Hoy celebramos la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María y en el evangelio escuchamos el anuncio del Ángel Gabriel a María. Quiero hacer hincapié, en una palabra: “Alégrate”. Seguramente esta palabra la hemos escuchado muchas veces en nuestra vida por diversas circunstancias, pero lo que el Ángel dejó muy en claro para María es que no hay imposibles para Dios. Necesitamos recordad que las acciones de Dios no son las que deseamos o las que creemos necesitar, cuando logramos una actitud de plena confianza y decimos que “sí” como María, permitimos que sucedan grandes cosas en nosotros. Esta solemnidad nos invita a alegrarnos con el Señor a ejemplo de María, quien es nuestra Madre.
En este Adviento María nos ayuda para seguir siendo dóciles a la voluntad de Dios. María, quien es ejemplo de confianza y fidelidad, nos ayude a configurarnos cada vez más con su Hijo.
