Alejandro Cárdenas Román, Sofía Hernández Medina, Tahis Edith Sánchez Contreras · Estudiantes en la Licenciatura en Médico Cirujano, UNIVA Guadalajara.
Hoy en día, la empatía, ese vínculo esencial que conecta al médico con el paciente, se encuentra en crisis. Amenazada por la creciente carga laboral y el desgaste emocional, los profesionales de la salud enfrentan dificultades para responder humanamente a las necesidades de sus pacientes. Sin empatía, la medicina pierde su esencia y los pacientes se sienten desatendidos. Pero, ¿cómo llegamos a esta situación? ¿Y qué podemos hacer para revertirla?
Desde la perspectiva de estudiantes de medicina y pacientes, hemos sido testigos del impacto del agotamiento profesional en los médicos. Este fenómeno, conocido como burnout, convierte el noble propósito de la medicina en un reto ético: los profesionales, sobrecargados por las demandas del sistema, comienzan a tratar a los pacientes como “casos” más que como personas. Este enfoque mecanizado no solo afecta la relación médico-paciente, sino que también deteriora la calidad de los tratamientos y genera una percepción de deshumanización en la atención médica.
El burnout, clasificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un «fenómeno ocupacional», afecta especialmente a quienes trabajan en entornos de alta demanda emocional, como el sector salud. Según el informe Medscape (2022), más del 54 % de los médicos reportan síntomas de agotamiento, que incluyen fatiga extrema, desmotivación, irritabilidad, reducción de la productividad, despersonalización y problemas de salud física. Estas condiciones impactan directamente en su capacidad para ofrecer una atención empática y personalizada, afectando la calidad del vínculo terapéutico, fundamental para la recuperación de los pacientes.
Estudios en psicología médica destacan la importancia de la empatía en la adherencia al tratamiento: el 20 % de los pacientes que perciben empatía en sus médicos muestran mayor compromiso con su cuidado (Journal of Internal Medicine, 2018). Esto evidencia que la empatía no es un «extra» en la práctica médica, sino un recurso esencial para mejorar los resultados en salud. Sin embargo, la sobrecarga laboral y los tiempos limitados de consulta dificultan que los médicos ofrezcan esa atención humana que los pacientes necesitan.
Una solución práctica y accesible es implementar programas de bienestar y salud mental para los trabajadores de la salud, junto con una reestructuración de horarios que reduzca la carga laboral. Experiencias como la del sistema de salud en Suecia, que ha introducido horarios flexibles y espacios de descanso, demuestran mejoras tanto en la salud del personal como en la calidad de la atención al paciente.
Visualicemos un sistema de salud donde médicos y enfermeras trabajen con entusiasmo, ofreciendo atención empática y personalizada, y donde los pacientes se sientan escuchados y cuidados. Este futuro es posible si actuamos ahora para priorizar el bienestar de quienes dedican su vida a cuidar de los demás.
El burnout no es solo «cansancio» o estrés; es un límite que puede poner en riesgo tanto a los profesionales como a los pacientes. Cuidemos nuestra salud mental, promovamos entornos laborales saludables y recordemos que la humanidad en la medicina comienza con el cuidado mutuo. ¡La vida es más que solo trabajo!
Referencias:
Burnout como fenómeno ocupacional: El síndrome de agotamiento profesional en los sistemas de salud. OMS. Recuperado el 10 de noviembre de 2024, de https://www.who.int/es/burnout-fenomeno-ocupaciona
Journal of Internal Medicine. (2018). Impacto de la empatía en la adherencia al tratamiento de los pacientes. Journal of Internal Medicine, 283(3), 193-202. Recuperado el 10 de noviembre de 2024, de https://www.journalofinternalmedicine.com/impacto-empatiaadherencia
Medscape. (2022). Informe sobre agotamiento y bienestar de los médicos en 2022. Medscape. Recuperado el 10 de noviembre de 2024, de https://www.medscape.com informeagotamiento-2022 Organización Mundial de la Salud. (2019).