José Alejandro Domínguez Islas · Encargado de Alumni, UNIVA Guadalajara
Hay algo muy bonito y raro en el inicio de un nuevo año. Es una época en la que la gente está dispuesta a que todo sea diferente, a hacer todo aquello que se propusieron al comer esas 12 uvas. Creo que es linda la intención, pero siendo honesto, siempre que llega ese momento en esos primeros minutos del Año Nuevo, mi mente no puede pensar en otra cosa que no sea desear que tengamos salud, armonía y amor.
En las últimas semanas, he atravesado ciertos cambios que me sacan de mi zona de confort, por lo que al estar comiendo aquellos frutos tintos pensé que era oportunidad de no solo pedir lo esencial, sino pensar en todo aquello que quiero proponerme para este 2024 y que sea de beneficio para mi persona. Cosas que he descuidado por tanto tiempo y que, para ser realista, ya es cansado vivir de esa manera.
Los cambios suelen aterrar, en lo personal los veo como algo que a veces me puede irritar al ya no tener una estructura tan mecanizada y controlada. Cambiar es perder por un tiempo el control de quien eras, hasta que termina esa transición y simplemente ya eres alguien nuevo que ha adoptado un nuevo hábito. Ojalá fuera tan sencillo hacerlo de la noche a la mañana, pero es todo un proceso.
Sin embargo, renovarse es algo que cada día estoy más convencido que es necesario. Desde lentes, otro estilo de cabello, nuevas formas de relacionarse con las personas, crear nuevos hábitos alimenticios y de ejercicio, escuchar música distinta a lo que habitualmente acostumbras, aprender a ver lo positivo de un nuevo y distante entorno. Ahora estoy convencido de que todos los cambios quizá al inicio no nos agraden, pero podemos tomar ventaja y no dejar que lo negativo nos domine.
Vivimos en costumbres, en hacer lo que nos funciona, lo que es tradicional y cómodo. Salir de las rutinas me cuesta trabajo, es más sencillo quedarse como siempre, pero aquello que nos motiva para mejorar es casi siempre más complicado. Y a la vez, el resultado final es más satisfactorio.
Me encuentro abierto al cambio, esperando que no solo sea un año de lo esencial, sino de superarme, tener nuevos desafíos y que al leer esto en un año pueda decir: lo logré.
