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Líderes de opinión

Especie humana, diálogo fe y razón: Primera Parte

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Dr. Fernando Sánchez Martínez • Docente UNIVA Guadalajara y UNIVA Online

 

Los acontecimientos que se están desarrollando a nivel global, son el resultado del acontecer histórico de nuestra época. La problemática que el COVID-19 ha traído a la humanidad no tiene precedentes históricos. Aún así, a pesar de este gran flagelo, pareciera que la humanidad vive ensimismada sin importarle lo que sucede a su alrededor, “estamos más solos que nunca en este mundo masificado que hace prevalecer los intereses individuales y debilita la dimensión comunitaria de la existencia” (Fratelli Tutti 12).

La convivencia y el respeto al otro son imprescindibles para salir adelante, ya que, como especie, todos pertenecemos a una misma -el homo sapiens- somos hermanos, todos tenemos un mismo origen, tanto desde el aspecto teológico como desde el científico, específicamente la paleoantropología.

En el teológico, Dios nos ha creado a su imagen y semejanza, es decir, “ser imagen de Dios y, por tanto, criatura espiritual, significa que el hombre está naturalmente abierto al Absoluto. Esto se traduce en el deseo de la unión con Dios que es su única perfección. Por eso, la imagen está en tensión hacia la semejanza con Dios, que expresa la posesión del fin prometido” (Cobo, 2018, p. 179).

Desde el ámbito de la paleoantropología, la especie homo de la cual se desconoce hasta el momento su origen, abarca prácticamente tres ramas en la taxonomía general, el homo temprano que surgió hace aproximadamente 2,8 millones de años y que abarca al homo habilis, homo rudolfensis, los cuales parece ser pudieron haber cohabitado. La segunda es la del homo pre-moderno, que constituye el homo ergaster, homo erectus, homo heidelbergensis, homo antecesor, homo neanderthalensis, homo floresiensis, los cuales datan en este orden desde hace 1,85 millones de años hasta los 17 mil años atrás. El tercero y último es el homo anatómicamente moderno, al cual pertenece el homo sapiens, el cual surgió tan solo hace 200,000 años. De este existen algunas diferencias, ya que genéticamente, se ha comprobado que desde el momento en que abandonaron África, discreparon morfológicamente, así como la mezcla e hibridación de algunas poblaciones de homo anatómicamente moderno con las del homo pre-moderno (Martínez, s.f.).

Siendo así, ¿por qué tendemos como sociedad a segregar, señalar y discriminar por diferencias culturales, religiosas, color de piel u origen, llamando a ello razas?

Esta palabra no tiene fundamento biológico, es más ideológico, ya que tiende a denostar la dignidad del otro como persona, como hijos de Dios que somos, independientemente del origen, cultura, religión o lengua…

 

 

Si al lector le interesa profundizar en el tema de esta columna, comparto las siguientes referencias:

Cobo, S. (2018). La imagen de Dios en el hombre en la teología de lo Sobrenatural de Henri de Lubac. Teología y vida, 59(2), 171-190. Recuperado de: https://dx.doi.org/10.4067/s0049-34492018000200171

Francisco. (2020). Fratelli Tutti. Recuperado de: https://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20201003_enciclica-fratelli-tutti.html

Küng, H. (2013). En busca de nuestras huellas. La dimensión espiritual en las religiones del mundo. México: Debolsillo Martínez Latrach, F. (s.f.). El género homo. Recuperado de: https://antropologia.uc.cl/images/archivos/el%20genero%20homo_martinez.pdf

La sucesión presidencial

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Mtro. Francisco Meza Estrada • Coordinador de la Licenciatura en Derecho UNVA León

 

Uno de los asuntos de la segunda parte del sexenio sería la sucesión presidencial pero que, para sorpresa de todos, el presidente adelantó en las semanas anteriores y puso a todos los analistas a interpretar y obtener sus primeras conclusiones.

El presidente es un hábil político con un sentido especial por lo histórico. Reconoce con facilidad los temas en los que más se puede apoyar para obtener los mayores beneficios políticos y sabe a cuáles darles un giro para marcar diferencia con el pasado. Uno de ellos, es la sucesión presidencial.

EN LA ERA DEL PRI

Cuando el PRI era el partido hegemónico la sucesión presidencial, se caracterizaba por lo que se denominaba “El Tapado”. El presidente en turno, con una facultad metaconstitucional, designaba a su sucesor y todo el partido debía reconocerlo como una muestra clara de la disciplina partidista.

En esta época, Secretarios de Estado y funcionarios públicos no podrían hacer algo para conseguir la candidatura porque debían esperar lo que se llamaba “el dedazo”; por esa razón, también se decía “quien se mueve no sale en la foto” para dar entender que debían mantenerse en la disciplina del partido donde el gran elector era el presidente.

Una vez, que el presidente destapaba a su candidato, comenzaba un proceso político donde poco a poco el sucesor designado ocupaba la mayor parte de la agenda pública y acaparaba los medios de comunicación.

EN LA ERA DE LA ALTERNANCIA

Conforme avanzaba la democracia en nuestro país la sucesión presidencial fue registrando algunos cambios. Uno de los más notorios fue que los aspirantes mientras más adelantaban sus intenciones más aventajaban. De ahí que, la frase se transformó en “quien no se mueva no sale en la foto”; por esa razón, terminaron legislando el tema de precampañas con el fin de evitar actos anticipados.

Otro de los aspectos que cambiaron fueron las disputas internas de los partidos que podrían traer giros inesperados en las candidaturas. De esta forma, vimos que Felipe Calderón dejó de ser secretario para buscar la candidatura; lo cual, consiguió. En el PRI se conformó un grupo de gobernadores en contra de las aspiraciones presidenciales de Roberto Madrazo que no fructificó.

Por estos cambios, se decía que “El Tapado” era cosa del pasado, aunque se seguía discutiendo en los medios las preferencias de los presidentes.

EN EL PERIODO LÓPEZ OBRADOR

Por lo que hemos visto, el presidente ha querido darle un giro al tema de la sucesión presidencial anticipándolo con 3 años, abriendo la sucesión a varios posibles candidatos y renombrándolos: ahora, son “las corcholatas” y el presidente, “el destapador”. Al parecer, no tiene la intención de designar sino de cuidar el proceso.

Sin embargo, la mayor parte de los análisis que se han realizado, críticos y a favor, consideran que el presidente sí designará a su sucesora, pues también coinciden en señalar que se trata de Claudia Sheinbaum. Con lo anterior, la sucesión presidencial cambiaría en algunas cosas que provocarían mucho ruido mediático, pero se mantendría en el fondo la designación del presidente.

Todo lo que suceda de aquí en adelante, tendrá como clave de interpretación la sucesión presidencial: la llegada de Batres a la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México, la aparición en distintos medios de Ricardo Monreal, los golpes bajos para desacreditar a algunos de los aspirantes y la misma organización de los partidos de oposición.

LA SEGUNDA PARTE MARCADA POR LA SUCESIÓN

Entonces, como podemos observar la segunda parte del sexenio estará marcada por la sucesión presidencial desde ahora; por lo que, será algo desgastante para el propio gobierno. Existe un cálculo político detrás de todo esto, pero es muy complicado que durante 3 años se esté discutiendo sobre lo mismo.

Tal vez puede conseguir blindar a su aspirante o aspirantes y provocar un proceso de construcción de alianzas entre los distintos grupos al interior de Morena, pero es difícil asegurar su éxito cuando se tienen pendientes tan importantes como la seguridad, la superación de la pandemia y la recuperación económica.

En las próximas semanas, meses y años seguiremos discutiendo sobre los movimientos en un tablero de “las corcholatas”, pero no sabremos si es para beneficio de los mexicanos o solamente de un grupo que busca mantenerse en el poder.

El poder de la Esperanza

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Dr. Juan Manuel Madrigal Miranda • Docente UNIVA Uruapan

 

La esperanza es una forma de ser, es una disposición interna para actuar en favor de lo que puede nacer o suceder cuando existen las condiciones. La esperanza implica paciencia pues, lo nuevo puede requerir un largo proceso. Implica energía, vivacidad, conciencia y razón. No es un simple tener anhelos y deseos, no es tener expectativas pasivas. Las burocracias usualmente son obstáculos para la esperanza.

La falsa “esperanza pasiva” o resignación no trabaja aquí y ahora, por lo nuevo benigno que se desea sino que espera ingenuamente que lo deseado suceda en el futuro, mañana o pasado, o en “la otra vida”. Esto último es una idolatría del futuro, inclusive lo “diviniza” pero sin que uno haga algo por ello. El culto al “Progreso” es una forma de esta resignación ingenua, incluso han existido políticos que han pensado que el futuro (la historia) decide por sí mismo lo correcto y falso, olvidando que somos los seres humanos quienes moldeamos el futuro y lo actual, con nuestras propias elecciones y actos.

La esperanza pasiva en realidad es impotencia y desesperanza disfrazada. A veces toma forma de aventurerismo político, voluntarismo sin estrategia ni tácticas, son irracionalidades de izquierda o de derecha. La esperanza no es conformismo comodino ni violencia para imponer una visión. La resignación es desesperanza inconsciente.

La esperanza y el conformismo pasivo tienen que ver con la estructura de carácter personal, es decir, con la forma en que se mueve la energía física y psíquica de una persona. Al conocer el carácter psicológico de un individuo es posible conocer su pensamiento y conducta.

La hiperactividad y sobrestimulación sensorial, son factores que permiten a los individuos no distinguir entre resignación (falsa esperanza) y esperanza (activa y racional). El estrés y superficialidad de conciencia nos encadenan a repetir “más de lo mismo” destructivo, sin sentido benigno.

Es posible afirmar que la esperanza es un factor clave de toda forma de vida (véase, Erich Fromm, La Revolución de la esperanza, Ed. FCE, México, 1982, p.18-34) Fromm, pone el ejemplo de como muchas flores y árboles buscan la luz del sol. En toda semilla late (esperanza) la posibilidad de germinar. San Agustín de Hipona habla de cómo la esperanza o podríamos decir también confianza, es innata en los niños, por ejemplo, cuando la mamá le da una fruta a un niño, este no espera que lo van a envenenar y cuando lo llevan de la mano a la escuela, no piensa que lo conducen a algo malo. Nos acostamos con la esperanza de despertar, tanto que ponemos el despertador. La esperanza es inherente a la dinámica de la estructura de la vida y del espíritu humano.

La fe racional es una convicción derivada del conocimiento de lo real que se está gestando. Este conocimiento va más allá de lo aparente. La fe y la esperanza no predicen el futuro sino que descubren y actúan a partir del presente y sus posibilidades. La fe es certidumbre en base a la visión pero es paradójica en cuanto acepta cierta incertidumbre. Esto libra del fanatismo. La fe implica que el ser humano y el mundo pueden cambiar.

La fe irracional es pasiva, pues espera solo pensando que vendrá lo deseado sin co-actuar con la voluntad de Dios, que ya se sabe que es algo benigno y misterioso. La esperanza acompaña a la fe y se apoya en ella. La fortaleza es indisoluble de la fe y la esperanza. La fortaleza es la capacidad de no caer en un optimismo pasivo y en la fe idólatra, resignada, conformista.

La vida es movimiento y cambio. Así, la esperanza es indisoluble de la transformación personal y social. El conformismo lleva a la decadencia y a la violencia. Al vincularse la esperanza a la fe racional entonces la concepción de la resurrección se hace más universal pues cada acto de amor, conciencia y justicia es un acto de resurrección, de revificación, donde quiera que se de (nación, proyecto, religión). El amor y la justicia social no son para realizarse por la participación humana en “otro” mundo o vida, sino en este mundo de injusticia social y destrucción ambiental.

Los profetas hebreos dieron la versión clásica del mesianismo, de la realización óptima de la Creación, de la vida social, la tierra y los animales. La esencia del mensaje de estos profetas (Isaías, Jeremías, Amós, etc.) fue compartir una Visión del Futuro y dar las alternativas prácticas para construir aquí y ahora esa cotidianidad deseada. Estos profetas hablaban de posibilidades prácticas, elección y libertad. Mantenían una tensión entre lo establecido o dado y lo que estaba naciendo y podía madurarse si se unían esfuerzos.

Pero en el Antiguo Testamento, en el Libro de Daniel (140 a.C) se dio una versión distinta a la profética clásica, la cual era una versión histórica “horizontal” y se cambió por una versión puramente “vertical” y apocalíptica, de esperanza pasiva, fatalista, pues no se tomó en cuenta la voluntad humana con sus elecciones y acciones, pero sobre todo, se ignoró la capacidad humana para hacer, crear y transformar. De aquí que la historia de la Iglesia Católica y del cristianismo en general, ha oscilado entre la esperanza conformista y pasiva, y el camino participativo de ligar la espiritualidad crística con los procesos socio-económicos y políticos.

Todos nacemos con esperanza pero ¿por qué la perdemos y nos entregamos a la dependencia, a la injusticia, al abuso, al conformismo, al aburrimiento y al pesimismo? Existen causas históricas y personales, una de ellas es la convivencia con conformistas e ignorantes de lo vital; otras se frustran por sus limitaciones económicas, sociales y de relaciones humanas fallidas, pero quizá la causa más influyente es la quiebra del amor a la vida y del sentido de vida, del Ideal de Vida. Así se endurece nuestro corazón; nos hacemos egocéntricos, narcisistas, nos establecemos en un falso yo, en una falsa conciencia.

De esta manera, nos congelamos al perder la empatía y la voluntad de amar, nos aislamos aunque estemos rodeados de otras personas, dejamos al mundo a su inercia caótica. Sin esperanza solo nos queda un estilo de vida fragmentado, atomizado, aburrido, injusto, feo o de sobrestimulación sensorial para intentar anesteciar nuestro vacío existencial o confusión y desesperanza; así caminamos sin proyectos de bien común para los humanos, la naturaleza y la biodiversidad.

La inseguridad, la violencia y el desequilibrio ecológico, son signos de la desesperanza. La esperanza es la fuente de energía para la biofilia, un amor a la vida incondicional y benignamente creativo.

 

 

 

Y llegaron los encharcamientos

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Mtra. Laura O. Robles Sahagún • Coordinadora de Alumni y Bolsa de Trabajo UNIVA Guadalajara

 

Con el temporal de lluvias se inicia el ciclo de siembra de temporal, una actividad sumamente importante no solo para la economía del sector agrícola, sino también para la calidad de la alimentación de los seres vivos.

De la lluvia nos quedan presas y ríos llenos, se limpia el medio ambiente, la naturaleza se nutre y reverdece, pero también nos quedan inundaciones, autos varados, casas con filtraciones, árboles caídos, zonas sin energía eléctrica y por ende sin internet y servicio telefónico.

Y luego nos quejamos: ¡Las lluvias y sus destrozos! Pero en realidad no es la lluvia la que causa tantos conflictos, es la mano del ser humano la que lo provoca, al no respetar los cauces naturales del agua, al construir sin respetar la naturaleza, al hacer vialidades sin bocas de tormentaadecuadas y que aprovechen las aguas pluviales; los deslaves en los cerros por la erosión que genera la tala y los incendios. Y, por si fuera poco, hasta por lo más sencillo: ¡tirar basura en la vía pública y no barrer las calles!

Y no, no es solamente responsabilidad del gobierno, también es obligación ciudadana cuidar el entorno y lo podemos hacer con pequeñas acciones. Yo, en lo personal, no puedo creer que todavía hay personas adultas que tiran basura desde los carros, colillas de cigarros, cáscaras de fruta, bolsas, botellas, salen volando como si fueran regalos para la tierra.

El evitar tragedias por el temporal de lluvias corresponde a todos, también a todas las empresas, las de clase mundial y las que no. Si las colonias y las ciudades se planificaran para que existiera el cableado subterráneo (y esto no es nuevo, se pudo haber implementado desde hace mucho tiempo), se evitarían apagones continuos y suspensión de servicios. Ya nos dirán los ingenieros y desarrolladores inmobiliarios, las dificultades técnicas y el por qué no se aplica en México.

Al gobierno le toca su parte también y la responsabilidad de dar mantenimiento a los alcantarillados, al arbolado y hasta en el otorgamiento de permisos a nuevos fraccionamientos con todos los estudios de factibilidad pertinentes y sin negociaciones por debajo de la mesa.

Todos juntos, podemos lograr tener un temporal de lluvias que disfrutemos y que no nos haga sufrir los estragos, pero ¿Cuándo podrá ser esto? Cuando todos, profesionales involucrados, ciudadanos y gobierno, hagamos nuestra parte. Mientras, cuidémonos como podamos.

 

Publicado en La Crónica de Hoy Jalisco del viernes, 16 de julio de 2021

¿Venta de candidaturas?

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

Para la mayoría de los ciudadanos constituye un misterio el modo por el cual se puede lograr una candidatura en el sinuoso mundo de los partidos políticos. Se habla de que existen procesos internos, avalados y respaldados por estatutos, y que de acuerdo a ellos se elige a los candidatos. Cabe pensar que en esos instrumentos la preocupación es proponer candidatos capaces e íntegros, aunque en ocasiones parece que más bien las candidaturas son un recurso de múltiples manejos, que con frecuencia se postula a quién puede ganar por más que no sepa gobernar, o a quién sepa ambas cosas, aún si tiene antecedentes penales, públicos u ocultos.

En reciente número, la conocida revista Proceso analiza el fracaso de los candidatos del partido Morena en Jalisco, particularmente en lo que mira a los municipios de Guadalajara y Zapopan, los dos más importantes del estado, atribuyéndolo, en parte, al debate entre dirigencia nacional y dirigencia estatal, sin mencionar la encarnizada lucha que se dio entre quienes ya eran candidatos para bloquearse mutuamente, dicho de otro modo, con tal de que tú no ganes, aunque yo también pierda. En el fondo el problema fue justamente el reparto de candidaturas con base a no sabemos qué criterios, pero muy comúnmente dejando de lado lo que marcan los estatutos al respecto, y hasta el mismo sentido común.

Algo semejante estuvo a punto de sucederle a Movimiento Ciudadano cuando inicialmente se empeñó en promover la reelección del alcalde tapatío, aunque un real sentido de la política indicara lo contrario. Nuevamente asunto de analizar los criterios, motivaciones, intereses o cálculos, con base a los cuales los partidos otorgan candidaturas. Tampoco es que sepamos de qué tanta libertad y autonomía goza un partido frente a un presidente o un gobernador que emergió de entre sus filas, ignoramos en ese caso, si las candidaturas las otorga el gobierno en turno y no su partido, y si eso es legal, o si siendo ilegal, el INE lo tolera y acaba haciendo como que no ve. Todo forma parte de nuestro primitivismo democrático, y de esa inercia permeante y avasalladora de la corrupción, cuya trama es tan tupida que, hasta el más honesto, si se descuida, acaba siendo parte del sistema.

Esto nos lleva a preguntarnos siempre, estos diputados, estos alcaldes, gobernador, senadores, o presidente, ¿cómo le hicieron para obtener la candidatura que les ha dado el cargo?, ¿fue por medios transparentes y válidos, o fue por tráfico de influencias, oferta de votos, amenazas, promesas dadas a grupos de poder, o por simples y vulgares aportaciones en especie o en efectivo?, ¿qué respeto puede merecer quien de ese modo llega a un cargo público?

Si nos pusiéramos a investigar a fondo el tema, seguramente resultarían datos del mayor interés. Para seguir construyendo la democracia se requiere acotar cada vez más los espacios que en los mismos partidos siguen siendo los recovecos de los acuerdos inconfesables, de las artimañas y la compraventa de candidaturas a personas y grupos de toda índole.

El tema tampoco escapó al análisis de la revista arriba citada, poniendo en grave predicamento al partido Movimiento Ciudadano, que por otra parte no hace otra cosa que seguir en esto la escuela del PRI. Si las candidaturas otorgadas se tasan en votos ofrecidos o en apoyos económicos, seguimos hundidos en la corrupción.

 

Publicado en El Informador del domingo 18 de julio de 2021

La importancia de la familia en la educación

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Mons. Alfonso Cortés Contreras • Arzobispo de León

 

La educación como introducción a la realidad

Para hablar de educación debemos mirar la realidad y así referirnos a la esperanza de un padre o de un maestro y partir también de nuestra experiencia de hijos y alumnos. Todos hemos tenido la experiencia de nuestros padres, de nuestra casa, de nuestros hermanos. Probablemente, venimos de una familia donde nuestros padres nos enseñaron con el ejemplo a rezar, unos padres que miraban un horizonte más amplio y nos invitaban a andar detrás de ellos sin necesidad de decírnoslo.

A nuestros padres los encontrábamos despiertos, cuando nosotros regresábamos a casa, por muy tarde que fuera. Cerraban la puerta hasta que regresaba el último hijo y nos decían “Ve a dormirte porque mañana tienes que ir a trabajar”.

A un tío mío, el día antes de morir, paralizado en su lecho de dolor, completamente afónico, le pregunté cómo estaba, y me respondió de la misma manera como había respondido toda la vida: “Todo es gracia”. Mi tío era así. Y así era también mi tía; vivían para sus hijos y para los demás.

Sé bien que me pueden objetar: “cosa de otro tiempo, hechos y costumbres de un mundo que no existe más”, y la observación sería absolutamente razonable.

Pero yo les he hablado de mis padres o de mis tíos porque creo haber aprendido de ellos un criterio fundamental, que el tiempo ha demostrado como absolutamente decisivo es el camino educativo. Y este criterio lo podría definir así: que la educación es un problema de testimonio. No es un problema de niños, o de adolescentes o de jóvenes. Si hoy están a la deriva, no es por su culpa (mejor dicho, también por su culpa), sino que la primera responsabilidad es la nuestra.

En la “educación” el problema no es la generación de los hijos, sino la generación de los padres, no la generación de los alumnos, sino la de los maestros. En otras palabras: los hijos vienen al mundo como hace 100 o 1 000 años antes, con el mismo corazón, con el mismo deseo, con la misma razón de siempre, caracterizados por un insuprimible deseo de Verdad, de Bien, de Belleza, es decir, con el deseo de ser felices.

¿Pero cuáles padres, cuáles maestros, cuáles testigos tienen enfrente? Cuando pienso en cómo nos observan los jóvenes a nosotros, los sacerdotes, concluyo que nos observan en silencio, no nos piden nada en particular, no tienen necesidad de nada, sólo nos observan como observan a sus padres en casa. Recuerdo algunas veces que he entrecruzado miradas con los jóvenes y me da la impresión de que aquella mirada contiene una pregunta que invariablemente, no he podido responder. Es como si me preguntaran: Obispo, según tu fe, asegúrame que vale la pena venir al mundo.

Esta, me he dicho siempre, es la pregunta de la educación. Esta experiencia la viví en un pueblo indígena de Morelos, Xelistac, y desde entonces resuena continuamente en mí la sonrisa en el rostro de un adolescente que me ayudó en la misa como acólito: Al quitarme los ornamentos no sé por qué llegamos al tema de los papás. Y aquel adolescente, con su acento indígena me dijo: “mi papá es muy bueno” y riéndose con sus ojos, su rostro se le llenó de alegría: ¿saben que estaba aconteciendo en el corazón de ese ser humano? Estaba recreándose, estaba lleno de vida. Los hijos, los alumnos siempre preguntan: ¿Cuál esperanza tienes? Por eso, yo tengo necesidad de tu respuesta para creer tus sugerencias, tus enseñanzas, hasta las cosas que me dices que estudie. Te puedo dar crédito sólo por una grande esperanza presente. La educación comienza cuando un adulto intercepta esta pregunta y siente el deber y la responsabilidad de responder. Y queda claro que no puede responder con reglas, recomendaciones o teorías: puede responder sólo con la vida.

 

Lectura y comentario del Deuteronomio 6, 20-25

Cuando en el futuro tu hijo te pregunte: ¿Qué significan estas instrucciones, estas leyes y estas normas que el Señor Dios les ha dado? Tú responderás así a tu hijo: éramos esclavos del faraón en Egipto y el Señor nos sacó de Egipto con mano poderosa. El Señor obró ante nuestros ojos obras y prodigios grandes y terribles contra Egipto, contra el faraón y contra toda su casa. Nos hizo salir de allá para conducirnos al país que había jurado dar a nuestros padres. Entonces el Señor ordenó poner en práctica todas estas leyes, temiendo al Señor nuestro Dios para ser siempre felices y conservarnos en vida, como estamos ahora. La justicia consistirá para nosotros en poner en práctica todos estos mandamientos, delante del Señor nuestro Dios, como nos ha ordenado. Dante, en el Paraíso interrogado por san Pedro sobre la fe, dice: “Aquella querida alegría sobre la cual toda virtud se funda, dime, ¿de dónde viene?”. Por qué podía yo desear, siendo niño, ¿ser como mi papá? ¿Por qué presentía, sabía que mi papá sabía las cosas que en el camino eran importantes saber? Sabía del bien y del mal, de la verdad y de la mentira, de la alegría y del dolor, de la vida y de la muerte. Es decir, sin discursos y sin predicaciones me introducía a un sentido último y positivo de la existencia, de todos los aspectos de la vida. Era el testimonio viviente de una verdad conocida.

Si la educación, como dice don Giussani en “Educar es un riesgo”, es “introducción a la realidad total, es decir, a la realidad total hasta la afirmación de su significado”, bien, entonces mis padres y mis tíos hacían exactamente esto. Y esto, me parece, es precisamente lo que les falta a los jóvenes hoy. Han crecido sin que se les haga esta oferta: “la hipótesis explicativa de la realidad” y por esto, llenos de miedo, perennemente indecisos frente a todo, tristes y por lo mismo, frecuentemente violentos. Porque bien lo sabemos, nosotros adultos: no podemos permanecer por largo tiempo tristes sin llegar a ser malos. Pero démonos cuenta de que la tristeza de los hijos es hija de la nuestra, su aburrimiento es hijo del nuestro. He aquí a nuestros padres y a nuestros antiguos maestros, lo digo intencionalmente con una paradoja: nos han educado porque no tenían el problema de educarnos, de convencernos de algo. Lo deseaban, ciertamente, hacían oración para esto, pero era como si nos provocaran: yo soy feliz, vean nuestras vidas, vean si encuentran otra cosa y decidan. Buscaban con esfuerzo su santidad, no la nuestra. Sabían que santos a nuestro momento lo podríamos ser sólo por nuestra libre elección.

 

La educación como misericordia

Pero todo esto no ha sido suficiente, no ha sido suficiente porque se ha metido en la relación entre ellos y yo, algo que lo ha agrietado. Tenía 17 años de edad y no obstante la educación recibida en casa se asentó en mí con la duda, el escepticismo, más aún, me metí en una crisis profunda, con la cual sufría mucho. Lo que más me hacía sufrir era que la nada -el vacío- hacía sufrir también a mis padres, a mis hermanos, a mis amigos: era un sentimiento de inconsistencia de la realidad, se me derrumbaba todo encima. Miraba a mi madre trabajar en casa y lloraba porque sentía que algo se la estaba llevando, todas las cosas que quería perdían consistencia.

Viví un año o dos en una crisis muy profunda, abandonando evidentemente la práctica religiosa, que no me decía más nada; más aún encaraba a una hermana que asistía a un grupo de apostolado, diciéndole: “Dime de qué cosa te habría salvado el Salvador, de qué cosa te habría redimido el Redentor. Son como los demás, más aún peores que los otros, sufren y mueren como los demás, ¿dónde está la salvación? ¿Después de que sales de misa el domingo que cosa de más puedes decir de ti misma a los demás de lo que cualquiera puede decir? No podía decir entonces lo que hoy me puedo responder: que lo que Jesús ha dado a mi vida es simplemente mi “yo”, el “yo”, una persona que antes no existía, una conciencia de sí y de las cosas que antes no existían, y que era lo que yo estaba buscando.

¿Qué había faltado en la educación que había recibido? Una respuesta general: es un problema de método, de trasmisión. La genialidad de la contribución de la Iglesia a la educación es cuando nos damos cuenta de que teniendo el don de la fe, siendo un acontecimiento presente, sea finalmente decible y comunicable. Problema de tradición. Trasmitir la elemental radicalidad del cristianismo: una presencia viva, capaz de iluminar las contradicciones de la existencia en modo convincente. No la solución de los problemas, sino un nuevo punto de vista para afrontarlos, no una teoría contrapuesta a las otras teorías, sino, por decirlo como Guardini, “la experiencia de un grande amor en el cual todo viene a ser acontecimiento en su ámbito”.

Es el gran reclamo de Benedicto XVI en el memorable discurso de Verona a la Iglesia Italiana. Amplíen la razón, enfrenten la modernidad para recoger todo lo positivo, pero también para denunciar las insuficiencias de una cultura nihilista y relativista que se ha construido en los últimos siglos y que en muchos aspectos se ha revelado enemiga del hombre. Esto es tener una idea de la educación como misericordia, como caridad, aquella experiencia a través de la cual Dios viene a tu encuentro ahí donde estás: no te pide primero cambiar, no te pide primero hacer tal cosa, es ahí donde estás, con tus gustos, con tus intereses, con tu temperamento, con tus pecados.

Cuando una vez vi el rostro de un joven a quien le regalé, no la Biblia, sino dos libros sobre la filosofía existencialista porque era ese su interés, entonces comprendí: que la educación es la misericordia en acto, por la cual Dios nos viene al encuentro ahí donde estamos. Es la naturaleza misma del amor. Gratuidad absoluta en esto consiste el amor: que Dios nos ha amado primero, mientras todavía éramos pecadores” …Esta identificación de la Educación con la misericordia lleva consigo unas consecuencias que me parecen decisivas:

1.- Que la Educación no se apoya sólo sobre técnicas psicológicas o pedagógicas o sociológicas. Es la oferta de la propia vida a la vida del otro. Es la oferta de una propuesta de vida existencialmente significativa y convincente que tiene sus raíces en la experiencia alegre y cierta del testigo. Si para educar bastaran sólo las palabras hubieran llovido evangelios, y no fue así, vino Él, compañero de nuestra pobre existencia.

2.- Si es así la acción misionera de la Iglesia debe ser: dar testimonio donde los hombres viven, donde los jóvenes consumen su juventud, en primer lugar, en la escuela. No es posible imaginar el desarrollo de la acción pastoral en ámbitos cerrados, diversos de los lugares del estudio y del trabajo, y donde se divierte. Es necesario recomenzar a encontrar a nuestros hermanos los hombres ahí donde ellos viven sus propios intereses, sus afectos, su inteligencia y sus trabajos… Una fe que no se demuestre pertinente a su vida real, que no se muestre capaz de exaltar el yo, el corazón y la espera del otro, no podrá jamás suscitar curiosidad e interés y deseo de seguir.

3.- El problema con los hijos y con los alumnos no puede ser hacerlos cristianos, hacer que oren, hacerlos que vayan a la Iglesia. Si nos comportamos así sentirán como una pretensión de la cual deben defenderse y tomar distancia. Todo el secreto de la educación me parece que es este: tus hijos te observan: cuando juegan, no sólo juegan, cualquier cosa que hagas te observan de reojo, que te vean alegre o fuerte frente a la realidad es el único modo que tienes para educarlos.

Alegre y fuerte no porque seas perfecto, (qué triste es cuando escondemos a los demás nuestras debilidades), sino porque tú eres el primero en pedir y en obtener todos los días el perdón. Así con ellos te muestras libre, libre también de equivocarte, libre de la angustia de querer mostrar una coherencia imposible, porque tu tarea de padre es simplemente mirar un ideal grande, y ellos te provocan, estiran la cuerda elástica, te ponen siempre a prueba: son tus hijos pródigos. Es lo que en educación se llama: “función de coherencia ideal”. La gran función educativa es: que tú estés, que tú permanezcas, que estés ahí y quizás ellos se alejen y desde allá ellos observen, y si tú estás en tu lugar, si tú tienes una casa, volverán, aun cuando hagan cosas peores. A veces no comprendemos que “estar, es la primera forma de dar”.

Esta solidez, esta certeza que tú tienes y que vives con tus amigos y con tu esposa, es la única cosa de que tienen necesidad los hijos para ser educados, es la única cosa que también sin saberlo nos piden, y sobre este testimonio se apoya su esperanza. Se trata de apostar todo sobre su libertad. Piensen en la parábola del hijo pródigo (que desde que leí el libro del santo Padre siempre la llamaré “la parábola de los dos hermanos”): nosotros tenemos siempre la tentación de detener a los hijos en casa, y sin embargo, ellos quieren salir, medirse con la realidad, y nosotros nos empeñamos en tenerles bajo una campana de vidrio. Tenemos miedo de su libertad, porque es una ruptura, una herida que sangra. O también confundimos con nuestro llagar ser como ellos: yo también dejo la casa junto contigo, así al menos estoy a ojo de vecino. Pero que desesperación para nuestros hijos si, queriendo un día regresar a casa, no tienen a nadie que los espere, que los perdone. Es el riesgo de educar: Un amor ilimitado por la libertad del otro, porque es esta libertad que el Padre ha amado y ha estimado hasta la ruptura del hijo que se va.

 

La educación como impulso misionero

En una ocasión un niño les preguntó a sus padres (estaba en primaria) “¿Nosotros somos una familia normal?” Porque todo lo que se oye dice lo contrario: escuela, TV, amigos. Entonces comprendieron que el niño sentía una extrañeza entre la enseñanza de su casa y la vida, la vida en el mundo normal. Se trataba de hacerles ver otro “mundo”, otro mundo en este mundo. Entendieron que les pedía hacerle ver que la cosa funcionaba en verdad, que había amigos, familias, realidades, movimientos, iglesias, oratorios, parroquias, misiones que, nos ayudan a entender y a tener de cierto que si es llamado a enfrentar el mundo tendría en su bolsa razones suficientes con todo el peso de los testigos; que será un mundo minoritario, el que en un cierto modo vive, pero que debe ser un mundo verdadero, familias verdaderas, amigos verdaderos, casas verdaderas, etc.

Cuando educamos con el amor y el testimonio, las preguntas de los hijos y de los alumnos pueden ser respondidas con valor moral y así les ayudamos a vencer la incertidumbre, la duda; y así poder decir a los demás que se puede salir de casa fortalecidos con un juicio fuerte, con una cultura, con una caridad, con una esperanza que los hace tenaces para enfrentar las categorías culturales de este mundo aparentemente hostiles.

Que se une con aquello que he dicho al inicio: El testimonio de un ideal grande, verificado y verificable cada día comparado con el horizonte de la experiencia humana, con todo el mundo. De tal manera que podamos decir “esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe”. Pero deben recibir una propuesta decidida, entera de tal manera que tenga en cuenta todos los aspectos de la realidad y todas las dimensiones de la persona. Siendo conscientes de que el éxito no está en nuestras manos: no sabemos que reserva Dios para nosotros, para el país, para el mundo. Debemos aceptar probablemente la idea de que seremos una minoría, un pequeño rebaño, fuerte sólo en dos cosas: la certeza de que “las puertas del infierno no prevalecerán”, y la certeza de su misericordia, lo que la tradición llama “mérito”. Es decir, que, por la esperanza de algunos, muchos serán salvados, como enseña el episodio bíblico de Abraham que negocia con Dios la salvación de la ciudad por el mérito de diez justos.

Próxima consulta ciudadana

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Mtro. Francisco Meza Estrada • Coordinador de la Licenciatura en Derecho UNIVA León

 

El próximo 1 de agosto en nuestro país se realizará la primera Consulta Popular. Se trata de un mecanismo de democracia participativa; por el cual, los ciudadanos a través del voto pueden manifestar su voluntad en temas de trascendencia nacional y ser vinculantes para incidir en el debate y las decisiones del Poder Ejecutivo y Legislativo (SIL 2021).

De acuerdo con el artículo 35 de la Constitución, fracción VIII, número 2 será vinculante cuando exista una participación del 40% de los ciudadanos inscritos en la lista nominal de electores para los poderes Ejecutivo, Legislativo y autoridades competentes. De esta forma, tendrían que salir a votar aproximadamente 37,331,509 personas para que las autoridades tuvieran la obligación de realizar el resultado de la consulta.

Un ejercicio novedoso en nuestro país que no está exento de polémica; sin embargo, es el comienzo por ampliar la democracia con la participación de la ciudadanía. Uno de los aspectos controvertidos de la Consulta Popular es la pregunta que reformuló el Poder Judicial. En un principio se habían propuesto varias redacciones y una de ellas era la siguiente: ¿Está de acuerdo con que las autoridades competentes, con apego a las leyes y procedimientos aplicables, investiguen y, en su caso, sancionen la presunta comisión de delitos por parte de los expresidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, antes, durante y después de sus respectivas gestiones? Cuando la Suprema Corte revisó la pregunta la reformuló de la siguiente manera: ¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?

En el caso de la próxima Consulta Popular existen principalmente tres posiciones al respecto: la del gobierno y el partido en el poder, la de los opositores y la de las organizaciones civiles. Revisemos cada una de ellas.

 

JUICIO POLÍTICO A EXPRESIDENTES

El presidente y el partido Morena han promovido la participación en la Consulta Popular resaltando que se trata del juicio a los expresidentes, recordando algunos de los eventos que marcaron sus administraciones.

Existe en una página web y en redes sociales información que se ha recuperado para que los ciudadanos se decidan a participar en la Consulta Popular y evitar lo que consideran como impunidad.

 

FALSA CONSULTA POPULAR

La oposición y activistas opositores consideran que es una falsedad la Consulta Popular porque para enjuiciar expresidentes por posibles delitos no se requiere realizar una consulta ni promover juicio político. Además, se gastarán una gran cantidad de recursos públicos para lo que debe ser una obligación del gobierno.

Prácticamente todos señalan que no participarán en la Consulta por considerar que es inútil y porque es seguirle el juego al presidente.

 

LA VERDAD TRAS LA CONSULTA

Organizaciones civiles y defensoras de los derechos humanos iniciaron una campaña para conocer el derecho a la verdad de las víctimas que han sufrido violaciones a los derechos humanos. Para ellos, la pregunta los llevaría a la creación de una Comisión de la Verdad que esclarezca hechos, causas y consecuencias. Por esa razón, invitan a la participación.

Un resultado vinculante y positivo obligaría al gobierno federal a crear un órgano que garantice la verdad, memoria, justicia, reparación y no repetición de todas las posibles víctimas (cmdphd.org).

 

PROSPECTIVA

Se debe señalar que no existe una lectura única sobre lo que es la próxima Consulta Popular; por lo que, las tres lecturas que hemos descrito arriba son válidas sin dejar advertir que podrían contar con algunos elementos erróneos.

Estamos aproximadamente a 3 semanas de la realización de la Consulta Popular. No tenemos encuestas que estén midiendo la percepción del interés. Es probable que en los próximos días pudieran aparecer sondeos con este propósito y poder ofrecer una opinión más en firme.

Por el momento, podemos suponer que la Consulta Popular no alcanzará a ser vinculante porque no tendrá el 40% de participación, por las siguientes razones: primero, se trata del primer ejercicio e implica una novedad para la mayor parte de los electores. Segundo, la pregunta termina siendo ambigua y no genera interés entre los ciudadanos. Tercero, el juicio político a los expresidentes terminará por movilizar a un sector importante de simpatizantes del presidente, pero difícilmente llegará a superar los 35 millones de votantes. Por último, es muy importante la perspectiva ofrecida por las organizaciones defensoras de los derechos humanos, su movilización es relevante, pero no alcanzan a tener la máxima difusión en la sociedad.

Es muy prematuro adelantar los efectos políticos de este primer ejercicio, pero con seguridad los iremos retomando en los días posteriores a la Consulta Popular.

 

 

Del Egosistema al Ecosistema: Sustentabilidad, Carta de la Tierra y transformación benigna

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Dr. Juan Manuel Madrigal Miranda • Docente UNIVA Uruapan

 

Recordando el pasado 22 de abril del 2020, en pleno pico del contagio por el COVID-19, se conmemoraron los 50 años del establecimiento del “Día de la Tierra”. Hubo grandes conferencias virtuales locales y mundiales a cargo de personas expertas en el objetivo de detener la destrucción de los ecosistemas planetarios, la protección de la naturaleza y el ambiente.

Como es harto sabido entre la población más consciente del planeta, la ONU con los países que la integran ha resumido el intento de detener el deterioro ambiental, base de la economía y cultura planetaria, en el paradigma del Desarrollo Sustentable (DS): un equilibrio entre la ecología y la economía. Ya no vamos a repetir aquí las múltiples definiciones del DS pues queda claro que es el concepto más elaborado por la humanidad, hasta hoy, donde se sintetizan todos los aspectos cruciales de la vida humana en su relación con la naturaleza. El DS es quizá el último sueño dorado de la conciencia humana.

La Carta de la Tierra por su parte, es un esfuerzo por aterrizar los principios y valores humanos benignos del DS en la dinámica de cada formación social e incluye el aspecto deseable en lo ecológico, económico, social, cultural, político, ético y espiritual; considerando que estos aspectos son interdependientes y necesarios recíprocamente, sin ellos, no es posible realizar el DS. Una estrategia clave de la Carta de la Tierra es insertar orgánicamente sus principios y valores en los sistemas educativos, en las familias y en cada individuo.

En lo que pudimos ver, se hizo hincapié en cómo acelerar la transformación benigna, es decir, cómo detener la acelerada destrucción de los ecosistemas y aminorar los efectos del cambio climático mundial, ahora retos más agudos por los efectos del COVID-19 cuya manifestación aún no concluye. Respecto al cómo, se habló un poco de la “internalización” de estos principios y valores, de “aumentar la conciencia” para pasar a las acciones transformadoras y lograr la sustentabilidad, de la justicia social y de la paz. Incluso se habló de la gran importancia de la “espiritualidad” pues, un gran obstáculo en la vida cotidiana y sus prácticas existenciales son los defectos de carácter (llamados así por la psicología): avaricia, soberbia, envidia, gula, lujuria, ira ciega, pereza (las religiones humanistas los llaman “Pecados Capitales” o “venenos”).

Una pregunta importante es, ¿qué cambia con el conocimiento, información y acciones compartidas, en eventos como el dedicado al Día de la Tierra? Me parece que el núcleo del asunto, lo más importante, es la noción o teoría del cambio pues ya hay abundante información de los agravios.

En una gira de conferencias y talleres, coordinadas por nuestro amigo Mateo Castillo Ceja, punto focal para la promoción de la Carta de la Tierra en México, fuimos con un gran equipo de expertas y expertos en DS a varias partes de la geografía michoacana para mostrar la importante relación entre el DS y la Carta de la Tierra, con el fin de injertar estas dimensiones en los planes de estudio (currículo) de las instituciones educativas de este Estado y así, coadyuvar a que los ciudadanos hagan sustentables sus estilos de vida personales y sus actividades económicas y productivas.

Entre los expertos docentes y expositores con que fuimos, el Dr. Dante A. Ayala Ortiz (destacado economista e investigador de la UMSNH) mencionó en una de sus participaciones que “habría que pasar del egosistema al ecosistema”, lo cual se me hizo una expresión muy brillante en el sentido de que va al meollo del asunto del cambio, del cómo realizar la trasformación clave del DS y de la Carta de la Tierra, pues se liga lo objetivo con lo subjetivo. Así, retomo la expresión del Dr. Dante y la desarrollo a cierta profundidad enseguida, basándome en un profundo análisis del eminente neurocientífico John Welwood (editor) y asociados, en la obra The meeting of the ways (explorations in East/West psychology), New York: Schocken Books, 1979.

Para hablar del “egosistema” es necesario saber qué es el “ego” o egocentrismo. El ego es la identificación con un pensamiento al cual, idolatramos como testigo (observador) inmutable de toda experiencia y lo consideramos nuestro ser más íntimo y el núcleo de nuestro cuerpo (cerebro).

El ego es una función del egoísmo, no su causa, por eso se puede trascender, relativizar, desprender la conciencia de la autoimagen. El egoísmo es un sistema de creencias, sentimientos, percepciones y conductas que surgen cuando la experiencia está centrada en uno mismo. El producto de esto es la ansiedad y frustración crónicas, la agresividad, la vanidad, la avaricia, la envidia, los celos, el hedonismo y la depresión.

El egoísmo se sostiene en tres pilares: 1) la creencia de que la identidad e importancia de una persona necesita demostrarse; 2) que nuestro valor e identidad dependen del reconocimiento y aprobación de los demás (experiencia intersubjetiva); 3) que la felicidad y la plenitud se dan cuando establecemos nuestra identidad e importancia.

El ego y el egocentrismo se sostienen por la autoimagen en donde el proceso general de la vida (un proceso orgánico ininterrumpido, absoluto) se reduce a un “pliegue” del cerebro, a un “huevo duro” encerrado en una bolsa de piel -como decía el sabio Alan Watts-. Así, el medioambiente y los demás, se ven como enemigos y objetos de uso.

La autoimagen es la síntesis del egoísmo, es su forma concentrada, el lugar donde vive. Se nutre de la autoconciencia: dialogo repetitivo de un pensamiento con otros. La autoconciencia es un círculo vicioso, ilusorio, que nos saca de aquí y ahora no conceptual.

El concepto de ecosistema empezó a madurar con Arthur Stanley en 1935 quien lo entendió como una unidad reconocible de plantas, animales y sus componentes físicos y químicos del ambiente inmediato o hábitat donde la materia inorgánica, a partir de la energía solar, se transforma en flujos energéticos con la acción de los organismos fotosintéticos, los cuales, son la base alimenticia de los organismos consumidores. Un ecosistema es pues una interacción entre un todo específico y sus partes.

A partir de los años 50 y 60 del siglo XX la ecología empezó a considerarse como una disciplina biológica en sí misma, entendiendo al planeta Tierra como un conjunto de sistemas donde conviven elementos bióticos -con vida- y elementos abióticos, donde el espacio y la nutrición mutua los une.

Esta asociación biológica recibe el nombre de “biocenosis” donde hay organismos autótrofos y heterótrofos, los primeros son como las plantas y microbios, que generan substancias orgánicas a partir de fuentes externas de materia y energía. Los heterótrofos son seres vivos que se alimentan de materia orgánica ya existente, como los animales, principalmente. El hábitat o biotipo es el lugar donde un organismo vivo encuentra las condiciones para su ciclo vital.

Las plantas son la puerta de entrada de la energía solar para el ciclo de la vida, donde el carbono inorgánico atmosférico (CO2) se transforma en carbono orgánico (azúcares) con desprendimiento de oxígeno.

La unidad básica de estudio en la ciencia de la Ecología son los ecosistemas. No hay ecosistemas completamente aislados, lo que ocurre en uno afecta a los otros. Un ecotono es una región de transición donde se superponen dos o más ecosistemas; hay especies que pueden pertenecer a dos o varios ecosistemas al mismo tiempo.

Los ecosistemas relacionados se agrupan en clases mayores, en biomas, los cuales están determinados por la precipitación pluvial y la temperatura, son zonas bioclimáticas. Un bioma es pues una parte determinada de la Tierra que comparte un clima, vegetación y fauna, que sirve para organizar el mundo natural. Cada bioma es un conjunto de pequeñas comunidades. Existen varias formas de clasificar los biomas, usualmente se clasifican en terrestres y acuáticos (de agua dulce y marinos) así, tenemos biomas polares, de desiertos, montañas, bosques de coníferas, bosques templados, praderas, bosques tropicales y arrecifes de coral.

La biodiversidad que existe en los ecosistemas conforman el milagro y belleza del planeta Tierra, la cual se encuentra hoy dramáticamente amenazada por las actividades humanas, las cuales además del natural cambio geológico han dado lugar al presente calentamiento global del planeta y al cambio mundial de clima con sus amenazantes efectos que ponen en riesgo a la biodiversidad y a la propia especie humana.

Ante este desafiante panorama, precisamente este escrito pretende aportar un grano de arena al punto clave para comprender el proceso de deterioro, es decir, responder a la pregunta crucial: ¿cómo evitar el desastre global, ambiental y social?

Comprendiendo que los grandes problemas mundiales en gran parte dependen de decisiones personales de los líderes de las naciones, lo cual es un espejo del nivel de conciencia de cada comunidad humana y ésta, de la condición de cada individuo, de su grado de evolución personal, de su estado mental y emocional. El todo depende de cada átomo que lo integra, cada uno de nosotros es un conjunto de sensaciones, pensamientos y emociones, lo cual determina nuestros actos y efectos sobre los ecosistemas naturales y urbanos.

Al saber que el ser humano es una unidad mente-cuerpo, donde su mano, pie, vista y habla se activan por su voluntad e intenciones, en una dinámica orgánica, consciente o inconsciente con el ambiente, cuyo piloto es su autoconciencia, y que esta tiene un núcleo en torno al cual gira cualquier sensación e intención: el yo como vehículo de los propios pensamientos y emociones, entonces TODO instante de una persona depende de si se autoconcibe como un yo relativo en interdependencia absoluta con su ambiente (suelo, aire, cosas, personas, árboles, agua, etc.) o como un ego ilusorio y fantasioso (narcisismo) que cree que es algo separado o trascendente de su entorno, ambiente, y que los demás y la biodiversidad, el milagro de la vida, son “cosas” para satisfacer sus insaciables deseos destructivos de todos y todo, la locura, un cuento absurdo…

Así, como en todo pensamiento estratégico con un objetivo benigno, si no tenemos claro cuál es el objetivo fundamental, y en este caso es desinflar nuestro ego (yo falso), entonces siempre estamos fuera de foco, echando balas perdidas, culpando a otras personas, inventando conspiraciones y chivos expiatorios sinfín.

Al estudiar la historia de los métodos de transformación, de lo sano a lo insano, métodos religiosos, espirituales, éticos, psicológicos, económicos, neurocientíficos, políticos, etc., descubrimos que tienen como condición de existencia a los principios y valores humanos nobles. Un principio es una proposición que afirma algo para crear una cadena de pensamientos, es un axioma (una condición indemostrable que permite crear algo) y un valor es una proposición que afirma algo como deseable.

Los valores son jerárquicos, es decir, unos son más amplios e importantes que otros como los conceptos, los cuales tienen contenido (características) y extensión, así, el concepto de “fruta” es más amplio que el de “pera”, y el de “ser” tiene más extensión que el de un objeto (vaso) o persona especifica (Jesús).

El concepto de bondad, justicia, amor, armonía, salud, vida, equilibrio ecológico, etc., están en la cima de los valores y en la sima (fondo), como antivalores e implicaciones están: ego, egocentrismo, narcisismo, injusticia, contaminación ambiental, extinción de especies. Pero dentro de estas dimensiones la clave es la contradicción entre: yo sano, ego enfermizo y ecosistemas, pues cronológica y orgánicamente los ecosistemas anteceden al yo humano, pero sin un “Yo” no hay experiencia de un ecosistema, están en relación dialéctica.

Hoy, hay que pasar del egosistema delirante a los ecosistemas, biomas sanos, sustentables: manantiales potentes, frescos y cristalinos brotando entre los bosques y selvas, donde cantan los jilgueros y sestean los jaguares…

Uno de los métodos más directos y efectivo para pasar del egosistema a los ecosistemas, para relativizar nuestro yo falso, es el cultivo metódico de la atención, la Atención Plena (mindfulness): darnos cuenta de qué estamos sintiendo y pensando en este continuo que llamamos vida, anclados en el principio de que estamos hechos para el bien y la justicia, para el amor a la vida.

Concreciones de un sueño que persevera: Proyecto Universidad Abierta a la Comunidad

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Dra. Célica Esther Cánovas-Marmo • Docente-Investigadora UNIVA León

 

Concreciones de un sueño que persevera: Proyecto Universidad Abierta a la comunidad es libro publicado por la UNIVA campus León en diciembre del año 2020. Su contenido refleja lo que fue, y sigue siendo, un compromiso. Los responsables de estructurar el contenido de esta edición, trabajamos un proyecto complejo, que conjuntó:

  1. El estudio de la realidad de Piletas con el propósito de incrementar el interés de la población académica de nuestra institución por dicho entorno social; acorde a los lineamientos institucionales que señalan la necesidad de contribuir, de manera rigurosa y crítica, a la tutela y al desarrollo de la dignidad humana, así como a la herencia cultural, mediante la investigación, la enseñanza y diversos servicios a las comunidades locales, nacionales e internacionales. Cabe señalar que Piletas es uno de los ocho polígonos de pobreza que hay en León, Guanajuato; en San José de las Piletas, se encuentra enclavada dicha Casa de Estudios.
  2. La intención de generar experiencia de investigación en los doctorantes que iniciaban el posgrado en 2013 y 2014; a quienes, en el trayecto, se unieron maestros y alumnos de licenciaturas y maestrías.
  3. El propósito de divulgar los productos de estudios sistematizados realizados en el medio, sentando las bases para la concreción de acciones, mancomunando esfuerzos con autoridades e iniciativa privada; así como, un mayor involucramiento de la propia población académica-universitaria.

El compromiso sigue vigente porque, como lo dice el título del libro, esta solo el inicio. Por lo que la hace una obra inacabada; restando muchas páginas en blanco que se deberán escribir. En cuanto a las que ya están escritas, comunican cómo se planeó el Proyecto Universidad Abierta a la Comunidad (Proyecto UAC). Producto del intercambio de experiencias, comenzando con Centro de Apoyo a la Comunidad (CEAC), de larga tradición en el campus León, donde se apoya a la comunidad leonesa con asistencia psicológica y nutricional, a cargo de alumnos que cursan dichas carreras, asesorados por sus maestros, coordinadores y jefes de Departamento. Y también, con experiencias internacionales que conjuntaron lo aprendido en Brasil por nuestro director, Mtro. Leonel Zúñiga Arciniega -a quien se le debe el nombre del presente proyecto social- así como, en vivencias de quien escribe esta columna, respecto a proyectos comunitarios educativos, basados en la investigación, la acción y la reflexión, que tuvo en Uruguay y Perú.

El Proyecto UAC se planificó con una duración de tres años (2013-2016), integrando tres etapas de investigación: diagnóstico, diseño y consecución de acciones de investigación, en el ámbito académico y en el comunitario.

El contexto de los estudios realizados fue la vida cotidiana de los habitantes de Piletas, cuyas narrativas evidenciaron la violencia estructural, expresada en la pobreza que dichos sujetos viven.

El contenido de la obra consta de un Prólogo de la colega valenciana, la Dra. Raquel Ibáñez Martínez; una Presentación del Proyecto UAC; seis capítulos y un apartado de Reflexiones Finales. Colaboraron en esta publicación la Dra. Áurea Valerdi González, docente-investigadora, quien aborda la disyuntiva entre el trabajo reproductivo y el productivo que, enfrentan en el quehacer diario las mujeres de Piletas. La Mtra. Ma. del Carmen Villanueva Reyes y el Mtro. Alejandro Nishimura Escobar -estudiantes del Doctorado en Ciencias del Desarrollo Humano- indagaron las percepciones de tres adolescentes de 14 y 15 años de edad, en torno a sus embarazos tempranos. El Mtro. Ignacio Gómez García -estudiante del Doctorado Ciencias de la Administración-, focalizó su investigación en niñas de 6.º grado de la Escuela Federal de Piletas, explorando una posible correlación entre el rendimiento escolar y el proyecto de vida de las pre-adolescentes. El Dr. Francisco Velázquez Sagahón, docente-investigador, quien propuso y asesoró una práctica innovadora de enseñanza-aprendizaje; en la que, estudiantes de la UNIVA León, realizaron un diagnóstico de las micro y pequeñas empresas (MIPYMES) que operaban en la sección IV, de la colonia Piletas. Cierra la obra con unas reflexiones finales, el Mtro. Leonel Zúñiga Arciniega y quien aquí escribe (también autora de la Presentación y del Capítulo I del libro).

El libro en cuestión es un exhorto para que la educación formal colabore continuamente en la construcción de un mundo mejor. Al mismo tiempo, plantea una apertura a nuevos diálogos, donde se integren voces y acciones corresponsables, en nuestro caso: la comunidad de Piletas, el ámbito académico, autoridades e iniciativa privada. Donde el diálogo se convierte en una búsqueda de un entendimiento, mediante un lenguaje que use signos y significados compartibles, en aras de un bien común.

El Karoshi llega a México

Por Líderes de opinión, Voces Univa Sin comentarios

Laura O. Robles Sahagún • Coordinadora de Alumni y Bolsa de Trabajo

 

Ya en alguna ocasión hablamos del Karoshi, palabra japonesa que significa “muerte por exceso de trabajo”; fenómeno que inicia posterior a la 2ª Guerra Mundial, cuando quisieron reconstruir Japón y sus habitantes se hicieron adictos al trabajo, sin embargo, es hasta 1987 cuando el Ministerio de Salud de dicho país lo reconoce y comienza a recopilar evidencias y estadísticas. En 2015 el número ascendía a las 2,310 víctimas.

Si un juez en Japón determina que una persona falleció por Karoshi, el gobierno tiene que aportar a la familia una cantidad similar a 20,000USD y la compañía puede llegar a pagar más de 1,5 millones de dólares como indemnización. Es así que, en Japón, ya se están tomando medidas para que las jornadas laborales sean menores y los periodos vacacionales mayores.

Recordemos que el Karoshi es un fenómeno social grave porque es la consecuencia de jornadas extenuantes de trabajo y para que sea considerado como Karoshi, se debe haber laborado más de 100 horas extra en el mes anterior a su muerte u 80 en dos o más meses consecutivos de los últimos seis. Trabajar 55 horas o más a la semana se asoció con un 35 % más de riesgo de accidente cerebrovascular y un 17 % más de riesgo de morir por una enfermedad cardíaca. Otro dato preocupante publicado en el estudio al que hacemos mención es que, a menudo, las muertes ocurren incluso décadas después. Por su parte la Organización Mundial de la Salud, el exceso de trabajo y estrés laboral provocaron 745 000 muertes por accidente cerebrovascular y cardiopatía isquémica en 2016.

La pandemia por COVID-19 ha modificado la forma y los tiempos de trabajo, ha quedado demostrado que, al estar trabajando desde casa, las horas acumuladas se incrementan y, aunque el Karoshi se asocia a la cultura laboral japonesa, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), indica que México ocupa el 4º lugar en donde las personas trabajan más horas y en 5º lugar se encuentra Japón.

Para muchos, en México, las condiciones laborales empeoraron con el confinamiento y aunque también ya está en vigor la NOM 035 que regula los riesgos psicosociales en el trabajo, no se ha notado mejoría y los trabajadores continúan incrementando su nivel de estrés y el riesgo de fallecer de manera repentina, aunque no se incluya en las estadísticas del Karoshi.

Estas cifras indican que en nuestro país la gente está más expuesta a sufrir accidentes cerebrovasculares y a morir por enfermedad cardíaca, y aunque aquí no está aún reconocido el Karoshi como en otros países, sus efectos ya nos alcanzaron.

 

Publicado en La Crónica de Hoy Jalisco del 11 de junio de 2021.