Mtro. Jorge Iván García Morando • Coordinador de Proyectos Sociales y Religiosos
De la fraternidad
En el mes de octubre el Papa Francisco firma su carta encíclica Sobre la fraternidad y la amistad social, teniendo como principal eje la solidaridad como valor fundamental y criterio para ordenar la convivencia en todos los niveles, que van desde la familia y el barrio hasta la estructura jurídica y política de los países, así como la convivencia en un mundo global, sin olvidar que Fratelli tutti es el saludo con el cual san Francisco de Asís se dirigía a todos los hermanos y hermanas para proponerles una forma de vida –dice el Papa Francisco- con sabor a Evangelio. La invitación que se nos hace es el analizar nuestra propia situación y condición humana, el ver nuestro entorno y comprender si es que hemos logrado favorecer el desarrollo de la fraternidad desde adentro y, si éste, se contrasta con lo que vivimos en el mundo actual. A estas condiciones el Papa Francisco les llama las sobras de un mundo cerrado, es decir, son todas aquellas condiciones sociales, políticas, religiosas y culturales que, en vez de incrementar nuestras esperanzas e ilusiones, alimentaron nuestras desilusiones, desesperanzas, sin sentidos e incluso se fue desarrollando un sentimiento que es menos que la tristeza y más que la gravedad, un estado emocional que tiene que ver con la frustración, la melancolía, la depresión y el estrés, es por ello que el Papa nos invita a repensar la fraternidad e ir más allá de aquella que dio origen a los llamados derechos humanos de tercera generación, ya que en el fondo de la fraternidad se encuentra aquello que cohesiona a la libertad, a la igualdad y a la justicia, el amor, porque éste nos pone <<en tensión hacia la comunión universal, dado que nuestras acciones brotan de una unión que inclina más y más hacia el otro considerándolo valioso, digno, grato y bello, más allá de las apariencias físicas o morales>>, el amor al otro por ser quien es, continúa el Papa, <<nos mueve a buscar lo mejor para su vida. Sólo en el cultivo de esta forma de relacionarnos haremos posibles la amistad social que no excluye a nadie y la fraternidad abierta a todos>>.
A la solidaridad social
¿En qué pensamos cuando se habla o debate sobre los temas de solidaridad? Si nuestra primera intención es dirigirnos hacia lo estatal o político, significa que seguimos en la forma individual, donde nuestro campo de acción no va más allá de lo propio, asistencial o popular, sin embargo, si nuestra intención va hacia la apertura e integración, significa que hemos hecho conciencia de las periferias existenciales que nos circundan y que debemos de integran a nuestra acción solidaria, porque el amor que se extiende más allá de las fronteras o periferias existenciales, tienen en su base lo que el Papa Francisco ha llamado “amistad social” que es <<fruto de la conversión personal, que exige compromiso de todos aquellos que tienen responsabilidades educativas y formativas>>, que en otro sentido, nos es más que mirar nuestro entorno o lugar en donde vivimos para iniciar con nuestro primer escrutinio sobre qué tanto somos solidarios y fraternos con los otros para poder contribuir con la <<cultura del encuentro>>.
Publicado en El Semanario Arquidiocesano de Guadalajara del domingo, 7 de febrero de 2021.