En el Evangelio del día de hoy Jesús nos deja en claro que para ser parte de su familia debemos poner en práctica la Palabra de Dios. La familia que Cristo quiere formar va más allá de los lazos de sangre, es una familia que nos incluye a todos.
Ser parte de una familia exige compromiso, entrega e identidad. Dios nos quiere hacer hermanos en Cristo simplemente por el hecho de hacer su voluntad. Resaltamos aquí la importancia de saber escuchar, implica una actitud de humildad ante la Palabra, humildad para reconocer que la Palabra de Dios es nuestra guía en nuestro diario caminar.
Es muy claro, Jesús se sentía muy cómodo con todo aquel que decide hacer la voluntad de Dios. Hagamos el esfuerzo por llamarle hermano mayor a Cristo, no solo de palabra, sino por una decisión profunda y verdadera del corazón.