Vete, tu hijo ya está sano.
Hoy es lunes, gracias a Dios y comenzamos con toda la actitud esta semana, claro está, con un rico cafecito. Hoy Jesús nos presenta una escena donde realiza un milagro a distancia. Uno de los funcionarios reales le pide que cure a uno de sus criados muy queridos que estaba muy enfermo. Jesús responde provocativamente, “si no ven, no creen”, pero termina realizando el milagro. Y esto es importante, el servidor real cree en las palabras de Jesús.
Frecuentemente, en nuestra vida nos sentimos superados por las metas y proyectos que nos proponemos, descubrimos que somos limitados y terminamos acudiendo a Dios. Esta es una muy buena actitud, pero muchas veces también aplicamos la máxima de “ver para creer”. Pensamos que Dios es un mercader que nos tiene que pagar lo bueno que hemos hecho, aunque sea una miseria. Más bien, la verdad es que los milagros presuponen la fe y la fe no se basa en los milagros. Y si Jesús decide actuar en favor del funcionario real, es por su fe y porque él no iba con la actitud de poner a prueba al Señor. Además, cuando esperamos milagros para creer, nos perdemos de otros milagros que suceden todos los días antes nuestros ojos: la misma vida, los amigos y más importante, ocurre el milagro de la Eucaristía, dónde Cristo se hace presente en el pan y el vino y nos alimenta.
Amigos, en este camino cuaresmal, pidamos a Dios la fe para confiar en que Dios está actuando en ese profundo deseo de ser mejor cada día, y para poder ver su obra de amor presente en nuestra vida cotidiana.
¡Feliz lunes!
