtuvo su título el 24 de septiembre del año de 1838, fue uno de los primeros alumnos de dicho Establecimiento.

Más tarde fue profesor de anatomía de la Escuela de Medicina del Hospital de San Juan de Dios, lo que le permitió tener los conocimientos adecuados para establecer la muy necesaria correlación clínico-patológica de diferentes padecimientos al estudiar los hallazgos de la autopsia y la relación que guardaban con los síntomas que el paciente había manifestado en vida. Cabe mencionar que en ese entonces no se conocía todavía el agente causal de los abscesos: la amiba o Entamoeba histolytica, pero un hecho importante y que hay que recalcar es que logró reducir la mortalidad en un 30%. La introducción de la punción de la punción evacuadora para el drenaje del pus fue realizada por Miguel Jiménez en 1846 (aunque ya desde 1833 la practicaba Roberts).

Además fue un gran clínico que insistió en la importancia de la auscultación. En 1843 le tocó atender a los soldados heridos en las batallas durante la invasión de las tropas estadounidenses. Fue director del Hospital de San Andrés además de fundador de la Academia Nacional de Medicina que comenzó en 1864 como una sección de lo que era inicialmente la Comisión Científica, Literaria y Artística de México creada por Maximiliano de Habsburgo durante la intervención francesa.

Otra de sus aportaciones es que en 1857 fue el primero en diagnosticar en vida del enfermo la perforación al pericardio de un absceso del lóbulo izquierdo del hígado y que fue corroborado después por la autopsia, en su descripción mencionó que “la emigración al pericardio constituye, como fácilmente se comprende, uno de los peores escapes que puede tener el pus hepático”. Es un hecho innegable que la pericarditis amebiana es un padecimiento totalmente quirúrgico. También publicó un artículo en el primer tomo de la gaceta Médica de México un artículo llamado “De la obliteración de las arterias”.

El periodo comprendido entre 1861 y 1867, marcado por la ocupación extranjera, particularmente por Francia, es sin lugar a dudas rico en gestas de patriotismo sin igual en la historia de México por la coyuntura política, militar e incluso religiosa del periodo en cuestión; sin embargo, poco se ha abordado de manera concreta el estado que guardaban la salud y la ciencia médica en dicho periodo, lleno de episodios sumamente interesantes en cuanto a epidemias como el tifo, la fiebre amarilla o el cólera, sobre todo cuando estas enfermedades afectaron y marcaron el rumbo de la historia nacional, a la par con el desarrollo de la naciente medicina científica mexicana encabezada por varios médicos, en especial por el Dr. Miguel Francisco Jiménez. Es de mencionar que junto con el Dr. Rafael Lucio fue uno de los médicos mexicanos encargados de atender al emperador Maximiliano de Habsburgo.

El Dr. Miguel Francisco Jiménez murió el 2 de abril de 1875 a los 63 años de edad, y seis días más tarde, el día 8 se le rindió homenaje en ceremonia fúnebre de cuerpo presente en la Escuela de Medicina, entre los oradores destaca la intervención de el Dr. Gabino Barreda.

 

LECTURAS RECOMENDADAS:

Carlos Viesca T. Nace la Sección Médica de la Comisión Científica. 1864. En: Carlos Viesca Treviño: La Academia Nacional de Medicina: 150 años de Sucesos Médicos. Conacyt. Menarini México 2015 pp 1 -3

Xóchitl Martínez Barbosa: Muere el Doctor Miguel F. Jiménez y presenta sus últimas consideraciones sobre el diagnóstico de los abscesos de hígado. 1875. En: Carlos Viesca Treviño coordinador: La Academia Nacional de Medicina: 150 años de Sucesos Médicos. Conacyt. Menarini México 2015 pp 42 – 43

Vicente Guarner Dalias: La Gastroenterología. En: Hugo Aréchiga, Juan Somolinos (compiladores): Contribuciones mexicanas al conocimiento médico. Biblioteca de la Salud. Fondo de Cultura Económica. México 1993 pp 251 – 263

Fernando Quijano Pitman: la Cirugía. En: Hugo Aréchiga, Juan Somolinos (compiladores): Contribuciones mexicanas al conocimiento médico. Biblioteca de la Salud. Fondo de Cultura Económica. México 1993 pp 169-195

Alfredo de Micheli. Los inicios de la cardioangiología mexicana en los albores de la Academia Nacional de Medicina. Archivos de Cardiología de México 2016;86:276 – 281

La historia de Miguel Francisco Jiménez y la clínica moderna en México. En: Ciencia UNAM.   http://ciencia.unam.mx/contenido/audio/206/

La vileza humana

Por Líderes de opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Mtro. José Luis Ríos Rodríguez • Coordinador de Desarrollo Integral UNIVA Plantel Vallarta

 

Es verdad que el ser humano guarda en su interior la eterna lucha entre el bien y el mal, lo que lo hace “rebajarse” y lo que lo hace “supremo” sobre cualquier criatura en la tierra. Porque a diferencia de otros “seres”, está dotado de inteligencia y libertad, que le dan la capacidad de poner orden y cuidado a todo cuanto existe. Siendo consciente de esta gran virtud, se vuelve una pieza importante para mantener ese equilibrio que se necesita y que lo convierte en un administrador.

Difícil es saber cuál es el momento en el que podemos pasar de la bondad a la maldad y de ésta, a ver desfigurado no sólo el rostro por su expresión, sino de la vida, por la materialización de hechos que hacen perder la dignidad y la de las personas a las que se afecta. Que puede tener diferentes matices o facetas, incluso niveles o etapas, que poco a poco van contribuyendo a ir construyendo una personalidad y junto con esto a una misión distinta para la cual se ha sido hecho.

La maldad puede tener características muy variadas que se van forjando de acuerdo a cada persona y, que pueden ir llevando de la maldad a una postura más “vil” en la relación con todo el entorno, que se recrudecerá al encontrar en la debilidad de los demás una tierra fértil y fecunda.

Como seres humanos debemos estar atentos de cuánto bien hacemos a los demás y no por llevar una contabilidad de buenas acciones, sino por el bien estar preocupados por que haremos a los demás, nuestros iguales y a nuestro entorno, quien en todo caso no se puede defender.

¿Somos más capaces de construir o de destruir? o en nuestro sano juicio nos consolamos con “no hacer daño” o “no hacer nada”, que al mismo tiempo nos convierte en seres indiferentes, encerrados en su egoísmo, que manipula y controla su propia persona tratando de justificar su inacción, con la consigna de no tener injerencia de lo que pasa más allá de nuestra nariz.

A la luz de muchos se construye un desarrollo que alcanza sólo para unos y a otros más deja fuera, pareciendo que el progreso está reservado para quienes son privilegiados, que son además a quien deben servirles.

Quizás como diría Ortega y Gasset, “hacemos lo que hacemos para ser lo que queremos ser”, y nuestra apuesta por la vida podría estar siendo el simplemente mantenernos al margen de lo que los demás necesitan y de que el espacio que nos ha sido encomendado sea sobre todo descuidado.

Mucho mayor será el daño, cuando individuos con esta perspectiva y postura ante la vida, se asocian, y que no sólo para dañar a una persona o familias enteras con saña y sin miramientos, de la manera más hostil, sino también a un grupo o una comunidad. Con esa perspectiva estaremos construyendo un entorno mal educado, lleno de pobreza, miseria, hambre y técnicamente insostenible.

Quizá sea tiempo de cambiar la dirección de a donde vamos; parece que los mecanismos utilizados han generado muchos problemas y es necesario hacer nuevos planteamientos, comenzando por pensar con el corazón y no sólo con la razón. La gran apuesta tiene que ser por una economía con un alto sentido de responsabilidad social y un entorno natural sano.

Sociedad pornográfica

Por Líderes de opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

Pornográfica es la forma en que Byung Chul Han califica la cultura de la sociedad contemporánea. Byung es un notable filósofo surcoreano radicado desde hace décadas en Alemania, que recupera el concepto de pornografía, ampliando su acepción más común, para aplicarlo justamente a una sociedad que ha abolido toda mediación en el arte de comunicarnos. En ese sentido, la pornografía tiene que ver con dos tendencias, por una parte el afán actual de mucha gente a “desnudarse” ante quien sea, sobre todo en las redes sociales, y hacerlo de manera abrupta, casi violenta, y por otra el combate desatado en contra de toda privacidad, no sólo la propia, sino también la ajena.

En la realidad humana ha existido siempre, de manera natural, la necesidad del desahogo como ayuda para sobrevivir a determinadas experiencias, pero nunca antes nos había tocado vivir una cultura donde el desahogo se volviera maniático y colectivo, impertinente, constante y abrumador, ajeno y opuesto a toda reserva juzgada en delante como represión o hipocresía. A diferencia de los grupos de ayuda en que todos los participantes están de acuerdo en desahogarse entre ellos como parte de una terapia, hoy día todo usuario de las redes sociales y de la misma vida es obligado a entrar en este mega grupo no de ayuda, sino de simple y llano exhibicionismo.

El combate a la privacidad nace de esta tendencia, todo mundo quiere sacar a todo mundo de su personal espacio para exhibirlo y que se exhiba, pareciera que ya no hay derecho a la privacía, o que ese derecho ha quedado supeditado al criterio de los demás. Es verdad que con frecuencia, a lo largo de la historia, personas e instituciones han hecho de la privacidad ajena un coto de poder, una forma de manipulación, de sometimiento, pero eso ha sido siempre una perversidad y un abuso grave del poder que incluso en nuestros caóticos tiempos sigue siendo sancionado, se le llama delito de difamación con o sin chantaje; pero abatir la privacidad ya como parte de una cultura es desde luego algo muy distinto.

El fortalecimiento de esta tendencia ha tenido en el mundo occidental dos amplios campos de apoyo, el de la política y el de la farándula, de uno y otro, un determinado tipo de prensa se ha hecho permanente portavoz, contaminando cada vez más a cualquier tipo de prensa, porque “desnudarse y desnudar” a los demás se ha convertido en un lugar común.

La cinematografía, parte muy visible de la farándula, ha puesto su parte desde el momento en que muestra actores haciendo ante el público todo un sinfín de cosas que anteriormente no debían aparecer en una pantalla, por ejemplo, vomitar, pero puesto que vomitar es algo que le pasa a todos, ¿por qué no exhibirlo?

La mediación es el espacio que se interpone entre la persona y su entorno para fortalecer, ahondar, profundizar o velar el mensaje, es mediación la palabra en sus infinitas formas, también el vestuario, los símbolos, y el mismo silencio. Por la mediación se preserva la autonomía de la persona y el derecho a mantener su intimidad ¿debemos renunciar a ello en aras de la epidemia pornográfica?

 

Publicado en El Informador del domingo 26 de enero de 2020

 

 

 

El Irlandés y el olvido

Por Líderes de opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Mtro. Miguel Camarena Agudo, Encargado de Corrección y Estilo UNIVA

 

Un hombre viejo y en silla de ruedas mira fotos en color sepia. Una enfermera está en la misma habitación. Él la llama y le muestra una foto donde aparece una niña junto a un hombre en un parque, ambos lucen felices. El viejo de la silla de ruedas le pregunta a la enfermera por la identidad del hombre que acompaña a la niña. Ella le responde negativamente. No lo conoce. Ese hombre, el de la foto, es Jimmy Hoffa.

¿Qué es a lo que más le teme un hombre?

Los estoicos decían que era una pérdida de tiempo divagar sobre esos vericuetos, pensar en las calamidades del futuro; porque cuando estas cosas sucedan estaremos extrañando ese tiempo que pudimos haber invertido en algo mejor o muertos quizá no habrá tiempo para perder el tiempo pensando en nuestro hecatombe personal. De cualquier manera, a veces el simple hecho de estar vivos es una pérdida de tiempo y no encuentro por qué no podamos hacerlo. Siempre existirán peores formas de perder el tiempo.

Hay una diversidad de situaciones que pueden hacer palidecer a cualquiera con el sólo hecho de pensarlas: la muerte, la enfermedad, el abandono, la ausencia, la soledad, el olvido. Todas indeseables en todo sentido desde cualquier perspectiva. En el último filme de Martin Scorsese podemos encontrar esos miedos y padecimientos humanos. El Irlandés es una película, basada en la novela I heard you paint houses de Charles Brandt, que logró juntar tres de los más emblemáticos actores del cine de gansters, Al Pacino, Robert De Niro y Joe Pesci. Pero más allá de hablar sobre las actuaciones, producción, efectos especiales u otras situaciones cinematográficas, mi interés está puesto sobre uno de los principales mensajes de la historia. Desde luego, el tema del poder aparece como en todo el cine que trata el tema de la mafia, pero en este caso aparecen otros elementos que si bien vuelven más creíble la historia, también humanizan a los personajes. Tal es el caso de la relación que tiene Frank Sheeran (Robert De Niro) con sus hijas, principalmente con Peggy. La cual sin que él se diera cuenta, sabía de sus ilícitos.

Peggy Sheeran crece con un padre cuya intención en un principio es la de casi todos los padres, dar las mejores condiciones de vida para sus hijos; pero en ese afán, Frank descuida a sus hijas volviéndose un padre ausente y generándoles, además, una imagen de miedo. Obviamente, él no se da cuenta ni de la magnitud ni de las consecuencias de eso. Mucho tiempo después, en la absoluta soledad, el rechazo y el abandono; pagaría con creces todas las facturas.

Y en general así es, la sabiduría popular no se equivoca cuando dice aquello de se cosecha lo que se siembra. La historia de El Irlandés es –entre muchas otras cosas e interpretaciones- un recordatorio de que no importa qué hayas hecho, cuánto dinero hayas ganado, quién hayas sido, a quién hayas conocido, algún día serás olvidado por todos.

Al final, los estoicos tienen razón; no hay que preocuparse por todo aquello que vendrá, el presente es nuestra única posesión, siempre en constante evanescencia. Y cuando la muerte llegue, nosotros no estaremos conscientes de ello, ni tampoco para experimentar el olvido. Porque si algo se parece a la antesala del infierno, es vivir tus últimos días viejo, enfermo, solo y con la consciencia de que te todos te han olvidado.

La importancia de las estrategias corporativas y su impacto en la gestión del conocimiento y la responsabilidad social empresarial

Por Líderes de opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Mtro. Eduardo Castelo Ceica, Docente de CEA y Negocios Internacionales UNIVA Plantel Vallarta

 

La estrategia general de las compañías grandes y diversificadas se constituye a partir de una jerarquía. En la cúspide de la pirámide está la estrategia corporativa. En ese nivel los ejecutivos trazan la estrategia general de una compañía diversificada. Se toman decisiones respecto de las industrias con las que la compañía desea competir. Asimismo, por lo general se selecciona unos portafolios de negocios con el propósito de obtener sinergias entre las diversas unidades de negocios. (Harold Koontz, 2004). Otros elementos de esta jerarquía son las estrategias de negocios y las estrategias funcionales.

La estrategia corporativa especifica las acciones de la empresa para alcanzar una ventaja competitiva, mediante la selección y administración de un grupo de negocios que compiten en distintas industrias y mercados de productos. La estrategia corporativa, el plan global para una empresa diversificada, es a la vez, el objeto predilecto y el más rechazado en la práctica administrativa contemporánea; el predilecto porque los directores generales han estado obsesionados con la diversificación desde principios de los años sesenta del siglo XX, el más rechazado debido a que casi no existe consenso en qué es la estrategia corporativa. Una compañía diversificada tiene dos niveles de estrategia: la estrategia de la unidad de negocios (o estrategia competitiva) y la estrategia corporativa (o estrategia de la compañía en su conjunto). La estrategia competitiva se ocupa en cómo generar una ventaja competitiva en cada uno de los negocios en los que compite la compañía. La estrategia corporativa tiene que ver con dos preguntas distintas; en qué negocios debe competir la compañía y cómo es la que la oficina corporativa debe manejar las diversas unidades de negocios.

Cualquier estrategia corporativa de éxito se apoya en una serie de premisas, este es un hecho concerniente a la diversificación. No se pueden alterar y, cuando se les ignora, las estrategias corporativas resultan fallidas. Se destacan acá los siguientes supuestos:

La competencia tiene lugar a un nivel de unidad de negocios. Las compañías diversificadas no compiten, quienes compiten son sus unidades de negocios.

La diversificación añade sin remedio costos y límites a las unidades de negocios. Costos obvios como los gastos corporativos indirectos asignados a una unidad pueden no ser tan importantes o sutiles como los costos y los límites ocultos.

Los accionistas son capaces de diversificarse de inmediato. Pueden diversificar sus propios portafolios de títulos y seleccionar aquellos que se apegan mejor a sus preferencias y perfiles de riesgos. (Henry Mintzberg & Voyer, 1997)

Para entender cómo se ha de formular una estrategia corporativa, es preciso especificar las condiciones en las cuales la diversificación generará, en efecto, un incremento del valor de las acciones, estas condiciones se pueden resumir en tres análisis esenciales: de lo atractivo, del costo del ingreso y de las posibilidades de mejora en las condiciones.

Una compañía puede escoger su estrategia corporativa mediante:

La identificación de las interrelaciones existentes entre las unidades de negocios en funcionamiento.

La selección del negocio central que será el fundamento de la estrategia corporativa.

La creación de mecanismos horizontales de organización para facilitar las interrelaciones entre los negocios centrales y así sentar las bases para una futura diversificación.

La búsqueda de oportunidades de diversificación que permitan compartir actividades.

La búsqueda de la diversificación mediante la trasferencia de habilidades, si ocurre que las posibilidades para compartir actividades están limitadas o se han agotado.

La búsqueda de una estrategia de reestructuración, si es que ésta se adapta a las habilidades administrativas o si no se presentan oportunidades de reforzar las interrelaciones corporativas.

El pagar dividendos de manera que los accionistas se puedan convertir en los administradores del portafolio.

Con el trascurso del tiempo, los recursos intangibles de la empresa, como el conocimiento, llegan a ser el fundamento de la estrategia corporativa, éstas son complejos conjuntos de recursos y capacidades que vinculan a distintos negocios, primordialmente por vía del conocimiento técnico y administrativo, así como de la experiencia y la destreza.

Muchas veces, las empresas relacionadas vinculadas transfieren sus competencias a todos los negocios, con lo cual crean valor, cuando menos, en dos sentidos. En primer lugar, el gusto por desarrollar una competencia ya ha sido sufragado por una unidad. Su trasferencia a otra división elimina la necesidad de que ésta asigne recursos al desarrollo de esta competencia. La intangibilidad de los recursos es otra fuente que permite crear valor por medio de la relación entre las compañías. Las competidoras tienen dificultad para entender y para imitar los recursos intangibles. Dada esta circunstancia, la unidad que recibe la competencia trasferida muchas veces consigue de inmediato, una ventaja competitiva sobre sus rivales. (Hitt, Ireland, & Hoshisson, 2004)

Las principales preocupaciones de la estrategia a nivel corporativo son identificar los negocios en los que una empresa debe participar, las actividades de creación de valor que debe realizar en esos negocios y las mejores maneras de ampliarse o de hacer contratos con los diferentes negocios, lo que incluye fusiones, adquisiciones e incursión en nuevos negocios. Como con todas las demás estrategias, la meta es maximizar la rentabilidad de la empresa a largo plazo, se mencionan tres estrategias a nivel corporativo: integración horizontal, que es el proceso de adquirir o fusionarse con los competidores de una industria en un esfuerzo por lograr las ventajas competitivas que vienen con una operación de gran escala y de gran alcance; integración vertical, significa que una empresa expande sus operaciones o bien hacia atrás en una industria que produce insumos para los productos de la compañía o hacia adelante en otra que utiliza o distribuye los productos de la empresa y el outsoursing estratégico; que ofrece la ventaja de que elimina las distracciones y le permite a la administración de la empresa centrar su atención y los recursos en el desempeño de las actividades que son más importantes para la creación de valor y para la obtención de una ventaja competitiva. (Charles W. Hill, 2005)

Las empresas juegan un rol en la sociedad como agentes generadores de cambio a nivel social, motores de su desarrollo, los cuales deben participar en el marco de dimensiones éticas de acuerdo con las expectativas de las personas con las cuales se relacionan. No debe existir una labor social por el mero hecho de desarrollar una actividad que beneficie tanto a la empresa como a cualquier grupo de interés, por el contrario la labor social debe determinarse por la condición humana implícita en ésta; donde el ser bueno es inherente, independiente de contextos de desarrollo o puntos de vista realizados. Esto genera distintas hipótesis ligadas a los valores humanos que deben ser integrados a los valores de las empresas y a su relación con la sociedad, acá se recalca la función que posee la empresa en este vínculo como parte integral y objeto del bienestar humano. Llevar a cabo las actividades empresariales tiene como función ayudar al desarrollo social y no sólo a la obtención de ganancias en sí, esto sumado al hecho que son los valores éticos y morales los que deben guiar el actuar del hombre y por lo tanto, a las actividades empresariales. (Crristian Cancino del Castillo, 2008)

Se aprecia que las estrategias corporativas se crean a partir de la consolidación de cursos de acción de las empresas, de largo y profundo alcance para las mismas, que involucra la administración de intangibles, como el conocimiento técnico y sistematizado; que le permita alcanzar niveles de rentabilidad atractivos para los accionistas y todos aquellos elementos relacionados con la empresa, la trascendencia ética-filosófica que revela la necesaria armonía con los entornos inmediatos y mediatos de la entidad económica, y de cómo se aprecia una relación estrecha entre diseño de estrategia corporativa, la gestión del conocimiento y el sentido de responsabilidad social empresarial.

¿La agresión es un derecho?

Por Líderes de opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Mtra. María Ana Rábago Agredano • Docente Ciencias de la Comunicación, Lenguajes y Multimedia 

 

¡¡¡Hey!!! ¡¡¡Voltea a verme!!! ¡¡¡Te estoy hablando #%&*!!!

Es evidente que en los últimos tiempos, la comunicación en la sociedad es muy agresiva:

Ahora resulta que si en una manifestación no se destruyen los edificios o se tumban las puertas, no serán escuchados o vistos y es entonces que aunque duela, se justifica… ¿en serio? Lo triste es que terminan haciendo lo que tanto reclaman: la falta de respeto, la intolerancia, la humillación y denigración de otras personas que no piensan igual.

La promoción de algunos artistas, deportistas y hasta marcas transnacionales, utilizan la agresión humana, comercial e incluso familiar. Para hacer virales sus novedades e imagen se terminan riendo de las reacciones provocadas y de la respuesta de sus seguidores, pero lo más preocupante, es que se sienten satisfechos por haber logrado tanta atención, aunque sea negativa.

Los niños y jóvenes terminan haciendo lo mismo; ya no piden, sino que exigen; no se ganan las concesiones, las pelean e incluso amenazan con golpear, lastimar y a veces utilizan incluso la palabra “matar”, si no se les otorga lo que desean y creen merecer.

Algunos líderes de gobiernos o poderes, si no les dicen lo que quieren escuchar como respuesta social a sus actos, entonces utilizan la denostación, las comparaciones, la amenaza y la discriminación como respuesta. En diversas empresas, los jefes solo saben solicitar trabajos con soberbia y argumentos desafiantes, para dejar en claro su superioridad.

¿Es entonces una tendencia? ¿Es acaso verdad, que somos sordos y solo escuchamos los gritos?

Lo que vemos es que ante actos violentos y agresiones, sí hay respuesta, sí hay reacción, sí hay acciones… sí se toman en cuenta.

Entonces ¿Está bien agredir? para que me escuchen en casa, en el aula, en el trabajo o en la sociedad ¿hay que ser combativo, poco amable e incluso manipulador?

La situación es hacer sentir culpable al interlocutor, aun sin saber de qué; no se busca retroalimentación ni negociación o puntos de acuerdo, solo importa que una de las partes, la agresiva, obtenga lo que quiere, sin importar lo que quieren los demás… ¿Será entonces que agredir ya va a ser un derecho? ¿Te gusta esa nueva manera de comunicación?

Herencia para el 2020

Por Líderes de opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

El 2019 nos deja una herencia interesante a nivel mundial cuyo desempeño ha comenzado a verse ya desde el inicio del presente año. Por una parte, dos liderazgos de enorme fuerza y respaldo por sus respectivas sociedades, Rusia y China, líderes que además de venirse perpetuando en el poder están ejerciendo un rol mundial de singular importancia, aunque de diverso matiz, Rusia más en la línea de las políticas internacionales, China en la del gran comercio a escala planetaria.

En el mundo occidental se dan también otros dos liderazgos muy distintos y turbulentos, con personajes muy parecidos y decididos a unir fuerzas para conservar la supremacía más atrabiliaria, los líderes de Estados Unidos y la Gran Bretaña.

En el mundo político europeo parece existir sólo un caballero que es una dama, Ángela Merkel, pieza clave de la Unión Europea que debe consolidar su poder frente a ese nuevo bloque constituido por Estados Unidos e Inglaterra.

El espacio musulmán sigue siendo la manzana de la discordia mundial lo mismo para los musulmanes que para los no musulmanes, pero atrás de unos y otros se advierte la mano norteamericana en colisión con los intereses rusos, turcos, egipcios, o árabes. De momento es claro que el presidente de Estados Unidos puede mandar matar a quién sea sin que eso sea un delito. Lo sorprendente es que todo mundo, es decir, los grandes líderes, acabe justificando el hecho, lo cual revela que todo mundo también lo puede hacer y lo hace, esperando la misma actitud de obsequioso silencio.

América Latina podría muy bien fundar un nuevo partido continental, el de los cómicos unidos, pues a no ser por las tragedias que provocan, buena parte de nuestros líderes parecen cómicos, ya desde su misma apariencia cuando se nos presentan enfundados en llamativos trajes militares colmados de autocondecoraciones, gesticulando como malos actores, echando discursos grandilocuentes, con lenguajes arcaicos, o aferramientos al poder como ocurre en Nicaragua, con la pareja inamovible que la gobierna, en los tinos y desatinos de los gobiernos en Chile, Colombia y Ecuador, en el inalterable tango que es la política argentina, o cuando vemos al evangelismo neurótico afianzar posiciones en Bolivia, Honduras o Brasil para apoyar a la ultraderecha norteamericana más conservadora, a fin de cuentas, sus permanentes patrocinadores. En definitiva, más un circo, un partido de cómicos, que un ejercicio de gobierno respetable, orientado a dar resultados constatables y permanentes.

México por su parte vive esta nueva “política presidencial de amortiguamiento” dentro y fuera, siempre sumisa a las inmortales enseñanzas del juarismo en lo que se refiere al sometimiento de la soberanía a los dictados del gran hermano, Estados Unidos, pero eso sí, con una inconmovible esperanza, acaso su mayor tragedia.

Y mientras el mundo sigue sumergido en el terrorismo político, en ese juego perverso de tensiones hábilmente manejadas, de amenazas de guerras o invasiones inminentes, con subidas y bajadas de las bolsas y las cotizaciones, de Tailandia a Singapur el único horizonte que siguen conociendo es el de la prosperidad sostenida, con poca política y mucha laboriosidad, en un marco social donde la corrupción y la impunidad se mantienen en bajos niveles.

 

Publicado en El Informador del domingo 19 de enero de 2020

¿Hay algo esperanzador en el 2020?

Por Líderes de opinión, Voces UNIVA Sin comentarios

Mtra. Laura O. Robles Sahagún • Coordinadora de ALUMNI y Bolsa de Trabajo

 

Reformas fiscales más estrictas que incluyen autofacturación y sobrerregulación en las finanzas no solo de las empresas sino también de las personas físicas; un Tratado de Libre Comercio, que pareciera que ha sido firmado a ciegas y, con puntos de los cuales aún no se conoce su repercusión; un aumento salarial que ha sido demasiado cuestionado; inseguridad incontrolable; movimientos sociales radicales y con poca tolerancia; un creciente consumo de drogas y alcohol entre los jóvenes; desempleo y empleos mal remunerados; el cambio climático y los problemas ambientales; el desabasto de medicamentos… esto es lo que se escucha en los pasillos y en las conversaciones últimamente. Desesperanza y poco optimismo para iniciar el año 2020.

¿Qué podemos hacer los ciudadanos comunes y corrientes para revertir este mal pronóstico? Pareciera que es una lucha que no podemos afrontar, que no podemos hacer nada porque todo el sistema nos apabulla, ¿será esto posible?

Yo creo que no, yo quiero confiar en que los ciudadanos podemos más que la estructura del gobierno, pero no con quejas, no con violencia, no con agresiones ni destrozos, tampoco con activismo desde un escritorio o desde un teléfono inteligente. Se requieren acciones, de esas que son pensadas en el bien común; sí, que me beneficien a mí, pero que sirvan a los más y perjudiquen a los menos. Acciones que nos ayuden a cumplir, sí con las leyes, pero también con la sociedad; pensando en nosotros, pero también en contribuir con el bienestar de los que están alrededor nuestro. Ser amables y ceder el paso, no ser gandallas, no pasar por sobre los demás para obtener lo que queremos, compartir, son algunas de las pequeñas cosas con las que podemos contribuir en mejorar nuestro entorno y que no nos cuestan un solo centavo.

¿En dónde quedaron los mexicanos amables, solidarios, trabajadores y felices? ¿Qué pasaría si todos los mexicanos trabajáramos por las causas en las que creemos, respetando a los demás y siempre con una visión propositiva y constructiva? ¿Qué pasaría si todos nos preocupamos y nos ocupamos por el que está al lado, por nuestro compañero, por nuestro colaborador y hasta por nuestro jefe? ¿Qué pasaría si las familias vuelven a interesarse en el resto de los miembros y se tendieran la mano para lo bueno y para lo no tan bueno? ¿Qué pasaría si aplaudimos el triunfo de los otros y nos alegramos porque les va bien? ¿Qué pasaría si dejamos de hacer trampa y propiciar la corrupción?

Los buenos deseos y los propósitos de año nuevo pueden empezar desde estas opciones.

Los cambios radicales no vienen de fuera, salen del interior y de las ganas de querer hacerlo.

 

Publicado en Crónica Jalisco el 20 de diciembre de 2019