SEDES
Colima Guadalajara Lagos de Moreno La Piedad León Puerto Vallarta Querétaro Tepic Uruapan Zamora Online
Bolsa de trabajo Bolsa de trabajo Portal de pago Online Biblioteca

English Assistance

TAMPOCO YO TE CONDENO, VETE Y YA NO VUELVAS A PECAR (JN. 8, 1:11)

Este evangelio de hoy, se centra en una mujer que ha sido sorprendida en adulterio y por tal razón es acusada y hasta condenada por todos, a tal punto de intentar apedrearla por ese pecado, pero también se centra en Jesús y la compasión que tiene por ella, salvándola de ser lapidada, y, además, de que no la acusa, le invita a irse y no volver a pecar, con lo cual nos muestra que ante sus ojos no hay juicio sino misericordia.

Todos hemos pecado gravemente, y aunque solo nosotros sabemos qué hacemos mal y nadie nos condena, la voz de nuestra conciencia resuena y nos hace ver que es necesario reconciliarnos con Dios y recobrar la paz, porque sabemos que Dios no nos acusa y aunque nuestras faltas sean graves, tenemos la oportunidad de comenzar de nuevo. Este mensaje, que se nos propone reflexionar, nos invita a mirar en nuestro interior y ver nuestros pecados y miserias y en ellas descubrir que no somos mejores que los otros, que cometemos constantemente faltas, por lo cual es necesario nuestra conversión y así, dejar de mirar en los otros sus errores y pecados. Pidamos al Señor la gracia de un verdadero arrepentimiento de corazón, para que así dejemos de mirar las faltas de nuestro prójimo y centremos la mirada en la necesidad que tenemos de reconciliarnos con Dios.