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De aceleración, dispersión temporal y sus extravíos

Por 26 febrero, 2019noviembre 26th, 2019Convocatorias

Mtra. Jazmín Velasco Casas, Plantel Guadalajara

 

«Vuelvo a mí mismo y encuentro un mundo.»

Goethe

 

El filósofo siempre ha estado comprometido con saber leer la crisis de su tiempo y ofrecer soluciones. Actualmente, algunos comparten que la vuelta a la contemplación a través del sentido estético, el placer por la demora y los espacios íntimos para la conciencia de uno mismo, pueden ser las mejores vías para tener una vida plena en esta crisis moderna.

A continuación presento una síntesis de los libros de tres pensadores contemporáneos que abordaré más detenidamente en siguientes entregas, para que se tenga un panorama general de los enfoques y propuestas de cada uno.

En ¿Cuánta globalización podemos soportar?, Rüdiger Safranski evalúa que debido a la sociedad de la comunicación, el individuo padece una sobrecarga de información que, si bien ha permitido observar un horizonte más amplio del mundo, también ha generado un extravío y una paralización en lo que se quiere y en lo que se debe hacer en la vida, así como un sentimiento de frustración generalizada al comprender que el mundo actual funciona de manera colosal y apresurada obedeciendo a mecanismos económicos, técnicos y políticos.

Por otro lado, Luciano Concheiro en Contra el tiempo, señala que la aceleración cotidiana es el rasgo que distingue nuestra época, advierte que la visión del individuo está enfocada en lo inmediato, no en el futuro, por lo que las soluciones sólo se realizan para atender los problemas del día a día, y la calidad ha dejado de importar, coronando así lo novedoso. Prevalece el sentimiento de que el tiempo con el que se cuenta nunca es suficiente, siempre se está atrasado, siempre se está cansado…

Finalmente, Byung-Chul Han en El aroma del tiempo, advierte que la identificación con la fugacidad y lo efímero se ha trasladado también a la identidad de las personas, donde uno mismo se convierte en algo radicalmente pasajero, homogeneizado y masificado por considerar que la vida debe ocuparse en los imperativos trabajar, producir y no perder tiempo.

A pesar de que nos encontremos en la vorágine de la globalización y las demandas del capitalismo, la filosofía nos ofrece sendas alternativas para la reflexión, las cuales trabajaré en las siguientes columnas con los tres autores ya mencionados.