
Cobertura UNIVA FIL Frame: Fátima Libertad Ramírez Mendoza / Fotografía – John Clark Hernández.
La Feria Internacional del Libro de Guadalajara reunió a los creadores Samuel Larson Guerra y José Ramón Mikelajáuregui en la charla “Máquinas que leen, voces que resisten”, los cambios acelerados que la inteligencia artificial (IA) introduce en la lectura, la percepción y los procesos creativos.
Imelda Martorell, moderadora y productora de lectura, abrió cuestionando qué significa “leer imágenes” en un tiempo donde también las máquinas lo hacen, y destacó que su labor busca ofrecer a instituciones herramientas para localizar mediadores y compartir conocimientos entre profesionales.
El cineasta y documentalista José Ramón Mikelajáuregui afirmó que la tecnología siempre ha moldeado la manera en que percibimos el mundo y advirtió que, aunque las máquinas procesan información, “no leen si no existen los seres humanos”.
Para él, la IA funciona como un espejo de la inteligencia humana y no representa una amenaza mientras las personas mantengan conciencia propia: “Las máquinas siguen órdenes; la conciencia es nuestra”.
Por su parte, el creador sonoro Samuel Larson Guerra, con más de tres décadas trabajando entre música, teoría y edición en cine y televisión, sostuvo que las máquinas “no leen, solo calculan palabras”.
Explicó que la IA opera a partir de grandes cantidades de texto, pero carece de la voz interna que acompaña a la lectura humana: “Las voces que resisten son esas voces internas que escuchamos al leer”, señaló. Además, enfatizó el valor vital de los libros: “Me han dado compañía y consuelo. Su valor es incalculable”.
Larson reflexionó también sobre la relación entre poder y conocimiento, al señalar que históricamente la escritura se ha considerado un acto prohibido e incluso “endemoniado”, porque el poder ha intentado administrar la ignorancia.
Recordó que términos como algoritmo provienen de matemáticos árabes como Al-Juarismi, y que el sistema binario está ligado a desarrollos económicos e industriales que dieron origen a la computación.
En su intervención, Mikelajáuregui habló sobre la importancia de definir qué significa leer como actividad humana.
Afirmó que la lectura y la escritura organizan el pensamiento, mientras que tecnologías como la nube o los dispositivos electrónicos plantean riesgos sobre la propiedad de la información, pues “los aparatos registran y guardan datos que no controlamos”.
El diálogo concluyó con una reflexión compartida: la necesidad de comprender la lectura como un acto profundamente humano que involucra emoción, conciencia y memoria, elementos que ninguna máquina es capaz de replicar.






