“Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de los cielos”
Para endulzar su café, les platico rápidamente, en Tierra Santa se encuentra la Basílica de la Natividad y la puerta para entrar mide 120 cm, por lo que se le ha llamado “Puerta de la Humidad”, ya que todo aquel que quiere entrar tendrá que inclinarse y abajarse para poder hacerlo.
Al meditar el evangelio del día de hoy, podemos volver a poner nuestra mirada en Dios y en su Palabra, pero para eso es necesario la humildad. La salvación es algo que Dios nos ofrece a todos y lo hace de manera gratuita, no es algo que depende de nosotros y en caso de que así lo pensemos, entonces nuestra soberbia nos está mostrando su rostro. Debemos abajarnos, vaciarnos de nosotros mismos y tirar todo el orgullo para poder reconocer a Dios, contemplar su misterio de amor y así poder tener la apertura a la salud, a la sanación, en una palabra, a la salvación.
Recordemos el ejemplo de María, que supo poner a Dios en el centro de su vida y le abrió paso al plan de salvación para todos los hombres, pidámosle a la llena de gracia que nos ayude a ser más perfectos practicando la humildad desde mi oficina, con mis compañeros más próximos.