Pbro. Lic. Armando González Escoto • Director de Publicaciones del Sistema UNIVA
Tachar no es borrar sino garabatear sobre algo escrito, y sin lugar a dudas, hacía muchos inicios de sexenio que no se tachaba tanto sobre la realidad, al punto de volverla confusa e indescifrable.
Los candidatos que triunfan en un proceso electoral, lo hacen con base a un proyecto, a una propuesta, aún si en ese triunfo muchas veces operen otros factores, como sería el desempeño del presidente saliente o del partido que lo patrocinaba, la situación del país, de la sociedad, de la economía, etc.
El actual gobierno federal triunfó en las elecciones y desde hace un año tiene el poder, actuando todo el tiempo en orden a aplicar su proyecto de nación y de administración, y no obstante las cotidianas ruedas de prensa del presidente o en parte a causa de ellas mismas, el conjunto de la población no parece que tengan una visión clara de la realidad nacional a estas fechas.
Y es que esa realidad ha sido constantemente tachada por millones de “memes”, reportajes, editoriales, análisis, manejos informativos y todo cuanto conforma la comunicación ofrecida por los amantes apasionados y los enemigos acérrimos del actual gobierno, logrando reunir una increíble montaña de desinformación, donde los pronósticos de futuro van de los más alarmistas a los más venturosos, y esa misma oscilación se da a la hora de exponerse la percepción del presente. En lo que mira al pasado el presidente del país ha exhibido su personal concepto y tal vez sea lo más claro dentro de esta maraña informática, lástima que la verdadera claridad que la gente requiere es la del momento que vive y del mañana que le espera, espacios donde, como digo, todo acaba siendo una perfecta confusión muy bien armada por todos.
Para poder sacar el hilo que desenreda esta maraña y poder ver la realidad tal cual es, se requiere sin duda de muchos recursos, pero sobre todo de honestidad, que es lo que más ha faltado lo mismo a unos que a otros.
A un año de gobierno se advierte una gran frustración entre aquellos que auguraban la catástrofe final y a la vez la expectativa perversa de que dicha catástrofe ahora sí ya esté por llegar, puesto que aún no llega como sin duda lo esperaban, e incluso se han valido de lo que sea para favorecer un semejante escenario.
Pero si pese a las muy criticadas acciones del gobierno federal el fin del mundo se hace esperar, deberíamos buscar cuáles son los aspectos que se nos escapan y que explican este hecho.
No deberíamos pasar por alto que los graves acontecimientos ocurridos en Chile, Ecuador y Colombia se dieron justamente en contra de gobiernos señalados por su política económica neoliberal ¿no sería el caso de analizar el punto, a propósito del discurso que ha mantenido Andrés Manuel?
Para evaluar la realidad del país y del gobierno federal a un año de ejercicio es fundamental situarse más allá del resentimiento o la gratitud, de los futurismos mesiánicos o apocalípticos, de cualquier tipo de parcialidad, ateniéndose exactamente a los hechos reales ocurridos, a su situación dentro de los procesos iniciados, a los conjuntos sin excluir los detalles ¿habrá quién lo haga sin nuevas tachaduras?
Publicado en El Informador del domingo 1 de diciembre de 2019