Los oyentes quedaron asombrados de sus palabras, pues enseñaba como quien tiene autoridad
En este segundo día de nuestra primera semana del tiempo ordinario, vemos precisamente a Jesús en un día normal de su vida pública y la primera lectura nos ayuda a subrayar que Jesús ha sido consagrado, Él ha querido darse por completo para la salvación y redención nuestra. Pues no solo su Encarnación es redentora, sino toda su vida, cada instante, cada respiración, cada palabra, por lo que te invito a ver el Evangelio agradeciendo a Jesús, pero sobre todo agradeciéndole con nuestras obras, haciendo de nosotros una consagración a Dios. Nacimos de lo alto, para ser santos y vivir amando.
Pidamos la intercesión de María Santísima, ella que dijo sí durante cada momento de su vida, para que nosotros, por su mediación, vivamos dejando que Dios haga en y de nosotros según su voluntad.