El día de hoy, en la primera lectura, leemos: «Si cumples lo que yo te mando hoy… vivirás y te multiplicarás». Si nosotros todavía no somos conscientes de las consecuencias que tienen mis acciones, entonces vamos a creernos la misma mentira de la serpiente en el árbol, vamos a dudar del amor de Dios y vamos a creer que Dios es el malo porque me castiga. No nos engañemos, lo que sale del hombre es lo que le hace daño y debemos dejar a un lado nuestro egoísmo, nuestra rebeldía infantil, nuestros berrinches sin sentido y todas esas cargas que solamente nos esclavizan.
Déjate acompañar por Jesús y María haciendo esta breve oración: Amado mío, gracias por tu sacrificio que me ha hecho salvo, acepto tu salvación y me decido el día de hoy a tomar mi cruz y abrazo toda mi realidad, acepto mi vida. Te pido ayuda para comenzar a hacer algo, para mejorar esto________, que hace tiempo debí dejarlo atrás, desde hoy elijo lo mejor, te elijo a ti. Amén.