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La importancia del contexto social en el desarrollo de Diabetes Mellitus Tipo II

Dr. Roberto Magaña Espinoza • Coordinador académico UNIVA plantel Colima Médico cirujano y partero. Educador en diabetes por la Federación Mexicana de Diabetes y especialista en Educación Integral para la Salud por la UNIVA.

 

La diabetes mellitus tipo II (DMII), es actualmente uno de los problemas de salud que más aquejan a la población mundial. Se encuentra dentro de las primeras cinco causas de muerte en el mundo después de las enfermedades cardiovasculares. Las agendas y políticas públicas se han enfocado en tratar de mitigar esta epidemia invirtiendo los esfuerzos y recursos en el tratamiento médico de la enfermedad, para evitar sus temibles complicaciones, pero muy poco se ha llevado a cabo para corregir los factores socioculturales y económicos de la población, mismos que están presentes en el contexto social, laboral y familiar de los pacientes con DMII.

El concepto de salud en el ser humano ha tenido varios modelos y enfoques a lo largo de la historia de la humanidad. Desde la visión biologista, el modelo médico tradicional, la visión higienista, el empirismo anatomopatológico, entre otros. Pero no fue sino hasta el siglo XIX en el que aparece una visión que hasta ese momento no había sido relevante: la vida social del individuo como el origen de la enfermedad. Y aunque a partir de 1947, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideraría que la salud es el completo estado de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad, su visión siguió centrada en el individuo y no en el problema de la salud de los colectivos (Dary, 2005).

La DMII es actualmente una de las enfermedades crónicas degenerativas no transmisibles que más aquejan a la humanidad, llegándose a considerar una pandemia que afecta tanto a países desarrollados como a países en vías de desarrollo.

El número estimado de adultos que viven con diabetes se ha elevado a 366 millones, lo cual representa el 8,3 % de la población mundial adulta y se calcula que para el año 2030 aumente a 552 millones (Ramón, 2013). En México, la DMII es la segunda causa de muerte en adultos.

 En las últimas décadas se ha comprobado que el desarrollo de la DMII en individuos sanos está ligado a factores de riesgo relacionados con el estilo de vida de la sociedad contemporánea, como lo son los hábitos nutricionales no saludables, el sedentarismo y la obesidad y sus complicaciones, como las enfermedades renales, la perdida de la visión y la perdida de extremidades, generan un gran impacto psicosocial, afectando la calidad de vida de las personas y los recursos públicos en la atención de estos mismos.

A pesar de lo anterior poco se han enfocado las políticas públicas en atender de forma clara y precisa los factores de riesgo antes mencionados, fomentando el cambio de los malos hábitos de alimentación y revirtiendo la baja o nula actividad física en ciertos sectores de la sociedad.

Muchos de estos malos hábitos nutricionales provienen del contexto cultural en el cual la comida es un elemento importante en las relaciones sociales y en las muestras de afecto entre los individuos. Es bien sabido por todos que en muchos casos el éxito de un evento familiar o social se juzga por la “calidad” de la comida y la bebida que se ofrecen a los asistentes, teniendo en México las comidas tradicionales un alto contenido calórico.

Así mismo en el ámbito familiar las creencias sociales de degustar una bebida gaseosa con alto contenido calórico “en familia”, puede ser clara influencia de los mensajes mercadológicos de las compañías productoras de las bebidas, aunado al bajo costo de las mismas y la disponibilidad de estas cerca de todos los hogares de alto o bajos recursos.

Desde hace algunos años se publicó un estudio donde se hace referencia de la relación que existe entre el consumo de bebidas gaseosas de alto contenido calórico y el desarrollo de DMII, siendo México el mercado más rentable del mundo para estas compañías con el mayor consumo per cápita (Antonio, 2008).

En lo referente a la baja o nula actividad física por parte de algunos sectores de la población, es bien sabido que los altos índices de inseguridad aunada a la avanzada tecnología de los videojuegos y gadgets que utilizan los jóvenes, y que son sumamente atrayentes, han provocado que las generaciones actuales de niños y adolescentes recurran menos a andar libremente jugando por las calles como lo hacían las generaciones de hace tres o cuatro décadas y anteriores. A pesar de que se hacen algunos esfuerzos por tener zonas de esparcimiento adecuadas o lugares públicos acondicionados, no se llevan políticas públicas concretas para incentivar a la población a realizar actividad física recreativa de una manera cotidiana en lugares seguros.

Por último, en lo referente al contexto laboral y económico, las largas jornadas de trabajo y los bajos ingresos de las familias mexicanas, en conjunto con los factores antes mencionados me llevan a pensar que el desarrollo de la DMII no es sólo el desarrollo de una enfermedad y de un problema de salud, sino que se trata de la manifestación de un fenómeno social, que no se ha abordado de forma adecuada en las dos últimas décadas, repercutiendo en la calidad de vida de las personas que la padecen y en el gasto social de los tratamientos médicos y hospitalarios que solamente mitigan un poco o retrasan la aparición de las complicaciones derivadas del inadecuado control de la misma.

Es necesario y urgente que la medicina preventiva que ha tomado mucho auge los últimos años se enfoque en analizar y comprender más a profundidad los contextos sociales de la población mexicana, para así lograr crear políticas públicas que logren de manera efectiva modificar poco a poco los malos hábitos y creencias erróneas de la población, para así comenzar a disminuir la aparición de nuevos casos de DMII sobre todo a edades tempranas.

 

 

Referencias

  • Antonio, R. J. (2008). Consumo de bebidas para una vida saludable: recomendacionas para la población mexicana. Salud pública, 173-195.
  • Dary, C. M. (2005). La salud y la promoción de la salud: una aproximación a su desarrollo histórico y social. Cienc. Salud (Bogotá (Colombia), 62-77.
  • Ramón, C. L. (2013). Diabetes mellitus hacia una perspectiva social. Revista Cubana de salud pública, 331-345.

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