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Los colores de la Pascua

Por 10 abril, 2023abril 17th, 2023Convocatorias

Armando González Escoto · Director de Publicaciones del Sistema UNIVA

 

La Pascua sigue conservando un saludable mensaje centrado en la posibilidad que el ser humano tiene de renovarse, crecer y mejorar en todos los aspectos. Desde sus lejanos orígenes, celebrar la Pascua no fue una acción unilineal, es decir, festejar que Cristo resucitó y nada más, sino un compromiso compartido: hacer el esfuerzo por vivir esa resurrección ya desde ahora por medio del cambio profundo de la propia vida.

La ventaja del hemisferio en el que vivimos es que la Pascua siempre coincide con la primavera, con el ciclo vital que nos lleva del invierno al florecimiento de cuanto nos rodea, es como si la naturaleza misma que ayer veíamos muerta, de pronto se despertara y estallara en una explosión de vida nueva, cuestionándonos ¿por qué no haces tú lo mismo?

En la región norte del planeta, la primavera se convierte en manantiales de agua fresca y limpia que procede de los deshielos y que discurre por múltiples senderos, las montañas mudan sus manteos blancos y gélidos por un enorme mantón verde salpicado por todos los colores que en esta estación brotan, siempre planteando la misma cuestión ¿por qué no haces tú lo mismo?

Siempre bajo la pedagogía de la naturaleza, es ahora que los días comienzan a ser más largos que la noche, lo cual se interpreta como la esperanza de que la oscuridad, que tantas maldades ampara, vaya desapareciendo del ambiente y del corazón de las personas.

El reto es difícil, nos da temor la oscuridad, pero con frecuencia la buscamos. Y en esos devaneos acabamos por ser más amigos de la noche que del día, creando escenarios como el que vivimos en nuestro país, donde los principios de convivencia anteriormente aceptados por todos, de pronto se desactivan y cada cual comienza a actuar según otros valores produciéndose un caos, pues en la práctica, ya nadie sabe a qué atenerse. Cuando el tejido de nuestra sociedad estaba firmemente tramado, hasta los criminales se ceñían a un código moral: si vas a robar, no mates, si vas a matar, no te ensañes, si te vas

a vengar, no impliques a la familia, respeta los espacios sagrados, y a las mismas instituciones. Hoy nuestra imparable degradación social ha borrado todo código y el único principio que se erige es el del propio interés, alcanzable al costo de lo que sea y de quien sea.

Lo último que sin embargo debemos perder es la esperanza activa de que podemos remontar esta situación, esperanza activa significa no simplemente sentarse a esperar que otros hagan lo que a mí me toca, sino trabajar juntos por reconstruir el tejido social que de algún modo todos hemos deshilvanado.

En la vigilia pascual se conserva la ceremonia de la luz, que procede del fuego nuevo, al inicio apenas una llama, pero una llama que comienza a compartirse de tal modo que pronto cada persona es una luz, y su conjunto, una lumbrera ¿cómo compartir hoy ese fuego nuevo y esa nueva luz a tanta gente que se destruye por vivir en la oscuridad?