“Los envió a predicar el Reino de Dios y a curar a los enfermos”
¡Buen día, comunidad UNIVA! Que Dios bendiga su jornada. Hoy reflexionamos sobre algunos signos que acompañan a quienes siguen a Jesús y colaboran con Él en el anuncio del Reino de Dios. El Evangelio nos dice que Jesús reunió a los doce y les dio poder y autoridad para predicar el Reino de Dios y sanar a los enfermos.
Los discípulos llevaban ya un tiempo con Jesús; habían aprendido de Él una nueva forma de relacionarse con Dios y, como consecuencia, un nuevo estilo de vida: el estilo de los hijos de Dios. Por eso, después de un tiempo razonable, Jesús envía a sus discípulos a compartir la buena noticia de que Dios está entre nosotros y la llegada del Reino de Dios es inminente en su persona. Los pecados son perdonados, los enfermos son curados, los demonios son expulsados, y todos estamos llamados a establecer esta nueva forma de relacionarnos con Dios a través de Jesús.
Para dar un testimonio eficaz y verdadero de la presencia de Dios entre nosotros, es necesario que sea el mismo Jesús quien otorgue este poder a quienes colaboran con Él en su misión. Para ello, les pide que se desprendan de todo aquello que les impida confiar plena y exclusivamente en su Padre celestial. La fuerza de su testimonio radica en la profundidad de su confianza y fe en Dios, y no en su habilidad o capacidad personal.
Te invito a reflexionar: ¿De qué manera me pide Dios que dé testimonio de su Reino en mi contexto particular? ¿Soy consciente de la autoridad y el poder que tengo por el bautismo para ser testigo de Dios en el mundo? ¿Qué me impide confiar plenamente en Él?