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¿Qué es el tiempo?

Por 6 junio, 2019diciembre 4th, 2019Convocatorias

Mtro. Jorge Iván García Morando, Coordinador de Proyectos Sociales y Religiosos • Plantel Guadalajara

 

“¿Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta lo sé,

pero si trato de explicárselo a quien me lo pregunta no lo sé”

San Agustín, Confesiones, XI, c.14, 17

 

Ciertamente es una de las preguntas fundamentales que hoy nos hacemos y tratamos de responder que, a la manera de San Agustín, si nadie nos lo pregunta lo sabemos, pero cuando se trata de explicarlo no lo sabemos. Si hoy pudiéramos dar una respuesta a dicha pregunta, tendríamos que mirar nuestro contexto cultural en el que nos movemos, ver la prontitud con lo que caducan los diversos productos, atestiguar el cambio generacional con el que nos relacionamos, abrir el guardarropa para desechar lo que ya no está de moda, el reciclar las cosas como también las relaciones, el actualizar los perfiles de las redes sociales, el renovar los dispositivos electrónicos porque ya son obsoletos, en fin, sin dudarlo nuestra respuesta tendría que ser el tiempo acelerado.

Todas las culturas van de la mano con lo que entienden y experimentan del tiempo, es decir, que tanto entendimiento como experiencia se modifican ante una nueva cultura. Por ejemplo, en la modernidad el concepto de tiempo se regía por el ansia insaciable de progreso, a diferencia de lo que hoy predomina, dice Luciano Concheiro, “es más bien como una página web de scroll infinito (es decir, como funciona Facebook, Instagram y Twitter). Percibimos una sucesión constante de eventos que se desplazan unos a otros rápidamente. No hay dirección, no se va a ningún lugar”. Es precisamente esta falta de direccionalidad del tiempo, de la no llegada, del no lugar, la que nos llama la atención porque en ella se encuentra inserta la familia, la persona, los valores, la religiosidad, las iglesias, las instituciones, la política, etc., es decir, vivimos constantemente apurados por lo siguiente-permanente.

El Papa Francisco en su exhortación apostólica postsinodal Christus Vivit advierte de la realidad en la que se encuentra, especialmente, el joven en la cultura: “La cultura actual presenta un modelo de persona muy asociado a la imagen de lo joven. Se siente bello quien aparenta juventud, quien realiza tratamientos para hacer desaparecer las huellas del tiempo. Los cuerpos jóvenes son constantemente usados en la publicidad, para vender. El modelo de belleza es un modelo juvenil, pero estemos atentos, porque esto no es un elogio para los jóvenes. Sólo significa que los adultos quieren robar la juventud para ellos, no que respeten, amen y cuiden a los jóvenes”.

Basta el ver cómo lo dinámico, lo global y flotante de nuestra cultura se ha apoderado de la estructura temporal del ser humano, del pasado, del presente y del futuro, que lo reduce a una sola situación: “el ser más rápidos es ser más productivos”. Lo que el Papa Francisco nos invita a reflexionar es, precisamente, sobre este fenómeno de la aceleración, sobre esta difícil situación de construir una estructura y proyecto de vida ante lo acelerado que nos encontramos.