José Alejandro Domínguez Islas • Alumni Preparatoria UNIVA
El fin de año sólo puede significar una cosa para la industria del entretenimiento: la carrera por el Oscar ha comenzado. Todos los estudios empiezan a mandar a la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas sus mejores películas para ser consideradas por el máximo galardón de la industria cinematográfica; las grandes compañías luchan por obtener reconocimiento en la gran noche, y aunque se suelen ver los mismos nombres, hay una gran posibilidad de volver a ver a un competidor que cambió las reglas del juego para la distribución de estas cintas que buscan regocijarse en los laureles.
Después de que se revelaran las nominaciones de los Hollywood Critics Association Awards y de los Annie Awards (estos últimos considerados los premios Oscar de la animación), las fuertes contendientes salieron a la luz. Sin sorprender a nadie, Once Upon a Time in Hollywood lideró el número de nominaciones con 11, seguida de Waves con 9, añadiéndose a la lista Booksmart, 1917, y Joker con 7. Por otro lado, en los Annie, las que llevaron la batuta fueron Missing Link y Frozen 2, ambas con 8 nominaciones. Sin embargo, lo interesante fue ver varias cintas distribuidas por Netflix en la competencia. En el caso de los premios de animación, destacó el filme de Sergio Pablos, Klaus, con 7 nominaciones, además de la francesa I Lost my Body, con 5. Mientras que en los Hollywood Critics Association Awards, The Irishman empató las nominaciones con el filme de Quentin Tarantino, y Dolemite is my Name sorprendió con 3.
Aunque estas premiaciones no siempre son una antesala directa para el Oscar, es de resaltar el impacto que Netflix ha tenido no solo para el consumidor que buscaba tener sus películas favoritas en el catálogo de la plataforma, a su vez, hoy logra ser una nueva manera de ver y hacer cine. No es sorpresa para nadie que cuente con el servicio de streaming, notar que cada semana hay nuevo contenido original, desde series, películas, hasta documentales. Resulta impresionante que en la actualidad podamos ver producciones que han sido aclamadas por la crítica, desde la televisión de nuestros hogares, incluso en nuestro celular.
No es la primera vez que una plataforma como esta llegue a tener renombre en estas premiaciones, recordemos la aclamada Roma de Alfonso Cuarón que contó con el apoyo del titán del streaming; y Manchester by the Sea que tuvo una distribución de Amazon Studios con la cual pudo obtener diversas nominaciones en su tiempo. Probablemente no sea sorpresa ver The Irishman, Klaus, I Lost my Body y Dolemite is my name bajo el reflector de las siguientes premiaciones, inclusive en los siguientes años podríamos ver más contenido multipremiado distribuido por Hulu, HBO Now, AppleTV+ y Disney+, dando inicio a una nueva era para el cine de galardones que busca visibilización, de una manera en la que esté al alcance del espectador a un click.
Aunque bien es cierto, existe una pérdida de nitidez de sonido e imagen al optar por ver las cintas en un formato de televisión, sacrificando la experiencia que te da la sala oscura de los complejos de cine; como dijo Martin Scorsese en una entrevista con el crítico Peter Travers: “por favor, no vean The Irishman (o la mayoría de las películas del mundo) en un smartphone”, siendo un comentario bastante atinado sobre las desventajas de tener como opción apreciar un largometraje en una pantalla en la que no se puedan percibir todas las virtudes técnicas. No obstante, la distribución en México no favorece a que se pueda tener en cartelera películas como Dolemite is my Name y I Lost my Body, incluso Klaus que pudo ser bien recibida en taquilla por el público que busca alguna cinta navideña, solo The Irishman contó con la suerte de una pequeña exhibición; por lo que, gracias a estas plataformas, uno como consumidor puede acceder con mayor facilidad a títulos que difícilmente llegarían a la cartelera nacional.
Netflix ya no es lo que fue en sus comienzos, hoy, es una puerta para los realizadores que quizá no encuentren una manera de distribuir sus producciones, siendo refugiados por la plataforma que les da una voz ante millones de espectadores, y que, con una exhibición en salas, puedan ser considerados para competir por la estatuilla más prestigiada de la industria.