SEDES
Colima Guadalajara Lagos de Moreno La Piedad León Puerto Vallarta Querétaro Tepic Uruapan Zamora Online
Bolsa de trabajo Bolsa de trabajo Portal de pago Online Biblioteca

English Assistance

DEL PRIMER LIBRO DE SAMUEL 16, 1-13

El hombre se fija en las apariencias, pero el Señor se fija en los corazones.

Feliz miércoles “ombligo de semana” querida comunidad, deseo que todos cumplan sus metas y objetivos planteados esta semana. Los invito a reflexionar un poco sobre una condición de nuestro tiempo, la superficialidad, a la luz del relato del profeta Samuel, que seguimos contemplando. Samuel busca un nuevo rey que será ungido por Dios, ahora entre los hijos de Jesé. Samuel los mira, unos bien parecidos, altos y fuertes, pero no es elegido sino el más pequeño de todos: David, quien será el Gran Rey de Israel.

Es común en nuestro comportamiento que nos llevemos a primera vista por las apariencias, pero quizá hoy en nuestro tiempo, tal influenciado por los medios audiovisuales, nos llenamos de mucho maquillaje superficial, pero poco o nada invertimos en nuestro interior. Por eso, el relato de hoy nos da mucha luz, porque Dios se fija en los corazones, en el interior de cada uno. Él es el más libre, porque no se encierra en las apariencias, por ello, no descarta al más inútil, no juzga al más culpable y acoge al que es menos atractivo a los ojos del mundo. Porque Dios sabe que cada persona guarda una luz de grandísimo potencial para amar en su interior, lo sabe porque es Él quien la dio.

Esto llena de esperanza, quien mejor que Dios para decirnos lo que somos y lo que valemos. Entonces, para ser felices hay que ir a nuestro interior, invirtamos tiempo y esfuerzo en formar el corazón, principalmente, dejándonos mirar por los ojos de Dios.