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Ronald Hubbard y el trasfondo ufológico de la Cienciología

Dr. Fabián Acosta Rico • Docente-Investigador UNIVA Plantel Guadalajara

 

Hasta este momento, se han mencionado creencias ufológicas, cuya adopción no conlleva un compromiso religioso formal; pero, que pueden alterar la cosmovisión de las personas que le prestan su credulidad a estos modernos gurús de los extraterrestres. No obstante, desde mediados del siglo pasado, han surgido cultos ufológicos debidamente organizados que bien pueden ser calificadas de religiones, pues cuentan con un dogma, rituales y códigos éticos. La mayoría están estructuradas de forma sectaria y en algunos cultos, de tipo pernicioso, incluso, han manipulado a sus seguidores para realizar suicidios masivos como ocurrió con la secta ufológica la Puerta del Cielo. Su líder, Marshall Applewhite convenció a 39 de sus seguidores de quitarse la vida en 1997 con la promesa de que sus almas abordarían una nave espacial extraterrestre que volaba detrás de la cola del cometa Hale-Bopp, cuya aparición en el firmamento terrestre sí dio en ese preciso año.

Otras religiones o cultos ufológicos barajean en su discurso doctrinal o ideológico el tema del supremacismo o prejuicio racial; un par de ejemplos, situados en polos opuestos, lo tenemos en la Nación del Islam y con el que podemos denominar como culto serranista (por su pensador Miguel Serrano). El primero sostiene que la raza negra es de origen extraterrestre, su líder, Wallace Fard Muhammad se presentó a sus seguidores como una encarnación de Ala; quien sería uno de los doce extraterrestres miembros del consejo que rige nuestro universo. El segundo, por el contrario, afirma que la raza blanca y en particular la aria proviene de un planeta que orbita la estrella Aldebarán; Hitler y los nazis tuvieron contactos con seres extraterrestres caucásicos quienes, supuestamente, les ayudaron a desarrollar una tecnología bélica adelantada a su época.

Otros cultos ufológicos importantes son el Movimiento Raeliano y la Orden Tifoniana; éste último inspirado en la literatura de terror cósmico de H.P. Lovecraft. Sin duda de todas las religiones, iglesias y sectas ufológicas una de las más influyentes y con mayor número de adeptos es la fundada por Ronald Hubbard, la Cienciología.

Hubbard es todo un personaje representativo de los rumbos que están tomando las neorreligiosidades contemporáneas inscritas en el esoterismo de masas. Estas religiosidades no precisan de un profeta o un místico que las funde; surgen más de la obra y el ingenio de creativos y escritores de fantasía o de ciencia ficción; los universos ficticios ideados por estos talentos literarios seducen y cautivan a los grandes públicos invitándolos a concebir realidades más allá del entendimiento ordinario.

Hubbard dio ese paso que convierte a un novelista en un gurú moderno: llevó sus ficciones literarias a la esfera de lo religioso transformándolas en neomitologías. Para que el literato mutara en líder carismático se hizo necesario mitificarlo y así ocurrió. La historia que de su vida se cuenta dentro de la Iglesia de la Cienciología lo describe como un hombre excepcional, de grandes y múltiples talentos que pasó por etapas que lo fueron preparando para convertirse en una mente esclarecida destinada a revelar una gran verdad y de guiar a la humanidad hacia la libertad y la felicidad.

Hubbard nació el 13 de marzo de 1911, en Tilden, Nebraska y murió el 24 de enero de 1986. Durante su infancia su familia cambió de residencia en varias ocasiones. Como si de una novela se tratara, él y sus biógrafos afirman que siendo niño confraternizó con los indígenas de la tribu de los Pies Negros, en cuya tradición fue iniciado por un curandero local, ganándose el muy raro estatus, para un cara-pálida, de hermano de sangre.[1] Su aventura existencial continúa después con los niños exploradores convirtiendo en el Scout Águila más joven de su país.

Tras estudiar psicoanálisis con el comandante Joseph C. Thompson, discípulo directo del propio Sigmund Freud, pasó por la casi obligada visita al Tíbet (es casi un cliché entre los buscadores de las grandes verdades el ir a oriente: a la India o al país de las montañas a recibir la iniciación de una swami o de un rinpoche). Precisamente, en esta insistencia de mitificarse en su calidad de líder carismático, Hubbard afirma que a los 19 años, al ser reubicado su padre al Pacífico Sur con el cargo de comandante de la Marina de los Estados Unidos, pudo viajar por China e India, en uno de sus viajes dice haber ingresado en las lamaserías prohibidas del Tíbet de las Colinas Occidentales de China; donde tuvo el privilegio y la distinción de estudiar con uno de los últimos magos de la línea de aquellos que sirvieron en la corte de Kublai Khan.

Durante la Segunda Guerra Mundial sirvió en el ejército estadounidense, con el grado de teniente. De regreso en su patria, escribió la obra que lo catapultó como uno de las figuras más reconocidas de la literatura de la superación personal y autoayuda emocional y psicológica: Dianética: La Ciencia Moderna de la Salud Mental; la cual salió publicada el 9 de mayo de 1950. La obra tuvo muy buena aceptación colocándose en la lista de best-sellers del New York Times.

Es en esta obra y en otros escritos posteriores en los que Hubbard asienta los fundamentos exotéricos de su filosofía o doctrina; las bases esotéricas o mistéricas de ésta, como veremos más adelante, se desprenderán de sus especulaciones ufológicas reservadas para los seguidores de su iglesia dispuestos a pagar por ellas considerables cantidades.

En sus principios profanos, la propuesta filosófica de Hubbard tiene muchas proximidades con el psicoanálisis. Preocupado por la salud mental de las personas y deseando brindarles un método probadamente científico que los conduzca a la felicidad, Hubbard ideó toda una terapéutica que comienza afirmando que la raíz de nuestros males emocionales está en lo profundo de nuestra mente donde yacen grabadas experiencias desagradables que forman imágenes mentales. Estas malas y dolorosas experiencias quedan grabadas secuencialmente formando lo que Cienciología llama líneas temporales. Las dolorosas vivencias grabadas en las líneas temporales se acumulan debajo del nivel consciente formando la mente reactiva (Teología y práctica de una religión contemporánea. Cienciología, 1998, pág. 16).

La Dianética promete escarbar hasta lo más profunda de la mente reactiva y liberarla de los traumas pasados ayudándole a la persona a recuperar su estado espiritual individual y con él sus capacidades artísticas, fuerza personal, carácter, bondad y decencia innatas. A este estado la Dianética le llama Clear.

La Cienciología es todo menos materialista sostiene que el ser humano es un ser espiritual constituido por cuerpo y mente; y que el espíritu es la fuente de todo lo bueno, decente y creativo del mundo. (Teología y práctica de una religión contemporánea. Cienciología, 1998, pág. 17). Como en el universo de Star Wars, para la doctrina de Hubbard todo en el universo permanece en unidad y armonía gracias a una fuerza de vida espiritual la que llamó thetán: La fuerza de vida existe aparte del universo físico (MEST), pero actúa sobre él… (Teología y práctica de una religión contemporánea. Cienciología, 1998, pág. 18) En Cienciología, esta visión fluye de la teoría de que thetán crea el MEST (el universo físico)…:

El thetán, sin embargo, no pertenece al universo de la materia, la energía, el espacio y el tiempo, y por tanto no cesa de existir cuando el cuerpo muere. Es inmortal (Teología y práctica de una religión contemporánea. Cienciología, 1998, pág. 19).

Para la Cienciología la raíz de nuestros males, insatisfacciones y frustraciones reside en la pérdida de identidad que sufrimos con el anquilosamiento materialista que sufre nuestro ser espiritual o thetán. Somos seres incompletos. La Dianética, con su tecnología espiritual que retoma muchas de las enseñanzas de la sabiduría oriental, pero la pone al día, promete salvarnos de nuestra miserable condición: “La salvación completa del thetán lo que la Cienciología llama la Libertad total, se alcanza mediante la práctica de los servicios religiosos de Cienciología” (Teología y práctica de una religión contemporánea. Cienciología, 1998, pág. 21). El resultado final de darle seguimiento al método de la Cienciología es un estado de conciencia que le ayuda al individuo a asumirse plenamente como un ser espiritual, que tiene la certeza de que el alma y la identidad transcienden la materia y por ende son inmortales.

Finalmente, en esta, la que he denominado la cara exotérica de la Cienciología, la cual podría decirse es su carta de presentación ante sus nuevos adeptos; tómese en cuenta que este cuerpo de técnicas y creencias son mostradas con toda claridad y sistematicidad en la literatura popular escrita Hubbard y sus continuadores, la cual tiene de trasfondo una teología deísta. En efecto, para la doctrina de Hubbard en el pináculo de la creación está el Ser supremo o Dios; dicho ser en sus infinitas posibilidades se le manifiesta a que cada persona de manera distinta guarda con cada quien una relación personal y única. Suena lo anterior a las viejas doctrinas protestantes, pero sin la Biblia. Absurdo resulta por tanto imponer una visión única de Dios; el conocimiento que podamos tener de él es en realidad un descubrimiento personal posible cuando hemos alcanzado la Libertad total (Teología y práctica de una religión contemporánea. Cienciología, 1998, pág. 26).

Nuestro escritor de novelas populares de ciencia ficción logró fusionar algunas de las creencias de las religiones orientales como la de la trasmigración de las almas con un deísmo de matriz cristiana. Hasta aquí sus ideas y creencias religiosas no presentaban ninguna conexión clara con la ufología; para adentrarse en estos saberes, el culto, según cuentan algunos de sus exmiembros, espera fidelidad y generosidad monetaria de sus seguidores. Las enseñanzas ufológicas mistéricas demandan preparación y al parecer también dinero. Es una religión de ricos y de celebridades.

Es bien sabido que la Iglesia de la Cienciología, con sus millones de seguidores en todo el mundo ha sabido cautivar a reconocidas celebridades de Hollywood; actores que en sus películas han divulgado al gran público algunos de los principios teológicos y ufológicos de su extinto gurú. Los casos más conocidos son el de Tom Cruise con su película del 2013 Oblivion; Will Smith a quien se le vincula con la Iglesia de la Cienciología por haberle donado al culto fuertes cantidades de dinero y cuya película After Earth, la cual protagoniza con su hijo, recrea desde la ficción cinematográfica algunas de las premisas de la ufología y teología de Hubbard. Por último, tenemos a John Travolta quien estelarizó en el 2000 la película Battlefield Earth inspirada en una de las obras del autor de la Dianética.

El credo ufológico de la Cienciología parece también sacado de uno de los relatos de ficción de Hubbard. Como Sitchin, Hubbard asevera que los extraterrestres ya han estado en la tierra hace 75 millones de años. El emperador galáctico, Xenu, regía sobre un poblado conglomerado de planetas, 76 en total, cada uno estaba habitado por 178 mil millones de seres. Queriendo rebajar este número, el emperador planificó un genocidio. Con ayuda de psiquiatras llamó a billones de sus súbditos a los que adormeció inyectándoles una mezcla de alcohol y glicol. Inconscientes los raptó y subió a naves espaciales parecidas a los aviones DC-8. Su destinó era el planeta tierra; donde masivamente fueron depositados, aún paralizados, alrededor de las bases de volcanes, los cuales hicieron erupción al serles detonadas bombas de hidrógeno. Como en Pompeya, la lava arrasó a los billones de secuestrados. Una marea de almas de los condenados ascendió al cielo agitado por los vientos nucleares desatados por las explosiones. Para evitar su retorno, Xenu las atrapó con rayos eléctricos; las empaquetó y las llevó a cines enormes donde estuvieron por varios días viendo películas en 3D que sembraron en ellas creencias religiosas falsas acerca de Dios, el diablo y Cristo. A este proceso de inducción de recuerdos y creencias se le llamó implante. Terminadas las películas las almas o thetán abandonaron las salas y se juntaron en ramilletes de mil que invadieron cuerpos vivos.

El malvado emperador fue derrocado y confinado a una montaña de los planetas que él gobernaba. Encerrado en un campo de fuerza, Xenu aún vive. Los seres humanos actuales estábamos infestados de thetanes. Para tener un alma libre, es decir, sin recuerdos y creencias implantados, necesitamos de las técnicas de exorcismo y desprogramación que imparte la Iglesia de la Cienciología. El creyente tiene que gastar una suma importante para ser tratado y liberado.

Los extraterrestres, según Hubbard no han dejado de visitar la tierra. Otras teorías sostienen que en realidad nunca se han ido y que están entre nosotros ocultos manejando los hilos de la política, la economía, la cultura y la religión.

[1] Esta información fue obtenida de una de las páginas oficiales de la Iglesia de la Cienciología: https://www.scientology.org.mx/faq/scientology-founder/who-was-lronhubbard.html del artículo intitulado ¿Quién fue L. Ronald Hubbard?

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