Cristo resucitado se aparece a los once dándoles una encomienda muy especial: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio”. Que tarea tan más llena de compromiso tienen los discípulos, sin duda alguna una tarea muy importante que va a resonar por todo el mundo. Nosotros como bautizados tenemos el mismo compromiso, de anunciar el Evangelio a cualquier lugar que acudimos, especialmente con nuestras obras y palabras. Nuestro ser profeta implica anunciar la verdad, a tiempo y a destiempo, teniendo como garantía que Jesús no nos deja solos, sino que nos llena de dones para llevar a cabo esta gran encomienda. En este tiempo donde el cristiano se ve ofuscado por las corrientes mundanas, debemos confiar en que Jesús nos pide algo, pero al mismo tiempo, nos da todos los medios necesarios para cumplir nuestra misión. Que el día de hoy podamos anunciar y predicar el Evangelio con nuestra vida.
VAYAN POR TODO EL MUNDO Y PREDIQUEN EL EVANGELIO (MC. 16,15-20)
