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¿Qué buscan y hacen los monjes y monjas que viven en monasterios en occidente y oriente?

Mtro. Juan Manuel Madrigal Miranda • Docente en UNIVA Zamora

 

En muchas poblaciones del mundo existen (hoy en el siglo XXI en la era de internet y de la física cuántica e ingeniería genética) monasterios de religiosas y religiosos, quienes viven allí permanentemente, usualmente con votos (juramento) de estabilidad (encierro, claustro), pobreza voluntaria, castidad, obediencia, etc. Monasterios, conventos, católicos, budistas theravada, tibetanos zen, hinduistas, etc. ¿Qué hacen allí?, ¿cuál es su intención y sentido de vida? ¿Tienen algún vínculo con el reto de la paz y la violencia en las sociedades donde viven estos personajes? Para responder estas cuestiones nos apoyaremos en Thomas Merton.

Thomas Merton (1915-1968), sacerdote católico, y monje trapense por 27 años (hasta su muerte), poeta, escritor, experto en religiones comparadas, filósofo, teólogo, poeta, activista en pacificación, justicia social y derechos civiles, y promotor del diálogo interreligioso, en uno de sus libros, el Diario Asiático de Thomas Merton (editado por Patrick Hart, y otras personas tras la muerte de Merton), The Asian Journal of Thomas Merton, 1973, New York: New Directions Books.

En este texto, Merton como apasionado buscador de la auténtica espiritualidad universal nos lleva a un punto crucial de la mente del ser humano, al deseo supremo, y las decisiones derivadas de él. Merton está considerado como uno de los grandes maestros espirituales del siglo XX. Fue gran amigo del actual Dalái Lama; influyó en Martin Luther King, y en la generación de los años 60. El papa Francisco lo elogió públicamente. Fue pionero en el siglo XX del Diálogo Interreligioso, especialmente entre monjas y monjes católicos y budistas. Merton vivió su vida religiosa en voto voluntario de pobreza y castidad.

En esta obra de Merton mencionada, pp.305-308, donde reflexiona lo que es el monasticismo, encontramos una preciosa veta para saber sobre esta tradición religiosa, veamos. Merton nos dice que han existido y existen personas y comunidades que se dedican “… en un camino especial a vivir por completo las consecuencias e implicaciones de sus creencias” (p.309). Esta dedicación puede tomar formas permanentes o temporales, activas o intelectuales; ascéticas contemplativas y místicas.

Así, para Merton lo monástico contemplativo incluye: A) Cierta distancia o liberación de lo ordinario y secular, lo relacionado con la vida mundana, lo que implica soledad parcial o total, temporal o permanente. B) Relación con una radical profundidad interna de las propias creencias religiosas y filosóficas, implicando el fondo de la interioridad, y experiencia de esas creencias y sus implicaciones espirituales. C) Es una relación especial con la transformación interior, profundización en la propia conciencia con el fin de descubrir la dimensión trascendente de la vida más allá del yo empírico, de lo ético y acciones piadosas (V.p. 310).

El trabajo monástico, su disciplina, no es solo individual sino también comunitario, y es algo empírico, no se trata de ideales culturales nacionales. Se aspira a cierta universalidad y completud más allá de la relación sujeto-objeto, más allá del yo y del no-yo (Cf. misma página, supra). A esta totalidad o completud, a la experiencia universal central de las religiones, se le ha llamado Atman, vacío, vida de Cristo, fana, baqa, tao, etc.

Esta formación monástica óptima, especial, requiere disciplina e iniciación en un camino religioso tradicional (modo de consciencia y vida) guiado por personas experimentadas, con experiencia, o por una comunidad que comparte algo de su “consciencia tradicional” llamada contemplativa, mística, iluminada, “espiritualmente transformada”, etc. Lo monástico va más allá del activismo social, de lo educativo y de las obras puramente piadosas. Esto a algunos católicos y protestantes no les simpatiza.

La vida monástica en Occidente y el Oriente, tienen ciertas afinidades. En el cristianismo tiene su historia también en la Iglesia Ortodoxa Griega, particularmente en el hesicasmo, el que enfatiza la soledad, el silencio, la quietud, la repetición de ciertas frases (mantras) y la inmovilidad corporal. Se trata de la mística trascendencia del ego y su centrismo. Existe una antigua y larga tradición de la mística cristiana en Europa.

Merton observa que entre las religiones puede haber diferencias culturales y doctrinales, pero comparten ciertas cualidades existenciales y madurez espiritual, como en San Francisco de Asís y Shri Ramakrishna (p.312). Sorprendentemente, Merton menciona que en el movimiento hippie de los años 60 se dan elementos claves del monasticismo, como el apartamiento de la corriente principal de la sociedad mundana, el contacto con la naturaleza, comunalismo intencional, vida simple, poca tecnología, prácticas contemplativas que buscan expandir la mente benigna y cósmica, y sed de vivir en amor y paz (p.314).

Thomas nos dice que hay que crear un vocabulario interreligioso y de la experiencia mística hasta donde sea posible. Es necesario compartir experiencias “posverbales”, aunque lo “preverbal” es preliminar, le parece que existe una “iluminación” común entre las personas religiosas. El diálogo interreligioso puede llevar al fondo último de nuestro ser a través del compartir y de la comunión, y al mismo tiempo respeto por las diferencias, teniendo en cuenta que hay puntos no debatibles, y no se trata de desarrollar poderes exóticos.

Merton deja ver mucho de su visión mística y vida contemplativa, en un breve escrito titulado La Revificación del Zen (The zen revival, Londres: The Buddist Society,1970). Dijo: “La iluminación zen es una visión del ser puro en toda su presencia e inmediatez reales. Es un acto de ser totalmente alerta y superconsciente que trasciende el tiempo y el espacio”.

Y en una oración (viene en el libro sobre él mencionado al inicio de este escrito) que hizo y presentó en Calcuta durante un diálogo interreligoso en 1968 un mes antes de la reunión en Bangkok donde murió, como cierre de la reunión internacional dijo: Lo real en su profundidad es el amor, pues somos creaturas de amor. Mantenernos abiertos al otro(a) nos hace uno con Dios, en Él mismo y en la vida mundana diaria. La realidad suprema es este amor compartido: su Espíritu y el nuestro…

Hoy en día, 2024, Thomas Merton es considerado un gran maestro espiritual y ejemplo de vivir al máximo el misterio de la vida, murió tratando de unir a las grandes religiones, consciente de que si no hay paz entre ellas es difícil que exista la fraternidad, la bondad y la justicia en este hermoso y sagrado planeta azul…

 

 

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