El Señor en este evangelio nos vuelve a confirmar su fidelidad. Se resalta la importancia de una oración honesta y constante, pero sobre todo la confianza inquebrantable. No hay amor de padre que se pueda comparar con el amor de tu Dios, y es que Él nos ha dado todo cuanto le pedimos, pero ¿qué pasa cuando Dios no nos da lo que le pedimos? Es necesario tener conciencia de que todo lo que viene de Dios es para nuestro bien y que el querer de Dios en ocasiones no coincide con el nuestro.
Debemos tener la confianza puesta en Dios cuando algo le pedimos, pero es esencial en este día pedirle humildad para aceptar todo lo que nos da. Ante esto, animémonos a pedir a Dios aquello que nos parece hasta imposible, Él que es un Padre amoroso, nos dará cuanto necesitemos.