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¿Qué es la Política Benigna?

Dr. Juan Manuel Madrigal Miranda • Docente UNIVA Uruapan

 

Muchas personas ingenuas o irresponsables e ignorantes creen que la política es para gente corrupta, avariciosa y manipuladora. Esta creencia es una percepción evasiva, conformista y apática, no se dan cuenta de que al no saber lo que realmente es la política entonces, uno es controlado por la política de otros.

Una de las más agudas y realistas definiciones de la política es la que la se concibe como “el concentrado de la economía”, es decir, como la actividad de individuos o grupos con el objetivo de adueñarse de las vidas y riqueza económica de otras personas, grupos o naciones. Así, las políticas dominantes son el poder de los políticos dominantes que dominan con sus ideas, creencias, capacidad organizativa, miembros, recursos y armas.

La clave de los grupos de poder es adueñarse de la conciencia (mente) de la gente, mediante el manejo de las necesidades, deseos, emociones, información, conocimiento, fantasías y utopías. En esto es determinante el uso de los medios (tecnologías) de información y comunicación, y cuando esto no es suficiente entonces entra el medio más usado por los dictadores de todo tipo: el miedo a la autoridad.

Detrás de este temor está la fantasía infantil de ser castigado por aquellos de quienes dependimos. El miedo a la autoridad (papás, educadores, tutores, jefes, policía, líderes, etc.) se proyecta en la idea de un dios falso, de jefes de trabajo y otros líderes (políticos, religiosos, etc.). Este miedo funciona socialmente como una droga inductora de un estado de trance, hipnótico, el cual a su vez produce una falsa conciencia: una relación imaginaria con las condiciones reales de existencia (estructuras socioeconómicas y ambientales), lo cual se manifiesta como evasión, conformismo, hedonismo, apatía, oportunismo, inconsciencia, irresponsabilidad, ignorancia y caos social.

Cuando este miedo a la autoridad se engancha con la hiperactividad debido a la cultura dominante de ruido ambiental y psicológico, entonces se forma un cóctel de sobrestimulación sensorial, el cual, afecta al funcionamiento del cerebro y al fenómeno de la conciencia (ser consciente, darse cuenta). El crimen organizado es liderado por notables psicólogos prácticos quienes se dieron cuenta del increíble poder del miedo de la gente a perder sus posesiones y vidas, es decir, manipulan a su favor nuestro egocentrismo, yo falso. 

En Michoacán, para no irnos más lejos, este disfuncionamiento de la conciencia y la manipulación del miedo, abrió la puerta a la asombrosa situación de que el crimen organizado (“Los Templarios”, en su tiempo, unos dos mil sicarios bien organizados, entrenados y fuertemente armados) controlara a más de cuatro millones de michoacanos. Evidencia de este fenómeno: varias veces los cárteles sitiaron a Morelia, bloquearon todos sus accesos desafiando y burlándose del ejército, policía estatal y federal, religiones, centros educativos y de investigación, artistas y de todo ciudadano.

He aquí puesta en evidencia la triste y dramática vulnerabilidad de toda la población michoacana y del país, como sociedad somos una hoja arrastrada por cualquier viento, estamos en gran peligro debido a la desunión, injusticia y falta de sabiduría y valor civil.

Pero ¿Qué es la política benigna por la defensa de la vida? La política transformadora benigna no acepta pasivamente lo dado, lo establecido, es decir: la destrucción y el caos, el desamor a la vida sana. El político transformador es quien desea proteger a la biodiversidad y construir la justicia social donde no haya personas explotadas, marginadas y olvidadas. Este objetivo no es posible sin formar conciencia (incrementar la capacidad de darse cuenta) y cambiar la correlación de fuerzas sociales con previo análisis de ellas.

La política benigna es hacer posible lo imposible mediante la construcción de fuerzas trasformadoras partiendo de los propios ciudadanos, especialmente de los más explotados (económica y psicológicamente) para desde allí transformar al Estado (aparato burocrático del poder establecido ilegal y manipuladoramente). La fuerza política viene de la fuerza social que se construyó, esto significa organizar paciente y efectivamente a la sociedad civil, mandar sirviendo al bien común. Los privilegios individuales y de grupo son los límites para construir el bienestar de la mayoría y de la naturaleza.

Esta política por la vida sana y justa, social y ambientalmente, es un concentrado de grandes valores humanos como la esperanza inquebrantable, el amor incondicional a la vida, el valor civil, la libertad, la fraternidad y la justicia social. La política benigna es una práctica utópica asumida. Las utopías son estrellas inalcanzables que iluminan el camino, sirven para caminar. Las utopías benignas y hermosas impiden regatear con la esperanza.

El Dr. Manuel Mireles y las autodefensas originales son un buen y cercano ejemplo de política transformadora benigna. Cuando el doctor se rebeló, el crimen organizado mediante el uso del terror, armas, organización, audacia y una crueldad inaudita (descuartizar, descabezar, sumergir en ácido), junto a estos actos, cobraba por posesión de metros de frentes de casa, por kg de tortillas y se llevaban a bellas mamás e hijas (incluso menores de edad) para los fines de semana y las regresaban los lunes. Muchos esposos se lamentaron de la situación, pero la aceptaron por temor a ser asesinados, pero el Dr. Mireles y sus amigos ante la encrucijada de la conciencia optaron por el valor y la dignidad y su hermoso fruto: el valor civil, la valentía.

Se reunieron, organizaron, se armaron y defendieron a sus familias y población en general. Así se sembró la semilla luminosa. Muchos autodefensas murieron, pero lograron en ese momento “limpiar” de cárteles a su región y a gran parte de Michoacán.

La política benigna transformadora requiere construir fuerza social, definir la correlación de fuerzas; especificar estrategias y tácticas; construir plataformas de lucha que integre a amplios sectores; identificar a los amigos y opositores de la ecología y de la justicia social, hay que crear poco a poco frentes políticos forjando alianzas. La protección de la vida es un proceso que se construye con amor a la vida, respeto, inteligencia, organización, valentía, perseverancia, estudio, creatividad y acciones. El sufrimiento inevitable en el camino suele ser un sabio maestro.

Es cierto lo que decía el carpintero de Nazaret: no hay más grande amor que dar la vida por los amigos y amigas, por los que menos tienen y olvidados (ricos y pobres) y por el milagro de la biodiversidad (bosques, manantiales, venados, plantas medicinales y aromáticas, mirasoles, jilgueros, aire y suelos sanos). La raíz latina de la palabra “humildad” es humus: tierra fértil, como la tierra de encino que nutre las raíces de los geranios.

La lucha por la paz es la lucha por la dignidad humana y la reverencia a la biodiversidad. La paz es fruto de la justicia social como lo dijeron los valientes y sabios profetas hebreos hace miles de años. El valor civil es puro humus, tierra fertilísima donde germina y crece la alegría de vivir y los niños pueden balancearse felices y seguros en el columpio que cuelga de la rama de un frondoso fresno: destello del bendito árbol de la vida…