Tú eres mi Hijo amado; yo tengo en ti mis complacencias.
Excelente día, querida comunidad. Hoy lunes, después de la celebración de la Epifanía, recordamos el Bautismo del Señor, y con ello, se nos invita a recordar nuestro bautismo. ¿Qué pasa en el bautismo? La lectura nos dice que cuando Jesús era bautizado se abrieron los cielos y se oyó una voz que decía: “Tú eres mi Hijo amado; yo tengo en ti mis complacencias”. Por el bautismo somos hijos de nuestro Padre Dios. Y es al Padre a quien deseamos siempre. Así, cuando somos niños vivimos por nuestro Padre, cuando somos adolescentes en nuestra rebeldía buscamos como agradar más a nuestro Padre, en la juventud buscamos reconciliarnos con el Padre, y en la vida adulta buscamos ser un Padre, al menos como nuestro Padre. Hoy pidámosle a Dios renovar nuestro bautismo, ser Hijos de nuestro Padre Dios, para qué con nuestra vida y buenas obras correspondamos el gran amor de aquel que tiene en ti y en mí sus complacencias. ¡Buen día!