Ustedes dijeron: “Que reine un rey sobre nosotros”, siendo así que su rey es el Señor
Esta mañana quisiera platicarte sobre el cuento que aparece en la primera lectura de la misa de hoy. Los hombres de Siquem quieren un rey, y Joatam les comparte un cuento (no te pierdas los detalles, ve a la lectura mientras disfrutas tu café). En resumen, los árboles piden al olivo, la higuera, la vid y luego la zarza que sea su rey. Finalmente, la zarza les responde: «si de veras quieren que sea su rey, vengan a descansar bajo mi sombra».
Amigos, muchas veces nos hacemos “reyes” en nuestra vida. Placeres, seguridades, personas, incluso nuestro propio egoísmo; que no son otra cosa que consuelos parciales que pronto nos atan y nos esclavizan. Para empezar, los de Siquem no sabían lo que tenían, tenían a Dios, no necesitaba rey, pero se dejaron influenciar por las modas y tendencias de los pueblos vecinos. Créanme que bastaría mirar a nuestro interior para ver la riqueza que tenemos, es más, ¡somos una riqueza! Por ello, estamos llamados a ser don para los demás.
Amigos, el único Rey que necesitamos es el que ya tenemos: Jesucristo, Hijo de Dios. Solo Él puede hacernos vivir realmente una vida auténtica y hoy nos dice «vengan a descansar bajo mi presencia». Hoy te invito a que aceptes a Jesús en tu vida, que Él sea el rey que guíe tu trabajo hoy. Te aseguro que hasta el café te va a saber mejor. Feliz día.
