Seguimos leyendo en el Evangelio el discurso del Pan de Vida, Jesús se anuncia a sí mismo con este título. Nuestra vida es un camino hacia Dios, que recorremos fortalecidos con el mismo Cristo que se quedó con nosotros en el Pan de la eucaristía. Él se nos da como fuerza y alimento del camino, para cumplir su voluntad. Los católicos damos gran importancia a estas enseñanzas de Jesús. Por eso, la Iglesia celebra el sacramento de la eucaristía diariamente en todo el mundo, y ésta constituye el centro y la cúspide de nuestra vida cristiana, de ahí la razón de nutrirnos del Pan que nos sacia el alma, Jesús mismo habita en nosotros si así lo permitimos. La eucaristía no ha sido valorada, ni por aquellos que decimos creer, que nuestro compromiso del día de hoy sea mostrarnos agradecidos con Jesús, que se queda presente en la eucaristía solo por el gran amor que tiene a cada uno de nosotros.
YO SOY EL PAN DE VIDA (JN. 6, 44:51)
