Tienen que renacer de lo alto
Doble shot de café para este segundo día después de regresar de vacaciones. Vamos agarrando ritmo y a enfocarnos en seguir dando lo mejor de nosotros. En el evangelio de hoy, recordamos junto con Nicodemo que no debemos dejar que las cosas materiales nos aten y nos impidan dejarnos conducir por el Espíritu de Dios. Nosotros debemos ser flexibles y dóciles, tal como Jesús lo fue, y de la misma manera, debemos de ser conscientes de que no podemos obligarlo a que haga esto o aquello. Nuestra mejor opción es que nos dejemos sorprender por Dios, que estemos sujetos a sus inspiraciones y que nuestro plan simplemente sea agradarlo y no dejar de hacer eso que nos va a ayudar a llegar al cielo.
Pidamos la intercesión de María, ella que supo dejarse conducir siempre y en todo momento por el Espíritu Santo, para que podamos subir a donde el Hijo del Hombre nos espera con ansia.