El hombre siempre busca un refugio, en alguien quien confiar, pues se descubre desde su existencia en este mundo en relación con el otro, por tanto, humanamente necesita de alguien que lo acompañe y guíe. En la primera lectura del día de hoy, en el libro de Jeremías, hay una advertencia: “maldito quien confía en el hombre”, y es que Dios es el único que siempre permanece fiel, que nunca va a fallar. Si toda nuestra confianza la ponemos en los hombres, nuestros proyectos y planes pueden venir abajo con suma facilidad. Más delante, en la lectura, escuchamos: Bendito quien confía en el Señor, sabiendo que a él pertenecemos. Que en este tiempo de Cuaresma nos demos la oportunidad, de afianzar realmente nuestra confianza solo en Dios, que a pesar de las dificultades, volvamos nuestros ojos al cielo, confiando en que Dios siempre permanece fiel. Seamos capaces de recibir todas las gracias que Dios nos da, siempre y cuando confiemos en Él.
MALDITO QUIEN CONFÍA EN EL HOMBRE JEREMÍAS (17,5:10)
