Jesús es un hombre que pasó haciendo el bien, a donde iba les anunciaba la verdad y muchos le seguían, pues estos hombres encontraban en Jesús siempre una respuesta a sus sufrimientos y necesidades, pero también, había otro grupo de hombres cumplidores de la ley que veían en Jesús a un hombre rebelde, lo consideraban un alborotador que rompía las leyes establecidas y constantemente le confrontaban y denunciaban su actitud que chocaba con sus ideas. Jesús ante tal situación se ha visto en la necesidad de hablar fuerte, denuncia la hipocresía e incoherencias entre su forma de obrar y de actuar, sus corazones se han endurecido y juzgan según sus leyes, pero ellos mismos son incapaces de cumplirlas.
Este evangelio nos invita a reflexionar en nuestra vida de fe, porque quizá en muchos momentos nos hemos dejado llevar por las apariencias, cumpliendo con preceptos y leyes olvidándonos de lo más importante, de nuestra conversión.
Pidamos hoy al Señor que nos ayude a ser dóciles a su voz, acoger el mensaje como algo nuevo, dejándonos seducir por el señor.