Cobertura UNIVA FIL Frame: Karol Montserrat Garibay Reyna / Fotografía: John Clark Hernández, (en la fotografía Sonia Hernández, Mauricio Tenorio, Aurelio Major y Josep Maria Fradera [De izq. a der..])
Durante años, Ciudad de México (CDMX) y Barcelona han sido comparadas en la manera que crecen, desde temas como: urbanización, ecología, historia conjunta y literatura.
Aurelio Major, Mauricio Tenorio, Josep Maria Fradera, Sonia Hernández abrieron la mesa de diálogo, en la que se enfocaron en temas de literatura, urbanización y momentos en los que la historia de estas dos ciudades se ha enlazado en el marco de la FIL 2025.
Aurelio Major, poeta y traductor, quién fue director de la editorial adscrita a la revista Vuelta, presidida por Octavio Paz, habló sobre su experiencia al convivir con ambos lados de la literatura.
“Encontré que en España, hasta donde pude darme cuenta, ignoran casi totalmente la literatura hispanoamericana”, mencionó Major sobre el reconocimiento de la literatura hispanoamericana en Barcelona en la década de los 60s.
Culturalmente ambas ciudades se expandían, sin embargo, no llegaban a mezclarse. Al cabo de un tiempo se impondría el auge del llamado boom de la novela hispanoamericana, haciendo referencia al gran éxito editorial que logró la narrativa Hispanoamericana y funcionó como un imán que concentró la atención sobre un puñado de nuevos autores, dijo el autor.
Asimismo, Sonia Hernández, escritora y periodista española, aplaudió el vínculo que se desarrolla actualmente entre México y Barcelona, partiendo desde el nombre del artista Vicente Rojo Almazán, distinguido con el Doctorado Honoris Causa que le entregó el Sistema Universitario Jesuita 2019.
“Un vínculo que está muy presente en la feria y que permite descubrir tesoros como el diario de abordo que Vicente Rojo y que recreó en una exposición del
trayecto que abordo de Nepalema, que hizo su base cuando se exilió”, recordó Hernández al señalar la inmigración española por la guerra civil.
Expresó que Rojo tuvo “dos nacimientos” siendo el primero en su natal España y el segundo nacimiento fue cuando llegó a México. Desde ese preciso momento tuvo la certeza de que él era mexicano y no un refugiado o desterrado, porque así se consideran quienes no tienen tierra, apuntó.
Las obras de Rojo sirvieron como puente cultural entre México y Barcelona, ya que llevaba una parte de cada ciudad a la otra, apuntó.
“Yo pensaba hablar de la ciudad y como vi en el título las dos ciudades pensé que se nos estaba sugiriendo una comparación entre dos ciudades que me parecen por supuesto completamente incomparables, es decir uno no puede ni atreverse a soñar en una comparación entre una ciudad” explicó Josep Maria Fradera.
Aunque no se puede comparar, las dos ciudades vivieron al auge industrial en la época virreinal y especialmente para Barcelona fue importante, aunque el puerto de la misma ciudad tuvo un crecimiento tardío a diferencia de los puertos de México, señaló María Fradera.
Finalmente, Mauricio Tenorio tomó la palabra para reflexionar sobre esta constante comparación.
«Es muy peligroso esperar la pureza como en Barcelona. Los retos para Barcelona, la vivienda, la corrupción, la inmigración, la especulación, o para México, la devastación ecológica, la corrupción, la desigualdad, el crimen, el populismo, son grandes y complejos y nada tiene una verdadera solución. Las ciudades siempre son consecuencias no intencionales de soluciones que apuestan a un problema y crean cuatro más.”
