Dr. Fernando Sánchez Martínez • Docente de Ciencias Sociales y Humanidades UNIVA
El amor en tiempos de pandemia ha tenido aún más complicaciones para su manifestación, para sentirle, para vivirle. Ya que las diversas actitudes hacia los demás que vemos en los noticiarios, no son alentadoras. Ello me lleva a cuestionar ¿qué es el amor?
En este artículo quisiera recuperar las ideas de uno de los grandes filósofos y teólogos, San Agustín, con su frase: Ama y haz lo que quieras.
Es decir, ¿el simple hecho de amar nos da derecho a realizar lo que queramos?
No vayamos tan aprisa, San Agustín, plantea un orden en el amor, donde Dios se encuentra en el centro de todo, por lo tanto, el prójimo. La imagen más clara del amor es Cristo en la cruz. Amar de tal manera implica sacrificio, libertad, voluntad de hacer y buscar el bien del otro, de los otros. Entonces ese amar y hacer lo que se quiera cobra sentido, ya que consistirá en amar a Dios por sobre todas las cosas y buscar la felicidad del prójimo, tratar a los demás como Dios nos ama y considera. Pero ¿de qué manera nos ama Dios? Existen muchos pasajes en la escritura que pueden darnos respuesta, pero uno por excelencia es la parábola del hijo pródigo. Ya que, si Dios así nos procura, como al hijo pródigo, entonces de la misma manera deberíamos tratar a nuestros semejantes. Pero en la actualidad ¿quién es el hijo pródigo? El que roba, estafa, viola, secuestra, engaña… pero, que recapacita y regresa arrepentido a la casa del Padre, el cual no le reclama nada, solo le entrega su amor, su misericordia y perdón, lo acoge de nuevo, porque comprende que ha sufrido mucho en su ser, en su conciencia, en su corazón.
Si viviéramos así, muchos de nuestros problemas personales y sociales no existirían. Al contrario, viviríamos centrados en aliviar los sufrimientos de la humanidad, ya que cuando hacemos caridad, es porque el amor está en nosotros, por lo tanto, debería ser motivo de alegría, ya que hemos experimentado el amor en nuestra vida, le conocemos, por eso somos capaces de manifestarlo de diversas maneras hacia el prójimo, en el cual vemos representado a toda la humanidad, y en esa humanidad está Jesús que es el Amor, al cual “no le importa si el hermano herido es de aquí o de allá. Porque es el amor que rompe las cadenas que nos aíslan y separan… amor que nos permite construir una gran familia donde todos podamos sentirnos en casa. Amor que sabe de compasión y de dignidad” (FT 62). Por eso si amas así, entonces: Ama y haz lo que quieras.
Referencias
Francisco (2020). Fratelli Tutti. Recuperado de http://www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20201003_enciclica-fratelli-tutti.html
Publicado en El Semanario Arquidiocesano de Guadalajara del domingo, 14 de febrero de 2021.