¡Excelente jornada, comunidad UNIVA!
Ser un verdadero cristiano implica una profunda convicción: el misterio de nuestra vida y el sentido de nuestra existencia solo pueden comprenderse plenamente a la luz del misterio de Cristo. Solo quien ha tenido un encuentro personal con Jesús y se vincula íntimamente con Él, encuentra la fortaleza espiritual y moral necesaria para mantenerse fiel a sus principios.
Hoy, el Señor nos invita a reflexionar profundamente sobre nuestras convicciones y nuestro papel como miembros de una universidad católica. En un discurso dirigido a los educadores católicos de Estados Unidos en 2008, el papa Benedicto XVI afirmó:
«Docentes y administradores, tanto en las universidades como en las escuelas, tienen el deber y el privilegio de asegurar que los estudiantes reciban una instrucción en la doctrina y en la praxis católica. Esto requiere que el testimonio público de Cristo, tal y como se encuentra en el Evangelio y es enseñado por el magisterio de la Iglesia, modele cualquier aspecto de la vida institucional, tanto dentro como fuera de las aulas escolares».
Esta misión no está exenta de desafíos, incomprensiones e incluso rechazo. Sin embargo, el Señor nos ha prometido la asistencia del Espíritu Santo y la vida eterna a quienes permanezcan firmes en la fe.
Pidamos a Dios la gracia y la fortaleza para dar testimonio de Cristo en nuestra vida cotidiana, tanto con nuestras palabras como con nuestras acciones.